CAPÍTULO 62

AARON BIANCHI

Subí las escaleras, despacio. Como si estuviera anticipándome al desastre, liberé la presión de mi cuello, moviendo la rotando suavemente mi cabeza, y acto seguido troné mis dedos, pues estaba bastante convencido que tendría que usar mis puños, para convencer a Andrés. Y convencerlo comenzaba con sacarlo de la cama a los golpes, pues de seguro estaba perdido y dormido por el alcohol y las drogas.

No sería un donante nada factible, no si antes necesitaba desintoxicarse para ayudar a su hijo biológico.

Toque a la puerta, y Genova me abrió en unos dos minutos. La salude con un gesto de la cabeza y un modo aún más taciturno que el habitual.

—¿Cómo está mi nieto?— preguntó enseguida—. ¿Ha habido alguna mejoría?

—Ya hay una compatibilidad, un donador—gruñi y ella se alegró genuinamente, obviamente no sabía que el “héroe” que estábamos necesitando, no era otro que el mayor egoista que habíamos conocido jamás.

—Gracias a mi Santa Madonna de la Corolla, que escucho mis plega
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP