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EN BÚSQUEDA DE ADRENALINA

JACK JOURNEY

Es un día caluroso y yo nuevamente estoy patrullando por las calles desoladas a esta hora donde nadie saldría de casa si es inteligente. Con cuarenta grados de temperatura, un huevo podría asarse en el pavimento.

Estoy sudando, el uniforme azul es realmente caluroso. Si tan solo pudiera estar manejando descalzo todo sería mejor, el cuero en mis pies me hace sentir dentro de un maldito horno. Comienzo a odiar mi trabajo como policía. Con treinta y seis años, medité varias veces entregar mi placa y retirarme, ni siquiera necesito hacer esto.

Mi familia siente miedo cada vez que ven las noticias. Trabajo como policía porque me encanta la adrenalina y mi vida normal es demasiado aburrida como para conseguirla por mis propios medios. Patrullar las calles no siempre es tan malo porque hubo algunas veces en las que impedí un robo en proceso. Perseguir un delincuente siempre es algo que dispara mi adrenalina a un nivel increíble y me hace sentir vivo. Es extremo, también hubo ocasiones en las que recibí impactos de bala en el chaleco antibalas, pero jamás un daño físico real.

Hoy, es uno de los días en que odio mi trabajo. Me siento asfixiado. Llevo tres semanas donde me planteo seriamente abandonar este trabajo, porque es realmente aburrido y podría dedicarme a una de las cosas que amo, escribir.

Recibir una herencia hace varios años hizo que pudiera animarme a publicar una de mis obras. No soy escritor profesional, pero después de publicar una historia de romance y erotismo entre un jefe y su empleada doméstica cargada de situaciones intensas, el público me adoró. Fue allí que decidí escribir profesionalmente y no me fue mal, mis novelas aún se venden muy bien. Lamentablemente, estoy en un verdadero aprieto porque creí que mi imaginación siempre volaría y prometí una saga, pero después de la primera parte y de comenzar la segunda, me bloqueé.

Estoy narrando la historia de los hermanos Collins. La primera historia fue un éxito, la segunda me está costando muchísimo. Sin adrenalina y sin una musa inspiradora mi bloqueo solo empeora.

He estado tan preocupado y cansado que no he querido buscar alguien para aliviar mi estrés. No consigo inspirarme con nadie. Mis protagonistas femeninas han sido rubias, morenas, castañas, pelirrojas, eso jamás fue importante. Siempre necesité una mujer que pudiera poner mi imaginación a volar y le diera vida a mi personaje.

Patrullar las desoladas calles con este sol no va a inspirar ningún personaje ni estar en casa tampoco. Solo le doy vueltas sin parar a mi falta de ideas, pero presionarme tampoco me ayuda.

No estoy mal, este trabajo me mantiene en buena forma física. Soy un hombre fuerte, espalda ancha, bíceps grandes, abdominales marcados, piernas musculosas. Mi cabello castaño es abundante, aunque lo mantengo siempre corto como todos mis compañeros. Tengo ojos verdes, piel clara. Soy alguien que las mujeres consideran atractivo y conseguir compañía no es realmente difícil. Con treinta y seis años ya tendría que estar estableciéndome con alguien, pero aún no he querido hacerlo.

Me dirijo a un pequeño kiosco para comprar una botella de agua y es cuando mis ojos la ven. Ella posee una belleza inusual. No es el tipo de mujer que yo he llevado a mi cama, pero el deseo que despierta con su caminar apresurado y sus muslos gruesos me enloquece. Mi mente vuela y se que ella le dará vida a mi personaje. Imagino los capítulos sexuales donde ella es la protagonista principal y yo quien la complace de todas las formas posibles.

Un automóvil toca su claxon y rápidamente reacciono notando que casi provoqué un accidente por dirigir mi mirada a esa diosa de medidas abundantes.

Me apresuro a girar y conducir algunas calles para poder seguir mirándola e imaginar varios capitulos más, pero al volver a la misma calle, descubro que ha desaparecido.

Tomo mi teléfono para describir lo que imaginé y comenzar a narrarlo al llegar a casa en algunas horas, es lo único que puedo lograr. Tengo que encontrarla, pero no sé cómo hacer para hallarla, ella sería capaz de quitar este gran bloqueo de mi mente.

(....)

Llegué a casa y fui directo a la ducha. Odio el verano y aún más por usar este caluroso uniforme. Dejo el arma reglamentaria en mi cuarto dentro de la mesa de noche. Siempre la tengo a mi alcance en caso de tener que enfrentarme a ladrones.

Salgo de la ducha con una toalla alrededor de mi cintura y a mi mente no dejan de llegar grandes ideas para la novela, así que comienzo a escribir sin siquiera vestirme. Cuando mi imaginación vuela, no me gusta perder el tiempo.

Después de ver a quien se transformó en mi musa, comprendí que la trama daría un giro. El protagonista, quien era un mujeriego solo vería a esa mujer de grandes curvas como un objeto de deseo y eso le impediría estar con otra mujer. Decidí, ya que debo entregar una saga, crear suficientes situaciones entre los protagonistas y luego dejar un final abierto que invite al público a leer la siguiente historia.

El protagonista comenzará a acosarla desde la distancia, fantaseando con ella y buscando quitarla de su mente comparándola con las otras mujeres con las que estuvo antes. Nada de eso será suficiente para calmar su deseo porque esa gordita es la única que despierta su instinto salvaje y sus deseos más oscuros.

"-Hacía mucho que no escribía tanto"- Digo con satisfacción y releo lo que escribí

Miro la hora y me doy cuenta de que estuve tan inmerso en mi historia, que llegó la madrugada y yo no cené. Hacía mucho tiempo que no sentía tanta pasión por la escritura y que todo esto lo haya despertado una mujer que no es la convencional que suele gustarme me genera cierta intriga.

Su cabello largo y abundante me gusta. Se me ocurren demasiadas situaciones con ese cabello, pero ninguna para hacer en público. Sus labios carnosos aún despierta más un hambre primitivo que solo podría saciar una mujer en este mismo instante. Sus curvas... Es una mujer fascinante, no es muy alta, al menos comparada con mi metro noventa. Tiene senos grandes, una cintura que se define claramente y caderas anchas. Sus piernas son gruesas pero atractivas. Aunque tiene algunos kilogramos de más, se ve absolutamente deseable. Su sobrepeso no es grande, ¿Serán quince o veinte kilogramos extras? Sean los que sean mejoran su apariencia y ponen mi imaginación a volar.

Pido la cena y me voy a dormir después de comer siendo pasadas las tres de la madrugada. Cuando llegue de trabajar, mañana, contactaré a mi editor y le contaré el cambio que haré en la trama. Solo espero que no tire al desagüe mi inspiración y todo lo que trabajé.

Se que mis historias son conocidas por tener gran contenido sexual o por darle la misma dosis de protagonismo a los dos sexos. También porque, basándome en víctimas de mi propio trabajo hice tramas con superación personal. Aún así el erotismo es algo que mis lectores aclaman y lo que no puede faltar en cada una de mis historias, ¿Cómo podría existir un romance sin sexo? ¿Como puedo escribir erótica sin tener capítulos sexuales bien narrados?

En sueños, mi mente la ve a ella... a la musa de esta historia y a quien será mi protagonista en la siguiente. ¿Dónde estará? ¿Cuál será su nombre? ¿Cómo puedo hacer para acercarme a ella? Mi editor me cortará el cuello pronto si no le doy lo que prometí, aunque tal vez... si soy lo suficientemente inteligente y convincente, logre darme más tiempo.

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