—Desde hace casi cuatro años —respondió Emma—. Nos conocimos en el restaurante donde trabajábamos. Valeria estudiaba, trabajaba y cuidaba de Alice. —¿Eso fue antes o después del fallecimiento de la madre de Valeria y de Alice? —preguntó Connor. —Después. —¿Tenía la señora Valeria un buen trabajo
—Señor Baxter, ¿sería tan amable de decirme cuál es la condición que tiene su hija? La pregunta podía parecer inocente, hasta que se hizo evidente la intención. —Mi hija es discapacitada —dijo con suficiencia Samuel, y la Jueza Adams arrugó el entrecejo porque en ningún lugar en los expedientes de
Si Valeria y Nick estaban desesperados por tener que someter a Alice al estrés de un juicio, Samuel Baxter también lo estaba, pero por un motivo muy diferente. —¿Eres consciente de que si la niña declara no vas a ganar el caso, verdad? —le preguntó Miller apenas salieron del juzgado. —Se supone qu
—Escucha, mocosa. Te van a llevar a declarar. ¡O dices que te quieres ir conmigo, o te vas a quedar huérfana de hermana también! ¿Me oíste? Alice comenzó a llorar desconsolada pero la maestra sabía que no debía tocarla o solo empeoraría las cosas. —¡Aléjese de Alice! —exclamó la maestra—. ¡Márches
Nick se detuvo de inmediato, mientras sentía unas manos pequeñas tirar del borde de su saco. —¡Niiiiick! ¡Nick…! Ni-nick… Se dio la vuelta, empujando a Baxter lejos de él y mirando a Alice que le tendía las manos, llorando desconsolada. La verdad era que más que desconsolada estaba histérica. Nick
Alice miró al techo. —Dijo que va a lastimar a Valeria si no me voy con él —murmuró—. Dijo que sería huérfana de hermana también. —Enana, eso no va a pasar. Samuel solo quiere asustarte porque quiere ganar el juicio, y sabe que la jueza te dejará con la persona que tú quieras. ¿Comprendes eso? —Ni
—Bueno, yo prefiero irme con mi papá. Aquella respuesta fue una sorpresa incluso para la Jueza Adams, tanto que tuvo que confirmarlo. —Alice, cuando dices que te quieres ir con tu papá, ¿te refieres a Nick o a Samuel? —le preguntó. —A Samuel, Samuel Baxter, mi padre biológico. Me quiero ir con él
La Jueza Adams solicitó que le entregaran los reportes y luego se giró hacia la niña. —Alice, cariño. No voy a permitir que nadie lastime a tu hermana, ¿de acuerdo? Pero necesito que me digas la verdad. La niña asintió mirándola con expectación. —¿Te gusta estar con tu familia? —Es raro —dijo Al