Mariana Thompson la reina de Luna Esmeralda, una loba de cabello negro, ojos tan azules como el cielo, con una sonrisa cálida, prepara una cena especial, quiere complacer a su esposo en su décimo aniversario.
Es una pequeña reunión, con algunos familiares y lobos importantes de la manada, una fiesta en su mansión, todo está listo, su matrimonio es perfecto o es lo que ella cree, su hija pequeña corre por los jardines de la casa, la felicidad se viste de rosa, Mauro Black es el amor de su vida, el Alfa de Luna Esmeralda.
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—¡Siiiii!— Exclama una bella loba joven de cabello rubio y labios rojos subida encima de un fuerte hombre lobo, con una sonrisa lo besa.
— Tenemos que separarnos, tengo que llegar temprano a casa — El lobo recupera el aliento y acomoda su ropa.
— Te recuerdo que yo también tengo que ir a tu estúpida y falsa fiesta de aniversario — La loba se enfada, está cansada de la clandestinidad de la relación.
— Jennifer, sabes perfectamente que está relación se debe mantener en secreto, te casaras con el Alfa de Luna Azul y yo soy el esposo de ...
— ya me sé el discurso, créeme que cada día me juzgo por caer en tus palabras — Jennifer suspira enojada —¿La sigues amando?.
— Por supuesto que no, Soy el Alfa, no es fácil terminar con un matrimonio como el que tengo con Mariana, somos parte de la manada — Mauro, el Alfa de Luna Esmeralda le da un beso en el hombro a su amante.
— Está es la última vez que nos vemos — Jennifer agarra su bolsa y se va de la casa de encuentros para irse de allí.
Mauro la persigue, la abraza
— No me dejes ¿Que quieres? Pídeme lo que desees y lo traeré a tus pies.
—¡Quiero ser la reina!— exclama exigiendo su lugar en la vida de su amante — Si no puedes dármelo ahora, nunca me verás de nuevo.
Mauro acepta darle este lugar, solo le pide que sea después de la fiesta, el hablara con Mariana y la liberará como su luna.
Jennifer lo besa agarrandose de su cuello, es lo que deseaba
— No te vayas aún, quiero recompensar a mi Alfa por esta decisión y demostrarle que no se equivoca.
Los dos en medio de los besos regresan a la casa escondida, esa que ha sido testigo durante un par de meses de su relación clandestina.
A lo lejos un lobo los observa, siente furia, una asesina, quiere matarlos con sus propias manos pero el prometido de Jennifer es mucho más inteligente, la va a destruir.
*Anochece*
Mariana mira todo el tiempo la puerta, recibe a los invitados que van llegando a la cena con algunos regalos, Mauro no aparece, le prometió que llegaría temprano, que aplazaria los asuntos de la manada solo por ella.
Al llegar Mauro corre, se disculpa apresurado mientras sube a su habitación.
Mariana sube detrás de él, no hay un reproche, desde el día que se casó con el, sabía que el Alfa se debía a la manada y que ella debía ser su sostén
En la cama la loba tenía preparada la ropa para la noche, le ayuda a acomodar la corbata.
— 10 años de ser completamente felices — Mariana intenta darle un beso en los labios pero el coloca la mejilla.
— Bajemos, no quiero que los invitados esperen — Mauro es frío y distante, Mariana tiene una benda en los ojos, cree que el Alfa tiene mucho trabajo, pero que aún ese amor que prometieron ante la diosa Luna existe.
Los dos bajan al salon las personas lo felicitan por su estupendo matrimonio, Mariana tomada se siente orgullosa de los halagos.
—¡Hermana!— Aurora Thompson, la hermana de Mariana llega en compañía de su hija, Jennifer.
Con amabilidad, Mariana abraza a Aurora, ella la cuido de niña cuando sus padres murieron, es como una madre.
Abraza a Jennifer, que sonríe hipócrita y halaga a Mariana y su matrimonio, es 15 años más joven que su tía, y esa es la ventaja que cree tener sobre ella, la juventud de una loba de 20 años por lo que la mira de arriba a abajo con superioridad.
— Puedes ir a la cocina y traer dos botellas más — le pide Mariana a su esposo y Jennifer decide acompañarlo.
En la cocina los dos se besan, parece que su relación prohibida es más excitante por el riesgo de ser vistos.
— ¿Estoy más bella que ella?— le susurra en oído, Jennifer parece tener una competencia en su cabeza con Mariana.
Mauro lo afirma — Mil veces más bella.
El lobo está extasiado en la juventud de Jennifer, en su sensualidad, en la idea de un lobo mayor que tiene en sus manos a una jovencita.
Los dos se separan, Jennifer se acerca a la puerta para recibir a Sam, su prometido.
Intenta besarlo pero este la esquiva, se muestra alterado, este la agarra fuerte del brazo y la saca al jardín.
—¿Que te pasa? Nunca me has tratado así — Ella le recrimina su comportamiento patán.
—¡¿Donde estuviste toda la tarde?!— Pregunta Sam mientras la jala del brazo.
— Con mis amigas — responde Jennifer sin titubear, mientras abre los ojos, es la excusa que ha usado estos meses.
—¡Mentirosa!— Sam saca sus colmillos y le grita.
Mariana le pide a Mauro intervenir, todos escuchan los gritos que parecen invadir la mansión de la reina.
—¡No la grites!— se acerca Mauro furioso, pero recibe un fuerte golpe de Sam en el rostro.
—¡Yo tambien soy un Alfa y no dejaré que se me humillen!— Sam enceguecido se abalanza en contra de Mauro, los dos lobos pelean en medio de los gritos aterradores de los presentes.
Mariana les lanza un balde de agua fría, para que se separen, cuando Sam suelta a Mauro, ella usa su cuerpo de escudo.
—¡Lárgate de mi casa! — le exclama.
— Mi señora, usted no merece vivir engañada, Su esposo el Alfa de Esmeralda y su sobrina quien hasta hoy fue mi prometida, ¡Son Amantes!.
Mariana niega con la cabeza, ella no va a creer está locura, Mauro y Jennifer son de las personas más importantes de su vida, no puede creer un engaño así.—¡Cállate patán!— Aurora horrorizada con las palabras de Sam le da una cachetada — Todo lo que dices es una Mentira — la loba se agarra el pecho, alterada.Sam mira a Jennifer que está asustada, la loba no deja de mirar a los lobos invitados a la fiesta que susurran, siempre había mantenido una fachada de loba buena.— Tengan los pantalones de decirle la verdad a la reina, ella no merece más este engaño — Sam quería quitarles la careta, por eso no los mato en aquella casa.— Vete de mi casa, no te creeré — La voz de Mariana tiembla, su corazón late rápidamente mientras sus manos tiemblan.— Yo los vi, desde hace meses se ven en una cabaña color rojo a la salida de aquí, llegando a la manada Luna Oro — Sam está seguro de lo que habla, sospechaba de las salidas de Jennifer y con sus ojos lo comprobó.Un silencio inunda aquella fuerte
Mariana abre los ojos ¿Y si todo fue una pesadilla? Se pregunta pero tristemente mientras reacciona se da cuenta que es la realidad.Esta en un lugar desconocido, en una habitación lujosa, se levanta exaltada e intenta salir de la casa, pero al bajar las escaleras de cruza con el lobo que le salvó la vida, el mismo que tiene una charola en sus manos con un te.—¿Ya se siente mejor? ¿Quiere que busque a algún familiar?— le pregunta mientras deja sobre una mesa la charola de metal.— Me tengo que ir, gracias por su ayuda — Mariana agacha la cabeza, quiere seguir su camino, pero este insiste en preguntarle si desea compañía.— ¿De que manada es? Puedo llevarla, la vi muy alterada, no quiero que cometa ninguna locura.—¡No volveré a cometer esa locura! Además no quiero su ayuda — Mariana intenta salir de aquella casa pero el lobo la toma de la mano.— Me gustaría saber tu nombre, el mío es Nicola.Mariana se suelta de su agarre— Gracias por todo — ella decide seguir su camino.Se encuent
Nicola no puede dejar de ver la belleza de Mariana, pero más que eso le llama la atención la manera en la que aquella frágil loba, tan delicada como una flor lastimada, ahora parece una rosa con espinas filosas para defenderse.Jennifer se acerca, abre los ojos y levanta el mentón, sonríe burlándose de su tía.— Tía, espero que entiendas que el amor es así — siempre ha intentado hacerse la víctima, demostrar que ella nunca ha sido mala, que de su cabeza no salen pensamientos perversos.— No me vuelvas a decir tia, para ti soy Mariana — La loba gruñe, se ha contenido, ha intentado mantener su cabeza en alto y su dignidad de reina intacta, quizás por eso no le ha dado una cachetada a la jovencita que se burla.— Está bien, ya no te diré tía, creo que lo mejor será que nos tratemos con distancia hasta que sabes tus heridas, así que dirígete a mi como reina — Jennifer tiene una sonrisa pícara.—¿Crees que ganaste? No querida, yo gane — Mariana la observa de arriba abajo, está destruida, s
Mariana le pide a Nicola que se vaya— Solo quiero estar sola.El niega con la cabeza— No lo haré, desde el día en el puente me hice la promesa de cuidarla — sonreí coqueto.— Eres un lobo joven, no deberías preocuparte por una loba divorciada con una hija y rechazada como yo.Mariana expresa en sus palabras la percepción que tiene de ella misma, la herida que le ha dejado Mauro.Nicola la toma del mentón, la mira directamente a sus ojos azules, hay una leve y momentánea conexión entre los dos— La edad es solo un brillo de nuestra belleza interior — Nicola le da una caricia y con su mano limpia el rostro.Mariana se sonroja ante las calidas palabras de aquel joven apuesto, pero decide seguir su camino.Al llegar a casa, le agradece por la compañía— Le pido que no vuelva a acercarse a miMariana cierra la puerta, pero Nicola se queda viendo desde la distancia aquella casa vieja, la luz ilumina una ventana, en ella ve la sombra de Mariana que carga a su hija en brazos, es una escena
Capitulo 6Mariana se siente avergonzada, no quería que Nicola la viera en su momento más frágil.— Gracias pero deberías irte, este no es un problema para ti — Ella suspira mientras bebe un poco de agua.— Lo es, yo siempre te cuidare, pero si te incómodo me iré.Mariana se encierra a llorar en su habitación, le duele la traición pero sabe que debe reponerse, no puede permitir que Jennifer y Mauro la destruyan ella es mejor que eso.Llega el día de la boda...Mariana observa como la manada se viste para la gran fiesta, Jennifer tuvo la osadía no solo de enviar una invitación para su madre, si no para Mariana.— Es tu hija, entiendo si debes ir a acompañarla — Mariana no quiere que Aurora se aleje de su hija solo por apoyarla, entre las dos hay una unión de hermanas tan fuerte que jamás permitirá que Aurora sea infeliz .— No lo haré, no solo por darte mi apoyo incondicional, ella hizo mal, acompañarla sería aceptar ante todos que ella no cometió un error.Aurora se siente decepcionad
Nicola sonríe ante el rostro ruborizado de Mariana que abre los ojos.—¡¿No puedes hacer eso?!—Mauro le da un fuerte empujón a Nicola, gruñe lleno de celos al ver que Mariana correspondió a ese beso.Nicola le regresa el empujón, los dos se miran llenos de una rabia asesina, producto del duelo por la loba que les interesa.—¡¿Que te pasa?! —Jennifer levanta la voz y jala del brazo a Mauro para que se controle, la manada los observa y susurra, la está dejando en ridículo.—¡Eres la madre de mi hija! No voy a permitir que me hagas pasar estás vergüenzas, me debes respeto y lealtad.—El mismo que tu me debías y no cumpliste, Mauro, puedes irte al infierno —Mariana toma la mano de Nicola, ha llegado el momento de irse de ese lugar.Mauro quiere ir tras ellos, Jennifer lo detiene mientras le reclama lo que acaba de hacer.—¡Yo soy tu esposa! La futura madre de tu hijo Alfa, Esto me ofende demasiado —Jennifee pierde el control levantando su voz al Alfa.La manada hace un sonido de sorpresa
Capítulo 8Uno de los miembros del concejo de ancianos de la región lobil, se acerca —Estas en la mirada de todo el mundo, comportarte —Le pide a Mauro que deje de hacer un escándalo, pues las miradas de los presentes se concentran en la discusión.Mariana le pide a Nicola que la saqué de allí, no quiere estar cerca de Mauro.Mauro gruñe al verla alejarse, pero por las apariencias decide no hacer nada, solo tragarse la impotencia de ver a Mariana con otro lobo.—Lo siento, no quería que se dañará nuestra cena, no entiendo a Mauro y sus actitudes, pero el ya no es mi dueño.Nicola le da un beso en la mano—No te preocupes, yo daría mil batallas por ti.Los dos se suben en el carruaje de Nicola, hablan de lo importante que ha sido para los dos conocerse.—Le diste luz a mi vida, y eso es algo que no olvidaré.Mariana se acerca suavemente a Nicola, es ella quien inicia ese beso tierno.Nicola la toma de la cintura, sonríe—Gracias por besarme sin necesidad de suplicarlo.El lobo toma su
Capítulo 9Mariana se siente indignada ante el descaro de Mauro, le duele que juegue con los sentimientos de la pequeña.—Tenemos que hablar —Mariana le pide a su pequeña hija que vaya a casa.Mauro intenta acercarse a ella, pero Mariana da un leve paso hacia atrás para mantenerlo alejado a distancia.—¿Que es lo que buscas? Creo que ya nos has hecho mucho daño como, y ya no lo voy a permitir menos a mi hija.—Ella también es mi hija y tú eres mía, fue tu dueño —Mauro gruñe con los dientes apretados, intentando controlar la rabia que siente por el desprecio de Mariana.—Era, renunciaste a las dos por Jennifer, así que ve con tu esposa, con su embarazo y se feliz —Mariana quiere entrar a casa pero Mauro la jala del brazo.—¡¿Te embrujo?! Estás tan confundida con ese idiota que no te das cuenta, solo te usa, ningún Alfa soltero tomaría como esposa a una esposa vieja y divorciada, solo te quiere en la cama.Mauro gruñe, la idea que Mariana sea feliz con un lobo más joven le vuelve loco,