CAPÍTULO 01

—Te amo, Duty. —susurró en mi oído.

—Te amo, cariño. 

Marcos se despidió con un beso apasionado y salió de la habitación. Venía a visitarme casi todas las noches, pero como todas esas noches hoy también tenía que irse.

Toqué bajo la sábana y encontré su billetera. Me levanté de prisa, me puse una camisa y salí corriendo para alcanzarlo.

Aún se encontraba en la sala, estaba recogiendo sus cosas mientras hablaba por teléfono.

—Sí, cariño, en pocos minutos llegaré a casa. —hablaba con su esposa—. Me atrasé en una de las reuniones, pero estoy cerca, llegaré pronto… también te quiero.

No iba a negar que escuchar, que hablas de esa manera, me dolía. Pero yo lo elegí, en verdad amaba a Marcos.

Él se giró y se dio cuenta de que estaba parada detrás de él. Guardó su teléfono de inmediato.

—Duty, amor…

—Dejaste tu billetera. —intervine antes de que intentara darme una explicación.

Dio dos pasos hasta quedar frente a mí

—Te amo, lo sabes bien. —pasó su mano por mi  cabello y besó mi frente—. Nos vemos mañana.

Salió del apartamento y se fue. No podía reclamar nada, yo acepté esta vida y esta relación. Teníamos seis meses de estar juntos desde que se mudó a la ciudad con su familia. Su esposa y una chica de quince años.

Regresé a la cama y me cubrí con las sábanas. Desde allí miré hacia mi ventana. Podía verse la luna llena de color plateado. Era mi única compañera en las noches de soledad. 

(...) 

—Dory, buenos días. 

—Ana, buenos días, ¿cómo están las cosas? 

—La noche fue bastante cargada. Un accidente múltiple, lo que trajo a varios heridos. 

—¡Oh rayos! 

—Pero todo está controlado.

—Voy a ponerme el uniforme para poder ayudarlos. 

Era una enfermera de profesión. Esta era una de las mejores profesiones pagadas, pero también una de las más costosas en la universidad. No estaba orgullosa de decir que hice cosas malas para poder graduarme, pero estaba sola en este mundo. Tuve que hacer cosas indebidas para tener un futuro asegurado. 

Mi relación con Marcos no era por dinero, era amor puro. A pesar de tener la etiqueta de amante, no era como muchas, que esperaban a que el hombre les proporcione dinero para sobrevivir, era una mujer autosuficiente y podía valerme por mí misma. 

—Necesito con urgencia un trago. —Habló Ana.

—¿No es muy temprano para estar bebiendo?

—Solo necesito una pequeña copa de alcohol para reponerme de esta noche tan dura.

—Ya podrás emborracharte en la noche. —hablé.

—¡Cierto! Francis va a celebrar su ascenso. No puedo perderme esa invitación.

Francis era un amigo en común entre Ana y yo. Era médico y recién recibió el puesto de subdirector del hospital. Nos invitó a celebrar esta noche por este gran triunfo.

—¿Cómo están las mujeres más bellas del hospital? —Justo en ese momento Francis apareció.

—Haciendo planes para emborracharnos esta noche —respondió Ana.

—Las espero a las ocho en el lugar de siempre. —mencionó Francis.

—Seremos puntuales señor subdirector. —Dije con gracia.

—La encantadora y tierna Dory. Espero no faltes, tú eres mi invitada especial. 

Francis dejó un beso en mi frente y se alejó. 

—Es tan guapo —suspiró Ana—. Ya quisiera yo que me viera de esa manera que lo hace contigo.

—Tengo novio, Ana.

—Un novio que no me has querido presentar. Pero ya hablaremos del tema, voy a ir a descansar. Mi hijo me espera en casa.

Ana era una mujer de treinta años, madre soltera de un niño de ocho años. Era mi amiga, además de Francis. 

Me coloqué en mi puesto e inicié con mis funciones. En el hospital siempre había cosas por hacer, los días eran muy ocupados. 

Me encantaba ser enfermera, conocía a muchas personas y sobre todo me gustaba ayudarlos. Mi vocación era ser enfermera y disfrutaba de mi trabajo.

(…)

Marc❤️

Perdona mi amor no podremos vernos hoy.

Me sentí decepcionada al leer su mensaje. Mañana Marcos se irá de la ciudad por más de     una semana y se supone que iba despedirse.

Duty

Pero dijiste que vendrías antes de irte.

Marc❤️

Tengo unos inconvenientes, pero pasaré a las nueve.

Duty

No voy a estar en casa, tengo una salida con Ana y Francis.

Marc❤️

¿Prefieres estar con tus amigos?

Duty 

No inicies con chantajes, sabes muy bien que por sobre todas las cosas siempre voy a elegirte, pero prometí a mis amigos que saldría con ellos.

Marc❤️

Solo son bromas amor, confío en ti, te amo. Nos vemos en una semana.

Sonreí al ver su mensaje. Marcos era un hombre muy comprensivo.

Duty 

Te amo, voy a extrañarte. 😘

—¡Dory! ¡Estamos aquí! —gritó Ana, estaba con Francis en una mesa del fondo.

Caminé hacia ellos y me senté en la silla vacía.

—Creí que iban a comenzar sin mi.

—Nunca haríamos eso. —habló Francis—iré por las bebidas.

Se levantó de la mesa y fue a la barra. En pocos minutos traía tres botellas en la mano.

—Dijeron que solo sería una copa. —mencioné.

—Para nada, mi ascenso debemos celebrarlo por lo alto, además será mi última borrachera, después ya no podré hacerlo, tengo que guardar mi imagen como el nuevo subdirector del hospital central.

Cada uno tomó una botella y la levantó hacia el centro de la mesa, haciendo el gesto de un brindis. 

—¡Si, amigo! Un brindis por el nuevo subdirector —exclamó Ana.

Ella y Francis destaparon sus botellas y bebieron directo.

—Dory, tienes que acompañarnos. —Habló Francis. 

—Una persona aquí tiene que estar cuerda para llevarlos a casa sanos y salvos. Así que estoy solo con un par. 

—Eres una aguafiesta, Dory. —Yo era la cuerda de los tres, Francis el más inteligente y Ana, pues ella el alma del grupo, la alegría y la locura. Éramos el típico trío de amigos. 

El festejo consistió en bailar, hacer bromas y tomar. Y tomé algo con menos alcohol, era la encargada de llevarlos de regreso a sus viviendas. 

—¡Dory, Dory, Dory! Me acabo de ligar a un abogado y lo mejor de todo es que me invitó a su apartamento. 

—Estás muy borracha. 

—Pero estoy consciente, que es lo importante. Nos vemos amiga. 

Ana salió casi corriendo de mi presencia, sabía que iba a detenerla. Miré a Francis, estaba en la mesa terminando la tercera botella de la noche. 

—Francis, es momento de irnos. 

—¡Quiero seguir celebrando! 

—¡Suficiente! ¿Piensas faltar a tu primer día como subdirector? —Pasé uno de sus brazos sobre mi hombro y lo intenté levantar. Pero fue un fracaso total, puesto que en mi intento cai sobre sus piernas. 

—Perdona. —me disculpe e intente levantarme, pero Francis me rodeo con sus brazos—. Suéltame por favor. 

—¿Por qué no puedes quererme? 

—Francis, tengo novio y estoy enamorada de él. 

—¿Prefieres estar en las sombras, ser la segunda opción y no la reina? 

—Estás demasiado borracho y no sabes lo que dices. 

—Sé muy bien lo que digo, conozco a tu noviecito Dory. 

Me asombré por su declaración. 

—No lo conoces, vamos, voy a dejarte a tu casa. —Una de sus manos masajeó uno de mis muslos— ¡Francis detente! 

—Aceptas que un hombre casado te acaricie y no quieres que lo haga yo.

No podía creer que lo supiera, pero más que eso me sorprendía su actitud. 

—¡Muérete Francis! Y no tengo idea de cómo vas a regresar a tu casa porque yo me voy sola. 

—¡No!, Quiero que seas mías Dory, me muero por ti y no puedo creer que seas la amante de un maldito que ni siquiera se atreve a mostrarte en público. 

—¡Suéltame Francis! —Su agarre era demasiado fuerte que no podía soltarme.

—¡Suéltala imbécil! —un desconocido golpeó a Francis y este me soltó. —Señorita ¿está bien? —preguntó. 

—Si, si. —me acerqué a Francis y lancé una bofetada y este cayó al suelo. No me digné a levantarlo, solo di media vuelta y salí del bar. 

Subí a mi auto y tomé el volante sin encender. Solté una lágrima, sus palabras me hirieron, me hicieron sentir de lo peor. Pero esa era la realidad, tenía la etiqueta de “amante”  

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