Nicola no puede dejar de ver la belleza de Mariana, pero más que eso le llama la atención la manera en la que aquella frágil loba, tan delicada como una flor lastimada, ahora parece una rosa con espinas filosas para defenderse.
Jennifer se acerca, abre los ojos y levanta el mentón, sonríe burlándose de su tía.
— Tía, espero que entiendas que el amor es así — siempre ha intentado hacerse la víctima, demostrar que ella nunca ha sido mala, que de su cabeza no salen pensamientos perversos.
— No me vuelvas a decir tia, para ti soy Mariana — La loba gruñe, se ha contenido, ha intentado mantener su cabeza en alto y su dignidad de reina intacta, quizás por eso no le ha dado una cachetada a la jovencita que se burla.
— Está bien, ya no te diré tía, creo que lo mejor será que nos tratemos con distancia hasta que sabes tus heridas, así que dirígete a mi como reina — Jennifer tiene una sonrisa pícara.
—¿Crees que ganaste? No querida, yo gane — Mariana la observa de arriba abajo, está destruida, siente que su corazón se rompe, pero jamás le demostrará su dolor a ellos, no va a permitir que se burlen de sus sentimientos.
Jennifer aprieta su puño con fuerza, enterrando las garras en la palma de su mano, mientras presiona los dientes.
—¿Esta bien señorita?— Nicola que entra al salón se percata de la incomodidad de la joven.
Jennifer levanta la mirada, observa a aquel guapo joven, sus ojos parecen atraparla, este se presenta como el Alfa de Luna de Oro.
La loba agacha la cabeza y hace una reverencia — Yo soy la futura reina de Luna Esmeralda — sonríe, un poco coqueta, se siente atraída por el fuerte y elegante lobo.
Mauro baja las escaleras, saluda a Nicolá dándole sus respetos y agradecimiento por venir para culminar con esto.
— Se que eres un lobo ocupado, pero quiero rehacer mi vida con la loba más hermosa que he conocido — Mauro le da un beso a Jennifer, algo que la hace sentir incómoda ante la presencia de Nicola.
Los dos se dirigen al estudio donde los ancianos y los lobos le esperan para realizar el ritual.
Al abrir la puerta, Mauro ve a Mariana, su boca se abre, sus ojos se iluminan, hace mucho no determinaba la belleza de su esposa como lo hace ahora.
— Creo que los dos tenemos conceptos diferentes de belleza, Mariana... Ella es para mí la loba más bella de este lugar — Nicola no tiene reparo en confesar lo que ve, Mariana parece iluminar aquel lugar.
Mauro gruñe, siente una fuerte rabia en su pecho al escuchar como aquel joven lobo alaba la belleza de Mariana.
— Necesito que hagamos esto ya, mi hija necesita de mis cuidados — Mariana con el mentón levantado, y la mirada segura quiere acabar con el matrimonio y seguir su vida lejos de los miserables.
Uno de los líderes del consejo Alfa, se sienta en el centro de la mesa de madera, a su lado los Alfa de las otras manadas que serán testigos del divorcio.
— Espero que entiendas que renuncias a Mariana y a tu hija — El lobo le explica a Mauro de nuevo que perderá a su familia por completo.
Mauro se queda en silencio.
— El lo sabe, y lo asume — responde Mariana.
El líder hace que los Alfa firmen un pergamino, donde se da por concluida la relación ante la manada y los ojos de la diosa Luna.
Nicola es el último en firmar, se levanta de su mesa y se acerca por la espalda de Mariana, coloca el papel sobre la mesa, olfatea un poco de esa loción a rosas de la loba y le señala con un susurró en el oido donde debe firmar.
Mariana se pincha el dedo, coloca su firma con la pluma y la mancha de sangre en el papel.
— Es tu turno — le entrega el pergamino a Mauro que se ha quedado en silencio todo el tiempo.
La rabia lo consume, observa como Nicola parece no quitarle la mirada a su esposa, tiene celos, ¿Esta haciendo lo correcto?¿Ya no ama a Mariana?
Su cabeza se llena de preguntas
— Necesito un momento — Mauro jala del brazo a Mariana y la saca al pasillo
—¡¿Conoces a ese jovencito?!¡¿Por que te habla con esa familiaridad?!— le recrimina furioso.
— Ya no tengo que darte explicaciones, solo firma y dame mi libertad — Mariana quiere regresar al estudio pero Mauro de nuevo la jala del brazo.
—¡Es tu amante!— gruñe Mauro con descaro, reclamando en medio de sus celos.
Mariana le da una fuerte cachetada
—¡Respetame! Te recuerdo que quien fallo fuiste tú.
Mauro agacha la cabeza
— Ya no quiero...
Los dos son interrumpidos por Jennifer que sale del estudio, la loba se ha percatado que su plan puede venirse abajo.
— Te espero adentro, quiero acabar con esto — Mariana pasa por el lado de Jennifer, no la determina, se ha convertido en un fantasma en su vida.
—¿Que sucede? Se que estás nervioso pero nuestra felicidad está a una firma — Jennifer toma las manos de Mauro, las besa y las pasa por su rostro.
Mauro se ha arrepentido, ahora puede ver el panorama completo, no sabe si la decisión es la correcta.
Jennifer puede ver la duda en sus ojos
— Tienes que hacerlo, por nuestro bebé — Ella agarra las manos del Alfa y las coloca en su vientre, dice estar embarazada.
Mauro sonríe, quizás en el vientre de Jennifer este el cachorro macho que herede la manada, la besa
— Serás mi reina cómo te lo prometí.
Regresa con otra visión, firma los papeles y coloca la huella de sangre.
El líder del concejo les pide entregar sus anillos de compromiso, los mismos con los que se juraron amor eterno.
Mariana suspira y se lo entrega al igual que Mauro lo hace, el matrimonio oficialmente ha sido acabado.
— Mariana desde hoy pierdas tus títulos de reina, de madre de princesa y de esposa del Alfa, pero debo admitir que para la manada siempre serás nuestra reina — El líder del concejo le da la libertad a Mariana.
Jennifer besa a Mauro y les cuenta a los presentes la noticia de su embarazo, un último golpe para Mariana.
Mariana se retira con la frente en alto, al salir una fuerte lluvia la empapa, su rostro se moja no solo del agua del cielo, sus lágrimas salen una tras otra mientras camina acelerada.
Siente como una capa la cubre, gira y ve a Nicola con una sombrilla cubriéndola de la lluvia.
— Desde hoy querida reina divorciada, te cuidare.
Mariana le pide a Nicola que se vaya— Solo quiero estar sola.El niega con la cabeza— No lo haré, desde el día en el puente me hice la promesa de cuidarla — sonreí coqueto.— Eres un lobo joven, no deberías preocuparte por una loba divorciada con una hija y rechazada como yo.Mariana expresa en sus palabras la percepción que tiene de ella misma, la herida que le ha dejado Mauro.Nicola la toma del mentón, la mira directamente a sus ojos azules, hay una leve y momentánea conexión entre los dos— La edad es solo un brillo de nuestra belleza interior — Nicola le da una caricia y con su mano limpia el rostro.Mariana se sonroja ante las calidas palabras de aquel joven apuesto, pero decide seguir su camino.Al llegar a casa, le agradece por la compañía— Le pido que no vuelva a acercarse a miMariana cierra la puerta, pero Nicola se queda viendo desde la distancia aquella casa vieja, la luz ilumina una ventana, en ella ve la sombra de Mariana que carga a su hija en brazos, es una escena
Capitulo 6Mariana se siente avergonzada, no quería que Nicola la viera en su momento más frágil.— Gracias pero deberías irte, este no es un problema para ti — Ella suspira mientras bebe un poco de agua.— Lo es, yo siempre te cuidare, pero si te incómodo me iré.Mariana se encierra a llorar en su habitación, le duele la traición pero sabe que debe reponerse, no puede permitir que Jennifer y Mauro la destruyan ella es mejor que eso.Llega el día de la boda...Mariana observa como la manada se viste para la gran fiesta, Jennifer tuvo la osadía no solo de enviar una invitación para su madre, si no para Mariana.— Es tu hija, entiendo si debes ir a acompañarla — Mariana no quiere que Aurora se aleje de su hija solo por apoyarla, entre las dos hay una unión de hermanas tan fuerte que jamás permitirá que Aurora sea infeliz .— No lo haré, no solo por darte mi apoyo incondicional, ella hizo mal, acompañarla sería aceptar ante todos que ella no cometió un error.Aurora se siente decepcionad
Nicola sonríe ante el rostro ruborizado de Mariana que abre los ojos.—¡¿No puedes hacer eso?!—Mauro le da un fuerte empujón a Nicola, gruñe lleno de celos al ver que Mariana correspondió a ese beso.Nicola le regresa el empujón, los dos se miran llenos de una rabia asesina, producto del duelo por la loba que les interesa.—¡¿Que te pasa?! —Jennifer levanta la voz y jala del brazo a Mauro para que se controle, la manada los observa y susurra, la está dejando en ridículo.—¡Eres la madre de mi hija! No voy a permitir que me hagas pasar estás vergüenzas, me debes respeto y lealtad.—El mismo que tu me debías y no cumpliste, Mauro, puedes irte al infierno —Mariana toma la mano de Nicola, ha llegado el momento de irse de ese lugar.Mauro quiere ir tras ellos, Jennifer lo detiene mientras le reclama lo que acaba de hacer.—¡Yo soy tu esposa! La futura madre de tu hijo Alfa, Esto me ofende demasiado —Jennifee pierde el control levantando su voz al Alfa.La manada hace un sonido de sorpresa
Capítulo 8Uno de los miembros del concejo de ancianos de la región lobil, se acerca —Estas en la mirada de todo el mundo, comportarte —Le pide a Mauro que deje de hacer un escándalo, pues las miradas de los presentes se concentran en la discusión.Mariana le pide a Nicola que la saqué de allí, no quiere estar cerca de Mauro.Mauro gruñe al verla alejarse, pero por las apariencias decide no hacer nada, solo tragarse la impotencia de ver a Mariana con otro lobo.—Lo siento, no quería que se dañará nuestra cena, no entiendo a Mauro y sus actitudes, pero el ya no es mi dueño.Nicola le da un beso en la mano—No te preocupes, yo daría mil batallas por ti.Los dos se suben en el carruaje de Nicola, hablan de lo importante que ha sido para los dos conocerse.—Le diste luz a mi vida, y eso es algo que no olvidaré.Mariana se acerca suavemente a Nicola, es ella quien inicia ese beso tierno.Nicola la toma de la cintura, sonríe—Gracias por besarme sin necesidad de suplicarlo.El lobo toma su
Capítulo 9Mariana se siente indignada ante el descaro de Mauro, le duele que juegue con los sentimientos de la pequeña.—Tenemos que hablar —Mariana le pide a su pequeña hija que vaya a casa.Mauro intenta acercarse a ella, pero Mariana da un leve paso hacia atrás para mantenerlo alejado a distancia.—¿Que es lo que buscas? Creo que ya nos has hecho mucho daño como, y ya no lo voy a permitir menos a mi hija.—Ella también es mi hija y tú eres mía, fue tu dueño —Mauro gruñe con los dientes apretados, intentando controlar la rabia que siente por el desprecio de Mariana.—Era, renunciaste a las dos por Jennifer, así que ve con tu esposa, con su embarazo y se feliz —Mariana quiere entrar a casa pero Mauro la jala del brazo.—¡¿Te embrujo?! Estás tan confundida con ese idiota que no te das cuenta, solo te usa, ningún Alfa soltero tomaría como esposa a una esposa vieja y divorciada, solo te quiere en la cama.Mauro gruñe, la idea que Mariana sea feliz con un lobo más joven le vuelve loco,
Mariana se siente muy nerviosa con la presencia de la madre de Nicola.—¿Que necesita reina? —Baja la cabeza y hace una venía brindando los respetos protocolares.—Creo que lo único que puedo necesitar de ti es una cosa, Alejate de Nicola —Jules frunce el ceño mientras observa alrededor con asco, como si la vivienda de Mariana fuese una pocilga.—¿Por qué me pide eso? Yo quiero a su hijo, Nicola es importante para mi —Mariana abre los ojos, siente un fuerte dolor en su pecho, el del desprecio.—No eres digna de el, entiende que eres una divorciada, que además no has resulto muy bien tu posición por la discusión que escuche con esa loba que dice ser tu ahora reina.Jules odia todo de Mariana, que es mayor que su hijo, que ya tiene una cachorra y que es divorciada, todo ella es un conjunto De lo no deseado para una reina de manada.—Ella está equivocada en sus acusaciones —Mariana intenta explicar a Jules Pero está levanta la mano para callarla.—No me interesa tu vida personal, solo al
Marcia se siente desesperada por casarse con alguien de dinero, las palabras de Alfredo su amante le preocupan.—Hemos hecho muchos sacrificios para llegar aquí, no vamos a desistir solo porque el estúpido del Alfa está enamorado.Alfredo insiste en que ellos deben deshacerse de Nicola, así la honra de Marcia no sea manchada por ser rechazada para el compromiso.—Espera, voy a intentar solucionarlo, nadie me ofrecerá ser reina de una manada tan prospera como Luna de Oro, tenemos que ser inteligentes.Alfredo gruñe y agarra con fuerza del brazo a Marcia—¿Acaso te preocupas por el? —Cuestiona celoso.—Solo por nuestro plan —Enojada la loba le pide que se vaya de su habitación.Marcia se coloca un poco de perfume, una bata de seda pequeña, un rojo carmesí en los labios.Decide ir a la habitación de Nicola, este escucha su puerta abrirse y se sorprende al ver a la loba.—¿Necesitas algo? —pregunta frunciendo el ceño.—Solo venía a decirte que eres importante para mí, y que yo puedo darte
Mariana lee los documentos, no puede creer que un día amo con intensidad a el lobo que hoy parece querer verla destruida.—¡Esto es una injusticia! Los acuerdos no deberían romperse y menos si El Alfa fue quien tomo al decisión de separarse —Aurora llora, siente que ha perdído todo, su hija y su casa, el recuerdo de su esposo.El anciano niega con la cabeza, en su rostro se le ve un gesto de lastima, Pero no puede hacer nada el solo sigue órdenes.Mariana toma los documentos y con paso firme se dirige a la casa de su ex, al entrar grita en medio del salón—¡Vengo a hablar con el Alfa Mauro!Jennifer que reconoce su voz, baja de inmediato—¡Lárgate de mi casa! No eres bienvenida —La loba siente una enorme rabia en su pecho.Mauro sale de su estudio con una sonrisa triunfalista—Sube a la habitación y no nos interrumpas —Le ordena a Jennifer.—¡No lo haré! Está loba tiene que irse de aquí —Jennifer tiembla por la rabia.—¡Sube a la habitación! —Grita Mauro dando una orden fuerte.Jennif