LA MUSA DEL SEÑOR JOURNEY
LA MUSA DEL SEÑOR JOURNEY
Por: SilvinaTracy
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El frío del invierno más crudo que puedo recordar se cuela en mis huesos. El viento agita mi cabello negro y amenaza con hacer volar mi gorro de lana. El vapor sale de mis labios con cada respiración y corro hasta llegar al automóvil de mi madre.

-Maldición, voy a congelarme- Protesto sin detenerme. Haber tenido que estacionar a cuatro calles me molesta

Odio hacer trámites, odio ir de compras, odio mi vida.

Con el dinero que mi padre me dió como regalo y dinero que me costó demasiado esfuerzo reunir, fui a ver algunos automóviles de segunda mano en búsqueda de uno que se ajuste a mi limitado presupuesto.

Trabajo en un pequeño salón de belleza y odio estar allí. Las demás chicas son hermosas con sus cuerpos de muñecas, mientras que yo... la gordita a la que nadie voltea a ver.

Desanimada y muerta de frío conduzco de nuevo a casa. Necesito tomar algo caliente o voy a enfermarme.

Mi madre me recibe, muy molesta, con su mano extendida para que le entregue las llaves de su automóvil.

-Si no dejaste gasolina te lo juro Stefany Carson, caminarás así haya un clima horrible. No me importa- Da un portazo y se va corriendo. Cuando menciona mi nombre completo es cuando está demasiado molesta

-También te quiero mamá- Con ironía digo, esperando que me hiciera sentir amada una vez, pero eso no sucede

Se que el divorcio de mis padres fue duro y que mi sobrepeso tuvo parte de la culpa. Las múltiples discusiones sobre mi alimentación, el desprecio y mi propia depresión solo acabaron por desgastar, lo que en mi niñez, fue una linda relación.

Mi madre me culpa en sus momentos de soledad por haber perdido el amor de su vida. En ocasiones es realmente cruel y no creo que tenga conciencia de cuánto me lastima. Se preocupa por cosas básicas de mi existencia, hasta que cumpla la mayoría de edad y deba irme.

Llamo a uno de los vendedores luego de pensar en que vehículo me convenía comprar y siento una nueva emoción en mi pecho. Se siente bien ser feliz unos minutos, tal vez porque estoy triste la mayor parte del día.

Quedo de verlo al día siguiente después de terminar de trabajar y luego me preparo una taza de te. Quisiera comer varias rebanadas de esa deliciosa tarta de frutas que mi madre preparó, pero me siento tan mal conmigo misma y con mi sobrepeso, que por el momento prefiero morir de hambre.

Unas pocas semanas después... Conduzco mi automóvil y veo a uno de mis pocos amigos, alguien que deseo, que sea más que eso. Toco el claxon y estaciono para ofrecerle un aventón. El cielo anuncia que va a llover pronto.

-Gracias Stef, no se que haría sin ti- Besa mi mejilla y siento un cosquilleo en mi estómago que se instala y se esparce hasta mi pecho

Si, tal vez estoy suspirando por Jhon, desde hace un año. Tiene mi edad y es realmente atractivo, alto, delgado, piel palida, cabello largo y ojos cafés.

-¿Prefieres que conduzca yo?- Pregunta con una sonrisa que forma un hoyuelo en su mejilla y dentro de mi suspiro sabiendo que esa sonrisa es para mí

Pongo el automóvil en marcha, aún avergonzada por haberme congelado en mi sitio. Seguro pensará que soy una tonta, pero amarlo me pone en esta situación donde si me habla me vuelvo hasta torpe y suspiro cada vez que besa mi mejilla. Sueño con recibir un beso en mis labios, pero el parece no enterarse de eso.

Lo veo sonreír cuando lee un texto en su teléfono y luego me pide que vayamos a un café.

-Yo invito, Stef- En mi mente me está invitando a una cita y sonrío sin poder evitar sentirme feliz porque el me quiere, porque tiene un detalle conmigo

Llegamos a la cafetería, entramos y ordenamos. Espero que diga algo, pero solo mira su teléfono y ríe por lo que allí recibe y envía, no por mi.

-Stef, hace tiempo quiero pedirte algo- Aparta su teléfono y me mira con una gran sonrisa en su rostro

-Lo que quieras Jhon- Hablo con ansiedad soñando que me pedirá ser su novia

-¿Te gustaría ir al baile?

Me gradué hace un año. Las materias me parecían demasiado sencillas, por lo que pude hacer los últimos años en uno solo, pero él egresará este año. El baile de fin de curso es el más esperado por todos y en el que las chicas esperamos ser invitadas por alguien atractivo.

-Si, deseo ir. Nos divertiremos mucho, me gustaría bailar contigo- Respondo sintiendo mis mejillas calientes, pero su sonrisa titubea y siento que algo está mal, aunque no se que es

-Quiero que seas la pareja de Martin. A su hermana no la dejan ir al baile sin él y ella me gusta demasiado. Eres mi mejor amiga, ¿Podrías...?- Deja de hablar cuando nota que ya no puedo sonreír y que mis ojos se cristalizan

Siento ganas de llorar. Él solo quiere que lo ayude para conquistar a esa chica, no le gusto yo y nunca le gustaré.

"Nunca serás tan linda"

"Eres gorda"

"Él jamás podría fijarse en ti"

Las voces de mi conciencia no dejan de atormentarme aumentando mis ganas de llorar.

-Creí que querías ir conmigo- Mi voz se escucha desanimada

-¿Por qué querría eso? Eres mi amiga, pero nada más, ¿Yo te gusto? Nunca estaría contigo, sabes que prefiero las chicas...- Se queda en silencio y una lágrima se desliza por mi mejilla

-Delgadas, lindas, rubias, atléticas. Lo sé Jhon. Jamás mirarías a alguien como yo. Debo irme- Me marcho dejando el dinero para el café que ni siquiera pude beber antes de comenzar a llorar desconsolada en la cafeteria llamando aun mas la atención de las pocas personas que estan aquí

Subo a mi automóvil y lo enciendo mientras lloro. Siento que me rompieron el corazón por primera vez, aunque se que me enamoré sola. Tal vez Jhon solo aprovechó mi excesiva atención para que fuera su chófer en varias ocasiones, pero yo lo permití.

Cuando el día del baile llega me siento deprimida. Me probé un vestido que no me queda bien y busco sentirme positiva comprendiendo que, de haber ido, yo hubiese hecho el ridículo.

Jhon no volvió a hablarme y yo no insistí esta vez. ¿Para que lo haría? No quiero sufrir viéndolo de novio con alguien que es lo opuesta a mi.

Le conté a mi madre lo que sucedió y ella solo rió.

-Aquí yo tenía tu edad, era hermosa. Te advertí que dejaras de comer como un cerdo. Ahí tienes la consecuencia- Se fue a su habitación después de mirarme con desprecio una vez más

*

Así mi vida amorosa dio inicio. Ésta soy yo, Stefany Carson, alguien a quien más de una vez le romperían el corazón, pero que acabaría siendo el objetivo de quién jamás creyó posible.

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