LUCCA ANDREOTTI
Mi cabeza me estaba matando y me costaba abrir los ojos; no recordaba nada además de que había bebido como si no existiera un mañana y eso sí que me estaba pasando factura; me obligué a abrir los ojos por completo y la imagen frente a mí, me desconcertó aún más; justo a mi lado, se encontraba una mujer que dormía pacíficamente y no era cualquier mujer, era Alexandra.
¿Qué rayos había sucedido anoche?
Recorrí la habitación con la mirada en un intento por recordar cómo es que habíamos terminado aquí, pero prácticamente mi mente estaba en blanco y eso era frustrante; no lograba recordar nada después de los tragos que había bebido en ese bar y justo ahora me arrepentía mucho de haberlo hecho.
Regresé la mirada a Alexa y sonreí; ella se ve&ia
ALEXANDRA PEMBERTON Había sido una mañana maravillosa, pero era momento de volver a la realidad y en cuanto puse un solo pie en la empresa, mi alegría se esfumó y por las señas que me hacia la secretaria, estaba claro que debía prepararme para una gran reprimenda por parte de mi padre.Alexandra Charlotte Pemberton – dijo mi padre al verme - ¿Se puede saber dónde estabas?Por su tono, era obvio que se encontraba sumamente disgustado conmigo y si no lograba hallar una buena excusa que no involucrara a cierto joven con un apellido problemático, las cosas se complicarían mucho más para mí.Papá… - murmuré pensando en una forma de contentarloNada de papá; ¿Dónde estabas? – cuestionó y tuve que reprimir el impulso de salir corriendoYo… sal&i
LUCCA ANDREOTTIAlexa y yo habíamos acordado vernos esa mañana para empezar con los detalles del acuerdo y alrededor de las once, ya me encontraba ansioso esperándola y mirando hacia la puerta cada vez que escuchaba algún ruido hasta que finalmente ella apareció.Buenos días – dijo y me levanté para saludarlaTe ves hermosa – la halaguéAlexa traía puesto un vestido blanco que le llegaba justo por debajo de las rodillas junto a una gabardina larga; su cabello se encontraba suelto y caí desordenado sobre sus hombros dándole ese aire relajado y sofisticado que la caracterizaba.El lugar es bellísimo – dijo mirando a nuestro alrededorHabía encontrado este establecimiento en línea y me había parecido perfecto; se trataba de una propiedad algo apartada del centro de
ALEXANDRA PEMBERTON Las lágrimas no paraban y sentía mi corazón roto en pedazos; besarlo había sido maravillo, toda la noche había sido especial y perfecta; por un segundo me permití soñar que no existían problemas, me permití imaginar que solo éramos una chica y un chico en una cita romántica, pero cuando confesó sus sentimientos por mí, algo en mi interior se encendió y apareció la culpa.No podía haber nada entre nosotros, no era correcto y no era posible, pero cuanto desearía que lo fuera, porque estaba enamorada de él y dolía terriblemente tener que alejarme; había querido descubrir cuáles eran mis sentimientos y en verdad había deseado intentarlo, pero una parte de mí no podía dejar de sentir culpa y no era lo suficientemente valiente como para arriesgarme por lo que
ALEXANDRA PEMBERTONEstos días habían sido una tortura; Lucca me había enviado mensajes y había llamado, pero yo intentaba evitarlo a toda costa, aunque hoy sería imposible hacerlo, porque estaba segura que asistiría a la gala y pensar en que tendría que verlo estaba acabando con mis nervios al mismo tiempo que mi ansiedad alcanzaba niveles estratosféricos.En estos días había ido a trabajar de manera normal, pero me había costado mucho enfocar mi atención, porque lo único en mi mente era Lucca y por más que le daba vueltas a todo el asunto, no lograba decidirme y mi miedo no parecía disminuir.Noah había tratado de distraerme del tema y por mi parte, durante el día mantenía mi sonrisa habitual fingiendo ante todos que las cosas en mi vida marchaban estupendamente, cuando en realidad palabras más adec
LUCCA ANDREOTTILos últimos días habían sido una tortura, había intentado hablar con ella, pero me evitaba como si fuera una peste y eso me mataba; pero lo peor de todo, era el arrepentimiento de no haber ido tras ella en el instante en que se apartó o no haberme esforzado más por detenerla, porque durante estos días en que ella había desaparecido de mi vida, me había dado cuenta que deseaba todo lo contrario, así que esta noche me jugaría por lo que sentía y si era necesario arrinconar a Alexandra para eso, lo haría.En cuanto llegué a la gala, demasiados pares de ojos se posaron sobre mí y claramente todos se veían sorprendidos o extrañados por mi presencia, pero ninguno de ellos me interesaba en lo más mínimo, a la única que deseaba ver era a Alexa, así que de inmediato comencé a reco
ALEXANDRA PEMBERTON Fue una noche grandiosa y aunque ahora me encontraba sonriendo como si hubiera perdido la cordura, lo más probable era que por la mañana todos mis miedos volvieran a atacar y las dudas volvieran a causar estragos en mi cabeza; así que mi único plan por ahora era disfrutar lo que estaba sintiendo, sin pensar en las consecuencias.Me acosté sobre la cama y sonreí aun con la mirada perdida; no podía dejar de pensar en Lucca y cada vez que su imagen aparecía en mi mente, mi corazón se aceleraba.¿Cómo era posible llegar a sentir tanto en tan poco tiempo?¿Cómo era posible romper cada una de mis reglas por alguien más?¿Cómo podía sentirse tan bien… si parecía tan incorrecto?Las preguntas seguían rondando por mi mente, pero ya no me importaba responder a ni
LUCCA ANDREOTTI Habían pasado algunos días desde mi cita con Alexa y todo había resultado mucho mejor de lo que imaginé; mientras más tiempo pasábamos juntos, más me enamoraba de ella; Alexa era tan dulce, tan amable y mientras más la conocía, más atraído me sentía.Estos días también me habían servido para entender lo equivocado que estaba mi padre al guardar tanto rencor hacia los Pemberton y lo equivocadas que eran sus acciones; porque ahora tenía claro, que el fin, no justifica los medios.Al estar junto a Alexa también había comenzado a entender que mi propio estilo de vida estaba mal; las fiestas, el caos, los problemas y todo lo que había hecho durante estos años no había sido más que una vía de escape de las cosas que no podía controlar y definitivamente no
ALEXANDRA PEMBERTON Mis ojos se abrieron con lentitud y permanecí muy quieta, admirando el rostro de Lucca que seguía profundamente dormido; se veía tan tranquilo con los ojos cerrados y la sonrisa en su rostro, automáticamente me hizo sonreír.Me levanté con cuidado de no despertar a Lucca y me coloqué su camisa; recorrí el apartamento y encontré mi pequeño bolso tirado en el suelo cerca de la puerta, lo que de inmediato me recordó la forma tan desesperada con la que Lucca y yo habíamos entrado hace apenas unas horas; dejé mi bolso sobre la mesa y me recargué en el sofá con mi celular en la mano, pero en cuanto la pantalla se encendió, mi corazón se detuvo.Tenía más de diez llamadas perdidas de Noah y muchas otras de mi padre, además de varios mensajes; por lo que inmediatamente le devolv&ia