El puño venía directo a su cara y quería evitarlo, sin embargo, su cuerpo ya no respondía tan deprisa como al inicio.En el último segundo, antes de que siguieran deformando su rostro, bloqueó con sus codos, se inclinó hacia la derecha y subió con fuerza su rodilla para impactar contra el estómago del adversario.— Mmm— el hombre gimió con dolor, entonces Fabio no perdió el tiempo.Se abalanzó como un tigre rabioso sobre él, lo arrojó al suelo donde comenzaron a forcejear, pero Fabio se subió a horcajadas y comenzó a golpearlo con los puños en la cara, aguantando los puños del enorme hombre, estrellándose sobre sus costillas y flancos.Intercambiaron puñetazos como dos luchadores que combatían a muerte. La sangre y el sudor se esparcían por el aire entre ambos, respiraciones agitadas, dolor y un vencedor al final.Tuvieron que agarrarlo entre los dos árbitros para quitárselo de encima al enorme hombre, casi desmayado en el suelo.— ¡Suéltame, trae al próximo! – los gritos y la algara
— Si te vas por mi causa, yo… no te quiero molestar… solo…— No te creas tan importante, si me voy, es porque me da la gana, este sitio nunca fue mi casa realmente, quítate del camino.Carlotta intentaba hablar duro a pesar del temblor en todo su cuerpo.Las palabras de Fabio, repitiéndose en su mente. La había herido y mucho. Hizo por avanzar, pasarle por al lado, pero Fabio se impuso, como una enorme presencia, que bloqueaba la puerta, acercándose más a ella cuando intentaba escabullirse.— Lotta fue mi culpa, todo fue mi culpa, no sé cómo pedirte perdón por todo lo que hice y más, por lo que te dije. No merezco tu perdón, pero por favor no te marches… si no quieres verme… me iré, pero… al menos a Stefano, dale una oportunidad…Fabio le habló en un susurro por encima de su cabeza, pocas veces había estado tan desesperado en su vida.Lo que deseaba era retenerla, obligarla a quedarse, ser de nuevo un animal dominante y esa no era la manera de hacer las cosas, no con la mujer que de
— Así que esta fue la razón por la que el Duque aceptó a esa chica de esposa – Beatrice leía la información del documento en su mano.— Ya sabía que ese hombre me resultaba conocido. En aquel momento fue a la mansión a ver al viejo Duque y ahora, cuando lo vi de nuevo, me preguntaba ¿qué andaba buscando? — Era esto, chantajeó a Stefano con la muerte de su esposa. Esa fue la santa mujer que murió durante el secuestro y casi me impide acabar con el otro hijo de esa golfa.Beatrice daba golpecitos en la mesa, delante de ella un intimidante hombre de traje, cabello rubio, canoso y actitud misteriosa.— Las cosas se están complicando Gerald, hay que tomar medidas drásticas, porque tan lejos de la mansión, me es imposible enterarme de nada y con la estúpida de tu hija no puedo contar – le dijo con molestia.— Contacta con el hombre ese corrupto, el detective que nos ha hecho otros encargos, dile que le pagaré bien por un asunto.El hombre asintió, no era de muchas palabras.— Esa vieja est
Llegó en un taxi, luego de media hora, al lujoso hotel. Entró al enorme hall en tonos plateados y caminó con sus tacones negros, por el piso de mármol, hasta la recepción.— Vengo a una fiesta de cumpleaños – le dijo a la recepcionista sacando la invitación del pequeño clutch.— Se celebra en el salón 3, por este pasillo a la derecha – le indicaron y Carlotta siguió la ruta hasta llegar a dicho salón.Estaba alerta, en todo momento, sabía muy bien que no la habían invitado para nada bueno.— Hola, pensé que no vendrías, como ya no vives en la mansión. Me alegra que no se haya perdido la invitación.Por supuesto, una glamurosa Valentina le dio la bienvenida al atravesar la puerta cromada del salón de fiestas.— Claro, ¿cómo arruinarte la diversión? – le dijo Carlotta con ironía, sin embargo, sus ojos no pudieron evitar fijarse en la gargantilla de Valentina.— Oh, ¿te gusta? Seguro que sí, ¿a qué mujer no le gustan los diamantes? Stefano me la regaló, ¿recuerdas? Es la misma de la suba
— Oye, ¿qué cree que hace? ¡Esas son mis cosas personales! ¡Devuélveme mi bolso! Carlotta ahora sí que estaba enojada.Solo había ido al baño y se veía enredada en este asunto.— ¿Personales? No sé cómo alguien como tú se pudo colar en este hotel, pero si es lo creo, ¡hasta aquí llegó el estar tentando a buenas jóvenes con tu mierd4!Elena le dijo con ira, amenazante.Carlotta no entendía nada, pero cuando vio lo que los guardaespaldas de la mujer sacaron de su bolso, no se lo podía creer.— Eso no es mío – dijo sin dudarlo y miró a las chicas nerviosas, que se hacían las inocentes a un lado. — ¡Digan la verdad!, ¿quién metió eso en mi bolsa?Nadie habló.— ¡Ustedes estaban fumando solas, ni siquiera las conozco, cómo pueden mentir de esta manera e involucrar a una inocente! Caminó hacia ellas exclamando con rabia.— ¡A ellas no les estés gritando! - la mujer se puso de frente a las jóvenes, enfrentando a Carlotta.— ¿Persona inocente? Eres una traficante que te cuelas aquí para ve
— Pronto se hará una fiesta oficial para el nombramiento, pero ya que están muchos aquí, haré un anuncio muy importante para mí.Stefano se paró delante de todos los invitados que no entendían nada, pero estaban bien inquietos— La mujer a mi lado, las que les causa tanta curiosidad, se llama Carlotta, Carlotta Vallucci, la actual Duquesa de mi mansión, mi esposa y dama del Grupo Vallucci.Dijo con voz firme, fría y poderosa, apretando la cintura de Carlotta que se había recompuesto y aunque con los ojos enrojecidos y echa un desastre, levantaba la cabeza con orgullo.— Averiguaré muy bien las confusiones que ha habido aquí, pero que sepan desde ahora, que todo aquel que la ofendió de cualquier manera, se las verá con el poder de la casa Vallucci ¡sin excepciones!Nadie dijo ni pío, pero todos se miraban sutilmente alegrándose de no haberse metido en este escándalo y otros, movían a todos lados los ojos en pánico.Sobre todo la Sra. Elena, que lo había seguido dejando de lado incluso
— ¡Te callas! – Stefano le fue arriba agarrando con fuerza sus mejillas magulladas.No sabía qué tanto conocía esta estúpida de sus negocios turbios, debió escuchar algo de su madre, porque esto de la mafia venía desde el Duque anterior, no era de ahora.— De verdad que eres una descerebrada, ¿acaso no te das cuenta de que en un escándalo, tú serías la más perjudicada? La hija de otro, la bastarda del ex-Duque.— Te atreves a decir una palabra, una sola cosa sale de tu cabeza hueca y estúpida y primero, te puedo asegurar que será tu palabra contra la mía y nadie te va a creer y segundo, me vas a conocer Valentina.Los ojos azules congelados la hicieron temblar en pánico.— No sé qué carajos pienses que sepas, pero créeme, que mi verdadero ser nunca lo has visto, sin embargo, lo harás. — Stefano…— Abre la boca de algo que no debes y te cortaré la lengua personalmente. Te vas de mi maldit4 casa y desaparece como la cucaracha que eres. ¿Entendiste?Valentina solo lo miraba con los ojos
— Carlotta… — Fabio se giró suspirando derrotado. En su vida nunca había hecho tantos papelazos como los que hacía por esta mujer. — Dime, ¿de verdad te crees que eres como un ninja o algo así? Porque ese enorme y sexy cuerpo es difícil de ocultar. Lo miró de arriba abajo y la verdad, es que Fabio llamaba la atención por todos lados. Se había quitado el saco y estaba con una camisa negra ajustada a sus tonificados músculos y el pantalón oscuro de tela pegado sexy a la parte inferior. — Bueno, pensé que quizás vestido de negro me camuflaba mejor, así como los ninjas – le dijo con sarcasmo, pero sus ojos vagaban algo erráticos, con vergüenza de mirarla. Carlotta dio un suspiro y se le acercó, subió sus manos y lo tomó de las mejillas, haciendo que la mirara. — Feliz cumpleaños querido guardaespaldas, la verdad es que sí, te quería patear bien feo en las bolas, pero digamos que estás tan bueno, que eso sería un sacrilegio para la humanidad. Carlotta le sonrió y Fabio se quedó perd