Blake Ryan, no pudo evitar sonreír ante la determinación de la mujer, y no la juzgaba, la entendía perfectamente, porque si él estuviera en su lugar, no dudaría en secuestrar a quien fuera para salvar a la mujer de su vida.—¿Cómo se llama usted? —interrogó con curiosidad.—Me llamo Natalia Ferrer Altamirano, mi esposo se llama Kostantin Petrakis, si quiere podemos ir charlando, mientras subimos a conversar con el médico, ¿Por qué no se va a negar? ¿Verdad?—No, no me negaré y casualmente estoy en muy buena condición de salud y si, viendo su fiera determinación, creo que ni negándome podría salvarme de ser el donante de su esposo. Ahora vayamos a hablar con su médico.Así lo hicieron, Ryan debió retrasar su retorno a Estados Unidos, y sirvió de donante a Kostantin.Los días fueron pasando, la recuperación de Vasil era lenta y Natalia, a pesar de tener que estar recuperándose, lo visitaba diariamente, limpiaba su rostro y cuerpo con paños húmedos y le hablaba, en el fondo temía que alg
Natalia escuchó las palabras de su nana y tuvo la sensación de que esa persona de la cual hablaba, se trataba de ella, sin embargo, el rostro de la mujer palideció mientras se mantuvo en silencio, por eso no dudó en repetir la pregunta.—Nana, por favor, Dime ¿De quién hablas? ¿Quién es esa persona que va a despreciarte si sabes que eres su madre? —interrogó.La nana frotó una mano con otra y segundos después las lágrimas empezaron a rodar por sus ojos, la mujer sintió un nudo en su garganta la cual le impedía hasta respirar, sus palabras no salían de su boca, tragó varías veces, hasta que por fin pudo encontrar su voz, no era fácil para ella confesarse.—Lo siento Natalia, cuando eso pasó, solo era una chiquilla temerosa, ignorante, no sabía qué hacer, me dio tanto pánico, enfrentarme al mundo con una pequeña, tampoco quería deshacerme de ti, por eso decidí tenerte… además, tu padre a pesar de ser un hombre casado, deseaba tenerte, se ilusionó contigo. En ese tiempo, la esposa de Sim
Natalia se quedó viéndolo con sorpresa, por un par de segundos, luego movió su cabeza con incredulidad.—Eso explica por qué siempre la preferiste antes que a mí, ella fue tu prioridad, tus atenciones, halagos, todo lo mejor para Cándida y lo peor para mí, a pesar de ser tu hermana nunca tuviste ni siquiera una pequeña muestra de afecto… ¿Quién es la madre de Cándida?—Acaso no es obvio, es hija de Mildred y mía —pronunció sin un ápice de remordimiento.—Eso es una relación incestuosa —lo recriminó Natalia.El hombre se encogió de hombros y se burló de ellos, enseguida la nana caminó y se paró frente a él.—¿Lo saben verdad? —le interrogó la nana—. Y lo saben desde hace más de dieciocho años, para poder tener a Cándida, y han mantenido la fachada… por eso tu padre no te dejó los bienes a ti y a tu hermana… ustedes saben que no son hermanos, que ella fue adoptada cuando tus padres se dieron cuenta de que no podían tener hijos y… —las palabras de la mujer fueron interrumpidas.—Si lo sé
Kostantin ni se inmutó, caminó hacia él, con esa expresión de arrogancia que expresaba cuando quería hacer rabiar a la gente.—¿Crees que voy a salir huyendo como tú? ¡No soy un cobarde! —se acercó tanto a Simón que las manos de este empezaron a temblar.—Por favor Kosta, aléjate de él, ¡Cuidado! —exclamó Natalia en tono de súplica.—No podemos seguir temiéndole, a la mala hierba se corta de raíz y evidentemente Simón es de las peores.Simón pensaba que Kostantin no era contrincante para él, por eso se confió, y solo supo de las intenciones del hombre cuando recibió el fuerte impacto del golpe en la cabeza que lo dejó aturdido, intentó disparar el arma, pero el disparo no salió y ese fue el momento que aprovechó la policía para atraparlo.—¡Maldit0s! Me la van a pagar —vociferaba por completo enloquecido—. Ese dinero es mío y no me lo voy a dejar quitar, mío, es mío, me las van a pagar, los voy a destruir a todos… —repetía el hombre como una especie de mantra, fuera de sí.Mientras la
Rhoda a pesar de que quería mostrar una actitud de indolencia, se sintió afectada, por las palabras de Oliver, por eso tragó grueso, disipando el nudo que se le hizo en la garganta y tratando de ocultar su rostro para que nadie viera su palidez y dijo con aparente indiferencia.—No te preocupes Oliver, para que sientas tranquilidad esta revoltosa e irreverente mujer, no está interesada en ti… así que puedes estar tranquilo de que no verás a una loca desquiciada corriendo tras de ti por querer atraparte… además estás muy grande para mí, yo soy una jovencita de veintiún años y tú tienes como treinta y seis años, no me gusta alisar arrugas —luego de decir eso se giró y se volvió a ir por donde entró, sin poder contener no sabía si el orgullo o el corazón herido.Oliver se quedó viéndola marchar, con una sensación de que había cometido el peor error del mundo y Esteban, se lo hizo saber.—Si te gusta mi tía, acabas de cometer un gran error, porque acabas de matar toda posibilidad con ella
Los días siguieron pasando con celeridad, estos se convirtieron en semanas, y después transcurrieron dos meses, ambos estaban por completo recuperados, durante esos días se dedicaron a mejorar su salud, pasaban horas de charlas, poniéndose al día de esos quince años que pasaron sin verse.—No puedo creer que hayas pasado hasta veinte horas despierto, sin descansar, construyendo el primer barco. ¡Eso es un ejemplo de tenacidad! Espero que nuestros hijos, la hayan heredado —él sonrió orgulloso por el halago de su esposa, le encantaba contarle todo lo que logró, a pesar de que en ese momento tuvo un estímulo errado, ahora lo agradecía porque gracias a ello, podía darles todo lo que necesitaban y no había nada que deseara más, si no poder complacerlos.—Amor, quisiera que viajáramos para que compartamos unos momentos en familia, desearía ir a un día de campo con los chicos, armar carpas, acampar un par de días, también pudiéramos hacerlo en la playa, o en Grecia, allí compré una isla, qui
La familia empezó sus días de vacaciones, y el primer destino fue el campo, a pesar de irse a una finca que tenía Kosta en un área ubicada a tres horas de la ciudad en Albal, pero como él no quería hacerlo rodeado de lujos, no llegaron a la casa que tenían allí, sino que en el jeep se adentraron en una zona poblada de árboles, cuando tenían media hora de recorrido, dejaron el vehículo aparcado en una especie de estacionamiento a orilla de la vía de acceso principal.Luego cada uno tomó su bolso y el equipamiento que llevaban y comenzaron a caminar por el sendero debidamente marcado, al mismo tiempo que observaban la asombrosa vegetación y escuchaban el trinar de los pájaros.El viento sopló fuerte, moviendo la copa de los árboles y sus cabellos, llevando consigo el delicioso olor a los pinos, que eran abundantes en esa área.—Papá, esto es hermoso —declaró una emocionada Sol, tomando la mano de su padre, se agarró a él como si fuera un lorito.Por su parte, los chicos hacían lo mismo
Kostantin la terminó de recostar en la piedra y besó su cuello con pasión.—Te amo tanto Natalia, no sé cómo aguanté tanto tiempo sin ti… es la sensación más sublime estar a tu lado —pronunció con voz ronca, llevando las manos a sus senos de nuevo y masajeándolos con suavidad. Por su parte, Natalia se echó hacia atrás, no sé cansaba nunca de él, su corazón rebosaba de alegría, no podía ser más feliz, cerró los ojos y sus sufrimientos le parecían ahora tan lejanos, como si le hubieran ocurrido a otra persona y no a ella.—Yo te amo más… y te juro que siempre imaginé que volveríamos a estar así —sonrió con los ojos cerrados.—Mi bella esposa, estoy dispuesta a compensarte, a vivir para ti… de todas maneras mi vida es tuya, te pertenece… porque tú me salvaste.*****—No les parece que mamá y papá se están tardando mucho, vamos a ir a buscarlos —expresó una preocupada Sol.Los gemelos se vieron al rostro con una expresión de complicidad, aunque quién habló fue Esteban.—¡Déjalos! Segura