JAMESHabían pasado casi una semana en el hospital, cada vez se me hacía más difícil mentirle a Victoria, además que no sé si es que me cree o solo me da la razón por no seguir peleando, cuando llegue, no me reclamo, no me exigió explicaciones por mi ausencia, ella se portaba como en automático.—Por favor pásame la camisa blanca— Pero no me escucha, sigue metida en su móvil—Victoria mi camisa.Sale de su asombro y me pasa una camisa, pero azul, no espero y saco la camisa yo mismo.—Lo siento, voy a ver que te prepararen el desayuno tal como te gusta. —Se aleja de mí antes que le pueda preguntar qué estaba sucediendo con ella. Me siento sobre la cama para calmar los mareos y la opresión en el pecho, cada día se me es más difícil vivir, seguir como si nada, pero es lo que tengo que hacer, necesito pensar que no hay un mañana, que en cualquier momento puedo dormir y no despertar, veo sobre la mesa de noche nuestra foto de boda, la tomo entre mis manos y acaricio su imagen, se veía t
BASTIANCuando JAMES me hizo aquella pregunta, por un momento los recuerdos pasaron por mi mente, mi descaro al besarla sobrepasó cualquier límite, mi desfachatez al mentirle a la cara, no tenía opción, me quedan unos meses en este país y no quiero irme sabiendo que un hombre con toda justa razón me odie,—Señor Jackson, mi jefa se fue a almorzar, aún no regresa.—Pero me dijiste que estaba ahí.—Eso pensé yo. Lo sientoMe ha estado evitando, desde hace días, desde aquel día en que su perfume inundó mis fosas nasales, aquella noche que pasé con las yemas de mis dedos, su rostro de ángel, todo es desde ese día, porque de aquella noche del beso, dudo que sepa que fui yo, porque todo sucedió muy rápido.Ahora estoy esperando a Draco, que viene con unos anteojos oscuros, puestos y aspecto terrible. No sé de qué me sorprendí, si estuvo de farra toda la noche y ni siquiera cuando me fui temprano había llegado.—Solo no grites o mejor no hables— Apoya su cabeza contra la mesa de madera, yo
VICTORIADuele, mi corazón duele, mis sueños de una vida a su lado se han desvanecido, se han roto, siento como si el aire me faltara, no sé ni dónde estoy, solo Salí corriendo, ahora está lloviendo, siento el frío entrar en mi cuerpo, mi mano izquierda está pegada a la pared, es como cuando te dan un golpe en medio del estómago, de esa manera me sentí y me siento cuando lo escuché de sus labios—Sí, Charlotte, como te estoy diciendo, creo que ya no amo a mi esposa, finalmente la diferencia de edad está haciendo hundir este barco. Cada día que pasa, me fastidia más su cercanía. ¿Conoces de un buen abogado de familia?—¿De qué hablas? ¿Abogado?—Para lo de mi divorcio, claro. ¡¿Por qué?! Grito con desesperación, porque el hombre que amo ahora dice que no me ama, por el cual dejé mi vida, me convertí en lo que él necesitaba, me acople a su modo de ser, porque siempre había estado enamorada de él, incluso esa necesidad de que algo crezca dentro de mí, te di todo James, en cambio, él me
BASTIAN—Quiero estar dentro de ti, por favor te lo suplico—Le imploro a señal de ruego, como si ella fuera una deidad y yo su más fiel siervo y en realidad para mí lo es, estoy cometiendo una locura, mientras mi boca se pega a su rostro tan cerca de sus labios, que puedo sentir su aliento combinado con el alcohol, le pedí que se detuviera, pero no lo hizo, no pude evitar sucumbir ante sus besos, sus manos tocando mi pecho, es la mujer que amo no puedo evitar querer poseerla, luche conmigo mismo, luche de verdad lo hice con estas ganas, no quiero traicionar a nadie, pero me estoy traicionando a mí mismo, las noches en vela, pensando en esto una y otra vez, las veces que me he tenido que autocomplacer en esta misma ducha, vaciar mis fluidos de solo imaginar su boca en mi polla. O mi polla dentro de ella, sentirla con mis dedos no es suficiente, tocar su centro y oírla gemir a mi causa, no basta, no me llena. Quiero más, quiero romper las barreras de lo correcto.—No te detengas —. Sus
VICTORIACuando despierto, siento como si algo me impidiera moverme y fuerte dolor de cabeza en forma de punzada me ataca, cuando veo a mi alrededor me doy cuenta de que no es mi recámara ¿Entonces? Pero mi duda se esfuma cuando a mi lado y con el dorso desnudo está un cuerpo de hombre, me tapo la boca producto de la sorpresa y angustia, ¡No puede ser cierto! Grito para mis adentros, retrocedo presa del pánico y sin darme cuenta caigo de bruces al suelo y hago que se despierte.—Victoria, ¿Qué sucede? — Abre los ojos como platos y corre a ayudarme, pero no se lo permito, no puedo dejar que me toque, mis ojos se llenan de lágrimas y empiezo a golpearme la cabeza y jalarme los cabellos, esto no puede estar pasando.—¡No puede ser cierto, tú y yo no puede ser cierto!—Cálmate, por favor, no te hagas daño.—¡No me toques, te dije! — Y mi mano se estampa contra su rostro, él me mira con enojo, pero es un sinvergüenza, como se atreve a mirarme de esa forma.—No tienes por qué golpearme, cua
JAMES—No puedes ir en ese estado, estás demasiado alterado, no te hace bien.—Tengo que comprobar que ella está bien —Me desespera la idea de que está enferma, porque sé que es a causa mía, no quiero que ella esté mal, pero como hago o qué más le puedo decir, soy consciente de que la única persona que la ha lastimado he sido yo.—Si ella te ve, te aseguro que harás que se enferme mucho más, deja que yo vaya tú, quédate en el estacionamiento del hospital.MINUTOS DESPUÉS—Se le bajó la presión, al parecer ha estado bajo un estrés agudo, le han recomendado descanso y unas pastillas para los nervios, se quedará unos días aquí hasta que comprueben que no es un peligro—¿La están medicando? ¡Diablos! — Tengo que salir de aquí y tomar su mano, esto no puede estar pasando.—¡Cálmate! — Me impide el paso y lo logra, estoy algo débil y fácilmente puedo ser derrumbado hasta por una ráfaga de viento. —Ella no está sola.Cuando dice aquello, me detengo en seco y un dolor en mi pecho aparece como
BASTIANCuando la vi así de afectada, me nublé por la ira. No pensaba, solo quería que eso que la estaba lastimando se detuviera, JAMES no se esperaba esa reacción de mi parte y mucho menos yo, pero cuando se trata de ella, las cosas no son tan fáciles de explicar. Sin embargo, cuando la vi desmayarse la socorre lo más rápido que podía para que no cayera en el suelo, mientras yo la tenía en mis brazos, JAMES se desesperaba y trataba de que reaccionara, que dijera algo, pero fue en vano, la subí a la camilla y Salí corriendo por un médico, cuando regrese mi corazón se sintió como un pequeño golpe, él besaba su frente y acariciaba su cabello, tenía ganas de golpearlo y alejarlo de Victoria, pero no podía hacer nada, yo no era quien para intervenir y eso ardía por dentro, solo era hombre que la amaba en secreto que se aprovechó de ella cegado por lo que sentía.—Lo siento, señor Jackson, pero la información sobre su estado solo se le puede dar a familiares directos.—Entiendo.Me doy l
JAMES—¿Por qué lloras? Yo no lo estoy haciendo, entonces tú tampoco lo hagas.—Es que eres mi familia, no puedo aceptar lo que digan, soy médico también, pero me niego a aceptar que no hay más posibilidades y que — Se tapó la boca, para no terminar aquella frase, yo tenía las manos en los bolsillos y parado pegado a la pared, la miraba sin poder acercarme y consolarla, no sé cómo hacerlo si yo mismo no encuentro respuestas a como me siento en este momento, acabábamos de salir del consultorio y mi oncólogo me ha preguntado si deseo pasar mis últimos días en un hospital alargando un poco más mis días o en total libertad, solo me quedan menos de tres meses, la medicina alternativa no ha funcionado al igual que la convencional, algo que no le he dicho a Charlotte es sobre una operación que solo me da un cinco por ciento de posibilidades, pero que no asegura que el tumor no vuelva a salir y esta vez con más fuerza, no le puedo hacer esto a mi familia, a ella o a mi querida Victoria.—T