Habían pasado tres días desde que Micah había muerto, y Matt estaba hospitalizado, la bala había dado a un costado de su pecho, gracias al cielo, no había dañado ningún órgano, le habían hecho una cirugía, donde había extraído la bala, y hoy le daban la salida del hospital.
Samantha fue revisada apenas llegó al hospital por una ginecóloga, que le dijo que todo estaba bien, pero que debía descansar, y dejar tantas emociones que ponían en riesgo la vida del bebé, tanto Nathaniel, Sabrina y Alice fueron a vivir mientras a la Mansión de los Davis, nadie quería volver a pisar la casa donde se murieron tres personas.
Por su lado Matt estaba esperando salir del maldito hospital para ayudarlos a todos a rehacer sus vidas, ahora que el peligro ya no estaba debía hacer lo último por esas personas que habían sufrido
—¿Estás seguro que deseas ir? — preguntó dulcemente Samantha.—Claro cariño, desde hace un año que empezamos nuestra relación y aún no conoces a mi familia. — Sam observó en silencio a Micah, últimamente estaba muy nervioso, nunca quiso llevarla a conocer a su familia, porque al parecer no se llevaba con sus dos hermanos. — No me mires así, sé lo que te he dicho, pero mi madre me ha estado llamando, está deseando verme, desde hace 6 meses no voy, así que no me queda de otra es mi madre.—Bien, ¿te quedaras hoy conmigo?—No, sabes que eres como una tentación para mí, y has dicho que quieres llegar virgen a nuestro matrimonio, ese es otro motivo por el que debo viajar, debo avisar que en tres meses nos vamos a casar. — dijo sonriendo, lo que hizo que Sam
Matthew se encontraba en su oficina, cuando Evelyn su secretaria le avisó que su madre estaba buscándolo.—Evelyn, ¿cuántas veces tengo que decirte que para mí familia siempre estoy disponible?—Lo sé señor, el problema es que como ha estado tan concentrado en el nuevo contrato que pensé que por una vez no quería visitas de nadie.—No importa cuán ocupado esté, mi familia siempre está primero. Ahora hazla pasar por favor y trae dos cafés y dos muffins de naranja con chispas de chocolate — Matt sonrió y Evelyn se sonrojó, siempre lo hacía, él era encantador, tan guapo y bueno con las personas, que las mujeres se desvivían por complacerlo.—Sí señor. —salió de ahí hacer lo que s
—Vaya, es realmente hermosa — Nathaniel miraba por la ventana, eso a Matthew lo irritó y Jasmine sólo sonrió. —Cariño haz el favor de quitarte de la ventana, no quiero que Micah se moleste — Matt puso los ojos en blanco, su madre no tenía remedio. —Ya entraron — Nathaniel era el más infantil de todos, por lo que salió corriendo y se colocó al lado de Matthew, quién aunque quiso evitarlo, no pudo evitar reírse de su hermano menor, antes de que su hermano y prometía entrarán, tomó un sorbo de vino, llevaba su copa a los labios cuando Micah entró en la sala. —Hola familia — Matthew lo miró y luego a Samantha quién lo estaba mirando, y no pudo evitar atragantarse con el vino, todos lo miraron sorprendidos, pero el más sorprendido era él, al ver la hermosa mujer que tenía enfrente, parecía un ángel. —Cariño, ¿estás bien? — Jasmine se acercó a su hijo preocupada. &nb
Matthew le abrió la puerta del auto para que entrara, a pesar de que no iba hacer nada malo se sentía sumamente nerviosa, y él sentía un gran hueco en su estómago.—¿Tienes algún sitio en especial que quieras conocer? — preguntó mirándola de frente, Samantha tragó en seco al mirar sus hermosos ojos que la miraban tan intenso.—Me gustaría conocer Space Needle o el mercado de pike place, he oído cosas fantásticas. — dijo con una gran sonrisa, una que hizo que el corazón de Matthew quisiera salirse de su pecho.—Pues tenemos toda la tarde, así que te mostraré un poco de la ciudad.—Perfecto.—¿Qué conoces de Seattle? — Matthew puso el auto en marcha mientras iniciaba un tema de conversación.—Solo dónde abrí mi restaurante.—¿Y cómo se llama el restaurante? — ¿quería saber más acerca de esa hermosa mujer que con
Matthew sin importarle nada, agarró la mano de Samantha, y le ayudó a caminar, subieron a la torre para que Samantha pudiera ver esas vistas tan hermosas que tenía desde Space Needle.—¿Deseas comer algo? Ya que el almuerzo no te lo terminaste.—No, por ahora no tengo hambre, pero si te soy sincera prefiero ir a comer algo al mercado — dijo con una gran sonrisa de niña traviesa, haciendo que el corazón de Matthew quisiera salir de su pecho como por sexta vez desde que la vio llegar con Micah.Samantha disfrutaba de esa vista tan hermosa, mientras que él no dejaba de mirarla a ella.—Todo es hermoso desde aquí.—Ya lo creo, pero si ahora te gusta, espera cuando lo veas de noche.—¿Me traerías? — Samantha era una persona que confiaba muy rápido en las personas, cuando se comportan como lo hacía Matthew, él se había comportado más que ama
Sam miraba por dónde se había ido Matthew, algo en ella la hacía sentir estúpida, no podía estar celosa, no debía.—¿Por qué te has ido con Matthew? ¿Y dónde han ido? — El tono en que Micah le habló le molestó y mucho, hace un segundo estaba hablando de lo más tierno y ahora volvía a salir el imbécil, en ese momento se dio cuenta que Micah simplemente estaba fingiendo, lo miró entre enojada y decepcionada, ¿dónde estaba él chico alegre y cariñoso que había conocido? Y lo peor es que no tenían ni un día de haber llegado.—Me sacó de aquí porque estaba mal por tu culpa, me fui con él, porque quiso ser amable, solamente me llevó al Space Needle y el mercado de pike place porque quería conocer, ¿hay algún problema con eso?—Sam te juro que lo lamento, no se que me pasa, yo no soy así, llegar aquí me frustra. — Samantha se sintió mal por él y lo abrazó, él correspondió el abrazo, porque sabía que se había pasado c
Cuando Samantha abrió los ojos al día siguiente, se sentía más tranquila, ayer había sido un día muy cansado, además de todas las subidas de emociones que tuvo, sólo esperaba que Micah hoy fuera el mismos que venía conociendo hace un año, decidió levantarse, y darse un baño, para bajar a desayunar.Después de una hora Sam estaba renovada, se había lavado el cabello, por lo que se lo dejo suelto, se había puesto un conjunto blanco, con rayas azules, el pantalón se le moldeaba a sus piernas, su blusa de tirantes, y un escote en V, se veía hermosa y radiante, con un suspiro decidió bajar a desayunar.Cuando estaba por llegar al comedor escuchó a Jasmine hablar.—No puede ser que Micah no haya venido a dormir, ¿Cómo es que se comporta así? — la voz de Matt salió enojada—Mamá, sabes como es, de lo más seguro se quedó con alguna vieja toda la noche.—Nathaniel, no digas
—Ian. — dijo Samantha en un susurro, y notando un gruñido de parte de Matthew. Ian se acercó hasta ellos y la abrazó con fuerza.—¿Cómo estás princesa? ¿Qué haces aquí? No me avisaste que venías, hubiera mandado hacer algo especial para ti — Matthew sentía que se le subían las bilis al escucharlo.—Bien Ian, vine de visita, por un tiempo, ¿cuánto? aún no lo sé, y no te avisé porque quería darte una sorpresa cariño — le dijo Samantha con una sonrisa, mientras que Matthew se debatía en si sacarla a la fuerza y secuestrarla para que nadie la mirara o comportarse como debía, y para ser sinceros la primera opción estaba ganando.—Pues en serio, me las has dado, ¿Y en dónde está ese parási