Mariana niega con la cabeza, ella no va a creer está locura, Mauro y Jennifer son de las personas más importantes de su vida, no puede creer un engaño así.
—¡Cállate patán!— Aurora horrorizada con las palabras de Sam le da una cachetada — Todo lo que dices es una Mentira — la loba se agarra el pecho, alterada.
Sam mira a Jennifer que está asustada, la loba no deja de mirar a los lobos invitados a la fiesta que susurran, siempre había mantenido una fachada de loba buena.
— Tengan los pantalones de decirle la verdad a la reina, ella no merece más este engaño — Sam quería quitarles la careta, por eso no los mato en aquella casa.
— Vete de mi casa, no te creeré — La voz de Mariana tiembla, su corazón late rápidamente mientras sus manos tiemblan.
— Yo los vi, desde hace meses se ven en una cabaña color rojo a la salida de aquí, llegando a la manada Luna Oro — Sam está seguro de lo que habla, sospechaba de las salidas de Jennifer y con sus ojos lo comprobó.
Un silencio inunda aquella fuerte confrontación, Mauro no dice nada, se queda callado, sin saber que hacer.
Mariana sigue negando, la idea no es capaz de ser dibujada en su cabeza, pero recuerda que aquella cabaña en la que pasaba ratos con su esposo, según palabras de Mauro había estado en reparaciones desde hace meses.
— Es verdad, ya no podemos ocultarlo más, Mauro y yo nos amamos — Jennifer en un milisegundo entiende que está es su oportunidad, Mauro debe demostrarle si en verdad la va a elegir — Llegó la hora.
Mauro suspira, entiende que Jennifer le ha puesto a elegir entre ella y su esposa, le pide a Mariana hablar del tema a solas.
La reina camina sin vida, con los ojos perdidos en sus pensamientos, con en rostro blanco como una hoja de papel hacia el estudio.
— ¿Es... Verdad?— titubea, sus ojos abiertos, se llenan de lágrimas, que lentamente caen por su mejilla.
— Si, Jennifer y yo somos amantes desde hace unos meses, no queria hacerte daño — Mauro mantiene un tono de voz bajo, se siente culpable, la vergüenza es más grande que su orgullo lobil.
Mariana le da golpes en el pecho, no puede creer que el la engañara
—¡¿Por qué?! Yo .. yo.. yo te di una familia feliz, era una buena esposa, una buena madre ¡¿Por qué?!.
— Porque desde hace mucho no soy feliz contigo, nuestro matrimonio va más allá de una responsabilidad con la manada, ella me regreso las ganas de vivir — Mauro sostiene las manos de Mariana para que no lo golpee más.
—¿Que quieres decir? ¿Terminarás con nuestro matrimonio?— Mariana abre los ojos, siente que todo es una pesadilla y no sabe que hacer para tomar una decisión pues se hunde lentamente en una oscuridad absoluto.
— Lo siento pero amo a Jennifer, quiero el divorcio, te liberare como mi Luna y mi reina para que Jennifer sea quien esté a mi lado.
Mauro está decidido a no perder esa pasión que lo inunda y que como dice le ha dado una segunda oportunidad de sentirse vivo.
Mariana se sienta aún incredula en el sillón, Mauro le pide que en la mañana deje la casa y que se encargará de liberar su matrimonio lo más rápido posible.
— Lo siento — es lo único que dice al irse de allí.
Aurora regaña a Jennifer, pero Mauro con una sonrisa la carga en sus brazos y se la lleva de allí
—¡Ella será mi reina!— exclama mientras los ancianos de la manada abren los ojos con asombro.
Mariana sale con los ojos llorosos
—¡Larguense de mi casa!— exclama lanzado por los aires las decoraciones que con tanto esmero preparo, rompiendo todo lo que un día la unió a el.
Aurora la toma de los brazos, intenta calmarla, le pide que piense en la pequeña Selene, su hija, ahora la necesita fuerte.
— ¿Donde estan?— Mariana toma de los brazos a su hermana, exigiendo una respuesta.
Aurora suspira en medio del llanto, de la vergüenza por su hija
— Mauro se la llevó.
Mariana sale corriendo, no le importa nada, en medio de la carrera sus tacones de rompen, su vestido se rasga, cae varias veces en el suelo, sangra pero solo quiere llegar a ese destino.
La loba llega a aquella cabaña, la misma que fue su sitio de amor con Mauro, la que ella decoro con amor porque era su espacio seguro.
Se asoma por la ventana, coloca sus manos para tapar su boca, observa como Mauro y Jennifer hacen el amor en la alfombra, esa que él le regaló el día de su primer aniversario.
Mariana retrocede, su corazón está roto, su vida se ha consumido, aquella burbuja rosa del matrimonio perfecto y familia perfecta acaba de estallar y la lanzó al suelo con fuerza que se ha dado el peor golpe de su vida.
Camina sin rumbo, sus ojos parecen no tener vida, rememora las promesas, los momentos ¿Que sucedió? Porque dos personas que tanto amo le causaron este terrible dolor.
Se detiene en el puente que divide la manada Luna Esmeralda con Luna Oro, observa el vacío hacia abajo, el río torrencial, se sube sobre la baranda con los brazos abiertos.
Nunca pensó en acabar con su vida, pero siente que no tuvo una vida, el dolor nubla su pensamiento, ni siquiera piensa en su hija, solo quiere acabar con el dolor de su pecho.
Siente un fuerte agarre en la cintura que la tumba al suelo, abre los ojos, reacciona, se da cuenta de lo que estuvo a punto de hacer
—¡¿Por que iba a hacer algo así?!— exclama furioso un guapo lobo un poco más joven, con una mirada penetrante de color verde.
Mariana lo abraza
— Gracias... Usted ... — solloza hasta perder el aliento y desmayarse en sus brazos.
Mariana abre los ojos ¿Y si todo fue una pesadilla? Se pregunta pero tristemente mientras reacciona se da cuenta que es la realidad.Esta en un lugar desconocido, en una habitación lujosa, se levanta exaltada e intenta salir de la casa, pero al bajar las escaleras de cruza con el lobo que le salvó la vida, el mismo que tiene una charola en sus manos con un te.—¿Ya se siente mejor? ¿Quiere que busque a algún familiar?— le pregunta mientras deja sobre una mesa la charola de metal.— Me tengo que ir, gracias por su ayuda — Mariana agacha la cabeza, quiere seguir su camino, pero este insiste en preguntarle si desea compañía.— ¿De que manada es? Puedo llevarla, la vi muy alterada, no quiero que cometa ninguna locura.—¡No volveré a cometer esa locura! Además no quiero su ayuda — Mariana intenta salir de aquella casa pero el lobo la toma de la mano.— Me gustaría saber tu nombre, el mío es Nicola.Mariana se suelta de su agarre— Gracias por todo — ella decide seguir su camino.Se encuent
Nicola no puede dejar de ver la belleza de Mariana, pero más que eso le llama la atención la manera en la que aquella frágil loba, tan delicada como una flor lastimada, ahora parece una rosa con espinas filosas para defenderse.Jennifer se acerca, abre los ojos y levanta el mentón, sonríe burlándose de su tía.— Tía, espero que entiendas que el amor es así — siempre ha intentado hacerse la víctima, demostrar que ella nunca ha sido mala, que de su cabeza no salen pensamientos perversos.— No me vuelvas a decir tia, para ti soy Mariana — La loba gruñe, se ha contenido, ha intentado mantener su cabeza en alto y su dignidad de reina intacta, quizás por eso no le ha dado una cachetada a la jovencita que se burla.— Está bien, ya no te diré tía, creo que lo mejor será que nos tratemos con distancia hasta que sabes tus heridas, así que dirígete a mi como reina — Jennifer tiene una sonrisa pícara.—¿Crees que ganaste? No querida, yo gane — Mariana la observa de arriba abajo, está destruida, s
Mariana le pide a Nicola que se vaya— Solo quiero estar sola.El niega con la cabeza— No lo haré, desde el día en el puente me hice la promesa de cuidarla — sonreí coqueto.— Eres un lobo joven, no deberías preocuparte por una loba divorciada con una hija y rechazada como yo.Mariana expresa en sus palabras la percepción que tiene de ella misma, la herida que le ha dejado Mauro.Nicola la toma del mentón, la mira directamente a sus ojos azules, hay una leve y momentánea conexión entre los dos— La edad es solo un brillo de nuestra belleza interior — Nicola le da una caricia y con su mano limpia el rostro.Mariana se sonroja ante las calidas palabras de aquel joven apuesto, pero decide seguir su camino.Al llegar a casa, le agradece por la compañía— Le pido que no vuelva a acercarse a miMariana cierra la puerta, pero Nicola se queda viendo desde la distancia aquella casa vieja, la luz ilumina una ventana, en ella ve la sombra de Mariana que carga a su hija en brazos, es una escena
Capitulo 6Mariana se siente avergonzada, no quería que Nicola la viera en su momento más frágil.— Gracias pero deberías irte, este no es un problema para ti — Ella suspira mientras bebe un poco de agua.— Lo es, yo siempre te cuidare, pero si te incómodo me iré.Mariana se encierra a llorar en su habitación, le duele la traición pero sabe que debe reponerse, no puede permitir que Jennifer y Mauro la destruyan ella es mejor que eso.Llega el día de la boda...Mariana observa como la manada se viste para la gran fiesta, Jennifer tuvo la osadía no solo de enviar una invitación para su madre, si no para Mariana.— Es tu hija, entiendo si debes ir a acompañarla — Mariana no quiere que Aurora se aleje de su hija solo por apoyarla, entre las dos hay una unión de hermanas tan fuerte que jamás permitirá que Aurora sea infeliz .— No lo haré, no solo por darte mi apoyo incondicional, ella hizo mal, acompañarla sería aceptar ante todos que ella no cometió un error.Aurora se siente decepcionad
Nicola sonríe ante el rostro ruborizado de Mariana que abre los ojos.—¡¿No puedes hacer eso?!—Mauro le da un fuerte empujón a Nicola, gruñe lleno de celos al ver que Mariana correspondió a ese beso.Nicola le regresa el empujón, los dos se miran llenos de una rabia asesina, producto del duelo por la loba que les interesa.—¡¿Que te pasa?! —Jennifer levanta la voz y jala del brazo a Mauro para que se controle, la manada los observa y susurra, la está dejando en ridículo.—¡Eres la madre de mi hija! No voy a permitir que me hagas pasar estás vergüenzas, me debes respeto y lealtad.—El mismo que tu me debías y no cumpliste, Mauro, puedes irte al infierno —Mariana toma la mano de Nicola, ha llegado el momento de irse de ese lugar.Mauro quiere ir tras ellos, Jennifer lo detiene mientras le reclama lo que acaba de hacer.—¡Yo soy tu esposa! La futura madre de tu hijo Alfa, Esto me ofende demasiado —Jennifee pierde el control levantando su voz al Alfa.La manada hace un sonido de sorpresa
Capítulo 8Uno de los miembros del concejo de ancianos de la región lobil, se acerca —Estas en la mirada de todo el mundo, comportarte —Le pide a Mauro que deje de hacer un escándalo, pues las miradas de los presentes se concentran en la discusión.Mariana le pide a Nicola que la saqué de allí, no quiere estar cerca de Mauro.Mauro gruñe al verla alejarse, pero por las apariencias decide no hacer nada, solo tragarse la impotencia de ver a Mariana con otro lobo.—Lo siento, no quería que se dañará nuestra cena, no entiendo a Mauro y sus actitudes, pero el ya no es mi dueño.Nicola le da un beso en la mano—No te preocupes, yo daría mil batallas por ti.Los dos se suben en el carruaje de Nicola, hablan de lo importante que ha sido para los dos conocerse.—Le diste luz a mi vida, y eso es algo que no olvidaré.Mariana se acerca suavemente a Nicola, es ella quien inicia ese beso tierno.Nicola la toma de la cintura, sonríe—Gracias por besarme sin necesidad de suplicarlo.El lobo toma su
Capítulo 9Mariana se siente indignada ante el descaro de Mauro, le duele que juegue con los sentimientos de la pequeña.—Tenemos que hablar —Mariana le pide a su pequeña hija que vaya a casa.Mauro intenta acercarse a ella, pero Mariana da un leve paso hacia atrás para mantenerlo alejado a distancia.—¿Que es lo que buscas? Creo que ya nos has hecho mucho daño como, y ya no lo voy a permitir menos a mi hija.—Ella también es mi hija y tú eres mía, fue tu dueño —Mauro gruñe con los dientes apretados, intentando controlar la rabia que siente por el desprecio de Mariana.—Era, renunciaste a las dos por Jennifer, así que ve con tu esposa, con su embarazo y se feliz —Mariana quiere entrar a casa pero Mauro la jala del brazo.—¡¿Te embrujo?! Estás tan confundida con ese idiota que no te das cuenta, solo te usa, ningún Alfa soltero tomaría como esposa a una esposa vieja y divorciada, solo te quiere en la cama.Mauro gruñe, la idea que Mariana sea feliz con un lobo más joven le vuelve loco,
Mariana se siente muy nerviosa con la presencia de la madre de Nicola.—¿Que necesita reina? —Baja la cabeza y hace una venía brindando los respetos protocolares.—Creo que lo único que puedo necesitar de ti es una cosa, Alejate de Nicola —Jules frunce el ceño mientras observa alrededor con asco, como si la vivienda de Mariana fuese una pocilga.—¿Por qué me pide eso? Yo quiero a su hijo, Nicola es importante para mi —Mariana abre los ojos, siente un fuerte dolor en su pecho, el del desprecio.—No eres digna de el, entiende que eres una divorciada, que además no has resulto muy bien tu posición por la discusión que escuche con esa loba que dice ser tu ahora reina.Jules odia todo de Mariana, que es mayor que su hijo, que ya tiene una cachorra y que es divorciada, todo ella es un conjunto De lo no deseado para una reina de manada.—Ella está equivocada en sus acusaciones —Mariana intenta explicar a Jules Pero está levanta la mano para callarla.—No me interesa tu vida personal, solo al