LUCCA ANDREOTTI
Alexandra se alejó desapareciendo en el interior del edificio, pero me quedé mirándola mientras se iba y una señal de alerta apareció en mi mente.
“La deseaba”
Regresé al auto con un nudo en el estómago y sin poder creer lo que había cruzado por mi mente; no podía desearla, no podía ceder ante algo tan estúpido, no podía dejar que un impulso lo arruinara todo.
Nada había salido según lo planeado; desde el momento en que la vi llegar, todo se fue al diablo y eso no era lo peor, sino el hecho de que tenía que admitir que había disfrutado de su compañía; durante al menos unas horas todo había parecido más sencillo y hablar con ella incluso había resultado agradable, pero era un error y un error mucho más grande era desearla, porque ese deseo era sum
ALEXANDRA PEMBERTON Durante todo el camino a casa, no pude dejar de sonreír y no logré sacar a Lucca de mi mente, sin ninguna duda había disfrutado de este día y me había divertido como hace mucho no lo hacía, lo cual era sorprendente y aterrador, porque toda la alegría que sentía en parte había sido gracias a quien debería ser mi peor enemigo.¿Lucca tendría razón? ¿No teníamos por qué odiarnos? ¿Podíamos solo ser nosotros?Nunca antes había considerado esa opción o tal vez nunca creí que la tenía; cualquier persona en cuanto oía mi apellido, se comportaba diferente conmigo, nadie me trataba solo como Alexandra, para todos yo era una Pemberton y eso era lo que en verdad les importaba; el único que siempre me había visto como era en verdad, era Noah, aunque p
LUCCA ANDREOTTI Había descansado muy bien lo cual era algo nuevo para mí y extrañamente, me había levantado con muy buen humor y eso se debía nada más y nada menos que a Alexandra, la que, de acuerdo a mi familia, debía ser mi peor enemiga.Si mi padre me viera en este momento, muy seguramente explotaría por lo que estaba haciendo, pero justo ahora eso no me importaba, la realidad era que me gustaba pasar tiempo con Alexa y quería continuar conociéndola.En un primer momento pensé que solo sentía interés gracias a su belleza, porque sin duda, Alexandra era una mujer hermosa, pero después de nuestro paseo, tenía que admitir que ella me intrigaba más allá de todo; Alexa era luz, ella era como esas armonías que puedes escuchar una y otra vez sin cansarte, la energía que desprendía era especial e
ALEXANDRA PEMBERTON Me encontraba con Noah probándonos nuestros trajes para la gala ya que su madre prácticamente nos había arrastrado a ambos sin darnos tiempo para defendernos o escapar, pero agradecía que lo hubiera hecho ya que se me había olvidado por completo que hoy teníamos cita con la modista y si no fuera por Isabella Bogani, no hubiera asistido.En un par de días sería la gala anual que organizaba mi familia junto a los Bogani, pero al contrario de otros años, en esta ocasión me encontraba mucho más nerviosa; había seguido el consejo de Noah y le había pedido a la organizadora que se encargara de añadir a Lucca a la lista de invitados y para este momento ya debía de haber recibido su invitación, aunque no estaba muy segura si asistiría o no y eso me provocaba ansiedad por una razón que era incapaz de co
ALEXANDRA PEMBERTON Después de comer con los Bogani, Noah me llevó a casa y la verdad lo último en lo que quería pensar era en el trabajo, así que mi plan era entrar y tomar un largo baño que consiguiera relajarme y me ayudara a despejar mi mente.Llegó un presente para usted señorita – dijo una de las mucamas en cuanto me vioAsentí y me aproximé a la mesa donde se encontraba un gran arreglo floral bastante elegante; tomé la tarjeta que se encontraba en medio de las flores y me sorprendí al notar quien había enviado el regalo.“Conocerla fue espléndido, espero acepte mi invitación a cenar mañana”
LUCCA ANDREOTTILos últimos dos días habían sido un caos; mi padre no dejaba de insistirme sobre el asunto de los Pemberton y no me dejaba tranquilo sobre todo lo relacionado al contrato de los hoteles Golden; pero era aún peor su insistencia para que fuera tras Alexandra y la sacara de en medio de la forma en que él había ordenado; pero durante estos días, no había hecho nada de lo que mi padre me había pedido, porque simple y sencillamente, no quería hacerlo.No era correcto y de eso no tenía ninguna duda, por ello era incapaz de seguir su orden y estaba seguro que cuando él se diera cuenta de mi posición, arremetería contra mí hasta que consiguiera su objetivo, así que lo único que podía hacer era resignarme y soportar todo lo que me diría.Mi padre no era una mala persona, pero cuando se trataba d
ALEXANDRA PEMBERTON En cuanto hablé con la mesera y me indicó la dirección del bar, salí corriendo sin importarme si mi padre me escuchaba o alguien del personal me veía salir; no me importó nada y simplemente tomé las llaves del auto y me dirigí al bar a buscar a Lucca.Cuando lo escuché por el celular, se oía triste y demasiado ebrio; le costaba mucho hablar y arrastraba las palabras, pero lo peor no era eso, sino que parecía perdido sin saber que hacer o a dónde ir y eso era lo que más me preocupaba.Él no conocía esta ciudad, no conocía a nadie más que a mí y si algo le ocurría… No, no podía pensar en eso, lo único que necesitaba ahora era darme prisa y llegar cuanto antes a ese bar.Conduje lo más rápido que pude y en cuanto llegué, estacion&eacut
LUCCA ANDREOTTIMi cabeza me estaba matando y me costaba abrir los ojos; no recordaba nada además de que había bebido como si no existiera un mañana y eso sí que me estaba pasando factura; me obligué a abrir los ojos por completo y la imagen frente a mí, me desconcertó aún más; justo a mi lado, se encontraba una mujer que dormía pacíficamente y no era cualquier mujer, era Alexandra.¿Qué rayos había sucedido anoche?Recorrí la habitación con la mirada en un intento por recordar cómo es que habíamos terminado aquí, pero prácticamente mi mente estaba en blanco y eso era frustrante; no lograba recordar nada después de los tragos que había bebido en ese bar y justo ahora me arrepentía mucho de haberlo hecho.Regresé la mirada a Alexa y sonreí; ella se ve&ia
ALEXANDRA PEMBERTON Había sido una mañana maravillosa, pero era momento de volver a la realidad y en cuanto puse un solo pie en la empresa, mi alegría se esfumó y por las señas que me hacia la secretaria, estaba claro que debía prepararme para una gran reprimenda por parte de mi padre.Alexandra Charlotte Pemberton – dijo mi padre al verme - ¿Se puede saber dónde estabas?Por su tono, era obvio que se encontraba sumamente disgustado conmigo y si no lograba hallar una buena excusa que no involucrara a cierto joven con un apellido problemático, las cosas se complicarían mucho más para mí.Papá… - murmuré pensando en una forma de contentarloNada de papá; ¿Dónde estabas? – cuestionó y tuve que reprimir el impulso de salir corriendoYo… sal&i