NARRADORALe rugió a Minatto lleno de odio por este hombre que le había arrebatado su trono y a la mujer que le tocaba por derecho.“Esta ocasión, serán otras tus justicieras”Minatto le respondió y de entre los leones salieron las leonas de Ilia y la Reina, rugiéndole con rabia, cerrando el cerco mortal poco a poco.Un león podía ganarle a una leona, quizás dos o tres, pero un león herido contra diez leonas, era más que obvio el resultado.La primera es abalanzarse a destrozarlo fue Ilia, con todo el rencor de su alma, como venganza por haber asesinado a sangre fría a su madre y todas las desgracias que les trajo a su vida.Posiblemente, la muerte de su padre, había sido también obra de este desgraciado.Se enredaron en una pelea a muerte. Las demás leonas atacaban en coordinación como cuando cazaban, defendían a su reina del león macho y le hacían ataques furtivos.Jugaban con él, desgastándolo, destrozándole cada centímetro de piel dolorosamente.Leonidas gruñó en agonía cuando un
NARRADORAUNA SEMANA DESPUÉS…— Cuidado no des un mal paso, le dije al Rey Minatto que debía tener dispuesto un carruaje cómodo – Cedrick abrazaba a Raven protectoramente a su lado.Su mano sobre el enorme vientre de su hembra que daba pasitos cortos.Ya Raven estaba en la última etapa y su macho entraba en pánico por cualquier cosa.Cedrick estuvo a punto de cancelar esta visita, pero ella tenía demasiada curiosidad por el Continente del Dios Bestia.— Está bien, amor, no me duele nada, tranquilo – le dijo en un susurro.Cedrick a penas se separó de ella para la batalla de hace una semana, siempre estaba vigilándola y si no era él, entonces cierto pelinegro sobre protector.“Hija, cuando regresemos, nace por favor para que te asfixien a ti”Pensó, pero era inevitable sentir calidez en su corazón.Cuando la comitiva de los Hombres Lobos salió de la cueva rebautizada como Portal Continental, se asombraron ante los cambios.El Rey Minnato había ordenado que talaran una gran de árboles d
NARRADORAZeraphina se metió más entre sus brazos, lastimosa, y Aidan le acarició las orejas, escuchándola ronronear complacida.A la leona le gustaba mucho que le tocara las orejitas, poco sabía Aidan que ella solo lo dejaba a él, ingenuamente, permitiéndole algo que las hembras exclusivamente le admitían a su macho.De repente, Theo gruñó en una dirección.— ¡¿Qué estás haciendo con la princesa?! Se escuchó un rugido enojado cerca y Aidan levantó la cabeza para ver a un niño más grande que ellos, que venía caminando enojado.Por sus orejas y cola, era un león. Zera enseguida se puso rígida, gruñéndole enojada y saliendo de los brazos de Aidan para pararse delante de él, protegiéndolo.— Princesa sabe que no debe dejar que nadie la toque y menos acaricie sus orejas, eso está prohibido y ¡más por un macho! – la miró enojado y luego a Aidan con rabia.“¡Métete en tus asuntos Brutus!”— ¡Tengo el derecho de cuidarla porque soy su prometido!, ¿cómo voy a dejarla estar cerca de otro mac
NARRADORA Él solo llevaba cinco brujos y los demás, eran esclavos para cargar las pesadas cajas de Obsidar. — Bien, lo que sea, no tengo todo el día para gastarlo hablando con ustedes, exijo ver al Rey Leonidas, con él es que tenemos el pacto, no acepto hablar con nadie más. — A ese infeliz se lo comieron los Drakmor, no es nuestro Rey, nuestro monarca es Minatto y alégrate de que no te arrancamos la cabeza después de que ayudaran a ese traidor de Leonidas a desterrarnos. El Beta León le rugió aguantando las ganas de destriparlo. Debido a que los Hechiceros se metieron en la rebelión, solo por los tratos secretos por el Obsidar, fue que Leonidas pudo vencerlos, además de contar con los Drakmor. — Estas son nuestras condiciones para renegociar con ustedes, las toman o las dejan. Vincent le arrojó al suelo el pergamino en su mano. Tradys apretó los dientes con ira. Él, el sobrino favorito de la Reina, ¿cuándo había sido humillado en su vida? — ¡Recógelo! – le ordenó a uno de s
NARRADORA— ¿Y ustedes solo se casan con los de su misma especie? Digo, porque nosotros todos somos de la misma raza, pero aquí hay tanta variedad.— ¿Qué pasaría si por ejemplo una leona se enamora de… no sé… un hombre cuervo?Cuando Raven lanzó esa pregunta, las caras de todas las leonas y la Reina, fueron de puro asco.— Uf me da escalofríos solo de pensarlo – dijo una de ellas y las demás se rieron.— ¿Son tan malos los hombres cuervos? Raven preguntó con curiosidad, aunque en realidad dijo hombres cuervos por decirlo, pero esa no era la cuestión.— En realidad no tienen nada raro en particular, aun así, son un poco lúgubres y misteriosos, pero el hecho es que las razas no se mezclan Raven, así como ustedes, cada cual se aparea con su propia especie – Ilia le respondió sonriendo.— Claro, no obstante, y si se da el caso, ¿nunca ha sucedido?— Oh, sí, sí, hay tribus mixtas, sin embargo, son más salvajes, viven en zonas lejanas, no sé la verdad que puede salir de esa mescolanza— S
NARRADORA— Por la Diosa, lo mejor hubiese sido que Dalila estuviese aquí – Cedrick se arrepentía de no haber traído también en este viaje a esa señora cascarrabias, pero salva vidas.Tenía miles de preguntas y cuestionaba todo impulsado por el miedo.Sentir a Raven sufrir hacía que su corazón se apretara, daría lo que fuese por ser él quien sufriera en su lugar.— No se preocupe su majestad, soy una partera experimentada, he traído a todos los leones del clan al mundo. Tampoco dará tiempo de llamar a su maga Una vieja leona, de carácter gentil y pelo blanco, le dijo tranquilizándolo.— Usted, puede esperar afuera…— ¡No, no, me quedaré aquí con ella, no me alejaré de mi mujer!Cedrick le rugió y se subió a la cama para apoyarse al respaldar y apoyar a Raven sobre su pecho.Con un paño en la mano le secaba la frente y acariciaba su vientre con la otra, susurrándole a su pequeña, para que ayudara en su nacimiento.— Reina…— la matrona nunca había hecho un parto con un macho presente.
NARRADORASus manos y brazos en carne viva de las quemaduras, a pesar de su poder de hielo, pero no soltaba a su cachorra.Levantó la mirada para encontrarse con los ojos cansados, llorosos pero felices y aliviados de su hembra.— Lo lograste amor, eres la mejor, lo lograste – le susurró con su pecho apretado y lleno de tantas emociones complejas e increíbles.Enseguida que las leonas se pudieron acercar, tomaron el control.Controlaron el sangramiento, cortaron el cordón y limpiaron a la bebé para mostrársela a la madre.Se la dieron en los brazos a Cedrick que la tomó con miedo de hacerle daño, a esa cosita tan pequeña y la llevó para acostarla sobre el pecho de Raven que lloraba a moco tendido al ver a su pequeña.Cedrick las abrazó a las dos con suavidad, agradecido con la Diosa por este regalo, era el hombre más feliz del mundo.— Solo nos falta nuestro pequeño Druida, me tiene loco preguntando por su hermana. Cuando limpien y te sientas mejor, lo dejamos pasar.Cedrick le sonrió
NARRADORA— Amber es así, porque es una Centuria, no como Aidan que es un Hombre de Invierno, por eso salió más al cabello de mamá, ¿vez?Así se pasaron la noche metidos en su burbuja de corazones. Hubiesen querido estar en casa con su gente, pero ni modo, esta niña ya creía que se mandaba ella sola.*****Por la madrugada, cuando todo el castillo dormía después de un día estresado, una sombra ágil se coló en la habitación de la bebé Amber.Cedrick y Raven dormían en la habitación de al lado, con una puerta abierta de por medio.Vincent dio pasos suaves hacia la cuna, nunca estuvo tan nervioso en su vida. Tenía razón, ella había nacido.La luz de la luna entraba por la ventana y daba justo en la pequeña cunita, donde un bultico se veía tapado con suaves mantas rosadas.Su mata de pelo brillante, de un rojo burdeos, resplandecía bajo la luz de la Diosa.Vincent se quedó fascinado mirando la frágil vida, con ojos llenos de ternura en las oscuras profundidades.Solo tenía sentimientos d