JAMES—¿Cómo te sientes?—Con un fuerte dolor de cabeza y la boca seca.—JAMES, no te recomiendo que viajes, tienes que cuidar tu presión— Sé que me está cuidando, que quiere lo mejor para mí, sin embargo, no puedo dejar de lado que ella no está, que paso la noche fuera, él tampoco está, mi cabeza se siente como si estuvieran taladrando el que ellos estén juntos, sé que es lo que debería, pero no termino de aceptarlo.—Es evidente que estás pensando en ellos, se nota que tu dolor de cabeza tiene nombre y apellido, mejor dicho, apellidos, ¿No es lo que querías?—Charlotte, por favor, no intervengas en esto.—Solo quiero que te evites dolores innecesarios, dile la verdad y estoy segura de que estará aquí contigo.—Quiero que la conozcas— Dejando de lado, este dolor que siento, esas ganas de matarlo y gritarle a ella, a mi mujer que es mía y de nadie más, que no tiene derecho a mirar a nadie, que no sea yo, quiero que llegado el momento Charlotte le sepa explicar sobre mi enfermedad, que
VICTORIAPor un momento me sentí culpable hasta sucia, al despertar abrazada a Bastian, me horroricé de mí misma, me aparté como si su cercanía me quemara, no podía negar que algo me afectaba con él, se sentía extraño, nunca en mi vida había dormido en los brazos de alguien que no sea JAMES, por eso reaccione de esa forma.—¿Te sientes bien? Me parece que te escuche gritar.—No, es que tuve una pesadilla, eso es todo— Que vergüenza, pensara que estoy loca, que se me zafó un tornillo.—Tranquila, a mí también me pasa a veces, en cambio, yo dormí como hace mucho, no lo hacía— Y me muestra esa sonrisa en su cara, un brillo. No puedo negar que Bastian Jackson, sería el sueño de cualquier mujer, hasta para mí. ¿Qué fue lo que pensé? ¡Victoria Makensi! Eres una mujer C A S A D A, necesito ver a JAMES, debo arreglar las cosas con él, si eso debo hacer y no pensar si Bastian se ve guapo o no al sonreír.En cambio, ahora me arrepiento, ahora quisiera ser como las chicas de mi edad, irme a algú
BASTIANTodo se volvió un caos, las luces se apagaron por completo junto con la música, justo en el instante en que sentía que me estaba correspondiendo y a la vez me iba a empujar para alejarme. Soy un cobarde, me separé de ella y me confundí con la gente. Hui como maldito cobarde, me sentía un adolescente tembloroso, uno que no sabía qué hacer, con todo lo que estaba pasando, con todo lo que acababa de hacer, las manos me sudaban, el corazón parecía que se me iba a salir del pecho, a duras penas pude salir del lugar, saliendo de ahí llamé a Draco y nos encontramos a unas cuadras, yo estaba como ido.—Tienes cara de quien vio un fantasma, ni que un apagón fuera para tanto, a claro es porque no pudiste campeonar con la rubia, si te vi.Es un imbécil, que no sabe ni lo que habla—Si no sabes, mejor cállate la boca, no hables idioteces. —Pase de estar ido a estar molesto con el mundo, a mi alrededor, conmigo mismo, por haber arruinado las cosas, sin importar que ella tal vez no sepa que
JAMESHabían pasado casi una semana en el hospital, cada vez se me hacía más difícil mentirle a Victoria, además que no sé si es que me cree o solo me da la razón por no seguir peleando, cuando llegue, no me reclamo, no me exigió explicaciones por mi ausencia, ella se portaba como en automático.—Por favor pásame la camisa blanca— Pero no me escucha, sigue metida en su móvil—Victoria mi camisa.Sale de su asombro y me pasa una camisa, pero azul, no espero y saco la camisa yo mismo.—Lo siento, voy a ver que te prepararen el desayuno tal como te gusta. —Se aleja de mí antes que le pueda preguntar qué estaba sucediendo con ella. Me siento sobre la cama para calmar los mareos y la opresión en el pecho, cada día se me es más difícil vivir, seguir como si nada, pero es lo que tengo que hacer, necesito pensar que no hay un mañana, que en cualquier momento puedo dormir y no despertar, veo sobre la mesa de noche nuestra foto de boda, la tomo entre mis manos y acaricio su imagen, se veía t
BASTIANCuando JAMES me hizo aquella pregunta, por un momento los recuerdos pasaron por mi mente, mi descaro al besarla sobrepasó cualquier límite, mi desfachatez al mentirle a la cara, no tenía opción, me quedan unos meses en este país y no quiero irme sabiendo que un hombre con toda justa razón me odie,—Señor Jackson, mi jefa se fue a almorzar, aún no regresa.—Pero me dijiste que estaba ahí.—Eso pensé yo. Lo sientoMe ha estado evitando, desde hace días, desde aquel día en que su perfume inundó mis fosas nasales, aquella noche que pasé con las yemas de mis dedos, su rostro de ángel, todo es desde ese día, porque de aquella noche del beso, dudo que sepa que fui yo, porque todo sucedió muy rápido.Ahora estoy esperando a Draco, que viene con unos anteojos oscuros, puestos y aspecto terrible. No sé de qué me sorprendí, si estuvo de farra toda la noche y ni siquiera cuando me fui temprano había llegado.—Solo no grites o mejor no hables— Apoya su cabeza contra la mesa de madera, yo
VICTORIADuele, mi corazón duele, mis sueños de una vida a su lado se han desvanecido, se han roto, siento como si el aire me faltara, no sé ni dónde estoy, solo Salí corriendo, ahora está lloviendo, siento el frío entrar en mi cuerpo, mi mano izquierda está pegada a la pared, es como cuando te dan un golpe en medio del estómago, de esa manera me sentí y me siento cuando lo escuché de sus labios—Sí, Charlotte, como te estoy diciendo, creo que ya no amo a mi esposa, finalmente la diferencia de edad está haciendo hundir este barco. Cada día que pasa, me fastidia más su cercanía. ¿Conoces de un buen abogado de familia?—¿De qué hablas? ¿Abogado?—Para lo de mi divorcio, claro. ¡¿Por qué?! Grito con desesperación, porque el hombre que amo ahora dice que no me ama, por el cual dejé mi vida, me convertí en lo que él necesitaba, me acople a su modo de ser, porque siempre había estado enamorada de él, incluso esa necesidad de que algo crezca dentro de mí, te di todo James, en cambio, él me
BASTIAN—Quiero estar dentro de ti, por favor te lo suplico—Le imploro a señal de ruego, como si ella fuera una deidad y yo su más fiel siervo y en realidad para mí lo es, estoy cometiendo una locura, mientras mi boca se pega a su rostro tan cerca de sus labios, que puedo sentir su aliento combinado con el alcohol, le pedí que se detuviera, pero no lo hizo, no pude evitar sucumbir ante sus besos, sus manos tocando mi pecho, es la mujer que amo no puedo evitar querer poseerla, luche conmigo mismo, luche de verdad lo hice con estas ganas, no quiero traicionar a nadie, pero me estoy traicionando a mí mismo, las noches en vela, pensando en esto una y otra vez, las veces que me he tenido que autocomplacer en esta misma ducha, vaciar mis fluidos de solo imaginar su boca en mi polla. O mi polla dentro de ella, sentirla con mis dedos no es suficiente, tocar su centro y oírla gemir a mi causa, no basta, no me llena. Quiero más, quiero romper las barreras de lo correcto.—No te detengas —. Sus
VICTORIACuando despierto, siento como si algo me impidiera moverme y fuerte dolor de cabeza en forma de punzada me ataca, cuando veo a mi alrededor me doy cuenta de que no es mi recámara ¿Entonces? Pero mi duda se esfuma cuando a mi lado y con el dorso desnudo está un cuerpo de hombre, me tapo la boca producto de la sorpresa y angustia, ¡No puede ser cierto! Grito para mis adentros, retrocedo presa del pánico y sin darme cuenta caigo de bruces al suelo y hago que se despierte.—Victoria, ¿Qué sucede? — Abre los ojos como platos y corre a ayudarme, pero no se lo permito, no puedo dejar que me toque, mis ojos se llenan de lágrimas y empiezo a golpearme la cabeza y jalarme los cabellos, esto no puede estar pasando.—¡No puede ser cierto, tú y yo no puede ser cierto!—Cálmate, por favor, no te hagas daño.—¡No me toques, te dije! — Y mi mano se estampa contra su rostro, él me mira con enojo, pero es un sinvergüenza, como se atreve a mirarme de esa forma.—No tienes por qué golpearme, cua