En cuanto Samantha y Matthew llegaron al restaurante, un camarero los llevó a la mesa donde Alice los esperaba. Samantha observaba el lugar maravillada, era muy lujoso, sus grandes ventanales en lugar de paredes lo hacían precioso y luminoso, los candelabros eran tan hermosos, parecían de otra época, pero igualmente lujosos.
Samantha se dio cuenta cuando iban llegando a la que era su mesa porque una mujer rubia falsa, según el criterio de Samantha y con un cuerpo increíble se ponía de pie con una gran sonrisa al ver a Matthew, no pudo evitar sentir celos.
—Matt, hola, por fin llegas. — Matt la abrazó con gran cariño, para luego darle un beso en su mejilla.
—Hola, Alice, te ves hermosa — Claro que se veía hermosa, Samantha estaba que le daba un ataque de celos, esa mujer era muy atractiva, dudaba mucho que Matthew no se sintiera atraído por ella. Matt se giró hacia Sam y le tendió la mano — Mira Al, te presento a Samantha
—Hoy te voy a enseñar de quien estoy enamorado, quién es la mujer que me tiene loco. — y antes de que Samantha pudiera contestar la besó, sin importarle que alguien los viera, la beso como si el mundo se fuera acabar en ese momento, la besó sin querer detenerse, la besó con ese amor que sentía por ella.Samantha por un momento se quedó en blanco, tanto por sus palabras como el beso, este beso era tan diferente al que alguna vez había recibido, pero no iba a negar que le gustaba, por lo que también respondió con la misma fiereza que él.Matthew fue cortando el beso, poco a poco, hasta que solo pequeños besos le daba, colocó su frente en la de ella.—Debemos ir hablar — le dijo en apenas un susurro, debía de llenar sus pulmones de oxígeno, porque justo ahora no tenía, la tomó de la mano y la guió hasta su auto, Samantha seguía en silencio, seguía procesando las cosas o al menos eso trata
—¿No te has dado cuenta? ¿O no quieres verlo? — Samantha lo veía sin comprender y con miles de mariposas en su estómago. — No te has dado cuenta — dijo decidido al ver sus ojos llenos de dudas. — Estoy completamente enamorado de ti. — Samantha se quedó en shock al escucharlo, y se alejó de él muy despacio sin apartar los ojos de Matthew.—No puedes estar hablando en serio — Sam sentía que todo el lugar estaba dando vueltas.—¿Por qué no? — dijo dolido — ¿Tan poca cosa me ves para ti? — Samantha negaba con la cabeza sin saber qué decir.—No digas tonterías, Matthew soy la prometida de tu hermano.—Eso no lo pensaste cuando me besaste. — su comentario le dolió a Samantha y él lo vio en s
—Sólo tuya — dijo decidida, lo que más deseaba era calmar ese calor que tenía en todo su cuerpo.Matthew la besaba tratando de transmitir todo el amor que estaba sintiendo por ella, quería hacerla sentir segura, querida. Sus manos agarraban el rostro de ella impidiéndole que se le alejara, pero poco a poco sus manos empezaron a descender por su cuello, llegando a sus hermosos senos, esos que le apartecía chupar desde que la vio con ese maravilloso vestido.Samantha no pudo evitar gemir al sentir las caricias de Matt, cuando le agarró sus senos y los manoseo a su antojo ella sintió que se le mojaban las bragas, cuando Matthew siguió con su recorrido hacia su espalda, ella quiso decirle que volviera a dónde estaba, pero no lo hizo, ese hombre la estaba volviendo loca solo con unas caricias, las cuales eran tan lentas, que la torturaban, sus besos y ca
En cuanto Samantha abrió los ojos miles de recuerdos de la noche anterior le llegaron y una enorme sonrisa se formó en su rostro, se giró en busca del que le había dado tanto placer, al hacer el movimiento, sintió un pequeño dolor entre sus piernas, pero nada que no pudiera soportar, al observar el campo vacío la sonrisa se le borró de inmediato, y la hizo fruncir el ceño. Con cuidado se levantó de la cama, buscó entre sus cosas y se colocó simplemente una bata de seda.¿Se habrá ido? ¿La había usado?, no Matt no era así, él no podía hacer eso. En cuanto abrió la puerta de la habitación un agradable olor llegó hasta ella, lo que la hizo inspirar profundamente, al llegar la cocina se encontró con una escena que jamás imaginó.Matthew cocinaba sólo con
En cuanto Samantha lo escuchó sintió que algo no andaba bien. —Bien, ¿dónde y cuándo? — dijo en tono frío y duro, escuchó un suspiro del otro lado del teléfono. —Cariño, sé que debes odiarme, pero todo tiene una explicación. —No me digas cariño, porque desde que saliste de la casa de tu madre y me dejaste ahí, dejé de ser algo tuyo. — dijo dolida, en verdad había apreciado a Micah, y al final resultó no ser quién pensaba. —Samy — en cuanto la llamó así le molestó, así solo podía llamarla Matt, sólo él. —No me digas así. —¿Por qué? — preguntó molesto, sabía el porqué, no era idiota. —Micah, ¿dónde y cuándo? — quería salir de él de una vez por todas y poder empezar con Matt sin miedo de nada. —¿Puedes venir ahora? Estoy en el hospital central. — Samantha se
—No llores cariño, todo estará bien.—Nada puede estar bien, tú no entiendes Micah.—¿Qué es lo que tengo que entender? —Samantha lo miró a los ojos, en ellos había odio y rencor, pero no sabía hacia quién, todo estaba mal, empezando por ella misma.—No puedes soltar tantas cosas así de golpe Micah, primero no puede ser cierto lo de Matt y Nathaniel, ellos son personas increíbles, Matt es… — lo mejor que le había pasado a ella.—Es un mentiroso — dijo Micah enojado — ¿Por qué tienes que defenderlo tanto? — Samantha no le quitó la mirada, su odio era contra su hermano, con sólo mencionarlo los ojos le brillaban con maldad pura.—Porque él me ha sido muy bueno conmigo Micah, ha estado ahí cuando no has estado tú, me de
Matthew había tratado de comunicarse con ella todo el día de ayer y no había contestado ni sus mensajes, ni sus llamadas, ¿Qué podía estar mal? Ella contestaba así anduviera haciendo sus mandados o sus negocios.—¡Maldita sea Samantha, contesta! — Matthew estaba desesperado. En cuánto volvió a saltar el contestador quiso tirarlo contra la pared de frustración, pero una llamada entrante lo hizo desistir de su idea, frunció el ceño al ver el quién llamaba, no se había comunicado con ella desde se había ido de la casa.—Madre — saludó algo frío.—Matthew, ¿cómo estás? — su tono de voz era frío pero a la vez con algo de alegría por escucharlo.—Bien, ¿a qué se debe tu llamada?—¿No pu
Samantha no había podido dormir en toda la noche, ella realmente se había enamorado de su cuñado, ¿cómo era eso posible? No sabía si creer en las palabras de Micah, tenía sus dudas, claro que las tenía, porque también se había equivocado con Micah, él le había demostrado ser atento, cariñoso, le había gustado su manera de tratarla, y al final, había sido un mujeriego y mentiroso.Ver su celular lleno de mensajes y llamadas de Matthew, no le ayudaba en nada, si fuera cierto lo que dijo Micah, ¿por qué seguía llamando?, ¿porque en sus mensajes de voz se oía desesperado porque le contestara? ¿Y si Micah también estaba mintiendo en todo esto? Estaba tan confundida, tenía tanto miedo.Decidió ir a darse una ducha y arreglarse para ir a ver a Micah, debía salir de eso de una ve