IDRIS DOYLELiam y Annie salían de una iglesia ante la algarabía de la familia. Ella lucía un hermoso vestido de novia que disimulaba su embarazo y él se veía gallardo y varonil, con esa mirada tan profunda que tanto me encantaba. Llevaba a Annie de la mano y antes de entrar al convertible que los llevaría a la fiesta privada en la mansión Harrison, se dieron un beso.Liam sonreía, parecía lleno de vida, lo que jamás logré en todo ese tiempo a su lado, pero era obvio, Annie era la chica con la que siempre soñó, yo solo era la tonta que aceptó ser su amante.En ese momento Oliver tomó el control y apagó la pantalla, como si supiera que todas esas imágenes me estaban matando. —Te quiero mucho, mami —dijo
IDRIS DOYLEContra su voluntad, mi madre tuvo que salir de la habitación. En cuanto se abrió la puerta, me encontré con la mirada de Evan, que esperaba paciente en el pasillo. Sus ojos reflejaron el rojo de las sábanas, como si estuviera sumergida en un mar de sangre. Antes de que la puerta se cerrara, entró como un vendaval.—¡No puede entrar! —dijo la enfermera sin saber cómo sacarlo.Evan me tomó en brazos ante la sorpresa de todos. —Agárrate fuerte… —pidió mientras me llevaba hacia afuera del cuarto.—¡¿Qué haces, Evan?! —exclamó nuestra madre sorprendida, pero Finn lo comprendió de inmediato. El tiempo avanzaba y esperar una ambulancia se
LIAM BLAKE—Vete a tu cuarto y déjame en paz —exigí en un susurro de advertencia. Durante la luna de miel y ahora en nuestra vida de casados, dormíamos en cuartos separados, no iba a ponerle un dedo encima ni dejar que ella se acercara a mí. Lo nuestro era meramente un negocio.En cuanto cerró la puerta detrás de ella, mi teléfono volvió a sonar. Estaba dispuesto a contestar y blasfemar en contra de Evan cuando me di cuenta de que se trataba de Clark.—¿Qué ocurre? —pregunté confundido. No era normal que llamara después del trabajo a menos que fuera importante.—Señor, encontré a la señorita Idris… LIAM BLAKE El día que regresó Annie a casa, con el bebé recién nacido, yo estaba en el cementerio, viendo a lo lejos el entierro de Idris. No vi a mis hijos por ningún lado, pero lo comprendí, podía ser bastante traumático ver partir a su madre. Cuando todos se fueron, me acerqué hasta su tumba que estaba llena de flores. Dejé el ramo que le había llevado y me sentí arrepentido por no haberle regalado más flores en vida. Ese hombre tenía razón, el arrepentimiento era el sentimiento más jodido que podía existir, porque justo ahora pensé en todo lo que pude hacer por ella y no hice. —No me dejes, Idris… —pedí acariciando su lápida—. Regresa… aunque sea para torturarme, me lo merezco. No puedo estar sin ti, me está matando tu ausencia. Las fotos que había enviado Clark dabaCapítulo 46: Despidiéndose de su amante
IDRIS DOYLE—Pues… está rara —dijo Oliver—, solo sabe babear.—Es una bebé, corazón —agregó mi madre con ternura—. Es tu hermanita y cuando sea grande, podrá jugar contigo. Verás que será tu mejor amiga.—No lo sé… —contestó Oliver con desconfianza—. Parece tontita.En ese momento Finn echó el café por la nariz antes de reír a carcajadas. —Lo mismo pensé cuando vi por primera vez a tu madre…—Y no te equivocaste… —agregó Evan torciendo los ojos—. Oliver, tendrás que cuidarla, a veces las hermanas menores crecen y no se les quita lo tontas.&
TINA WILLIAMS—Su recuperación ha sido bastante exitosa —intervino el doctor con media sonrisa—. Al parecer los cantos de su enfermera surtieron efecto.—Entonces… ¿por qué no puedo mover las piernas? —preguntó Kyle apretándose los muslos por encima de la sábana.—Doctor… ¿Es posible que…? —La señora Lynch no era capaz de terminar su pregunta cuando se sentó al lado de su hijo y lo abrazó de manera protectora.—Es posible que no vuelva a caminar —contestó el doctor apenado.La señora Lynch se soltó a llorar mientras los tres hermanos guardaban silencio, incluso Oliver pare
LIAM BLAKE—No me haré responsable, porque no es mío. No pienso cuidar al hijo de otro hombre y hacerme cargo de una mujer traidora a la cual no amo —contesté tajante sin ocultar mi disgusto.—¿Qué pasó con el sentimiento que albergabas por ella tiempo atrás? ¿Me dirás que te olvidaste de él y de todo lo que vivieron juntos? No pudo simplemente haber desaparecido. —Sus ojos se llenaron de lágrimas y supe que no lloraba por mí.—El abuelo me contó lo que ocurrió entre tú y el padre de Annie —dije en un susurro, tomándola por sorpresa—. Al ser una persona que dejó escapar al amor de su vida, creí que sentirías más empatía por mi caso. El hombre que amaba
IDRIS DOYLEEl señor Thomas me acercó una servilleta de tela mientras sus ojos parecían atónitos, recorriendo mi rostro afligido. —No… Imposible… —dijo en un susurro—. No tiene sentido.—Tiene más sentido de lo que cree… —contesté intentando sonreír, aunque mis labios siguieran temblando—. Sabía que él nunca me correspondería, así lo había sentenciado, pero… tuve la esperanza de que podría cambiar eso. Fue una pérdida de tiempo y solo he logrado sufrir. Quiero ser libre, quiero… poder tener un día completo sin llorar, sin sentir pena de mí misma, sin ser víctima del peso de cada humillación que me hizo. Hasta aquí llegué.Último capítulo