—Me gustaría ir al mar... al mar al que iba con mi padre cuando era niña... —murmuró. —Entonces vamos, solo dime hacia dónde. Una hora después, en la primera parada para repostar combustible, Nahia le pasó un mensaje a su hermano para que supiera que Maddi estaba con ella. Pocos segundos después
—Hola, papá... Aquello fue suficiente para que a James se le salieran las lágrimas que había estado tratando de aguantarse desde hacía horas, la levantó en sus brazos y la estrechó con fuerza mientras la besaba. —Me asustaste mucho —la acusó haciendo un puchero mientras la besaba. —Lo sé, amor, p
—En dos días tenemos el siguiente examen —respondió Maddi intentando controlar su nerviosismo. —El ultrasonido de las veinte semanas —comprendió Meli. —Ese... Si todo sale bien, justo después nos casaremos —dijo Maddi—. Estoy pensando en una boda íntima y pequeña. No quiero periodistas ni que sea
Pocos minutos después la familia escuchó la noticia y enseguida comenzaron a gritar y aplaudir al escuchar al saber que todo estaba bien con los bebés. —Te amo. ¿sabes que te amo? ¿Te lo digo seguido? —preguntó James besándola cien veces en los labios. —Sí, y me lo demuestras más —sonrió Maddi. —
Dos meses después... Maddi respiraba de manera superficial mientras pensaba si abrir o no los ojos. Tras ella podía escuchar el ronroneo de James y sentir el calor de sus manos recorriéndola. —Solo tienes que decirme lo que quieres, nena... ¡Dímelo! —ordenó él con tono demandante mientras le rozab
Exhaustos pero felices, James la estrechó tiernamente mientras miraban las estrellas por la ventana. Era un momento perfecto para estar juntos, y ninguno de los dos podía creer lo afortunados que eran de haber encontrado al amor verdadero. —¿Conteo de soldados? ¿Cómo está la capitana? —preguntó Jam
—¿Crees que Sabrina lo haya hecho a propósito? —preguntó Maddi de repente y James suspiró. —¿Hay algún daño que ella no haga a propósito? —replicó James—. Lo que no entiendo es por qué. —Bueno... a Sabrina le gusta el lujo y la buena vida, y tú querías un hijo. A lo mejor creyó que si sabías de su
Para Maddi tener a aquellos bebés en sus brazos fue la experiencia más feliz y perfecta del mundo. Las niñas tenían poco cabellito, muy claro y encaracolado como el de James, y el niño se parecía más a ella. —Tienen tus ojos —murmuró Maddi emocionada y James sintió que se derretía por dentro mientr