—Escucha, mocosa. Te van a llevar a declarar. ¡O dices que te quieres ir conmigo, o te vas a quedar huérfana de hermana también! ¿Me oíste?
Alice comenzó a llorar desconsolada pero la maestra sabía que no debía tocarla o solo empeoraría las cosas.
—¡Aléjese de Alice! —exclamó la maestra—. ¡Márches