CAPÍTULO 1

Mariana Thompson la reina de Luna Esmeralda, una loba de cabello negro, ojos tan azules como el cielo, con una sonrisa cálida, prepara una cena especial, quiere complacer a su esposo en su décimo aniversario.

Es una pequeña reunión, con algunos familiares y lobos importantes de la manada, una fiesta en su mansión, todo está listo, su matrimonio es perfecto o es lo que ella cree, su hija pequeña corre por los jardines de la casa, la felicidad se viste de rosa, Mauro Black es el amor de su vida, el Alfa de Luna Esmeralda.

****

—¡Siiiii!— Exclama una bella loba joven de cabello rubio y labios rojos subida encima de un fuerte hombre lobo, con una sonrisa lo besa.

— Tenemos que separarnos, tengo que llegar temprano a casa — El lobo recupera el aliento y acomoda su ropa.

— Te recuerdo que yo también tengo que ir a tu estúpida y falsa fiesta de aniversario — La loba se enfada, está cansada de la clandestinidad de la relación.

— Jennifer, sabes perfectamente que está relación se debe mantener en secreto, te casaras con el Alfa de Luna Azul y yo soy el esposo de ...

— ya me sé el discurso, créeme que cada día me juzgo por caer en tus palabras — Jennifer suspira enojada —¿La sigues amando?.

— Por supuesto que no, Soy el Alfa, no es fácil terminar con un matrimonio como el que tengo con Mariana, somos parte de la manada — Mauro, el Alfa de Luna Esmeralda le da un beso en el hombro a su amante.

— Está es la última vez que nos vemos — Jennifer agarra su bolsa y se va de la casa de encuentros para irse de allí.

Mauro la persigue, la abraza

— No me dejes ¿Que quieres? Pídeme lo que desees y lo traeré a tus pies.

—¡Quiero ser la reina!— exclama exigiendo su lugar en la vida de su amante — Si no puedes dármelo ahora, nunca me verás de nuevo.

Mauro acepta darle este lugar, solo le pide que sea después de la fiesta, el hablara con Mariana y la liberará como su luna.

Jennifer lo besa agarrandose de su cuello, es lo que deseaba

— No te vayas aún, quiero recompensar a mi Alfa por esta decisión y demostrarle que no se equivoca.

Los dos en medio de los besos regresan a la casa escondida, esa que ha sido testigo durante un par de meses de su relación clandestina.

A lo lejos un lobo los observa, siente furia, una asesina, quiere matarlos con sus propias manos pero el prometido de Jennifer es mucho más inteligente, la va a destruir.

  *Anochece*

Mariana mira todo el tiempo la puerta, recibe a los invitados que van llegando a la cena con algunos regalos, Mauro no aparece, le prometió que llegaría temprano, que aplazaria los asuntos de la manada solo por ella.

Al llegar Mauro corre, se disculpa apresurado mientras sube a su habitación.

Mariana sube detrás de él, no hay un reproche, desde el día que se casó con el, sabía que el Alfa se debía a la manada y que ella debía ser su sostén

En la cama la loba tenía preparada la ropa para la noche, le ayuda a acomodar la corbata.

— 10 años de ser completamente felices — Mariana intenta darle un beso en los labios pero el coloca la mejilla.

— Bajemos, no quiero que los invitados esperen — Mauro es frío y distante, Mariana tiene una benda en los ojos, cree que el Alfa tiene mucho trabajo, pero que aún ese amor que prometieron ante la diosa Luna existe.

Los dos bajan al salon las personas lo felicitan por su estupendo matrimonio, Mariana tomada se siente orgullosa de los halagos.

—¡Hermana!— Aurora Thompson, la hermana de Mariana llega en compañía de su hija, Jennifer.

Con amabilidad, Mariana abraza a Aurora, ella la cuido de niña cuando sus padres murieron, es como una madre.

Abraza a Jennifer, que sonríe hipócrita y halaga a Mariana y su matrimonio, es 15 años más joven que su tía, y esa es la ventaja que cree tener sobre ella, la juventud de una loba de 20 años por lo que la mira de arriba a abajo con superioridad.

— Puedes ir a la cocina y traer dos botellas más — le pide Mariana a su esposo y Jennifer decide acompañarlo.

En la cocina los dos se besan, parece que su relación prohibida es más excitante por el riesgo de ser vistos.

— ¿Estoy más bella que ella?— le susurra en oído, Jennifer parece tener una competencia en su cabeza con Mariana.

Mauro lo afirma — Mil veces más bella.

El lobo está extasiado en la juventud de Jennifer, en su sensualidad, en la idea de un lobo mayor que tiene en sus manos a una jovencita.

Los dos se separan, Jennifer se acerca a la puerta para recibir a Sam, su prometido.

Intenta besarlo pero este la esquiva, se muestra alterado, este la agarra fuerte del brazo y la saca al jardín.

—¿Que te pasa? Nunca me has tratado así — Ella le recrimina su comportamiento patán.

—¡¿Donde estuviste toda la tarde?!— Pregunta Sam mientras la jala del brazo.

— Con mis amigas — responde Jennifer sin titubear, mientras abre los ojos, es la excusa que ha usado estos meses.

—¡Mentirosa!— Sam saca sus colmillos y le grita.

Mariana le pide a Mauro intervenir, todos escuchan los gritos que parecen invadir la mansión de la reina.

—¡No la grites!— se acerca Mauro furioso, pero recibe un fuerte golpe de Sam en el rostro.

—¡Yo tambien soy un Alfa y no dejaré que se me humillen!— Sam enceguecido se abalanza en contra de Mauro, los dos lobos pelean en medio de los gritos aterradores de los presentes.

Mariana les lanza un balde de agua fría, para que se separen, cuando Sam suelta a Mauro, ella usa su cuerpo de escudo.

—¡Lárgate de mi casa! — le exclama.

— Mi señora, usted no merece vivir engañada, Su esposo el Alfa de Esmeralda y su sobrina quien hasta hoy fue mi prometida, ¡Son Amantes!.

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