Solo Ulrich

Los aposentos de Phoenix eran un refugio de lujo y elegancia, un santuario privado donde ella podría prepararse para la noche que tanto la preocupaba y desconcertaba. Al llegar, acompañada por Naomi, se encontró con una escena inesperada: además de sus damas de compañía, estaba presente el arzobispo Franz Walsh, una figura que no esperaba encontrar en sus aposentos personales.

La mirada de sorpresa de Phoenix encontró la de Naomi, buscando respuestas para la presencia inusual del arzobispo.

"¿Qué hace el arzobispo aquí?" preguntó ella, su voz cargada de perplejidad.

El arzobispo, imponente en su presencia eclesiástica, se dirigió a Phoenix con una expresión solemne.

"Estoy aquí para supervisar los protocolos de esta noche", explicó con gravedad.

Entonces, las damas de compañía de Phoenix se acercaron, preparándose par

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