Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están muy bien! Son tres. ¡Y los tres están
La enfermera negó después de revisar la tablilla de indicaciones y luego se acercó a la parte posterior de la camilla, de donde colgaba el extremo de la vía de suero. —No, no creo que la hayan llevado a ningún lugar... creo que se fue. James sintió que el corazón se le subía a la garganta al escuc
—Me gustaría ir al mar... al mar al que iba con mi padre cuando era niña... —murmuró. —Entonces vamos, solo dime hacia dónde. Una hora después, en la primera parada para repostar combustible, Nahia le pasó un mensaje a su hermano para que supiera que Maddi estaba con ella. Pocos segundos después
—Hola, papá... Aquello fue suficiente para que a James se le salieran las lágrimas que había estado tratando de aguantarse desde hacía horas, la levantó en sus brazos y la estrechó con fuerza mientras la besaba. —Me asustaste mucho —la acusó haciendo un puchero mientras la besaba. —Lo sé, amor, p
—En dos días tenemos el siguiente examen —respondió Maddi intentando controlar su nerviosismo. —El ultrasonido de las veinte semanas —comprendió Meli. —Ese... Si todo sale bien, justo después nos casaremos —dijo Maddi—. Estoy pensando en una boda íntima y pequeña. No quiero periodistas ni que sea
Pocos minutos después la familia escuchó la noticia y enseguida comenzaron a gritar y aplaudir al escuchar al saber que todo estaba bien con los bebés. —Te amo. ¿sabes que te amo? ¿Te lo digo seguido? —preguntó James besándola cien veces en los labios. —Sí, y me lo demuestras más —sonrió Maddi. —
Dos meses después... Maddi respiraba de manera superficial mientras pensaba si abrir o no los ojos. Tras ella podía escuchar el ronroneo de James y sentir el calor de sus manos recorriéndola. —Solo tienes que decirme lo que quieres, nena... ¡Dímelo! —ordenó él con tono demandante mientras le rozab
Exhaustos pero felices, James la estrechó tiernamente mientras miraban las estrellas por la ventana. Era un momento perfecto para estar juntos, y ninguno de los dos podía creer lo afortunados que eran de haber encontrado al amor verdadero. —¿Conteo de soldados? ¿Cómo está la capitana? —preguntó Jam