¡Hola querido lectores! muchas gracias por llegar hasta aquí, en serio que muchas gracias, espero puedan ver la evolución de los personajes y el desenlace de su aventura, ¡hay mucho todavía por delante! ¡estén atento a cualquier pista! las pistas están por allí. Prometo que la próxima actualización no será de tres ni de cuatro capítulos. ¡Sino de cinco! así que nos veremos el viernes con la descarga de esta bomba. ¿¡Cuál será esa respuesta?! ¡No nos podemos quedar con las ganas! pero...lo mejor se hace esperar jaja! no me maten! 😂 mil gracias, mil gracias por llegar hasta aquí! nos vemos en los proximos capítulos
No hay nombre para ponerle a esto que ahora siente. Jamás creyó que vería una expresión indescifrable en el rostro de Declan. Parece que el tiempo se detuvo. Y sólo, ahora, existen ellos. Con esa compartida de miradas que no favorecen nada de lo que Maylene creyó que haría cuando según ella todo se resolvería, porque no lo volvería a verlo nunca más. Con esa prisión dentro de sus entrañas que revuelven todo hasta que incluso siente seca la garganta. Y en como su alma, por un instante, deja su cuerpo. Sus manos sudan frío y es una fracción de segundo se pregunta si ha hecho bien en soltar algo así de la nada. Últimamente ni siquiera concilia el sueño por lo mismo. Su vacilación la enferma una y otra vez. Y el silencio de Declan se vuelve aterrador. La aterra de pies a cabeza. Maylene no sabe si puede mirarlo a los ojos. En estos momentos, no. No quiere sentir arrepentimiento por haber decidido jugar con fuego. Decide que no hay marcha atrás, y si su silencio sigue en los próximos se
—Bien —Maylene se toma el tiempo para sonreír—, se trata de Nova Fuel.—¿Por qué no estoy tan sorprendido? —Declan vuelve a tomar asiento—, aún no quiero hablar de eso. Quiero que me digas exactamente lo que esa mujer les hizo.—Tu hermano.Claramente se observa un enorme apretón en la mandíbula de Declan. Maylene se cruza de piernas.—Me parece que no fue simple causalidad. Estaba planeando exactamente lo que pasó y encontré —suspira Maylene—, a Shannon David en ese mismo lugar. Renuncié a todo lo que me correspondía precisamente porque nadie está por encima de mis hijas. Pero no es eso a lo que vine.—¿Les hizo algo a las niñas?Maylene deja de ver la ventana para posar la vista en Declan.—Dime, ¿Lea hizo algo a tus hijas?—La separaron de mí desde que Kieran me sacó de aquí —Maylene se coloca su trenza hacia su hombro—, escúchame con atención, Declan.Con sus palabras y en realidad con su petición Declan se queda callado. Pero su molestia es severa mientras frunce el ceño con fuer
—¿A dónde vas? —es lo que pregunta Claire cuando Maylene decide acercarse a las pequeñas.—No tengo mi identificación y tampoco las tarjetas que saqué en Oslo —Maylene toma a Hayley entre sus brazos, besando su mejilla—, todo se quedó en el departamento de Carl.—Ah —Claire pronuncia, como si no quisiera oír el nombre de Carl precisamente en estos momentos—, te acompaño.—Es que-—Te acompaño —repite Claire—, y nos llevaremos a un escolta también.Recuerda que antes de todo esto y de su divorcio Declan también le colocaban guardaespaldas, pero al acostumbrarse a no tenerlos, siente extrañeza. Aún así, lo necesita para mantener la buena cordura con sus pequeñas.—Llamaré a Roxxie —Maylene mueve la mano para que Hannah la tome—, ¿Qué hiciste, mi amor?—Tú, mami —Hannah muestra su dibujo con una sonrisa—, es mami.Maylene sonríe.—Qué precioso, amor. Está bellísimo —Hannah lo estira hacia ella una vez más—, ¿Es para mami?—Para mami —responde Hannah, ya caminando junto a ellas.—¡Gracias
Gira la mirada una y otra vez hacia atrás, creyendo que en cualquier momento recibirá el mismo cúmulo de miradas de Carl, que claramente no está dispuesta a tolerar.El camino a la salida le hace un nudo en el estómago. El recuerdo de haber visto a esa mujer justo aquí se transforma en algo tétrico. Casi no piensa en otra cosa sino en esa noche. Intenta no perder el rumbo, y concentrarse. Pero resulta difícil hacerlo al darse cuenta que de alguna manera ella tiene acceso a su información personal.¿Cómo? ¿Qué tanta influencia o contactos tiene para saber exactamente dónde está?Maylene se detiene en la puerta del edificio, observando la cabina de seguridad. El hombre de aquella noche había dicho que la vio desde antes. Se toma unos segundos para pensar en esa pequeña posibilidad de encontrar lo que buscaba, y que sin duda la ayudará. Sólo tiene ésta oportunidad.Cuando nota al hombre salir de la cabina, probablemente para su hora del almuerzo, Maylene comienza su travesía. Para no per
El rostro concuerda claramente con lo que había visto aquella noche. Y no sólo siente terror. Es prepotencia lo que sube por su torrente sanguíneo, mientras subleva aún más las ganas por demostrar está verdad. Maylene cierra la laptop, observando un punto fijo de la habitación. Lo que pasa por su mente es la creencia de que no se está enfrentando a cualquier cosa. Pero aún así no puede ni debe desistir. Demostrar que no tiene un plan es el primer paso. Comenzará a partir de este momento. Sabe lo que tiene qué hacer después de esto. Extraña a sus hijas después de varias horas. Cuando baja, ya no las encuentra en el salón sino en la cocina, sentadas mientras Roxxie les habla y les prepara, según el delicioso aroma de vainilla, un postre. —¡Mami! Hannah de inmediato bajo de la silla en dónde está. Corre hacia sus piernas, haciéndola sonreír. Le sigue Hayley también. Se agacha para recibirlas a las dos. —Mis hermosas princesas, cada vez que no estoy con ustedes mi vida no es
—Qué amable eres.—Y tú has vuelto bastante parlanchín —Maylene se limpia las manos luego de terminar con las mejillas sonrojadas de Declan—, ¿Cómo sigue tu herida? Se levanta, alejándose del mueble en donde ambos estaban. Intenta concentrarse, hacer de éste momentos a solas lo más profesional, según, posible. —Sanará —responde Declan. Una de las enfermeras de Declan toca la puerta. Es la misma de hace unos días. Procede en silencio a tomarle la presión y a preguntarle cómo ha estado el día de hoy. Maylene no se marcha ya que no cree sea bueno de su parte irse de una vez. —No presenta signos de desestabilidad —informa la enfermera—, pero si le digo que debe descansar por lo que resta del día. —No me traten como un hombre de 70 años —responde Declan.—Serás muy pronto un hombre de 70 años si sigues quejándote —Maylene le contesta con voz calmada. A partir de entonces Declan no le quita la mirada. —No puedes llamarme viejo, hermosura. —Tu humor es el de mi abuelo —Mayl
¿Cuánto más se supone que estará aquí? Sumando los enormes problemas que atraviesa su vida, y bajo el mismo techo que Declan, no puede resumir ni hablar del tiempo. No basta sólo con mentalizarse, sino de hacer.Todavía sonrojada Maylene se queda en el umbral de la habitación donde duermen las niñas. Algo en su rostro es difícil de explicar. Nostalgia, calma, amor por sus bebés. ¿Qué sería de ella si no las tuviera? La forma en la que sus mejillas sonrojadas y su respiración está en calma, y el cabello rubio que heredaron de su madre, todo se reduce a que el amor inexplicable que sienta por sus hijas la lleve a convivir de nuevo con él.Pero no se suponía que llegarían a esto.Pasa la mano por todo su rostro, todavía en el umbral de la puerta. La frustración comienza hacer de las suyas, y con su mente tratando de no volverse loco. Observa el pasillo otra vez en silencio, poniéndose a pensar que las cosas hubiesen sido más fáciles sino regresaba a Londres. Pero ¿Viviría para siempre en
—¿Mason? —Maylene da un paso hacia atrás—, ¿Estás seguro que es él? En primero lugar, ¿Cómo consiguieron ésta base de datos? ¿Personal de Shannon?—No fue difícil. Sólo tienes que tener contactos —a Sam se le nota las venas de la frente, como si estuviese dispuesto a explotar en cualquier momento. Se quita los lentes y con ellos la apunta—, meterse a sus correos no es difícil. Lo difícil es ver sus cuentas personales, que ya están unidas a los bancos de Nova Fuel. Tienes que saber que esa mujer no sólo se atribuyó el 90% de todas las acciones sino que nos deja a nosotros —abre los brazos—, sin nada. Da la causalidad que Mason fue el único con un porcentaje alto de todos nosotros, y ni siquiera es hijo directo de papá.—No, espera —Maylene comienza a moverse de un lado a otro—, ¿¡Mason?! ¡Papá lo quería como a su propio hijo!—Llevo ese término muy lejos, creo —Reece mira tras la oficina. Las paredes son de cristal así que pueden ver fácilmente a los empleados tras ellas, por lo que se