IDRIS LYNCHToda la gente de ahí se veía tan distinta a mí, me sentía ajena e incómoda. —¿Dónde está el afamado señor Grant? —preguntó Evan malhumorado, pero en cuanto le quité la copa de la mano, su rostro se volvió una mueca de indignación y sorpresa.—Sinceramente… No creo que aparezca. Nunca lo hace —contestó Annie—. Quien siempre da la cara es su hija, Allegra. Nadie conoce al señor en persona, si convences a la hija, convences al padre. —Eso significa que yo debo de ser quien se entreviste con ella —agregó Evan acomodándose las mangas por debajo de la camisa.—Déjame adivinar… ¿La convencerás con tu belleza? —preguntó Annie mofándose de él—. ¿Crees que tu… «personalidad magnética» será suficiente? —¿Me recuerdas quien consideró buena idea que estuvieras aquí? —inquirió Evan viéndola con coraje—. Tu trabajo termina en la oficina, es para lo único que sirves. No tendrías que estar aquí, disfrutando de un mundo al que ya no perteneces.—Si me dieran un dólar por cada hombre que s
LIAM BLAKE—Señor Blake, qué gusto verlo en la fiesta, pensé que no vendría —dijo la hija del señor Grant. Allegra era una chica joven y hermosa de cabellos castaños y rasgos afilados. Su delgadez era producto de su trabajo, pues era reconocida por ser una modelo de talla internacional. Me ofreció su mano, con la intención de que besara su dorso como todos los caballeros que la habían saludado, enalteciendo su belleza, pero yo la mantuve lejos de mi boca. —No tenía motivos para faltar —contesté con media sonrisa.—Con el escándalo que lo rodea, creí que sí —agregó entrecerrando los ojos, midiendo que tanto daño me habían generado sus palabras—. Me decepciona, señor Blake. Siempre creí que sus gustos eran más exquisitos de lo que yo o cualquier dama de aquí podría ofrecerle, pero me doy cuenta de que se conformaba con muy poco.No era novedad que esta mujer obtenía a cualquier hombre que quisiera. Era conocida por ser una amante excepcional, a la altura de su belleza, con ciertos feti
IDRIS LYNCHLiam depositó un suave beso en mi mejilla, intentando reconfortarme. Cuando volteé hacia él, sus labios se posaron en los míos y me dejé llevar. Quería esto, pese a todo.Me abracé a su cuello, atrayéndolo hacia mí. Su cuerpo me presionó contra el árbol mientras sus labios se movían con los míos. Tal vez era el frío de la noche, pero su boca me estaba congelando, aun así permití que sus manos recorrieran mi silueta y se aferraran a mi cintura mientras me arrancaba el aire.Su boca bajó a mi cuello y, aunque mi corazón se aceleró, había algo que… era diferente, pero no sabía cómo explicarlo, tal vez se trataba del alcohol, pues mi nariz no me fallaba, era s
ANNIE TAYLOR—Eso mismo te pregunto… ¿Qué haces aquí? —inquirió Evan, clavando esa mirada profunda y oscura en mis pupilas.—Se me olvidaron unos papeles urgentes para mañana.—¿Qué papeles?—Unos que ya dejé en la oficina de Idris, nada en especial —agregué con una sonrisa y entonces noté un rasguño profundo en su mejilla—. ¿Qué te pasó? ¿Se puso salvaje la fiesta o fue Allegra Grant al cerrar el trato contigo? —Parecía que mis bromas no eran de su agrado y en completo silencio se acercó a mí.—¿«Papeles urgentes» que resultan no ser «nad
IDRIS LYNCHDicen que fácil es el descenso al infierno, y yo era consciente de eso al ver a Evan, sentado con arrogancia a la cabeza del comedor, con la camisa completamente desabrochada, mostrando su piel llena de cicatrices viejas, procedentes de un pasado hostil que no conocía. Sus cabellos mojados por el reciente baño hacían que ese tono rubio se volviera más intenso. Con una actitud desgarbada y apática, mantuvo la vista clavada en la mesa mientras Finn no dejaba de manotear y reclamar.—¡¿Qué carajos te está pasando, Evan?! ¡Tú no eres así! —exclamó golpeando en la mesa.Después de esa noche funesta, todo colapsó. Alguien había corrido el rumor de que Evan intentó abusar de mí. Sabiendo que
LIAM BLAKEAl principio no supe qué pensar, la invitación pertenecía a la familia Lynch, pero el nombre de quien la enviaba me dejó sin palabras. Finn parecía un hombre centrado e inteligente, con una apariencia de ángel, pero en el fondo debía de ser un demonio. Clark lo había investigado, su habilidad en los negocios era sorprendente, mientras Evan parecía ser la oveja negra, tanto Finn como Kyle eran hombres con una visión muy amplia de lo que querían y los pilares de la economía de la familia Lynch.Llegué a la mansión que anteriormente había visitado, cuando di el primer paso al frente, recibí una llamada, era de Allegra: —¡¿Cómo pudiste?! ¡Después de todo lo que he hecho por ti, me dejaste plantada!
IDRIS LYNCH—Me enteré de que planeas irte… —dijo Liam en un susurro. Él sabía lo torpe que era para bailar ese tipo de melodías, así que con una facilidad que me sorprendió, me levantó, haciendo que mis pies apenas y tocaran el piso, lo que implicaba que nuestros cuerpos estuvieran adheridos y nuestros rostros lo suficientemente cerca para sentir nuestro aliento.—Tengo que irme… —contesté con tristeza mientras me perdía en sus ojos—. Pensé que sería lo mínimo que podría hacer después de robar tu proyecto.—Deja de culparte por las acciones de los demás, sabes que tú no fuiste —agregó frunciendo el ceño.&m
ANNIE TAYLOREstaba supervisando el desmantelamiento del laboratorio principal y no pude evitar sentirme angustiada. Si la empresa regresaba a su país, ¿qué sería de mí? ¿Dónde encontraría un trabajo con tan buenas prestaciones? Si me invitaba Idris a ir con ella, ¿en verdad lo haría? ¿Podría abandonar esta ciudad y viajar hasta Dublín?Tantas preguntas en mente hicieron que no prestara mucha atención a mi entorno, después de todo me sentía segura pues ya se había ido el último trabajador, estaba completamente sola, no iba a desconfiar de los microscopios y las bolsas de sangre sintética que no llegarían a ver la luz del sol. Cuando más confiada estaba, sentí el frío filo de un cuchillo contra mi cuello, provocando que