Como puede y con ayuda del italiano, ella logra ponerse de pie y suspira.La situación la ha dejado un tanto fuera de foco. No esperaba encontrarselo así tan de la nada.Estando ya uno frente al otro, Julie desvía la mirada brevemente pues Marcos no deja de verla con el ceño fruncido, como si estuviese analizandola, cosa que la intriga.A lo lejos, ambos escuchan como Katherine se despide de la audiencia otra vez y ladeando la cabeza, ella se vuelve hacia Marcos nuevamente.— ¿Estás bien? —El pregunta.— Sí. —Ella le sonríe tímida y él le sonríe de vuelta— Gracias… No entiendo qué fue lo que me pasó.— ¿Segura? Yo sí creo que sabes lo que pasó. —Su hermosa mirada se estrecha, intimidandola más y Julie se sonroja de nuevo.— ¿Ah, sí? —Se aclara la garganta— Y según tú… ¿Qué pasó?— Verme de sorpresa, te impresionó demasiado.Ella suelta una gran carcajada, pues en el fondo sabe que lo que el a dicho es cierto, pero no se lo hará saber.Marcos le sostiene la mirada y dentro de sí, la to
Martes 20 de junio 2018…06:30 AMLa alarma en el teléfono de Eliza comienza a sonar sin parar, Julie se despierta en un abrir y cerrar de ojos y tanteando todo a su alrededor ya que el cuarto está en total oscuridad, llega hasta la pared continua y agachándose, siente la mesita de noche y enciende la lámpara.Caminando de regreso a la cama, observa la hora en su teléfono y maldice al darse cuenta que faltan pocos minutos para las siete. Por algo la alarma de Eliza sonaba con persistencia.— ¡Eliza! —Ella alza la voz mientras corre hacia la cama de su mejor amiga— Despierta loquita. ¡Debes ir a trabajar!Eliza comienza a gruñir quejándose y de un manotazo, aleja la mano de Julie de su rostro.— ¡Auch! —La castaña chilla ante el golpe— Estúpida, despierta o van a despedirte en tu primer día. ¡Malagradecida! —Espeta y le devuelve el manotazo— Eso te pasa por borracha enamorada.— ¡Cállate! —Eliza chilla al sentir el ardor en la espalda— Que mano tan pesada tienes… Mala.— ¡Jah! Ahora y
Ya en la avenida, Marcos toma de su mano y de forma cariñosa deposita un beso en la parte superior de esta. Julie desvía la mirada de las calles de la ciudad, para observar a Marcos y sonreír ante su gesto.—Por favor, dime ¿Qué deseas conocer primero? —Le sonríe— ¿La catedral? ¿O las plazas y tiendas de sus alrededores?Julie le devuelve la sonrisa y con su lindo gesto pensante, se decide qué conocer.Aunque, primero le pregunta:—¿Tú qué me sugieres?Marcos deja de mirarla para observar con detenimiento hacia el tránsito.—Todo en realidad. Desde las galerías de arte, hasta los museos. Milán tiene muchos lugares asombrosos, como los sitios más lujosos hasta los más cálidos y naturales. Como también lugares muy antiguos, no por algo Italia es el país con más patrimonios de la humanidad cuando de obras arquitectónicas se trata.Julie suspira encantada y musita:—Uy… ¡En eso tienes toda la razón! Creo que en efecto, me e sacado la lotería con este muy bien informado guía turístico.Mar
Tomando de su mano, Marcos finaliza el intenso momento y decide continuar el recorrido, ya habrá otra oportunidad para buscar el collar.O en definitiva, seguir haciendo de las suyas, alargar tal entrega.Alargar la situación.«Aún no es tiempo de volver a entregarte ese collar, Bellissima... Necesito más. Solo un poco más.» El beso de hace tan solo unos minutos atrás, tortura de manera sigilosa sin precedentes y a toda prisa, la mente y el corazón de Marcos.Algo sintió, algo que no puede explicar desde el primer instante en que ella se topó en su camino la tarde anterior en el aeropuerto. Tener el collar, rozarlo con la punta de sus dedos, sentirlo y saber su valor.Intensificó, todo.Tal vez esté loco, tal vez sea la desesperación, la presión por lo que está apunto de hacer en unas cuantas semanas que lo hacen sentir tal cosa.Pero no lo sabrá hasta que lo averigüe por sus propios medios.Y el reciente beso, es el inicio de ello.Pues Marcos, está decidido a saberlo. No importa cu
Dejando a Julie con cuidado en su asiento, Marcos se coloca rápidamente el cinturón después de ajustar el de ella y acelera su auto a todo lo que da.En ningún momento su mano suelta se la suya, no puede ni quiere hacerlo. Le gusta tocarla, sentirla. Sus dedos entre los suyos le hacen sentir vivo.Que no está solo. Que ya no está más solo.Sabe que esto no está bien, él lo sabe. Está a punto de casarse en unas pocas semanas, pero alejarse de Julie no es una opción que esté dispuesto hacer. Mucho menos ahora, que está a punto de confirmar si lo que siente por ella es real o producto de su estrés por lo que está a punto de vivir en el futuro.Estacionando frente a su hogar, Marcos deja de pensar en todo lo que le atormenta y de inmediato baja de su auto, lo rodea y en menos de un segundo le abre la puerta a Julie, quien no dura de pie ni dos instantes al Marcos cargarla y, luego subirla sobre su hombro izquierdo.—Ahhh… —Ella grita divertida por la impresión y se sostiene abrazando la
Acorralándola contra la pared del baño, Marcos la embiste con pasión mientras sujeta ambas manos por encima de su cabeza de la hermosa mujer que ahora tiene bajo su dominio, ella gime en respuesta al sentir sus embestidas con firmeza y se deja llevar por la pasión del momento.Sus besos, sus caricias la hacen enloquecer y un orgasmo sin igual la alcanza, mandando a Julie directo al cielo de la felicidad y complicidad.—Marcos… —Gime mientras siente como sus rodillas seden ante la fuerte sensación, pero él no la deja caer al sostenerla con fuerza por la cintura.—Te tengo, mi bella. —El susurra en su oído antes de sentir como el clímax ahora lo golpea con dureza.Treinta minutos después…Marcos lleva en brazos a Julie hasta la cama, donde la deja descansar mientras él prepara algo de cenar para ambos.No puede evitar sonreír ante lo ocurrido, ya que esto no estaba previsto al finalizar el recorrido. No fue algo planeado, simplemente ocurrió y él no puede estar más que satisfecho y feli
Caminando de regreso hacia la cama al finalizar la llamada, el toma asiento en el borde de la misma, cerca de Julie. La ve dormir por unos segundos y sonríe mientras le acaricia la mejilla con la yema de los dedos.«¿Aceptarías verme otra vez, Bellissima?»Suspirando, Marcos se da cuenta, que desde el momento en que fue en su búsqueda a la casa de hospedaje y durante todo el día que pasaron juntos, nadie más a existido para él. Todos sus problemas se fueron al vacío, estar con Julie, le hizo olvidar su miserable compromiso, su miserable vida en soledad.Ella comienza a removerse bajo su toque y sonríe al sentir como Marcos besa su cuello y le acaricia la parte baja de la espalda.—Hola… —Susurra soñolienta.—Hola, Bellissima. —El aspira el perfume de su cuerpo.La fragancia de jabón y del aceite aromático. Huele tan divino, huele a él.Y eso le encanta, porque le hace sentir que son uno solo.—¿Qué hora es?—La hora de irnos… —El susurra contra sus labios.Cuando Marcos alza la mirada
—¡Hellooooo! Aún estamos aquí. —Eliza chilla y Marcos por fin toma distancia de Julie.Cuando lo hace, la mirada de su mejor amigo es de confusión y reproche.Pero le importa muy poco lo que su amigo Luciano opine en estos momentos. Él no está en posición de juzgarlo y ya tendrá el momento de explicarle lo que está pasando.Aunque no es su deber. Pero lo hará, porque es su mejor amigo y también porque ante la sociedad tiene una fachada de compromiso que mantener.Entrelazando su mano con la de Julie, Marcos espeta mirando a Eliza:—Julie se quedará conmigo ésta noche. Solo te aviso, para que luego no llames a la policía.—¡Qué! —Eliza grita— ¿Es una broma verdad? —Ella divaga la mirada entre los tres, hasta que le sostiene la mirada a su mejor amiga— ¿Julie? ¿Tú no dirás nada al respecto?—Hmm… —Ella se traba y sonrojándose desvía la mirada.—¿No vas a decir nada? —Su amiga vuelve a preguntar.—Te lo estoy diciendo yo. —Marcos réplica y Eliza pone los ojos en blanco.—¡Cállate, Marcos