—Vaya, es realmente hermosa — Nathaniel miraba por la ventana, eso a Matthew lo irritó y Jasmine sólo sonrió.
—Cariño haz el favor de quitarte de la ventana, no quiero que Micah se moleste — Matt puso los ojos en blanco, su madre no tenía remedio.
—Ya entraron — Nathaniel era el más infantil de todos, por lo que salió corriendo y se colocó al lado de Matthew, quién aunque quiso evitarlo, no pudo evitar reírse de su hermano menor, antes de que su hermano y prometía entrarán, tomó un sorbo de vino, llevaba su copa a los labios cuando Micah entró en la sala.
—Hola familia — Matthew lo miró y luego a Samantha quién lo estaba mirando, y no pudo evitar atragantarse con el vino, todos lo miraron sorprendidos, pero el más sorprendido era él, al ver la hermosa mujer que tenía enfrente, parecía un ángel.
—Cariño, ¿estás bien? — Jasmine se acercó a su hijo preocupada.
—Sí, mamá, no te preocupes — Samantha sintió algo raro en su estómago al escuchar esa voz tan varonil que tenía.
—Ok — Jasmine se giró a Micah y Samantha y se acercó feliz a su hijo, a quien abrazó fuertemente — Al fin has venido, te he extrañado tanto cariño.
—Aquí estoy mamá — Micah también abrazó a su madre, mientras miraba a sus hermanos. Micah se separó de su madre y se acercó de mala gana a sus hermanos, le había prometido a su madre llevar la fiesta en paz, además que debía darle una buena impresión a Samantha, ella debía creer que él era el mártir.
—Matthew, Nathaniel, — les dio un rápido apretón de manos a sus hermanos. — Familia, les presento a Samantha Rivera, ella es mi prometida. — Samantha sonrió y dio un paso al frente.
—Un gusto en conocerlos — dijo algo tímida, su voz era tan suave que Matthew pensó en que era una pequeña melodía.
—Bienvenida a la familia cielo — Jasmine se acercó, le dio un beso en su mejilla y la abrazó, Samantha suspiró algo aliviada y le devolvió el abrazo.
—Mi madre no se equivocó cuando dijo que eras muy hermosa — Sam inmediatamente miró a Nathaniel, el menor de los Davis, quién se acercó hasta su nueva cuñada y también la abrazó luego de que Jasmine la soltara — soy Nathaniel, mucho gusto en conocerte y como dijo mi madre bienvenida a la familia.
—Muchas gracias Nathaniel — dijo soltándose de él, Samantha a pesar del arrebato del menor de los hermanos, se sintió bien.
Matthew se acercó hasta ella, y la miraba directamente a los ojos, tenía unos ojos increíbles de color cafés, eran preciosos, se sentía tan atraído a ella que eso lo asustó.
—Yo soy Matthew, mucho gusto Samantha — se acercó tan despacio y que Sam contuvo la respiración, Matt le dio un beso muy cerca de sus labios, haciendo que ambos sintieran miles de mariposas en el estómago.
—Igualmente Matthew — dijo separándose de él y viéndolo directamente a los ojos, unos hermosos ojos azules.
—Bueno, hecha las presentaciones, ¿pasamos a almorzar?
—Sí, vamos — Micah agarró de la cintura a Samantha y la dirigió a al comedor, Matthew vio como Micah la agarraba y sintió celos muchos celos, sabía que estaba mal, pero no podía evitarlo, estaba en graves problemas, por lo que tenía que hacer algo para evitar sentirse atraído por la mujer de su hermano.
Micah observó de mala gana como Matthew se sentaba a la cabeza de la mesa, él por ser el mayor debía estar ahí, él debía ser el que manejara la fortuna Davis.
—Sam, Micah comentó que eres una gran Chef — Samantha terminó de tragar lo que comía y sonrió.
—Sí, me encanta cocinar, de hecho, abrí un restaurante en Chicago y uno acá en Seattle, pensé que sería muy buena idea en cuanto me casara con Micah, podemos vivir en esta ciudad y así él estar cerca de su familia...
—Yo no pienso vivir en Seattle — Micah la interrumpió de mala manera — te dije que sería una pésima idea, pero como siempre haces lo que quieres. — Samantha se removió incómoda, no vio correcto el comentario de Micah, y Matthew lo notó, vio como esa hermosa mujer se ruborizaba y agachaba la cabeza.
—Pues yo creo que eso habla muy bien de ti, una mujer siempre tiene que ser independiente, porque si es sumisa y hace lo que su pareja le diga termina por ser pisoteada, incluso muerta — Micah empezó ahogarse con la comida por las palabras de Matthew, mientras que Samantha miraba a Matthew a los ojos. —Jasmine notó que el ambiente se estaba poniendo pesado, por lo que decidió mejor cambiar de tema.
—Matt, cariño, ¿cómo está Alice? — él se puso pálido al escuchar la pregunta de su madre, ¿por qué diablos le preguntaba por ella?, Micah tocio más, haciendo que Sam se levantara y le ayudara golpeando la espalda con cuidado.
—¿Te encuentras mejor cariño? — Samantha le habló con dulzura, eso hizo que Matthew se irritara.
—Sí, déjame, no soy un niño, — Samantha y Matthew lo miraron molestos. — ¿Alice? ¿Cuál Alice? — preguntó curioso.
—Una hermosa joven que anda con tu hermano, puede que hasta terminen casándose — Samantha sin saber porque, sintió un ardor en su estómago, por lo que se removió incómoda.
—Ya, ¿Y que apellido tiene? ¿Cómo es ella?
—¿Porqué te interesa tanto? — Matthew no podía evitar sentirse molesto.
—Simple curiosidad, como siempre has sido tan mujeriego, que es tan extraño que te comprometas con alguna.
—Pues eso es justo lo que pienso de ti, yo nunca he sido mujeriego, ni tampoco es extraño que me enamore, se llama Alice Adams, tiene cabello rubio y ojos azules, ¿algo más?
—No, y me alegro que te vayas a casar, ¿te vas a ir de la casa?
—Para Micah, porque mamá habló de más, ni me voy a casar ni me voy a ir, así que lamento destruir tu sueño, pero de la empresa y del hogar me sigo haciendo cargo te guste o no.
—Eres un maldito, sabes que no estás siendo justo conmigo, no me has dado lo que me corresponde — Matthew enojado tiró la servilleta en la mesa y se levantó enojado, inclinándose sobre la mesa lo encaró
—Quieres que hable delante de tu prometida lo que realmente te mereces, que sepa realmente la verdad.
—A ella no tiene porqué importarle mi vida, ella no es nadie para que se meta. — Samantha se levantó enojada y herida, lo miró con los ojos llenos de lágrimas, luego salió corriendo hacia el jardín, si podía saldría de ahí y regresaría a su hogar, este Micah no era el mismo de hace 12 horas.
—Eres un maldito imbécil, no puedes tratarla y hablarle así, papá estaría muy decepcionado de ti.
—Matthew, Cariño… — Jasmine quería tratar de tranquilizar las cosas, pero Matthew estaba a punto de romperle la cara.
—Matthew nada,— dijo mirando a su madre — te dije que él tenía que comportarse si querías que yo lo hiciera, ¿crees que es correcto como la ha tratado? Te puedo asegurar que está con ella por su dinero, tu hijo es un vividor y tú quieres hacerte la ciega, — volvió a mirar a Micah y lo señaló con el dedo — o te comportas y respetas a tu prometida o te largas de mi casa.
—No tienes ningún derecho, también es mi casa. — Matthew le sonrió con autosuficiencia cosa que Micah odiaba.
—Pruebame, has estado lejos mucho tiempo Micah, no sabes nada, y estás advertido, la próxima te rompo la cara, así que compermiso — dijo retirándose del comedor.
—Yo también me retiro, se me quitó el apetito. — Nathaniel se limpió la boca y se levantó para salir de ahí, él tampoco soportaba a Micah.
Matthew buscó con la mirada a Samantha por el jardín delantero y la encontró en una esquina, acariciando las rosas, se acercó a ella, y deseó abrazarla.
Cuando Sam sintió a alguien por detrás rápidamente se limpió las lágrimas pensando que era Micah.
—Ahora no me interesa hablar contigo Micah, antes de llegar aquí te dije que no iba aguantar tus cambios de humor, que me iría si seguías así, y eso pienso hacer — se giró para encararlo pero se sorprendió cuando vio a Matthew.
—Lamento decepcionarte, pero no soy Micah, gracias a Dios — Samantha pensó que lo decía por ella y eso hizo que se sintiera mal, parecía que Matt le había leído el pensamiento, porque de una vez se corrigió — No lo digo por ti, sino porque no me considero tan imbécil como él, debería saber tratar a una princesa. — Samantha lo miraba sorprendida y algo sonrojada, Matthew armándose de valor le acarició el rostro.
—Eres tan hermosa, que no deberías de llorar por un imbécil como él, y aunque me alegre que no te dejes de él y te des tu lugar, no quiero que te vayas, Seattle es hermoso.
—Gracias — dijo sin saber qué más decir, esos malditos ojos la tenían hipnotizada — he oído que Seattle es hermoso, pero no he podido conocerlo.
—¿Te gustaría conocer un poco? —Samantha lo miraba sin saber qué decir.
—Puede que a tu novia no le guste — le dijo algo molesta y Matthew le sonrió, ya que parecía celosa y eso le encantó.
—Samantha, yo no tengo novia, mi mamá me quiere casar casi a la fuerza, si tuviera novia la respetaría, y sería lo primero en mi vida, así que, ¿qué dices? ¿Vamos a conocer algo de Seattle? Claro, a menos que quieras quedarte a esperar a Micah.
—No, quiero ir contigo — dijo con una gran sonrisa, por lo que Matthew también sonrió encantado de que ella quisiera ir con él.
—Ok, vamos — Matthew le colocó la mano en la cintura y se sintió inmensamente feliz, mientras que Sam sentía una corriente eléctrica por todo su cuerpo, pero trató de no pensar en eso, quería distraerse del mal rato que Micah le había hecho pasar, y qué mejor que al lado de su cuñado, ¿Que tan malo podría ser?.
Matthew le abrió la puerta del auto para que entrara, a pesar de que no iba hacer nada malo se sentía sumamente nerviosa, y él sentía un gran hueco en su estómago.—¿Tienes algún sitio en especial que quieras conocer? — preguntó mirándola de frente, Samantha tragó en seco al mirar sus hermosos ojos que la miraban tan intenso.—Me gustaría conocer Space Needle o el mercado de pike place, he oído cosas fantásticas. — dijo con una gran sonrisa, una que hizo que el corazón de Matthew quisiera salirse de su pecho.—Pues tenemos toda la tarde, así que te mostraré un poco de la ciudad.—Perfecto.—¿Qué conoces de Seattle? — Matthew puso el auto en marcha mientras iniciaba un tema de conversación.—Solo dónde abrí mi restaurante.—¿Y cómo se llama el restaurante? — ¿quería saber más acerca de esa hermosa mujer que con
Matthew sin importarle nada, agarró la mano de Samantha, y le ayudó a caminar, subieron a la torre para que Samantha pudiera ver esas vistas tan hermosas que tenía desde Space Needle.—¿Deseas comer algo? Ya que el almuerzo no te lo terminaste.—No, por ahora no tengo hambre, pero si te soy sincera prefiero ir a comer algo al mercado — dijo con una gran sonrisa de niña traviesa, haciendo que el corazón de Matthew quisiera salir de su pecho como por sexta vez desde que la vio llegar con Micah.Samantha disfrutaba de esa vista tan hermosa, mientras que él no dejaba de mirarla a ella.—Todo es hermoso desde aquí.—Ya lo creo, pero si ahora te gusta, espera cuando lo veas de noche.—¿Me traerías? — Samantha era una persona que confiaba muy rápido en las personas, cuando se comportan como lo hacía Matthew, él se había comportado más que ama
Sam miraba por dónde se había ido Matthew, algo en ella la hacía sentir estúpida, no podía estar celosa, no debía.—¿Por qué te has ido con Matthew? ¿Y dónde han ido? — El tono en que Micah le habló le molestó y mucho, hace un segundo estaba hablando de lo más tierno y ahora volvía a salir el imbécil, en ese momento se dio cuenta que Micah simplemente estaba fingiendo, lo miró entre enojada y decepcionada, ¿dónde estaba él chico alegre y cariñoso que había conocido? Y lo peor es que no tenían ni un día de haber llegado.—Me sacó de aquí porque estaba mal por tu culpa, me fui con él, porque quiso ser amable, solamente me llevó al Space Needle y el mercado de pike place porque quería conocer, ¿hay algún problema con eso?—Sam te juro que lo lamento, no se que me pasa, yo no soy así, llegar aquí me frustra. — Samantha se sintió mal por él y lo abrazó, él correspondió el abrazo, porque sabía que se había pasado c
Cuando Samantha abrió los ojos al día siguiente, se sentía más tranquila, ayer había sido un día muy cansado, además de todas las subidas de emociones que tuvo, sólo esperaba que Micah hoy fuera el mismos que venía conociendo hace un año, decidió levantarse, y darse un baño, para bajar a desayunar.Después de una hora Sam estaba renovada, se había lavado el cabello, por lo que se lo dejo suelto, se había puesto un conjunto blanco, con rayas azules, el pantalón se le moldeaba a sus piernas, su blusa de tirantes, y un escote en V, se veía hermosa y radiante, con un suspiro decidió bajar a desayunar.Cuando estaba por llegar al comedor escuchó a Jasmine hablar.—No puede ser que Micah no haya venido a dormir, ¿Cómo es que se comporta así? — la voz de Matt salió enojada—Mamá, sabes como es, de lo más seguro se quedó con alguna vieja toda la noche.—Nathaniel, no digas
—Ian. — dijo Samantha en un susurro, y notando un gruñido de parte de Matthew. Ian se acercó hasta ellos y la abrazó con fuerza.—¿Cómo estás princesa? ¿Qué haces aquí? No me avisaste que venías, hubiera mandado hacer algo especial para ti — Matthew sentía que se le subían las bilis al escucharlo.—Bien Ian, vine de visita, por un tiempo, ¿cuánto? aún no lo sé, y no te avisé porque quería darte una sorpresa cariño — le dijo Samantha con una sonrisa, mientras que Matthew se debatía en si sacarla a la fuerza y secuestrarla para que nadie la mirara o comportarse como debía, y para ser sinceros la primera opción estaba ganando.—Pues en serio, me las has dado, ¿Y en dónde está ese parási
Samantha se encontraba realmente nerviosa, se encontraba en la habitación que Jasmine le había asignado para ella, todas sus cosas ya estaban en la maleta, mañana se iría a su nuevo departamento, Matthew había sido de gran ayuda, y era super atento, se había sorprendido de la cantidad de cosas que tenían en común, él era tan diferente a Micah, estuvo ahí todo el día, la hizo reír, y cómo la miraba, la ponía sumamente nerviosa.Ya estaba lista para irse a la cena de la famosa Alice, y decir que estaba nerviosa era poco, no podía saber a qué le tenía miedo, lo cierto era que estaba muy ansiosa.Sam decidió bajar y no seguir esperando a Matthew, la verdad no podía quedarse más encerrada o le daría un ataque, cuando llegó a la sala no había nadie, por lo que se aventuró a la cocina, pero mucho antes de llegar escuchó como Matthew discutía con su madre.—Matt, cariño, yo solo quiero que ent
Matthew conducía a gran velocidad, necesitaba encontrarla, Samantha no tenía la culpa de nada de lo que le estaba pasando, solo su hermano, uno que había desaparecido hace un día y no se había dignado a llegar a la casa, sabía que con una llamada podía averiguar dónde y con quién estaba, pero no lo haría, porque por él, Micah podría pudrirse en el infierno que le daba igual, simplemente no le importaba, hacía mucho que había dejado de hacerlo.Matt volvió a maldecir cuando una gran lluvia empezó a caer, no podía creerlo, unas cuadras antes de llegar vio un pequeño cuerpo caminando debajo de la lluvia, frenó de inmediato en cuando la reconoció, no le importaba mojarse, en cuanto se detuvo, salió del auto y corrió hasta estar al frente de ella, no pudo evitar que sintiera el pecho latir fuertemente, todo su cabello lo tenía pegado a su hermoso rostro, miles de lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, sus hermosos ojos cafés
En cuanto llegaron al departamento, Sam de inmediato buscó entre las toallas nuevas que habían comprado y le pasó unas a él.—Deberías ir a cambiarte — dijo Matthew algo serio, se colocó una toalla alrededor de su cuerpo, tratando de así quitar un poco el frío.—Necesitamos hablar Matthew.—Lo sé, pero ve y cambiante, no quiero que te resfríes. ——Pero.. tú no puedes quedarte mojado.—No te preocupes, yo me quitaré la ropa y me voy a tomar el atrevimiento de usar tu secadora de ropa y una bata de baño, para poder cubrirme mientras mi ropa se seca y hablamos, ¿Quieres? — Samantha asintió.—Bien, yo voy a cambiarme, tu ve al cuarto de lavado, y aquí