Esperanza iba a ir a la “Travesía de la Verdad”, lógicamente tenía miedo, no sabía lo que se iba a encontrar y descubrir de sí misma, pero, una vez más, Deseo estaba a su lado de una forma u otra. Le había enviado el siguiente mensaje:
"Esperanza, no tengas miedo y confía en ti misma, sé que no va a ser fácil, por lo que si tienes miedos o dudas, aquí me tienes. Siempre puedes contar conmigo para lo que necesites, cariño".
Ese escrito le dio la seguridad y la fuerza necesaria para adentrarse y descubrir su verdad más oculta.
Otras veces lo había sabido afrontar sola, encontrando las respuestas que necesitaba, pero esta vez tenía una sensación extraña y sentía que iba a encontrar algo nuevo y no se equivocaba.
La "Travesía de la Verdad" estaba llena de espejos, donde se reflejaba tu yo más íntimo, ese que no muestras a nadie y dejas al descubierto tu verdadera esencia, tu verdad más absoluta e íntima.
Los primeros espejos fueron como otras veces, mostraron su miedo a perder a las personas que quiere, no poder llegar a todo, a no poder cuidar de los suyos, a no poder ayudar a su padre, a sentirse en soledad estando rodeada de gente y a no poder cumplir sus sueños.
Son verdades, que ya sabía y que le parecían normales, pero siguió andando y descubrió nuevos temores, nuevas dudas y un sentimiento nuevo, algo que nunca le había salido en la travesía, lo había sentido más veces, pero esta vez era un poco distinto, ya que el protagonista le sorprendió.
En el espejo de la vida apareció ella llorando y nada le consolaba, no entendía porque era así, pero lo único que había era una cama, un espejo y estaba leyendo una carta, que no sabía lo que ponía, pero estaba claro que le causaba una sensación de emoción, añoranza y melancolía de momentos vividos y que le daba pánico no volverlos a revivir.
En el espejo del corazón aparecía ella con un pequeñito hilo de sangre que le salía del corazón, en un momento, apareció su amigo Deseo y, al abrazarla, dejaba de sangrar y en la camisa de él aparecía un gran corazón formado por la sangre de Esperanza. Cuando su amigo se iba la mujer volvía a sangrar Eso le causaba una sensación de desazón y luego de alivio, pero también de cariño y ternura, al tiempo.
El último espejo, el del camino, es en que se le mostraron sus miedos y sus dudas. Estaba en la playa viendo el amanecer y cuando se levantaba para ir al mar no podía moverse, no avanzaba y aunque llamaba a su amigo Deseo no le veía, no pudiendo hacer nada y eso le daba pánico y le agarrotaba y paralizaba.
Al final de la travesía había un bar y una persona que respondía a las preguntas.
Esperanza entró para tomar un poco de agua ,y el sabio le preguntó qué dudas tenía y porqué estaba tan angustiada.
La mujer le comentó lo que le había pasado con esos tres espejos y las sensaciones tan extrañas que había sentido.
—Esa es tu verdad, tus sentimientos y pánicos más profundos. No has visto nada que consciente o inconscientemente; sientas o creas. El motivo de porqué experimentas eso, a pesar de tu situación, tan solo tu corazón lo sabe. Por experiencia y por lo que me cuentas, tengo clarísimo lo que te pasa y debes cambiar en parte tu forma de pensar, empezando por quererte más y sentir realmente que te mereces ese amor que has llegado a ver —le dijo el sabio.
—Jolines, como me recuerdas a ese amigo del que te he hablado, ya que él me dice que me quiera y valore más, ya que valgo muchísimo —comentó Esperanza.
—Está claro que sientes que Deseo es capaz de curar tu corazón, ya que si no esa imagen, no se habría mostrado ante ti en ese espejo. Aunque tienes que ver el motivo de porque no puedes llegar hasta él estando paralizada y es un terror que tienes. Creo que te cuesta pensar que te mereces ese amor, pero debes quererte primero tú y decirte a ti misma que tú lo vales para poder recibirlo y que seguro que él está dispuesto a dártelo. Mi consejo, mañana ves al bosque de la decisión y seguro que encontrarás la respuesta que buscas y tu corazón se lo dará —replicó el sabio.
Así quedaron y al día siguiente se verían a la entrada del bosque.
Aunque quedaba poco para el Adviento, la Navidad y el final de año, la mujer sabía que no podía perder mucho tiempo, pero tampoco se podía quedar con esa duda, pues no se podía concentrar en su trabajo.
Tenía que descubrir que tenía de especial su amigo y lo que sentía realmente por él, porque lo que ella tenía claro era que Deseo tenía un sentimiento muy profundo y puro de amor hacia ella. Eso, le halagaba, le hacía sentirse especial y plantearse muchas cosas con su amigo, que tenía todo lo que ella esperaba y necesitaba, pero su situación era complicada, no era ni tan joven para arriesgarse, ni tan mayor como para no poder todavía disfrutar de la vida y que alguien le dé ese amor que ella espera y anhela, sin condiciones y sin pedir mucho a cambio, era extraordinario.
Las palabras del sabio retumban en su cabeza y no había podido dormir bien por eso, ya que esa frase: "Él está dispuesto a dártelo", hacía que su corazón se emocionara, sin saber realmente cuál era el motivo.
Esperanza llegó a la entrada al bosque de la decisión puntual, llegó justo a la hora que el sabio le dijo y ya le estaba esperando.
—Es importante que recuerdes esto, cada prueba te llevará a la siguiente, según la resuelvas, llevándote a ellas. Piensa bien guiándote por el corazón y tu intuición y si das un paso en falso o tomas una decisión egoístamente tendrás sus consecuencias. A veces podrás contar con ayuda, pero la elección la tienes que tomar tú y los resultados los pagarás solamente tú —le advirtió el Sabio.
Después de escuchar esto, le dio un abrazo al sabio y se adentro con nervios y algo de pavor en el bosque.
Al principio, había esculturas con arbustos, de la gente que era importante en su vida y en cada una había un cartel con un mensaje. Se paró a leer algunos, sin saber que esas frases le ayudarían a superar las pruebas.
La primera prueba que se encontró fue un rosal con dos rosas entrelazadas y se podría salvar una o ninguna, pero las dos a la vez nunca. Una era una rosa casi marchita, en un pasado fue de un rojo intenso y sin espinas. La otra era una rosa violeta, con unas largas espinas, que estaba perfectamente. La mujer, al principio, pensó lo más obvio, salvo la violeta y ya está, pero se acordó de lo que ella había vivido y de una frase que alguien le dijo una vez: "Una flor bella puede morir por no perjudicar a las demás, pero quien se cree bella matará por realmente serlo". Entonces, se puso los guantes, desenredó las dos rosas y cortó la violeta. En ese mismo momento, se produjo un milagro y no solo la flor roja se recuperó, sino que apareció todo un rosal alrededor. La rosa violeta era vanidosa y, como se creía bella, fue matando a todas, menos a una, que, aunque medio moribunda, seguía luchando.
Esperanza siguió su camino y se encontró a una ardilla tiritando de frío, con claros signos de hipotermia y a punto de morir. Como le gustaban mucho los animales la cogió en sus manos y una lágrima resbaló por su mejilla, que fue a caer sobre la ardilla que se descongeló y, dándole una bellota, salió corriendo. En ese momento, se acordó de la frase de la película de Frozen: "Solo un verdadero acto de amor, puede descongelar un corazón helado"
Siguió su camino y llegó a su siguiente parada. Se encontró a dos niños peleándose por un trozo de pastel. El pedazo era demasiado pequeño para poder partirlo, por lo que, como llevaba en su mochila un paquete de galletas se las cambió por el trozo de pastel. Tras eso, los pequeños se pusieron muy contentos, pues ahora sí podían repartir las galletas.
Llegó la última prueba y la más importante, ya que supondría salir del bosque o volver para atrás. Tenía que elegir entre dos caminos, uno recto sin obstáculos y otro con curvas, pendientes y poco iluminado.
La mujer estaba agotada y tenía prisa por salir, ya que debía a ayudar con los preparativos de la Navidad, aunque su corazón le decía, que debía coger el camino menos fácil, por lo que decidió consultárselo a su pareja.
—Si has pasado todas las pruebas y has llegado hasta ahí, no creo que pase nada por coger el camino más sencillo —le dijo su pareja.
—Mi corazón me dice que debo coger el otro camino, pero estoy agotada y no tengo compañía —contestó Esperanza.
La mujer hizo caso a su pareja, a pesar de lo que le decía su corazón, por lo que cogió el camino más fácil. ¡Cuál fue su sorpresa, cuando apareció de nuevo en el rosal con la rosa violeta floreciendo y el sabio esperándola!
—Has fallado la última prueba, la más difícil e importante, la consecuencia ha sido ésta —dijo el Sabio.
—He pasado todas las demás y ya estoy agotada. He superado todas y no me sentía con fuerzas para cruzar sola el camino más complicado pero, además, me habían dicho que no creían que pasara nada —contestó la mujer, algo indignada.
—Nunca has estado sola, yo te estaba vigilando y alguien al que ayer le dijiste donde ibas, ha estado de una forma u otra pendiente de ti. Sabías que una decisión egoísta tendría consecuencias y tampoco has hecho caso a lo que tu corazón te decía. Lee la carta y entenderás todo —replicó el Sabio mientras se la entregaba.
Esperanza la leyó atentamente. Era de su amigo y punto por punto había acertado todo lo que había hecho y al final del escrito le ponía:
"Nunca te he dejado sola y siempre he estado contigo de una forma u otra.
Como has podido leer, he puesto todo lo que posiblemente harías y lo has hecho casi todo perfecto, pero has cometido un error, no hacer caso a tu corazón.
Creo que has hecho lo correcto en consultarle a él, ya que es tu pareja, pero yo te habría dicho que siguieras a tu corazón.
Has pasado todos los retos y aunque estés cansada y no puedas más, siempre estaré a tu lado.
Aunque el camino parezca difícil, tú puedes más que de sobra recorrerlo y a la larga, lo más arduo, te enseña y te ayuda a mejorar".
Esta vez, hizo caso a Deseo y salió airosa, pudiendo, por fin, llegar a casa y descansar.
Había comprobado, una vez más, que el chico siempre estaba con ella cuando le necesitaba, dándole muy buenos consejos, diciéndole lo que necesitaba oír, valorándola muchísimo, haciéndole creer que podía con todo y dándole fuerzas cuando a ella le fallaban.
No sabía cómo, pero su amigo siempre adivinaba lo que ella necesitaba, intuía cada uno de sus sentimientos, de sus sensaciones y conectaba con ella de una forma tal, que nunca nadie había hecho. En ese mismo instante, sentía romper con su vida y dar una oportunidad a Deseo, pero dejaría fluir su corazón y durante las Navidades tomaría una decisión.
La mujer había descubierto su verdad y a partir de aquí sentirá que la magia ha llegado a su vida.
Esperanza se quedó en casa ese día, para ayudar a su padre y reflexionar sobre lo que le había pasado.Estaba despistada y el hombre se dio cuenta de eso y le dijo que le contara lo que pasaba.—Papi, te hice caso y fui a la "Travesía de la Verdad" y descubrí algo que no sabía, y el Sabio me dijo que tenía miedo de perder a Deseo, que era el único capaz de curar mi corazón y que sentía que no me merecía ese amor —contó la muchacha.—Esperanza, cielo, yo no sé lo que tú sentirás, pero te digo que vales muchísimo, a mí me ayudas mucho y todo el mundo te quiere. Creo que debes dejarte querer, y si alguien quiere darte ese amor que te mereces deberías dejar que te lo diera. Debes estar con alguien que te proteja como yo, que te ame y aprecie, pero que al mismo tiempo llegue hasta donde yo no puedo.La mujer le contó lo que le había pasado en el bosque de la decisión.—Es cierto que mi amigo siempre tiene las palabras justas que necesito, me quiere much
Quedaba muy poco para el comienzo del Adviento y Esperanza era la encargada de preparar el primero de los actos.La mujer fue al jardín de los deseos a ver si estaba todo listo para el domingo y así era. Estaban los rosales y también el árbol de la esperanza. Estaban ultimando los candelabros y ya habían traído todo lo necesario para la exhibición de floriescultura, así que se quedó mucho más tranquila.Había llegado una caja con adornos del mundo y tan solo quedaba el espectáculo final, que ultimaría por la mañana.La chica se puso a escribir lo que quería hacer durante todos los días, pero en un momento dado se puso a redactar una carta para el árbol de la esperanza, donde ponía lo siguiente:"Estoy perdiendo la esperanza y me siento desolada. Necesito que si me arriesgo, y sigo lo que mi corazón me dice, no me equivoque.Si me decido por Deseo, quiero que me salga bien y que me trate como me merezco, pudiendo ser feliz y vi
Esperanza fue a dar un paseo para ver de nuevo más tranquilamente el jardín de los deseos y terminar de recoger los restos de la ceremonia.De repente, apareció una niña pequeña que no llegaba a meter la carta en el buzón.La mujer se acercó y le ayudó a echarla levantándola.La pequeña se agarró a su cuello abrazándola, dándole un beso y las gracias. —¿Cómo te llamas? —preguntó Esperanza dejándola en el suelo.—Mi nombre es Amor y tengo cinco años —comentó la pequeña.—Precioso nombre y eres muy guapa, cariño mío, ¿dónde están tus padres? —replicó la mujer, mostrando la mejor de sus sonrisas.—Mi papá trabajando y mi mamá está en la pastelería comprando y me ha dicho que podía venir a echar la carta para Papá Noel. Por cierto, me gustó mucho el espectáculo de ayer y tu discurso hizo llorar a mis papás porque les recordó mucho a ellos, ¿te puedes quedar conmigo hasta que venga mi mamá? —respondió la niñaEsperanza asintió y le
Esperanza no podía dejar de mirar la bola de nieve que le había regalado su amigo, siempre conseguía sorprenderla, pero la situación no era fácil y más y sobre todo tomar la decisión adecuada, ya que quería tener todo controlado, pero las cuestiones del corazón son complicadas de controlar.Esa bola le dio una idea para completar y rematar el belén. Iba a poner un parque con un enorme árbol de Navidad en el centro y niños alrededor jugando y cantando villancicos. Se lo contó a su padre que le llevó el boceto y le encantó.Ya estaba casi todo preparado, ya que el viernes se inauguraba junto con la iluminación.Querían que fuera perfecto, muy especial y que todos recordaran. Iba a ser una apuesta arriesgada, ya que al estar hecho de mazapán, chocolate y azúcar, instalar mecanismos para movimiento, agua en las fuentes y ríos y poner iluminación, tenían que hacer verdadera magia, pero ni a Esperanza ni a su padre le importaban los retos.Se pusieron a fabrica
Por fin había llegado el día en que se inauguraba la Navidad.Era uno de diciembre, el día que se encendía la iluminación y empezaba el adviento, algo que a Esperanza le encantaba. Cada día se levantaba para sacar la sorpresa del calendario, pero sobre todo esperaba con ansia e ilusión los detalles que le tenía preparadas Deseo para esos días.A parte de la iluminación, se abría el belén que con alegría habían elaborado Esperanza y su familia.Debido al frío que hacía, la madre había preparado su famoso chocolate navideño para que la gente se calentara al entrar a verlo.El padre había elaborado sus famosos panettones de chocolate, el clásico y el especial suyo de bailys.La mujer comprobó que había platos y vasos de plástico suficientes y que las chocolateras ya estaban listas.Llegó la hora prevista y se abrieron las puertas. La gente empezó a entrar y todo funcionaba perfectamente. Las figuras se movían, el río corría
Era un día más o menos tranquilo en la Ciudad de la Ilusión a falta que mañana se inaugure la pista de hielo y ya había quedado con Amor y sus padres.Esperanza quería hacer un regalo especial para la niña, ya que la causaba mucha ternura y le había robado el corazón. Escribió a Deseo para explicarle lo que le había ocurrido y lo que quería hacer redactándola una preciosa carta: "Queridísimo amigo:He querido escribirte para explicarte lo que me ha pasado estos días.He conocido una niña que es un encanto y me ha conquistado el corazón. Le he dado la bola de nieve que me regalaste, me imaginé que no te importaría y a ella le encantaba.Sus padres son todo un amor y se parecen tanto a nosotros, que hasta me imagino viviendo una historia así como la suya. Si alguna vez, estamos juntos y tenemos una niña, me gustaría llamarle Amor y sería como un homenaje a ese amor por el que tanto habríamos luchado.Pienso mucho en ti y cada
Esperanza se despertó pronto para hacer el trineo para Amor, no sabía el motivo, pero había conectado mucho con esa familia, les tenía mucha confianza y cariño y es como si los conociera de toda la vida.Antes de acostarse, Deseo le había enviado un mensaje para animarle y decirle que podía con ello y le saldría estupendo. La verdad es que cada día le enamoraba más, pero normal, era tan atento y detallista... que siempre tenía las palabras exactas y demostraba que le quería de verdad. Estaba empezando a pensar que debía lanzarse al vacío y ver que pasaba, ya que su corazón sentía que no iba a fracasar.Cortó los bizcochos con forma de trineo y de renos y lo relleno de nata y chocolate. Ya estaba casi segura que le gustaría y los forro con fondant de colores. El Papá Noel lo hizo de chocolate y los regalos con mazapán. No le faltaba ningún detalle y hasta a Rudolf le puso una guinda roja en la nariz.Una vez estuvo terminado, le envío la foto a su amigo y
Esperanza no podía casi dormir, no entendía lo que le estaba pasando y no encontraba respuestas.A su pareja parecía que le daba igual, y Deseo, aunque se esforzaba por darle una respuesta coherente y ayudarla, tampoco conseguía darle una explicación, pero el pobre se esforzaba el máximo en ello.Al final, su amigo tuvo una idea y se la dijo a Esperanza y a ella le pareció una excelente propuesta. Le recomendó que fuera a ver al Sabio para ver si le podía dar una explicación, la verdad, es que con cada detalle y con cada problema, el corazón de su amiga se iba decantando, pero aunque ella no tenía culpa alguna, algo dentro de sí misma le hacía sentirse culpable, ya que pensaba que a lo mejor era demasiado egoísta por mirar por su felicidad y querer compartir su vida con un hombre que de verdad le quería como le gustaba y necesitaba, pero hoy descubrirá que no tenía nada de codicioso eso.Una vez hubo terminado de desayunar le comentó a sus padres que les ayudarí