IDRIS DOYLELlegué arrastrando los pies a la mansión Harrison, Tina llevó a Oliver a su habitación, quien buscaba mi mirada. Parecía más preocupado por mí que por sí mismo. Intenté sonreírle, pero solo pude ofrecerle un espasmo de mi mejilla en un esfuerzo por levantar las comisuras de mi boca.De pronto una voz irritante, como arrastrar las patas de una silla, irrumpió el silencio. —¿Qué hace ese niño moribundo entrando a la casa? —Se trataba de Annie quien veía a lo lejos como llevaban a Oliver.—Ese niño, es mi hijo… —dije entre dientes, volteando hacia ella con la mirada llena de odio—. ¡No te atrevas a hablar así de él! ¡No permitiré que le hagas d
LIAM BLAKEN—Si planeas explicarme algo… Lamento decirte que es demasiado tarde. No creo en nada que salga de tu boca. En verdad espero que seas feliz al lado de Annie, tal vez de esa forma me dejes de lastimar —contestó con su mirada cargada de miseria—. Fueron ocho largos años donde te amé, te demostré que era capaz de lo que fuera por ti, pero lo único bueno que me diste fue a Oliver, es lo único que te agradezco.Se sacudió mis brazos y mientras me quedaba confundido y desconcertado, ella intentó entrar a la habitación de Oliver, pero apenas dio un par de pasos cuando sus rodillas se doblaron. Me olvidé de todo en cuanto su cuerpo se desvaneció y la sostuve entre mis brazos, evitando que tocara el piso.—¡Mami! &mda
IDRIS DOYLEDesperté mareada y con indigestión, parecía que mi estómago estaba haciendo una fiesta con el resto de los órganos y la única que estaba pagando la factura era yo.—Buenos días, ¿cómo te sientes? —preguntó Tina acercándose con curiosidad.—Mareada y con acidez… —contesté sobándome el abdomen—. ¿Cómo llegué aquí?—Te desmayaste al entrar al cuarto de Oliver, el señor Blake te trajo cargando hasta acá, como un valiente príncipe llevando a su doncella inconsciente y malhumorada a su lecho —agregó con gracia y no pude evitar sonreír, aunque no estuviera del todo de acuerdo.
IDRIS DOYLECorrí hacia el baño, apretando los dientes y los labios, no podía contenerlo más tiempo. Cuando quise abrir la puerta, esta se abrió sola. Tuve que levantar la mirada para darme cuenta del hombre rubio y atractivo delante de mí, que me veía como si fuera un bicho raro.La desesperación me hizo empujarlo a un lado antes de precipitarme hacia la taza del baño, sacando todo el contenido de mi estómago.—¡Oye! ¡¿Qué te pasa, loca?! —exclamó furioso y con justa razón.—¿Qué ocurre?Escuché la voz de un segundo hombre.—Una mu
IDRIS DOYLE ¿Un bebé, la solución? ¡¿La solución a qué?! Tal vez Tina había enloquecido. —Siento que mi vida es como una montaña rusa, y ya me quiero bajar —refunfuñé sentada en el baño, triste y sin ilusiones. —Bien dicen que un bebé nunca es planeado, pero siempre es deseado —dijo Tina del otro lado de la puerta, intentando consolarme mientras yo me concentraba en la prueba de embarazo. —Es deseado cuando tienes estabilidad emocional y económica, cuando tus problemas no comienzan a desequilibrarte mentalmente, cuando tienes un hogar y un compañero que en verdad te apoya… pero cuando estás tan jodida como yo, lo que menos deseas es traer a otro hijo al mundo a sufrir. —Yo no veo que Oliver sufra… Al contrario, es un niño muy feliz, pese a todo. IDRIS DOYLE—¿Sabes, papá? He pensado mucho y creo que sería bueno que le encontráramos a un buen hombre a Idris —agregó Helen con media sonrisa—. Haciendo a un lado lo ocurrido hace unas noches, parece ser una buena chica.—Es una gran chica, muy servicial y atenta —contestó el señor Thomas pensativo, considerando la oferta de Helen—. Intenté que congeniara con Ethan, pero después de su primera cita, no ha vuelto a pisar la casa.—No me sorprende… —contestó Liam orgulloso, sin apartar la mirada de su vaso—. Algo me dice que cada hombre que intente acercarse a Idris pasará por lo mismo.Levantó su vaso hacia mí como si estuviera brindandCapítulo 33: El hombre indicado
IDRIS DOYLE—¿Por qué te llevarás a mi mami? —preguntó Oliver jalando el abrigo de Liam. Aunque parecía desconfiado, no se mostraba hostil, más bien curioso.—Tengo que llevar a mamita a que se haga unos estudios —contestó Liam inclinándose hacia él y sacudiendo su cabello—. Descuida, te la regresaré completa.Con una sonrisa enorme, Oliver aceptó la oferta. Se acercó a mí dando brinquitos hasta abrazarse a mis piernas. —Te amo, mami —dijo con esa voz hermosa y tierna.—Yo también te amo, mi amor, nos vemos en un ratito —dije besando su frente—. Le haces caso en todo a Tina.—¡S&i
IDRIS DOYLEEl café del hospital era insípido, el agua de calcetín tendría mejor sabor, sin hablar de las galletas duras con pasas. Intentamos comenzar una conversación Evan y yo, pero sinceramente no parecía el lugar más cómodo y privado para hacerlo, así que después de que Oliver salió de consulta, le pedí a Tina que jugara con él en los jardines del hospital mientras que Evan y yo dábamos una vuelta. Aunque a Oliver no pareció agradarle la idea, no le di tiempo a repelar.—Entiendo tu sensación de soledad… Aunque no lo parezca, yo también la llegué a sentir cuando era niño. Crecí lleno de desconfianza al principio, hasta que la familia Lynch me adoptó —dijo Evan tomándome por sorpresa mientras camin&aacu