— Esto… ¡¿qué significa?! – Valentina se levantó de golpe asustada por las armas que la apuntaban y las luces en su rostro.Intentó tomar su bolso para llamar a su madre, pero esto fue interpretado como resistencia y que iba en busca de una pistola o algo sospechoso.— ¡¿Qué creen que están haciendo?! ¡Soy la hermana del Duque de Vallucci! – gritaba y forcejeaba, pero solo se ganó ser reprimida con mayor brutalidad.La arrojaron al suelo con las manos detrás y la esposaron diciéndole sus derechos.— ¡Vamos, deje de resistirse que es mejor para usted, ya sus cómplices confesaron, revisamos las bodegas y vimos todo el cargamento de drogas! – el oficial a cargo le ladró.Lo que más odiaba era a esos riquillos que se creían impunes a la ley y la justicia, poco se imaginaba que por encima de él había alguien moviendo los hilos para armar todo este teatro.— ¡¡No sé de qué me habla!!, ¿qué droga? ¡Yo solo vine a ver a hermano, a Stefano…! Entonces Valentina, ya llorando alterada al ver la
— Chicos… Mmm mañana tengo uni… Aahh – los gemidos escapaban de la boca de Carlotta las pocas veces que la dejaron de besar. Sus labios eran chupados, mordidos y lamidos, al igual que todo su cuerpo manoseado por las manos de los hermanos Vallucci mientras la sacaban del baño, completamente desnudos, metida entre ambos. Se retorcía entre ellos, paso a paso, hasta la cama del cuarto principal del departamento de Fabio. Las huellas mojadas de los tres iban quedando en la alfombra oscura. La Duquesa respiraba agitada y excitada, su cuerpo caliente como un horno y su centro palpitando de pura lujuria. Detrás llevaba un plug de acero inoxidable insertado en el baño con lubricante que escurría por entre sus muslos junto con sus fluidos de deseos. Fabio cayó sentado sobre la cama, con las piernas colgando del borde y se quedó mirando seductor desde abajo. Su mano fue a bombear sobre su miembro erecto y húmedo, pasando la lengua por sus caninos sin dejar de devorarla con los ojos. —
— Respeta a tu esposa. Esa boca es la que siempre te embarca. Hoy te tocaba atrás y por chistoso, Stefano que es más inteligente, tomó el puesto – le dijo con los ojos cerrados, pero en eso fue rodada de repente en la cama. El enorme cuerpo de Fabio presionando sobre ella. — No, Stefano te metió la lengua mejor y te dejaste convencer por el juguetico de rubí. La próxima vez me toca a mí, te compraré uno de diamantes, no acepto un no por respuesta – le dijo lamiendo sus labios y restregándose entre sus piernas. Llenos de sustancias sexuales por todos lados. — Aquí la jefa soy yo, guardaespaldas y me la mete quien yo quiera. Algo debes estar haciendo muy mal que el Duque tiene más privilegios que tú – Carlotta lo miró desafiante. — Así que Stefano es mejor, ¿no? Solo me queda entonces probar lo contrario – la mirada azul en los ojos de Fabio denotaba deliciosas y peligrosas tormentas por venir. Carlotta fue agarrada de la cintura y manipulada sobre la cama, riendo y gritando. — ¡
— Yo… lamento molestar – Deborah volvió a disculparse por milésima vez.Ambas sentadas en el asiento de atrás del BMW con el chofer guardaespaldas manejando— Deborah, mujer, parece que estamos conduciendo al infiern0, por favor ya no te disculpes más, me pediste que te adelantáramos hasta la casa de tu tía por una emergencia y eso hacemos – Carlotta no entendía por qué tanta angustia.— Es que… — Deborah se mordió el labio inferior con indecisión, pero al final no confesó.— Tenías planes urgentes, seguro querías irle a decir a tu novio la buena noticia y yo te estoy retrasando.— Bueno, es verdad que queda un poquito lejos y fuera de la ciudad, pero será una hora si acaso de retraso, no es grave – Carlotta subió los hombros sin importancia.La conversación cambió, pero la mente de la morena seguía en lo mismo.Le habían pedido desviar a Carlotta por esta ruta con una excusa. Se agarraba las manos en el regazo con nerviosismo.Miró a la espalda ancha del hombre que conducía, había u
— ¡AAahhh! – Carlotta gritó sorprendida, agachándose con miedo, pero luego reparó en que el cristal no se rompió, solo aparecieron algunas pequeñas grietas.Por supuesto, su auto era blindado y con la más alta tecnología para su seguridad.Sin pensarlo ni un segundo, prendió el motor y aceleró marcha atrás levantando una capa de polvo en la carretera.El asesino les siguió disparando de frente y a los neumáticos, pero todo estaba reforzado, sin embargo, el impacto en la carrocería y las chispas que saltaban de las balas, hacían que sus corazones colgaran en sus pechos del miedo.Dar marcha atrás en esta carretera estrecha y sinuosa, le estaba costando a Carlotta de toda su concentración, pero a pesar de sus esfuerzos, se vio bloqueada una vez más.En algún momento por donde mismo habían transitado y se encontraba libre, ahora había un enorme camión atravesado, impidiéndole el paso.De un lado la montaña y del otro un barranco, era hacia delante o hacia atrás.— ¡Maldici0n, maldici0n,
— ¡Estoy subiendo al helicóptero con Stefano, amor, manténteme manejando, ya estás a punto de salir de carretera más peligrosa de la montaña!— Lotta vamos en mi camino, mi vida, tranquila, vamos en camino, mi amor…La voz de aliento de Stefano casi la hace llorar.Conducía con cuidado en cada una de las curvas cerradas, pero sin bajar mucho la velocidad del auto y mirando siempre al espejo retrovisor.Ese camión la seguía persiguiendo, pero gracias a que el BMW era más ligero, alcanzaba mayor velocidad.La carretera que llevaba a la ciudad ya estaba próxima y Carlotta prácticamente se veía a salvo, sin embargo, la última buena obra de su amiga, Deborah, comenzó a surtir su efecto.Un mareo repentino asaltó la mente de Carlotta.— Vamos bebé, no le hagas esto a mamá, por favor, coopera – susurraba asustada pensando que eran los síntomas del embarazo.Movía la cabeza sacudiéndola, para ahuyentar la zoncera que le estaba entrando.Sus párpados pesados y el control sobre el auto era cada
Gimió dolosamente intentando sacar el pie, pero se temía que el daño fuese bien serio.El dolor en todo su cuerpo era tanto que la hacía rabiar.Sin embargo, el ruido estridente a su lado y ver a la pareja de asesinos forzando la maltrecha puerta para entrar al auto, la hicieron olvidar sus heridas.El corazón de Deborah latía desesperado, ¿se hacía la desmayada?Pero no, no, era evidente que no se podía quedar aquí atrapada y ¿si explotaba el auto como en las películas?¡BAM!Cuando la puerta fue abierta a la fuerza, se atrevió a pedir ayuda.— ¡Ayúdenme, por favor… por favor! ¡Yo… yo fui quien la trajo a este sitio y le dio la droga! ¡Estoy de su lado! – le gritó con la voz ronca y llorando a moco tendido a la mujer que abrió su puerta, mientras el hombre examinaba a Carlotta.— Está viva – el hombre sentenció y ambos sicarios suspiraron de alivio.— ¿Qué hago con la …aliada?La mujer preguntó, mientras su cómplice estaba desbloqueando el cinturón de Carlotta y poniendo algunos vend
— ¿Sabes muy bien que eso es una trampa?, ¿cierto? Fabio le dijo a su hermano, levantándose del asiento y volviendo a pasearse como un tigre enjaulado por el despacho. — Lo sé – Stefano suspiró desesperado. Beatrice les había dicho sus condiciones, como sospecharon, incluía ceder conexiones de sus negocios turbios, además de sacar a su hija de prisión. Los estaba citando a un almacén alejado y ellos tenían bien claro que si eran tan idiotas como para ir de mansos, no solo Carlotta, si no todos volarían por los aires. — Es obvio que trabaja para alguno de nuestros enemigos, hice una lista… — ¡¿Y qué cojones hacemos con tu listica Stefano?! ¿Buscamos en sus casas uno por uno? - ¡BAM! Fabio golpeó la mesa con las dos palmas de las manos. — Tomemos a la hija de esa desgraciada y hasta que no nos dé a Carlotta no la soltamos. ¡Le volaré los sesos personalmente! — ¡No basta con eso Fabio! – Stefano se levantó también alterado — ¡Eres un maldit0 mafioso calculador!, ¿no me digas