Matthew sin importarle nada, agarró la mano de Samantha, y le ayudó a caminar, subieron a la torre para que Samantha pudiera ver esas vistas tan hermosas que tenía desde Space Needle.
—¿Deseas comer algo? Ya que el almuerzo no te lo terminaste.
—No, por ahora no tengo hambre, pero si te soy sincera prefiero ir a comer algo al mercado — dijo con una gran sonrisa de niña traviesa, haciendo que el corazón de Matthew quisiera salir de su pecho como por sexta vez desde que la vio llegar con Micah.
Samantha disfrutaba de esa vista tan hermosa, mientras que él no dejaba de mirarla a ella.
—Todo es hermoso desde aquí.
—Ya lo creo, pero si ahora te gusta, espera cuando lo veas de noche.
—¿Me traerías? — Samantha era una persona que confiaba muy rápido en las personas, cuando se comportan como lo hacía Matthew, él se había comportado más que amable y eso hablaba muy bien de él.
—¿Crees que Micah lo permita? — La sonrisa de Samantha se borró.
—Lo que Micah permita o no, me tiene sin cuidado, yo no soy ni su hija, ni soy su propiedad, soy una persona que hace lo que quiere, sin tener que consultarle a nadie, además no andamos haciendo nada malo. — una sonrisa sincera brotó de los labios de Matthew al oírla, y fue el turno de Sam para que sintiera como quería salirse el corazón en el pecho, era demasiado atractivo. Nunca había tenido un orgasmo, pero si ese hombre seguía mirándola como lo hacía, seguro iba a tener uno.
—Bien siendo así, te prometo traerte un día de estos en la noche, ¿te parece?
—Me parece perfecto.
Ambos disfrutaron de ese tiempo juntos, Matthew la hizo sonreír muy a menudo, él era encantador y tierno, eso hacía que Samantha se sintiera una mujer especial y única, luego de estar ahí alrededor de una hora, decidieron ir al mercado de pike place.
—¿Ahora si comerás algo?
—Sí, la verdad ahora sí tengo hambre.
Matthew estaba maravillado de que Sam no fuera de esas mujeres que se mantenían a base de ensalada, pudieron unas hamburguesas con papas y gaseosa, él no era un hombre exigente con la comida de hecho de vez en cuando le gustaba la comida chatarra, Matthew se reía al ver que Samantha no podía morder la hamburguesa porque era muy grande, cuando logró poder darle un mordisco un poco de salsa se resbaló por una comisura del labio, Matthew la miró fijamente y sin pensar, pasó su dedo por ahí para luego meterlo a su boca, nunca despegó su vista de los ojos de Samantha, quién parecía no respirar, mientras que él tenía una mirada muy oscura.
—Lo siento, va a parecer que no se comer una hamburguesa — dijo muy nerviosa y sonrojada.
—No te preocupes, sé que son bastantes grandes — Matt tenía una gran sonrisa en su rostro.
Luego de comer recorrieron el lugar, Samantha parecía una niña andando de un lugar a otro y Matthew le gustó verla así, en el mercado de pike place vendían flores muy hermosas, de todos colores y todas clases, Matt no pudo evitar comprar un hermoso arreglo para ella.
—Bienvenida a Seattle Samy — le dijo con una gran sonrisa, ella se quedó maravillada ante el gesto, y en cómo la llamó, de forma inconsciente, se acercó y le dio un beso en la mejilla, haciendo que el acto Matthew cerrara los ojos y soltara un gran suspiro.
—Gracias, has sido muy lindo conmigo.
—No has sido nada, eres… — una hermosa princesa, pensó, pero no se atrevió a decirlo.. — mi cuñada y debemos hacerte sentir bien, en especial cuando mi hermano se comporta como un gran imbécil. — Samantha sintió decepción, al pensar que lo hacía solo por deber.
—¿Podemos irnos ya? — dijo algo seria y Matthew lo notó, se maldijo internamente, porque sospechaba el porqué su cambio de actitud.
—Sí claro, debes estar cansada, y lo de hoy no ha sido un deber Sam, me ha encantado estar contigo, me ha nacido sacarte de la casa, eres muy hermosa y no debes estar triste — sus palabras tan sinceras y la forma tan dulce en que le habló hicieron que todo en su estómago se revolviera como si tuviera un ejército de mariposas, ella volvió a sonreír, y eso hizo que Matt se relajara.
Camino a la mansión Davis nadie decía nada, pero no hacía falta, habían sido muy comunicativos, se habían conocido, y sabían que se llevarían de maravilla. Cuando llegaron Micah caminaba de un lado a otro en el jardín, sabía que Samantha se había ido con Matthew, él se la había llevado, y eso lo hizo enfurecer. En cuanto Sam salió del auto Micah llegó hasta donde ella, le tomó su rostro y la besó, Matthew se sintió morir, deseaba apartarlo de ella, y romperle la cara para que no se atreviera a volver a besarla, pero como no podía hacer nada, apretó fuertemente sus manos formandolas en puños.
—Sam, cariño, mi amor, perdón, perdón, he sido un imbécil, no debí hablarte así, gracias a Dios no te has ido, casi muero al pensar que me has dejado. — Micah se permitió hablar después de terminar el beso.
—Estuve a punto de hacerlo, pero Matthew se ofreció ayudarme a olvidar y relajarme, me llevó a conocer un poco de Seattle y la verdad me ha encantado.
—Me alegro tanto — dijo tratando de ocultar lo que realmente sentía y pensaba, se giró a Matthew — gracias hermano, has sido muy bueno con Sam, te lo agradezco. — Matt pensaba contestarle pero en eso su celular sonó, haciendo que interrumpiera su respuesta.
—Alice — dijo apenas contestar — cálmate cariño, enseguida salgo para allá — Matthew no se despidió de nadie solo volvió a subir al auto y se fue a gran velocidad. Samantha empezó a sentir como una gran hoguera se apoderaba de ella, mientras que Micah, cada vez se sentía más intrigado en conocer a esa mujer.
Sam miraba por dónde se había ido Matthew, algo en ella la hacía sentir estúpida, no podía estar celosa, no debía.—¿Por qué te has ido con Matthew? ¿Y dónde han ido? — El tono en que Micah le habló le molestó y mucho, hace un segundo estaba hablando de lo más tierno y ahora volvía a salir el imbécil, en ese momento se dio cuenta que Micah simplemente estaba fingiendo, lo miró entre enojada y decepcionada, ¿dónde estaba él chico alegre y cariñoso que había conocido? Y lo peor es que no tenían ni un día de haber llegado.—Me sacó de aquí porque estaba mal por tu culpa, me fui con él, porque quiso ser amable, solamente me llevó al Space Needle y el mercado de pike place porque quería conocer, ¿hay algún problema con eso?—Sam te juro que lo lamento, no se que me pasa, yo no soy así, llegar aquí me frustra. — Samantha se sintió mal por él y lo abrazó, él correspondió el abrazo, porque sabía que se había pasado c
Cuando Samantha abrió los ojos al día siguiente, se sentía más tranquila, ayer había sido un día muy cansado, además de todas las subidas de emociones que tuvo, sólo esperaba que Micah hoy fuera el mismos que venía conociendo hace un año, decidió levantarse, y darse un baño, para bajar a desayunar.Después de una hora Sam estaba renovada, se había lavado el cabello, por lo que se lo dejo suelto, se había puesto un conjunto blanco, con rayas azules, el pantalón se le moldeaba a sus piernas, su blusa de tirantes, y un escote en V, se veía hermosa y radiante, con un suspiro decidió bajar a desayunar.Cuando estaba por llegar al comedor escuchó a Jasmine hablar.—No puede ser que Micah no haya venido a dormir, ¿Cómo es que se comporta así? — la voz de Matt salió enojada—Mamá, sabes como es, de lo más seguro se quedó con alguna vieja toda la noche.—Nathaniel, no digas
—Ian. — dijo Samantha en un susurro, y notando un gruñido de parte de Matthew. Ian se acercó hasta ellos y la abrazó con fuerza.—¿Cómo estás princesa? ¿Qué haces aquí? No me avisaste que venías, hubiera mandado hacer algo especial para ti — Matthew sentía que se le subían las bilis al escucharlo.—Bien Ian, vine de visita, por un tiempo, ¿cuánto? aún no lo sé, y no te avisé porque quería darte una sorpresa cariño — le dijo Samantha con una sonrisa, mientras que Matthew se debatía en si sacarla a la fuerza y secuestrarla para que nadie la mirara o comportarse como debía, y para ser sinceros la primera opción estaba ganando.—Pues en serio, me las has dado, ¿Y en dónde está ese parási
Samantha se encontraba realmente nerviosa, se encontraba en la habitación que Jasmine le había asignado para ella, todas sus cosas ya estaban en la maleta, mañana se iría a su nuevo departamento, Matthew había sido de gran ayuda, y era super atento, se había sorprendido de la cantidad de cosas que tenían en común, él era tan diferente a Micah, estuvo ahí todo el día, la hizo reír, y cómo la miraba, la ponía sumamente nerviosa.Ya estaba lista para irse a la cena de la famosa Alice, y decir que estaba nerviosa era poco, no podía saber a qué le tenía miedo, lo cierto era que estaba muy ansiosa.Sam decidió bajar y no seguir esperando a Matthew, la verdad no podía quedarse más encerrada o le daría un ataque, cuando llegó a la sala no había nadie, por lo que se aventuró a la cocina, pero mucho antes de llegar escuchó como Matthew discutía con su madre.—Matt, cariño, yo solo quiero que ent
Matthew conducía a gran velocidad, necesitaba encontrarla, Samantha no tenía la culpa de nada de lo que le estaba pasando, solo su hermano, uno que había desaparecido hace un día y no se había dignado a llegar a la casa, sabía que con una llamada podía averiguar dónde y con quién estaba, pero no lo haría, porque por él, Micah podría pudrirse en el infierno que le daba igual, simplemente no le importaba, hacía mucho que había dejado de hacerlo.Matt volvió a maldecir cuando una gran lluvia empezó a caer, no podía creerlo, unas cuadras antes de llegar vio un pequeño cuerpo caminando debajo de la lluvia, frenó de inmediato en cuando la reconoció, no le importaba mojarse, en cuanto se detuvo, salió del auto y corrió hasta estar al frente de ella, no pudo evitar que sintiera el pecho latir fuertemente, todo su cabello lo tenía pegado a su hermoso rostro, miles de lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, sus hermosos ojos cafés
En cuanto llegaron al departamento, Sam de inmediato buscó entre las toallas nuevas que habían comprado y le pasó unas a él.—Deberías ir a cambiarte — dijo Matthew algo serio, se colocó una toalla alrededor de su cuerpo, tratando de así quitar un poco el frío.—Necesitamos hablar Matthew.—Lo sé, pero ve y cambiante, no quiero que te resfríes. ——Pero.. tú no puedes quedarte mojado.—No te preocupes, yo me quitaré la ropa y me voy a tomar el atrevimiento de usar tu secadora de ropa y una bata de baño, para poder cubrirme mientras mi ropa se seca y hablamos, ¿Quieres? — Samantha asintió.—Bien, yo voy a cambiarme, tu ve al cuarto de lavado, y aquí
En cuanto Samantha y Matthew llegaron al restaurante, un camarero los llevó a la mesa donde Alice los esperaba. Samantha observaba el lugar maravillada, era muy lujoso, sus grandes ventanales en lugar de paredes lo hacían precioso y luminoso, los candelabros eran tan hermosos, parecían de otra época, pero igualmente lujosos.Samantha se dio cuenta cuando iban llegando a la que era su mesa porque una mujer rubia falsa, según el criterio de Samantha y con un cuerpo increíble se ponía de pie con una gran sonrisa al ver a Matthew, no pudo evitar sentir celos.—Matt, hola, por fin llegas. — Matt la abrazó con gran cariño, para luego darle un beso en su mejilla.—Hola, Alice, te ves hermosa — Claro que se veía hermosa, Samantha estaba que le daba un ataque de celos, esa mujer era muy atractiva, dudaba mucho que Matthew no se sintiera atraído por ella. Matt se giró hacia Sam y le tendió la mano — Mira Al, te presento a Samantha
—Hoy te voy a enseñar de quien estoy enamorado, quién es la mujer que me tiene loco. — y antes de que Samantha pudiera contestar la besó, sin importarle que alguien los viera, la beso como si el mundo se fuera acabar en ese momento, la besó sin querer detenerse, la besó con ese amor que sentía por ella.Samantha por un momento se quedó en blanco, tanto por sus palabras como el beso, este beso era tan diferente al que alguna vez había recibido, pero no iba a negar que le gustaba, por lo que también respondió con la misma fiereza que él.Matthew fue cortando el beso, poco a poco, hasta que solo pequeños besos le daba, colocó su frente en la de ella.—Debemos ir hablar — le dijo en apenas un susurro, debía de llenar sus pulmones de oxígeno, porque justo ahora no tenía, la tomó de la mano y la guió hasta su auto, Samantha seguía en silencio, seguía procesando las cosas o al menos eso trata