Annie.
Es totalmente frustrante vivir en una sociedad dónde se estigmatiza a las mujeres, el largo de su vestido, lo corto de este, si es ajustado o no, si es bajita o alta, rellenita o demasiado delgada, si es rubia o pelinegra, morena o blanca. La sociedad está cegada por el hecho de ver al hombre como el jerarca, el que todo lo puede, el fuerte.
Se crucifica a la mujer si ven dando un beso a un hombre ya qué opinan que está perdió la inocencia, la honradez, algo totalmente estúpido, ya que en los burdeles los hombres se besan con unas y otras y a estos no se les dice nada, vivimos en un mundo totalmente absurdo.
Las jerarquías sociales son lo peor estereotipando su poder, el tener todo, los duques, vizcondes, barones, puedo rescatar el hecho que los reyes sean exigentes con su gobierno, pidiendo producción, alimentando el poder de nuestra nación, el príncipe dando la mejor de sí, ahora que este esta comprometido con la princesa de la nación vecina, hace que el enfrentamiento que se ha tenido por cien años, cese, dando fin a la intranquilidad del poblado.
En cambio, la princesa no tiene una muy buena reputación, ya que, en el periódico de noticias de Lady Edwards, con los encabezados total desfavorecedoras, ya que se conoce como una princesa busca problema, prepotente, grosera y soberbia, pero esto lo omitimos, ya que solo tomamos el hecho que con ella traerá la paz, dejando ese enfrentamiento que hizo que perdiéramos mucho, como dinero y familia.
—Annie, andando—dice mi madre.
—Un momento madre.
«Odia que le diga madre»
—Cariño, es tarde, tenemos que ir al campo a la cosecha, los reyes tendrán un festín y hoy vendrán al pueblo, para escoger la mejor cosecha.
—Madre…
—Hija, esto nos puede ayudar, tenemos los impuestos del rey y las deudas en el banco de hierro.
»Si no logramos vender nada esta semana, tendremos que poner en venta el campo para pagar la deuda, sumando que tendremos que dejar la casa ya que los impuestos son excesivos, buscaríamos vivienda en uno de los tantos refugios de Thiwarll dejando de lado nuestra vida en Stontalin, tu padre nos dejo con deudas, todo por comprar un campo de cosecha que es difícil de mantener.
—Puedo dejar de tomar las tutorías, ir al mercado a vender la cosecha, incluso tratar de hablar con los duques para que compren algo de nosotros, incluso Lucrecia después de sus tutorías podría ir conmigo, llevar a un infante aumenta las ventas, madre, no podemos perderla esta casa es lo único que tenemos y queda de él.
—Lo sé.
—Analí, ¿no podrá brindar ayuda?
Analí mi hermana mayor, se casó exactamente hace siete años, con un caballero de la guardia real del rey, el cual ahora es sub caballero líder de la guardia. Analí una vez casada dejó a la familia de un lado concentrándose en su nueva vida de noble, siete años sin saber de ella, solo una carta el día que padre murió que decía:
Sentimos mucho su perdida familia Lewistter, esperemos que tengan pronta resignación, hacemos llegar un ramo de jazmines que la señora y Lady Analí de Montgomery considera apto para ceremonia tan sencilla.
Atte: Fam. Montgomery.
—¿Tu Hermana? Primero se corta un dedo antes de venir a vernos, desde que se caso con el caballero de la guardia real, desparecimos de su vida, ella tiene una familia nueva, tiene una reputación, el venir y vernos, la dejaría en mal, eso lo dejó en claro el día que se casó y no dejó que tu padre la llevara al altar, siete años de ese matrimonio—su voz comienza a cortarse y sus ojos se empañan. Mira hacia arriba y respira, Analí perdió lo más bello que nos toca como hijos, a nuestra madre.
—Mamá…
—Soy abuela y ella no me dio la oportunidad de conocerlo, ¿sabes como se siente mi corazón respecto a eso?
—Mamá, tranquila, lo siento por tocar ese tema.
—Mi corazón se siente destrozado, humillado y pisoteado—Suspira y toma aire— que un hijo te desprecie es el peor de los hechos que puede pasarte como madre, que tenga odio, vergüenza y rencor, es algo que duele, por eso Annie, no quiero perderte, quiero vender esa cosecha, mi corazón no soportará verte sufrir por no darte lo que mereces y quieres, y no se diga a Lucrecia, esa niña que es nuestra luz.
Lucrecia, mi hermana menor solo tiene trece años y es un tanto extrovertida, no se diga inteligente y pelea por el derecho a usar pantalón ya que opina que no solo los hombres pueden usarlo ya que, si es en ese caso, pues ello también tiene que usar vestido ya que ambos sexos tenemos dos piernas que lucirían bien en pantalón o vestido. Filosofía de Lucrecia un tanto descabellada como acertada.
—Alto, lo poco que nos das está bien, lo que consigues y traes me llena de orgullo, ya que no te rindes, buscas por debajo de rocas el encontrar algo y ponerlo en mesa, así que, si terminamos en la calle mendigando, será juntas, porque pase lo que pase nunca te dejaré y mucho menos a lucrecia.
—Te amo cariño—dice con lágrimas en los ojos mientras me abraza.
—Te amo, mamá.
—Andando que esa cosecha no se cosechará sola.
—Andando mujer—río mientras tomo el canasto dirigiéndome a la salida. Todo saldrá bien, esta cosecha tendrá buenos frutos y retoños que traerá cosas positivas, lo intuyo.
Hace quinientos años surgieron dos naciones: Thirwall y Stontalin tomando el nombre de las más poderosas naciones de todo el mundo, hasta que una traición corrompió la armonía que existia entre ellas.Los guerreros que eran fieles a la corona, valientes y su mano no temblaba para peleear decidieron irse a la nación que creyeron que gobernaria sobre las otras, estos guerreros provenian de la larga dinastia de valientes guerreros, conocidos comos los Meyer.Los guerreros que eran despiadados a la hora de pelear, eran fieles al trono, no dudaban de sus monarcas, eran los mejores espias y estrategas a la hora de comenzar una guerra, todos temblaban al escuchar que los Kotch iban por ellos.Ambas dinastias, fuertes, valientes, letales y con mano dura.Stontalin esta a salvo con los Meyer, Thirwall triunfa con los Kotch.Estos guerrero
Annie.La cosecha se ve fenomenal, el puesto en el mercado increíble y mamá nerviosa y sudando, es nuestra última oportunidad, los pobladores van y vienen, los comerciantes resaltan sus productos y los nobles se pasean por el lugar solo para ver a los reyes y el príncipe Rob.—Annie, ya vienen, acomoda todo.Las frambuesas, moras, arándanos y fresas están en canastas tejidas por mamá y hasta el frente, los tomates y zanahorias atrás.—Cariño, apresúrate.Tomo la canasta de moras y las cargo en mi brazo, mientras que mamá solo mira al frente totalmente emocionada.—¡Con ustedes el rey y la reina Stontalin, junto a nuestro próximo gran monarca el príncipe Rob!—anuncia el caballero y la calle es despejada dando paso a nuestras majestades.El desastre se hace presente, todos gritan, la multitud se aglom
Annie.—¡No puedo creerlo!—grita Lucrecia—Analí se retorcerá al vernos en el periódico de Lady Edwards como la familia que surtirá de cosechas al palacio.—Lucrecia—mamá la reprende.—¡Por Dios mamá! Analí es una desgraciada que no supo valorar los esfuerzos de papá, nos abandonó, pisoteo a la familia, ya no soy una niña pequeña, me doy cuenta de nuestras carencias—me mira— sé que Annie está pensando en abandonar las tutorías por centrarse el mercado a la venta, también que si no vendemos algo esta semana tendremos que vender el campo como consecuencia dejar la casa o venderla.—Lu…
Annie.Jamás pensé que lidiar con la gran monarquía fuera tan desagradable, llevo tan solo cuarenta minutos en el gran palacio y ya quiero salir de aquí.Todos se miran, murmuran como están vestidos, gracias a Dios no son tan indiscretos para murmurar y criticar mi vestido, por el cual no dormí para confeccionarlo, seda celeste del último regalo que Analí envío hace 7 años, encaje antiguo del vestido de novia de mamá, flores doradas que con tela de antiguos vestidos que pude unir, haciendo así un precioso vestido que se ajusta a mi pecho y cintura dónde deja una ligera caída.Estando en la esquina del gran salón donde se está celebrando la fiesta de los futuros gobernantes, un joven alto, delgado y rubio se
Annie—Gabriel Montgomery y su bella esposa Analí de Montgomery—saluda el príncipe con una radiante sonrisa.Analí se ve bellísima, radiante, el vestido que luce es precioso, se ve tan bien, que es envidiable, viviendo alrededor de riqueza, lujos, ¿Y mamá? Muriendo de preocupaciones.—Su majestad, es honor verlo de nuevo, Gabriel y yo estamos agradecidos por el nuevo cargo que le ha dado junto a la guardia real de Stontalin y Biancolé—habla Analí.—No es nada, señora Montgomery.—Oh no, dígame Analí señora me hace sentir demasiado vieja—ríe. Annie.Es increíble la poca empatía que tienen las personas cuando no se trata de sí mismo, si fueran ellos la buscarían hasta debajo de las piedras.Después de aquel ataque, dónde en la plaza central del pueblo se mostraron tres guardias decapitados y comenzará un caos, las personas comenzaron a empacar e irse del pueblo, dejando nuestra pequeña nación.Los nuevos reyes, los cuales fueron coronados horas después de lo sucedido, no han salido del palacio a tranquilizar al pueblo, simplemente optaron por aumentar su protección, toda la nobleza está trasladándose al palacio, los sirvientes no pueden salir y aparte de la nobleza y guardia real nadie puede entrar.Es tan triste ver que Capítulo 5
AnnieMi corazón sigue destrozado, ver cómo se la llevaban quebró cada parte de mi corazón, en Anali triunfante de siempre llevarse la victoria y ganar a cualquier costa.Han pasado dos semanas dónde mamá ha estado absorta en el mercado, no come como debería y no duerme, en las noches de escucha sollozar, gritar y reclamar el porque está viviendo todo lo que está pasando.Estás dos semanas sin duda se han hecho un martirio, las personas siguen huyendo, Stontalin está quedando sin la gran población, Thirwall aumenta el poder, en las noches el pueblo tiene peleas, grandes disputas, hay marchas fuera del palacio exigiendo que los reyes salgan hablar con el pueblo.Somos la burla local,
AnnieNunca imaginé que un príncipe y un rey me escoltarian a mi hogar, en mi vida pasada tuve que haber hecho algo bien, para que esto suceda.No voy a negar que sus majestades el príncipe Gerard y el rey Robb son atractivos, esa belleza que hace que gires a verlos cuando pasan.Giro un poco para detallarlos y veo que murmuran algo, mientras el príncipe gira hacia atrás, hago lo mismo y me percato que cinco hombres nos siguen.—No quiero alterar, pero cinco hombres nos están siguiendo y realmente aprecio mucho seguir con vida.Ambos me miran y ríen.—Son soldados reales, nos acompañan cuando queremos salir del pal