Natalia entró a quirófano sin dejar de pensar en Kostantin, era imposible no preocuparse por él, porque le parecía extraño que no se presentara, ella dio un profundo suspiro.—¿Estás lista Natalia? —preguntó el anestesiólogo antes de empezar a inyectarle anestesia completa.—Si lo estoy, cuando venga mi esposo y esté ya operada, quiero que esté a mi lado, así aún yo esté durmiendo, no lo saque de la habitación.—Está bien, cuando llegue le aviso, no puede moverse de aquí bajo ninguna circunstancia.Segundos después la anestesiaron, le hicieron la incisión en el abdomen e iniciaron el procedimiento.Tendría aproximadamente un poco más de una hora cuando Natalia entró al quirófano, empezó a soñar con un lugar bastante apacible y allí vio a Vasil, estaba vestido con un pantalón y una camisa ancha con una rosa en el bolsillo, todo de un blanco tan radiante que debió entrecerrar un poco los ojos para adaptarse a la luz emanada por su vestidura.—Vasil, al fin viniste, te estuve esperando,
La emoción de Sol, era indescriptible, cuando entró, no se dio cuenta de la cantidad de cables y aparatos que tenía su padre, hasta ese momento, cuando escuchó las palabras del médico.—¿Cómo fue? Si la enfermera nos dijo que había muerto —interrogó la jovencita sin poder creer lo que estaba sucediendo.—Ella te dijo la verdad, lo habíamos dado por muerto, incluso las enfermeras salieron porque le hicimos RCP, y no daba resultados, estaba a punto de salir cuando el monitor empezó a registrar de nuevo la frecuencia cardíaca, no sé cómo sucedió, solo que es un milagro —respondió el médico con una sonrisa.—¿Va a estar bien? —preguntó la jovencita preocupada.—No lo sabemos, depende de su avance, nuestro principal problema es que no contamos con su tipo de sangre y sin eso, puede ser fatal, los próximos días son cruciales para él… si apareciera un donante, podríamos decir que sería el milagro perfecto, sobre todo si consideramos que solo cuarenta y cuatro personas en todo el mundo tienen
Blake Ryan, no pudo evitar sonreír ante la determinación de la mujer, y no la juzgaba, la entendía perfectamente, porque si él estuviera en su lugar, no dudaría en secuestrar a quien fuera para salvar a la mujer de su vida.—¿Cómo se llama usted? —interrogó con curiosidad.—Me llamo Natalia Ferrer Altamirano, mi esposo se llama Kostantin Petrakis, si quiere podemos ir charlando, mientras subimos a conversar con el médico, ¿Por qué no se va a negar? ¿Verdad?—No, no me negaré y casualmente estoy en muy buena condición de salud y si, viendo su fiera determinación, creo que ni negándome podría salvarme de ser el donante de su esposo. Ahora vayamos a hablar con su médico.Así lo hicieron, Ryan debió retrasar su retorno a Estados Unidos, y sirvió de donante a Kostantin.Los días fueron pasando, la recuperación de Vasil era lenta y Natalia, a pesar de tener que estar recuperándose, lo visitaba diariamente, limpiaba su rostro y cuerpo con paños húmedos y le hablaba, en el fondo temía que alg
Natalia escuchó las palabras de su nana y tuvo la sensación de que esa persona de la cual hablaba, se trataba de ella, sin embargo, el rostro de la mujer palideció mientras se mantuvo en silencio, por eso no dudó en repetir la pregunta.—Nana, por favor, Dime ¿De quién hablas? ¿Quién es esa persona que va a despreciarte si sabes que eres su madre? —interrogó.La nana frotó una mano con otra y segundos después las lágrimas empezaron a rodar por sus ojos, la mujer sintió un nudo en su garganta la cual le impedía hasta respirar, sus palabras no salían de su boca, tragó varías veces, hasta que por fin pudo encontrar su voz, no era fácil para ella confesarse.—Lo siento Natalia, cuando eso pasó, solo era una chiquilla temerosa, ignorante, no sabía qué hacer, me dio tanto pánico, enfrentarme al mundo con una pequeña, tampoco quería deshacerme de ti, por eso decidí tenerte… además, tu padre a pesar de ser un hombre casado, deseaba tenerte, se ilusionó contigo. En ese tiempo, la esposa de Sim
Natalia se quedó viéndolo con sorpresa, por un par de segundos, luego movió su cabeza con incredulidad.—Eso explica por qué siempre la preferiste antes que a mí, ella fue tu prioridad, tus atenciones, halagos, todo lo mejor para Cándida y lo peor para mí, a pesar de ser tu hermana nunca tuviste ni siquiera una pequeña muestra de afecto… ¿Quién es la madre de Cándida?—Acaso no es obvio, es hija de Mildred y mía —pronunció sin un ápice de remordimiento.—Eso es una relación incestuosa —lo recriminó Natalia.El hombre se encogió de hombros y se burló de ellos, enseguida la nana caminó y se paró frente a él.—¿Lo saben verdad? —le interrogó la nana—. Y lo saben desde hace más de dieciocho años, para poder tener a Cándida, y han mantenido la fachada… por eso tu padre no te dejó los bienes a ti y a tu hermana… ustedes saben que no son hermanos, que ella fue adoptada cuando tus padres se dieron cuenta de que no podían tener hijos y… —las palabras de la mujer fueron interrumpidas.—Si lo sé
Kostantin ni se inmutó, caminó hacia él, con esa expresión de arrogancia que expresaba cuando quería hacer rabiar a la gente.—¿Crees que voy a salir huyendo como tú? ¡No soy un cobarde! —se acercó tanto a Simón que las manos de este empezaron a temblar.—Por favor Kosta, aléjate de él, ¡Cuidado! —exclamó Natalia en tono de súplica.—No podemos seguir temiéndole, a la mala hierba se corta de raíz y evidentemente Simón es de las peores.Simón pensaba que Kostantin no era contrincante para él, por eso se confió, y solo supo de las intenciones del hombre cuando recibió el fuerte impacto del golpe en la cabeza que lo dejó aturdido, intentó disparar el arma, pero el disparo no salió y ese fue el momento que aprovechó la policía para atraparlo.—¡Maldit0s! Me la van a pagar —vociferaba por completo enloquecido—. Ese dinero es mío y no me lo voy a dejar quitar, mío, es mío, me las van a pagar, los voy a destruir a todos… —repetía el hombre como una especie de mantra, fuera de sí.Mientras la
Rhoda a pesar de que quería mostrar una actitud de indolencia, se sintió afectada, por las palabras de Oliver, por eso tragó grueso, disipando el nudo que se le hizo en la garganta y tratando de ocultar su rostro para que nadie viera su palidez y dijo con aparente indiferencia.—No te preocupes Oliver, para que sientas tranquilidad esta revoltosa e irreverente mujer, no está interesada en ti… así que puedes estar tranquilo de que no verás a una loca desquiciada corriendo tras de ti por querer atraparte… además estás muy grande para mí, yo soy una jovencita de veintiún años y tú tienes como treinta y seis años, no me gusta alisar arrugas —luego de decir eso se giró y se volvió a ir por donde entró, sin poder contener no sabía si el orgullo o el corazón herido.Oliver se quedó viéndola marchar, con una sensación de que había cometido el peor error del mundo y Esteban, se lo hizo saber.—Si te gusta mi tía, acabas de cometer un gran error, porque acabas de matar toda posibilidad con ella
Los días siguieron pasando con celeridad, estos se convirtieron en semanas, y después transcurrieron dos meses, ambos estaban por completo recuperados, durante esos días se dedicaron a mejorar su salud, pasaban horas de charlas, poniéndose al día de esos quince años que pasaron sin verse.—No puedo creer que hayas pasado hasta veinte horas despierto, sin descansar, construyendo el primer barco. ¡Eso es un ejemplo de tenacidad! Espero que nuestros hijos, la hayan heredado —él sonrió orgulloso por el halago de su esposa, le encantaba contarle todo lo que logró, a pesar de que en ese momento tuvo un estímulo errado, ahora lo agradecía porque gracias a ello, podía darles todo lo que necesitaban y no había nada que deseara más, si no poder complacerlos.—Amor, quisiera que viajáramos para que compartamos unos momentos en familia, desearía ir a un día de campo con los chicos, armar carpas, acampar un par de días, también pudiéramos hacerlo en la playa, o en Grecia, allí compré una isla, qui