¡BAM!La puerta se cerró de golpe cuando Stefano entró en su despacho privado y pasó el cerrojo.Se tiró sobre el primer sofá que vio y abrió a tirones los botones que apresaban su abultada erección.Los gemidos en sus oídos se escuchaban más intensos, calientes y excitantes.Tuvo que apagar la pantalla para que nadie fuera a ver el espectáculo de porn0 en vivo, pero ahora mismo lo colocó en el soporte sobre la mesita del centro y lo prendió.— ¡Aahh! La imagen de Carlotta gimiendo de frente a la cámara mientras Fabio la penetraba por detrás, volvió a llenar la escena.¡Paf, paf!Sonaron unas sexy nalgadas.— Mmm… jódeme bien la verga Duquesa… Sshhh vamos, muéstrale a tu esposo lo puta que eres en la cama y como te follas a su guardaespaldas… Mmm joder qué rico te meneas Duquesa… más suave bebé o harás que me venga rápido… Mmmm…Fabio la nalgueaba metido en el lujurioso rol que jugaban.Dejo de moverse, aguantándose, de rodillas, mientras Carlotta era la que contorneaba sus caderas h
— Al final me cambiaste por Fabio, ¿esta es tu manera de castigarme? – le reclamó Stefano falsamente.Ni él mismo se creía su ceño fruncido.— ¿Venirse ahora como lo hiciste es un castigo? – Carlotta alzó una ceja y Fabio aguantó la risa cerca.— Además, dije tu nombre esposo, solo me confundí de hermano, perdóname, fueron los ojos azules, los que jugaron con mi mente.Carlotta le sonrió dulcemente. Iba a soltarle un sarcasmo sobre Valentina, pero traerla a colación, solo le daría mayor importancia a esa bruja.Este momento era exclusivamente de ellos.Nadie había dicho por lo claro que eran hermanos y aunque no eran idénticos, ahora sin los lentes, sus rasgos parecidos, eran más evidentes.Esperaba la respuesta de Stefano, ¿él se lo negaría?— Los ojos azules pueden ser iguales, pero las pollas no, creo que te tendré que refrescar la memoria, Duquesa. Cuando regrese, prepárate para recibir con las piernas abiertas al hermano que la tiene más grande y gruesa.— ¡Oye! ¿Quién dijo eso?
Carlotta sentía la cabeza con mareos y unas ganas de vomitar tremendas, pero hubo un estruendo de repente, gritos, se movía todo a su alrededor como un terremoto.¿Dónde estaba?Recordó que en la casa de Luca, hablaban en el sofá.La verdad ni sabía de qué fue la conversación y en un momento, sus párpados se cerraron por completo.¿Se durmió?¡BAM!Sonidos estridentes sonaban y cuando se levantó mareada… ¿de una cama?, sus ojos enfocaron a Luca siendo golpeado contra el closet.— ¡¿Pero qué…?!Carlotta gritó con voz ronca, sin entender muy bien la situación.Solo sabía que su amigo estaba en peligro, siendo apaleado salvajemente por un gigante que le daba la espalda a ella.Luca era un hombretón también, tampoco estaba tan pacífico solo recibiendo, bloqueaba y se enfrentaba a Fabio, pero no solo fue tomado por sorpresa, sino que estaba aún medio drogado y lento.— ¡Suéltalo, suéltalo, maldit0 vándalo…! Antes siquiera de que Stefano, a un lado en la habitación, pudiese reaccionar par
— ¿La dejaste que se acostara con nosotros para pagar tu abogado costoso y que te sacara de tus asuntos turbios? ¿Qué? ¿Le hicieron lo mismo al Chef y los descubrió? ¿La usabas para que se lo follara y te diera el dinero? Fabio le escupió con voz mortal. La navaja pegada al cuello de Luca, haciendo una herida por donde ya bajaba un hilo de sangre. — Se van a arrepentir de esto, ella es inocente, no hicimos nada, fuimos drogados – admitió cerrando los ojos en agonía. Ya estaba harto de limpiar las mierd4s de su madre y tapar sus errores. — ¿Quién te drogó, tu propia madre? Porque aquí no hay nadie más. — ¿Por qué tu madre te perjudicaría así?, ¿o estabas en complot con ella para tomar esas fotos íntimas de Carlotta? ¡¿acaso me crees imbécil?! Se levantó de golpe abriéndole el pantalón a Luca a tirones con los guantes negros puestos y asco en la cara. — ¡Esta va a ser la última mujer que te follas en tu puta vida! Le rugió y Luca se activó con las últimas fuerzas para forceje
Stefano nunca había estado tan nervioso en su vida, ni siquiera cuando supo que el chico que siempre había estado a su lado, como su seguridad, era su propio hermano gemelo, en vez de su amigo.Entró en la habitación y la vio sentada en la cama y mirando hacia la ventana con las cortinas entreabiertas.Ella ni siquiera lo miró. Solo se quedó así, observando a la nada, metida en sus pensamientos.— Pequeña, ¿cómo te sientes? Stefano se armó de valor y pensó en que tendría que ganar la más difícil negociación de su vida.Caminó hacia el borde de la cama, sin embargo, la peli castaña no le respondía.Estaba preparado para sus gritos, sus insultos, hasta su escupida, pero no para esta frialdad e indiferencia que lo estaba llenando de pánico.— Carlotta, tenemos que hablar… Hizo por tomarle la mano sobre la sábana blanca, pero ella la retiró y lo miró al fin.Esta demacrada, con círculos oscuros debajo de sus ojos rojos.Se veía exhausta y triste. Eso era lo peor, la mirada de desilusi
Descubrió que lo que sentía por Valentina no era genuino, no se parecía en nada a esto, solo era una enfermiza obsesión, el capricho de un niño mimado.Carlotta solo observaba la invitación.Stefano levantó su mano poco a poco, para acariciar su pálida mejilla, pero de un momento a otro…Ras, ras, rasCarlotta rasgó la invitación justo en su cara.— Creo que te equivocaste de nombre, hubieses puesto Valentina o quien te diera la gana. Una cualquiera como yo no tiene derecho a llevar tu preciado título.A pesar de estar muriendo por dentro, quebrada, se mantuvo firme, y le tiró los pedazos de la invitación en la cara.— Lo único que quiero de ti Duque de Vallucci es la sentencia de divorcio y te dejo libre para que te cases con quien desees.— No te lo daré.Stefano se levantó de la cama, con la mirada seria, sabía muy bien que hoy no llegarían a nada.Ella estaba demasiado herida, ofuscada. Una disculpa no sería suficiente para lo que le hicieron.— Nunca te lo daré. Hablemos cuando t
El puño venía directo a su cara y quería evitarlo, sin embargo, su cuerpo ya no respondía tan deprisa como al inicio.En el último segundo, antes de que siguieran deformando su rostro, bloqueó con sus codos, se inclinó hacia la derecha y subió con fuerza su rodilla para impactar contra el estómago del adversario.— Mmm— el hombre gimió con dolor, entonces Fabio no perdió el tiempo.Se abalanzó como un tigre rabioso sobre él, lo arrojó al suelo donde comenzaron a forcejear, pero Fabio se subió a horcajadas y comenzó a golpearlo con los puños en la cara, aguantando los puños del enorme hombre, estrellándose sobre sus costillas y flancos.Intercambiaron puñetazos como dos luchadores que combatían a muerte. La sangre y el sudor se esparcían por el aire entre ambos, respiraciones agitadas, dolor y un vencedor al final.Tuvieron que agarrarlo entre los dos árbitros para quitárselo de encima al enorme hombre, casi desmayado en el suelo.— ¡Suéltame, trae al próximo! – los gritos y la algara
— Si te vas por mi causa, yo… no te quiero molestar… solo…— No te creas tan importante, si me voy, es porque me da la gana, este sitio nunca fue mi casa realmente, quítate del camino.Carlotta intentaba hablar duro a pesar del temblor en todo su cuerpo.Las palabras de Fabio, repitiéndose en su mente. La había herido y mucho. Hizo por avanzar, pasarle por al lado, pero Fabio se impuso, como una enorme presencia, que bloqueaba la puerta, acercándose más a ella cuando intentaba escabullirse.— Lotta fue mi culpa, todo fue mi culpa, no sé cómo pedirte perdón por todo lo que hice y más, por lo que te dije. No merezco tu perdón, pero por favor no te marches… si no quieres verme… me iré, pero… al menos a Stefano, dale una oportunidad…Fabio le habló en un susurro por encima de su cabeza, pocas veces había estado tan desesperado en su vida.Lo que deseaba era retenerla, obligarla a quedarse, ser de nuevo un animal dominante y esa no era la manera de hacer las cosas, no con la mujer que de