Capítulo Cincuenta y Nueve

El silencio se instala en el salón y tanto Renzo como esperamos que alguno formule alguna palabra.

Gianna titubea.

Decido tomar la batuta.

—Estoy consciente de que mi presencia les incomoda, dado los últimos acontecimientos —ambos me miran en silencio. —No voy a justificar el porqué hice lo que hice. Sin embargo, debo decir que, la Sam a la que le abrieron las puertas de su casa, siempre fue sincera en su trato.

—Renzo nos contó sobre tu hermana—espeta Gianna.

—Leila quedo en silla de ruedas luego del accidente, la operación que podría hacerla caminar es muy costosa, a eso le sumo sus episodios de depresión que tiene luego del accidente. Lo que me obligo a recluirla en una casa de reposo por recomendación médica. Ahí, le proporcionan el debido cuidado.

—Entendemos que aceptaste la descabellada idea de mi hijo, por ella.

Asiento.

—También sé que he sido muy dura contigo. Solo que… Me sentí herida por el engaño.

—Entiendo.

—Soy consciente de lo desagradable que hemos sido. Por eso, qu
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