— ¡Cállate! ¿Quién te dijo que puedes presionarme para que hable lo que te dé la gana? Stefano estaba que echaba chispa por los ojos.No le gustaba que nadie lo arrinconara de esa manera.— Stefano… ¿por qué te comportas así? Tú nunca mientes. Te digo que estoy dispuesta a admitir nuestro amor, ya no la necesitas a ella para tener a tu hijo, yo puedo…— Tú no puedes nada Valentina, porque como bien siempre me dijiste, nadie aceptará este absurdo, para la sociedad eres mi hermana, quisiste mantenerlo así y así se quedará para siempre.Stefano le respondió y más claro ni el agua.Ahora era él quien no estaba dispuesto a asumir los riesgos o escándalos para estar con ella.Casi comete el peor error de todos, que era confesarle lo de su infertilidad, dándole el arma perfecta a Beatrice para destruirlo.— No, no, ¿cómo puedes hacerme esto? ¡¿cómo puedes cambiar nuestro amor de años por dos o tres veces de sexo con esta puta?! Señaló a Carlotta con furia.— ¡A mí me respetas malnacida, le
Tuvo un accidente de joven con un caballo en una carrera de equitación. Un atentado que le hicieron y ocasionó la tragedia de dañar sus testículos por el traumatismo. Ese era un tema delicado, incluso entre Fabio y él. Su hermano se sentía culpable por no cuidarlo bien. Además, si alguien lo sabía, que el Duque reconocido, no podía tener herederos para el título, sería un escándalo. Todo esto había sido calculado para tapar este hecho, desde el inicio, que Fabio se acostara con la esposa temporal que escogiera y el hijo sería reconocido como suyo. El próximo Duque. No confiaba aún en Carlotta como para revelarle ese asunto tan importante y quizás nunca lo haría. Tantos secretos del pasado, mentiras y engaños, solo para que ellos pudiesen tener el control de su patrimonio y no perder el título. Fabio había sido otra víctima de la decisión de su padre, el antiguo Duque. Stefano no quería pensar más en el pasado. — ¿Venías a traerme un refrigerio? – miró con lástima a la bandeja
Le habló sin filtros y a pesar de su estatura más baja, no le tuvo miedo, enfrentando su mirada rabiosa y asombrada, de frente. Le soltó la mano, devolviéndole las heridas de los arañazos. — ¡Vulgar, eres una vulgar asquerosa! — Al parecer, a tu Duque le excitan las vulgares queridita, deberías aprender de mí, no te imaginas lo rápido que se la paro. Carlotta comenzó a reírse de ella y a caminar hacia la salida. Valentina no sabía cómo responder a esa charla tan de suburbios y baja categoría. Se quedó repitiendo como estúpida los mismos insultos. — ¡Aaahh! ¡Maldit4, maldit4! – arrojaba los libros de la sala de lectura y volteaba los muebles. Esta se las pagaría, ¡cómo fuera se las pagaría! ***** Carlotta vagó un rato por el jardín, la verdad era que no se sentía tan confiada y relajada como proyectaba. Le había importado todo lo sucedido, mucho más de lo necesario. ¿Stefano continuaría enamorado de Valentina? ¿Será que la seguía utilizando para darle celos? — Él no es tu
Carlotta le estaba haciendo la guerra fría. — Carlotta, mañana me tengo que ir a un viaje de negocios por dos días. Pórtate bien, no salgas sin tu guardaespaldas, si deseas algo pídemelo para traértelo… Le dijo, pero nada que le abría y sabía muy bien que estaba en su cuarto, la mandó a vigilar y no salió de la mansión. — Lo lamento pequeña, lo arreglaré todo para que nunca más te sientas incómoda aquí – le prometió pellizcándose el puente de su nariz con cansancio. Este día había sido demasiado largo y perdió la oportunidad de dormir bien acompañado. Carlotta lo escuchaba desde adentro, acurrucada en la cama. No quería hablar con Stefano ahora mismo, estaba demasiado confundida y era débil a sus encantos. Dos palabritas románticas más y lo perdonaría enseguida. ***** Al otro día, cuando se levantó, él ya no estaba, pero le había dejado una rosa roja pegada a la puerta por fuera. — Duque mañoso, debería castigarte por todas las que me hiciste al inicio y no perdonarte tan fác
¡BAM!La puerta se cerró de golpe cuando Stefano entró en su despacho privado y pasó el cerrojo.Se tiró sobre el primer sofá que vio y abrió a tirones los botones que apresaban su abultada erección.Los gemidos en sus oídos se escuchaban más intensos, calientes y excitantes.Tuvo que apagar la pantalla para que nadie fuera a ver el espectáculo de porn0 en vivo, pero ahora mismo lo colocó en el soporte sobre la mesita del centro y lo prendió.— ¡Aahh! La imagen de Carlotta gimiendo de frente a la cámara mientras Fabio la penetraba por detrás, volvió a llenar la escena.¡Paf, paf!Sonaron unas sexy nalgadas.— Mmm… jódeme bien la verga Duquesa… Sshhh vamos, muéstrale a tu esposo lo puta que eres en la cama y como te follas a su guardaespaldas… Mmm joder qué rico te meneas Duquesa… más suave bebé o harás que me venga rápido… Mmmm…Fabio la nalgueaba metido en el lujurioso rol que jugaban.Dejo de moverse, aguantándose, de rodillas, mientras Carlotta era la que contorneaba sus caderas h
— Al final me cambiaste por Fabio, ¿esta es tu manera de castigarme? – le reclamó Stefano falsamente.Ni él mismo se creía su ceño fruncido.— ¿Venirse ahora como lo hiciste es un castigo? – Carlotta alzó una ceja y Fabio aguantó la risa cerca.— Además, dije tu nombre esposo, solo me confundí de hermano, perdóname, fueron los ojos azules, los que jugaron con mi mente.Carlotta le sonrió dulcemente. Iba a soltarle un sarcasmo sobre Valentina, pero traerla a colación, solo le daría mayor importancia a esa bruja.Este momento era exclusivamente de ellos.Nadie había dicho por lo claro que eran hermanos y aunque no eran idénticos, ahora sin los lentes, sus rasgos parecidos, eran más evidentes.Esperaba la respuesta de Stefano, ¿él se lo negaría?— Los ojos azules pueden ser iguales, pero las pollas no, creo que te tendré que refrescar la memoria, Duquesa. Cuando regrese, prepárate para recibir con las piernas abiertas al hermano que la tiene más grande y gruesa.— ¡Oye! ¿Quién dijo eso?
Carlotta sentía la cabeza con mareos y unas ganas de vomitar tremendas, pero hubo un estruendo de repente, gritos, se movía todo a su alrededor como un terremoto.¿Dónde estaba?Recordó que en la casa de Luca, hablaban en el sofá.La verdad ni sabía de qué fue la conversación y en un momento, sus párpados se cerraron por completo.¿Se durmió?¡BAM!Sonidos estridentes sonaban y cuando se levantó mareada… ¿de una cama?, sus ojos enfocaron a Luca siendo golpeado contra el closet.— ¡¿Pero qué…?!Carlotta gritó con voz ronca, sin entender muy bien la situación.Solo sabía que su amigo estaba en peligro, siendo apaleado salvajemente por un gigante que le daba la espalda a ella.Luca era un hombretón también, tampoco estaba tan pacífico solo recibiendo, bloqueaba y se enfrentaba a Fabio, pero no solo fue tomado por sorpresa, sino que estaba aún medio drogado y lento.— ¡Suéltalo, suéltalo, maldit0 vándalo…! Antes siquiera de que Stefano, a un lado en la habitación, pudiese reaccionar par
— ¿La dejaste que se acostara con nosotros para pagar tu abogado costoso y que te sacara de tus asuntos turbios? ¿Qué? ¿Le hicieron lo mismo al Chef y los descubrió? ¿La usabas para que se lo follara y te diera el dinero? Fabio le escupió con voz mortal. La navaja pegada al cuello de Luca, haciendo una herida por donde ya bajaba un hilo de sangre. — Se van a arrepentir de esto, ella es inocente, no hicimos nada, fuimos drogados – admitió cerrando los ojos en agonía. Ya estaba harto de limpiar las mierd4s de su madre y tapar sus errores. — ¿Quién te drogó, tu propia madre? Porque aquí no hay nadie más. — ¿Por qué tu madre te perjudicaría así?, ¿o estabas en complot con ella para tomar esas fotos íntimas de Carlotta? ¡¿acaso me crees imbécil?! Se levantó de golpe abriéndole el pantalón a Luca a tirones con los guantes negros puestos y asco en la cara. — ¡Esta va a ser la última mujer que te follas en tu puta vida! Le rugió y Luca se activó con las últimas fuerzas para forceje