Marcos apretó los dientes con fiereza, al sentir el agua caer, para luego rodar por su hermoso rostro.
—¡¿Qué diablos acabas de hacer?! —exclamó con voz gélida, mientras sacaba un pañuelo y se limpiaba, aunque sin dejar de observarla.
—¡¿Qué diablos acabas de decir?!—pronunció en el mismo tono.
Al parecer su pregunta causó satisfacción en él, se acercó a ella como un depredador acechando a su presa y le susurró al oído.
—Deberás acostarte conmigo para cumplir la parte del trato y hasta no tener a tu semillita y la mía, unidas en tu linda panza, no vamos a dejar de intentarlo —declaró sonriente.
—Pues prepárate, porque así esté ese maldito contrato hay dos cosas que no vas a ver, la cara de Dios y a ti introduciendo tu cosita para meter la semillita en mí, para ir a parar en mi pancita —pronunció con burla, alzando su barbilla con prepotencia.
Sus palabras provocaron desagrado en Marcos, se sintió ofendido por llamar a su pene, cosita; sin pensar mucho en lo que hacía, la haló con fuerza hacia él, haciéndola golpear con su pecho para luego tomarla de la nuca y besarla con fiereza, mientras sentía la sangre agitándose en su interior, desconociendo si era por la rabia o la excitación, pero necesitaba someterla, la quería rindiéndose ante él, no obstante, lamentablemente nada lo preparó para el dolor que sintió segundos después, cuando Lía le dio un rodillazo en su parte íntima, mientras sonreía con diversión.
—¡Maldit@ estúpida! ¿Te has olvidado de quién soy yo? —preguntó apretando los dientes con evidente enojo.
—No me importas si eres el mismísimo rey del mundo, no permito que alguien desagradable, me besé —expuso mientras se limpiaba la boca con el dorso de la mano con un gesto de asco.
—¿Acaso no recuerda su contrato? —le preguntó Paul a Lía, mirándola con desdén.
—Quiero ver el contrato firmado, no confío en ninguno de ustedes, al parecer son personas a quienes les gusta humillar a la gente sin recursos, quieren imponerse al débil para mostrarles su poder, conmigo se equivocaron, para mí hay cosas más importantes al poder y la apariencia, no crean que soy de quien se le va a caer el panti por un hombre bonito y con dinero—señaló con determinación.
Paúl tomó las carpetas del contrato y se las entregó, todos se miraron a los ojos nerviosos, mientras ella sin titubeo recorría con su vista las condiciones firmadas, sorprendiéndose en cada una.
—¿Vivir con él hasta un año después de nacer el bebé? —preguntó al abogado, ignorando la presencia de Marcos, y alzando las cejas en un gesto de incredulidad—. Con este hombre no aguanto viviendo ni siquiera un minuto, porque al terminar ese tiempo, seguro uno de los dos estará muerto, es odioso, altanero y snobs.
—Y tú eres una ordinaria, salvaje y mal hablada, no me agrada mucho tener conexiones contigo —habló en tono seco y despectivo.
—¿En serio? Pues para no querer lo haces bastante bien, porque si no, no estarías aquí obligándome a cumplir con esto —, indicó batiendo los contenidos de las carpetas —. Sabiendo que me resultas el hombre menos atractivo del mundo, sería mil veces más capaz de involucrarme con un mendigo en la esquina y no contigo —mirándolo con desprecio, provocando tensión en el cuerpo del hombre.
“M*****a mujer, le haré tragar sus palabras”
—Ay mujer, no escupas para arriba porque de seguro la saliva te caerá encima, terminarás arrastrándote por mí, nunca ninguna se ha resistido —enfatizó con burla.
—¡Sueña querido, es gratis! A mi parecer, solo quieres proyectar tus deseos haciéndolos pasar por los míos —dejó el enfrentamiento de palabras y dirigió su atención al contrato y minutos después sonrió complacida.
» Siempre he sabido que los abogados no son dignos de fiarse, pero que llevarán su mentira a tal extremo, terminando incluso de rebasar mis pensamientos más extraños, es demasiado hasta para alguien como ustedes —terminó de leer y los miró con intensidad.
» Es impresionante, hasta me van a decir lo que voy a comer, no debo ver otros hombres mientras dure el procedimiento ¿Qué hay de ti? ¿No se aplica lo mismo? —interrogó con curiosidad.
—No, a mí no se aplica, soy hombre, no quedo embarazado, en cambio, en tu caso, debo estar seguro de que si te embarazas, el hijo sea mío —habló como si ella fuese baja de entendimiento y debieran explicarle con precisión.
—Tiene coherencia, no soy un ser irracional y a decir verdad, como todo se hará en un tubito, no me interesa si te follas a medio país.
Sus palabras tan francas y espontáneas impactaron a los hombres, porque nunca habían estado con una persona capaz de decir lo que se le pasaba por la cabeza, sin pensar, como ella; sin embargo, la capacidad de asombro de los tres llegó, cuando la escucharon declarar con firmeza.
—Voy a cumplir el contrato —el trío de hombres la miraron con incredulidad, aunque segundos después al comprobar la certeza de sus palabras, la comisura de la boca de Marcos se levantó en un gesto de satisfacción.
—No lo digas como si es un favor que me estuvieses haciendo, tampoco es una hazaña que lo hagas, lo harás porque no tienes otra alternativa, lo firmado en un arranque de impulsividad, no te da ninguna otra salida.
—Es cierto, de otra forma no lo haría, sin embargo, se hará como dice aquí ni más ni menos; busquen al médico, necesito conocer el proceso, para que luego saque los óvulos de mí y los renacuajos de ti, busquen el tubito de ensayo, los unen y hagan lo correspondiente, porque yo no voy a acostarme contigo, ni aunque la especie humana estuviera a punto de extinguirse y su preservación estuviese en nuestras manos —expuso con molestia.
—Entonces, se hará como dices, y tendrás que irte a vivir conmigo, te mandaré con unos de mis choferes, tienes dos horas para recoger tus cosas —señaló levantando las cejas con una expresión de deleite.
—Está bien, me imagino que debes vivir en una gran mansión, así no tengo oportunidad de cruzarme contigo, entonces me gusta, porque será como vivir lejos de ti —señaló con burla.
“¿Con qué crees? Te voy a dar una sorpresa porque vas a verme muy de cerca, todos los días.
—Pues en realidad, no llevo a nadie a mi mansión, por ese el sitio donde estaremos es un apartamento destinado para eso, donde viviremos solo tú y yo, no vamos a tener ni personal de servicio, si estabas esperando vivir como una reina te equivocas, deberás atenderte tu misma —agregó sonriente.
—¡Me parece bien! Así como espero que no creas en obtener también una empleada, porque aparte de una madre sustituta para tu hijo, no espero ser más nada ¿Entiendes? Ahora dile a tu chofer que lo espero abajo—dicho eso salió del salón, como si ella fuese una gran dama y ellos unos simples mortales, dejándolos a todos sorprendidos.
«El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.» Miguel De Unamuno.
Marco estaba hirviendo del enojo, dio un fuerte golpe en la mesa, apretando los dientes con rabia. —¿Cómo se las arreglaron toda esa gente para contratar al mismo demonio y que este saliera perfectamente en todo? —interrogó con una expresión férrea. —No te quejes mucho, porque aunque quieras disimularlo, ese mismísimo demonio te gusta —señaló Paul con burla. —¿A mí? ¡Estás loco! Nada más alejado de la realidad, ¿Cómo me va a gustar una mujer altanera? ¿Qué no sé cohíbe para hablar todo lo que se le ocurre en esa mente suya? Con esos ojos color del popó de los pajaritos y…¡Mierda@! —sus amigos se carcajearon al ver la expresión de Marco. —¿Te diste cuenta de que estás jodido? ¿Te gusta esa mujer? —lo interrogó Liam. —No hablen tonterías, solo me molesta su actitud, pero jamás me enamoraría de una mujer como ella —vio las cejas alzadas de sus amigos, quienes lo miraban con burla—. No me miren así, ya le dije ¡Ella no me gusta! — exclamó, a
Ambos se quedaron mirando con recelo, hasta que el silencio fue roto por Marcos. —Me sigo preguntando, ¿Por qué las pruebas arrojaron que de todas las candidatas presentadas, eras la del coeficiente intelectual más alto? Cuando es notorio por tus palabras y tu comportamiento que incluso careces de sentido común, por más intentos de buscar una razón lógica, simplemente no puedo explicármelo…—iba a seguir hablando cuando sintió el golpe propinado con fuerza en su mejilla, haciéndolo mover su rostro a un lado, por breves instantes no reaccionó, se quedó pasmado pues no esperaba esa reacción tan agresiva de su parte. —¡A mí no me degrades! No sé lo permito a nadie ¿Quién te has creído tú? —inquirió indignada. —¡Muy digna la niña! ¿Tú si puedes burlarte de mí? —espetó tomándola por los hombros con fuerza hamaqueándola. En este punto Hermes se acercó y a pesar de estar temeroso, se enfrentó. —¡Haga el favor de soltarla! —exclamó, aunque su voz tembl
Marcos se quedó parado sin apartar la vista de ella, viéndola huir hasta que el chofer lo sacó de su concentración. —¿Señor, la dejará ir? ¿Por qué no corrió detrás de ella? ¡Hágalo! —lo instó el hombre, mas el CEO se mantuvo imperturbable, mientras entrecerraba los ojos. —Voy a subir al departamento, no iré tras de ella, la dejaré creer que he desistido de retenerla y ha logrado su objetivo, así como el depredador juega con la presa, haciéndole creer que la dejé en libertad —expresó complacido. —Pero debería mandar a los guardaespaldas tras ella, si escapa no va a poder conseguirla —siguió insistiendo el chofer con un proco de preocupación. El hombre sonrió, como si solamente él conociera el chiste. —Puedes irte Ernesto, ya no te preocupes, yo tengo todo controlado, me encargaré de ella. Te llamaré si te llego a necesitar —expresó en tono neutro. Subió al apartamento, entró con tranquilidad observando cada detalle, estaba perfec
Marcos llegó a la oficina hecho una fiera, demasiado molesto, siempre se imaginó de pequeño, como se sentiría frustrado el coyote por nunca poder atrapar al corre camino, pues al parecer allí tenía la respuesta, pese a ello, nunca se imaginó estar en el papel del coyote. En un principio, había esperado pasar el día libre en el apartamento, descansar, dormir, mas al final decidió ir en búsqueda de Lía, le urgía poder finiquitar con ella, el asunto relacionado con su hijo; cualquier podía juzga y decir que siendo un importante CEO, y uno de los hombres más poderos del país, podría simplemente demandar y obligar Lía de esa manera a cumplir parte de su acuerdo, sin embargo, para él no era tan sencillo, primero, necesitaba tener un heredero, segundo, no quería informar a la opinión pública que su hijo sería concebido por inseminación artificial, pues todos lo cuestionarían, e incluso lo señalarían como un capricho de playboy y por último, porque se negaba a casarse, aunque
Marcos suspiró, para seguidamente apretar el puente de su nariz en un gesto de frustración, mientras internamente pedía la paciencia de Job, porque solamente de esa manera, podía aguantarse a Eugenia Lucrecia Zuloaga de Estebans Veliz, su madre. —Mamá, no satanices el proceso, simplemente es un proceso científico a través del cual se unen en un laboratorio, los óvulos maduros extraídos de los ovarios y se fecundan con esperma en un laboratorio, después ese embrión o embriones… —antes de poder continuar hablando, su mamá levantó la mano en un gesto de impaciencia. —¡Ya deja de explicarme el proceso! Lo conozco perfectamente y te lo dije, la explicación es sencilla harás a mi nieto en un tubo de ensayo, ahora mi pregunta es ¿Por qué? ¿Acaso no te funciona muy bien eso de allí para hacerlo naturalmente? —pronunció su madre, alzando las cejas con una expresión de incredulidad, señalando hacia su miembro, haciendo avergonzar a Marcos. —¡Por Dios
Lía se estiró con pereza, mientras miraba el techo pensativa, con pocas ganas de levantarse, había decidido tomar ese día de descanso, porque trabajó durante todo el día anterior en un proyecto, a pesar de ser sábado; extendió la mano y recogió su celular, vio la hora, aún era muy temprano, en ese instante llegaron su mente los recuerdos de lo sucedido con el snob de Marcos Estebans, a pesar de ser guapo, y siempre cuando tenían algún roce, sentía como un leve corrientazo recorrer su cuerpo, la verdad ella no era mujer de enamorarse de las apariencias. El hombre que llegará a conquistarla, debía cumplir una serie de requisitos, no debía ser amargado, ni predecible, ni soberbio, ni creído, por el contrario, debía tener primero, un extraordinario sentido del humor, hacerla reír porque después de todo el cuerpo envejece, las arrugas, las canas y hasta la calvicie llegan, el miembr0 se cae y solo queda la inteligencia, el ingenio y la complicidad entre la pareja, por
Se levantó de su asiento apenada, tomó una servilleta y limpió el rostro a la mujer, ofreciéndole sus disculpas.—Lo siento, la reacción fue involuntaria, ante mi sorpresa por sus palabras, no me esperaba esto… yo quiero mucho a Hermes, pero no de la forma como ustedes pretenden. Yo no ando buscando novio, ni mucho menos estoy interesada en un matrimonio, tengo prioridades en mi vida y una es el infinito amor por mi libertad.» Además, Hermes ¿Cómo es eso de estar enamorado de mí? ¿Duramos un par de años sin vernos y en unos días te das cuenta de que te gusto al punto hasta hablar de matrimonio? En realidad, mi mente es muy práctica y coherente,me cuesta entenderlo, dime como si yo fuese una niña de preescolar, mira si tuviera plastilina, hasta te pediría me lo explicaras de esa forma —dijo en forma burlesca.—No me
Marcos estaba indignado, tomó su teléfono marcando a su madre, la primera vez repicó varias veces, no lo atendió, se levantó, se duchó y volvió a intentarlo, luego de dos intentos más ella al fin contestó.—¡Madre! ¡¿Qué carajos hiciste?! ¿Qué le dijiste a todos que no ha quedado un solo familiar sin llamarme para solidarizarse o cuestionarme? —preguntó indignado.—Francamente, Marcos Daniel, no sé por qué tengo un hijo tan malagradecido, yo sé cuánto le cuesta a una persona poder asumir su sexualidad, sobre todo porque muchas personas en la sociedad son...—la señora pegó un brinco al escuchar el grito de su hijo.—¡Eugenia Estebans! ¿Hasta cuándo debo decirte que a mi sexualidad no le pasa absolutamente nada? —cerró los ojos apretándolos con fuerza con una mano, porque iba a explotar en cualquier momento.» Definitivamente, no solamente le robé el biberón al Niño Jesús, seguramente también fui quien le clavó los clavos, ¿Por qué cómo se explica ten