Esperanza no podía casi dormir, no entendía lo que le estaba pasando y no encontraba respuestas.
A su pareja parecía que le daba igual, y Deseo, aunque se esforzaba por darle una respuesta coherente y ayudarla, tampoco conseguía darle una explicación, pero el pobre se esforzaba el máximo en ello.
Al final, su amigo tuvo una idea y se la dijo a Esperanza y a ella le pareció una excelente propuesta. Le recomendó que fuera a ver al Sabio para ver si le podía dar una explicación, la verdad, es que con cada detalle y con cada problema, el corazón de su amiga se iba decantando, pero aunque ella no tenía culpa alguna, algo dentro de sí misma le hacía sentirse culpable, ya que pensaba que a lo mejor era demasiado egoísta por mirar por su felicidad y querer compartir su vida con un hombre que de verdad le quería como le gustaba y necesitaba, pero hoy descubrirá que no tenía nada de codicioso eso.
Una vez hubo terminado de desayunar le comentó a sus padres que les ayudarí
Esperanza se levantó temprano para ayudar con la decoración y preparar lo que le iba a regalar a la madre de Amor, ya que había quedado para hablar con ella.Estaba nerviosa, a pesar que confiaba mucho en ella, pero en esa conversación iba a desnudar su alma, para que le diera las respuestas correctas.Estuvo preparando unos de sus pasteles favoritos que le gustaban a Amor y que eran un Muffin de chocolate con pasas, piñones y glaseado de fresa. También hizo una bandeja de sus pasteles de Navidad y una casita de mazapán.—Esa niña y su familia ha conquistado tu corazón y a mí me encanta, ya que son unas personas estupendas. Creo que te van a dar muy buenos consejos siempre y al final vas a tomar la decisión que tú deseas realmente. Te conozco y no puedes dejar de pensar si debes avanzar, pero tu corazón ya sabe la respuesta. Te apoyaré en la elección que elijas —dijo a su hija su padre.Ella se despidió de él y fue hasta el sitio donde iban a comer. La ch
Esa noche Esperanza tuvo un sueño muy raro, pero que le causó una sonrisa y una sensación de bienestar muy agradable.Había soñado que Deseo le despertaba con un beso y le había llevado el desayuno a la cama. Había sido tan solo un sueño, pero le pareció tan real que le produjo un millón de sentimientos y sensaciones.Empezaba a pensar que el colgante era realmente mágico y le mostraba sus sueños y deseos de su subconsciente. No podía pensar mucho en ello, pues debía ultimar el discurso que debía dar en la pastelería.Esperanza era la mejor oradora de todos los alrededores y sus discursos estaban llenos de emoción y mensajes importantes.Este año había sido trascendental para su familia y por eso le hacía tanta ilusión todo lo que iba a hacer.Ya estaba todo listo para el encendido y hasta habían preparado una fuente de tres chocolates para que la gente bañara frutas en ella. Hicieron las últimas comprobaciones y la mujer ensayó su diálogo.
A Esperanza esa noche le había costado mucho dormirse, ya que no podía dejar de pensar lo que le había hecho sentir y lo que había dicho el padre de Amor. Era un hombre tan bueno y se desvivía por su mujer y su hija, que se estaba empezando a pensar que debía hacer un cambio en su vida.En sus sueños, la mujer también volvía a soñar con su amigo. Esta vez, había soñado que llegaba a casa, le abrazaba por la espalda y le decía lo muchísimo que le quería, lo feliz que era a su lado y que nunca le iba a dejar. Ese sueño era como una bocanada de aire fresco para la muchacha, lo que necesitaba oír y más aún percibir a alguien que le quisiera de verdad y que tuviera miedo realmente a perderla. Se sentía muy tonta por haberse ilusionado tanto por un sueño, pero le pareció muy real.Bajó a desayunar y le contó a su madre todo lo que le estaba pasando con los sueños, el colgante, Amor y su familia...—Mami, no quiero decepcionarte, no quiero que pienses que no sé lo que
Esperanza volvió a tener otro de esos sueños tan extraños que tenía últimamente. No encontraba explicación de porqué los experimentaba pero le parecían tan reales, que en el fondo le hacían sentirse bien. Esa noche había soñado que Deseo le acariciaba y miraba con esos ojos brillantes y amorosos con los que alguien deseaba que le mirase, como si fuera la persona más especial y excepcional del planeta.La muchacha se miró al espejo, se había ruborizado al recordar ese sueño. Sus ojos mostraban emoción, pues sentía que su amigo le miraría así cada día.Esperanza fue a la iglesia un poco antes para rezar e intentar encontrar respuestas, quería entender todo eso que le pasaba.El párroco vio que estaba rezando y se acercó a ella.—Él tiene las respuestas que necesitas, pero debes plantearle las preguntas adecuadas y sobre todo que te salgan del corazón —dijo el párroco.—La respuesta que necesito no creo que nadie me la pueda dar. Estoy en una situació
Esperanza escribió en su diario todo lo que le había pasado ese día. Se había sentido tan niña de nuevo, y encima le había hecho tanta ilusión la carta de Deseo, que lo quería dejarlo por escrito.Después se tumbó en la cama y se quedó mirando al techo y pensando en todo lo que sentía y le estaba sucediendo. Cogió el colgante con la mano y se quedó dormida con una sonrisa en los labios.Esa noche tuvo un sueño tan bonito y romántico donde estaba casada con su amigo y tenía dos hijos con él. Se despertó con una alegría muy grande en el corazón. No fue un fragmento como los días anteriores, sino esta vez recordó todo el sueño completo y quiso dejarlo plasmado. El sueño fue el siguiente: »Se despertó por la mañana y Deseo estaba preparando el desayuno para todos. Había hecho tortitas con nata y salsa de toffe. Para los niños con forma de árbol de navidad y para ella con forma de corazón.Los pequeños todavía no se habían despertado y, al verla, Dese
Esperanza contó el sueño a Deseo y este le dijo que había tenido uno prácticamente igual, lo cual dejó a los dos muy sorprendidos.Su amigo le dijo que quería estar seguro de una cosa y le prometió que en cuanto lo estuviera, se lo diría. su amiga le dijo que iba a ir al mercadillo a comprar algunos adornos e ingredientes para hacer un postre que se le había ocurrido y que estaba inspirado en él.Después de colgar con Deseo, se vistió y fue a ayudar a sus padres en la pastelería. Le comentó a su padre que tenía pensado hacer un postre nuevo donde quería reflejar lo que estaba viviendo, algo tradicional, pero con un toque original. Este respondió que estaba de acuerdo y confiaba en ella.Después de comer, fue al mercadillo y vio cosas muy hermosas que le gustaban, pero vio una figura de madera de un ángel que le llamó mucho la atención y le gustó mucho.—¿Cuánto cuesta? —preguntó Esperanza.—No está en venta, es un recuerdo de familia y tiene una hi
Esperanza colocó el ángel en la mesita de su cuarto y cada vez que se acostaba, le colocaba el colgante. Aunque pueda parecer muy extraño, la chica tenía la sensación de que el ángel la miraba, pero era una mirada tierna y dulce, de esas que llegan al alma.Esa mañana se levantó pronto y se puso a escribir la receta del postre especial que tenía pensado, pero no podía olvidar el sueño de la noche anterior ni el de esa que había sido muy especial también. Había soñado que ella y Deseo iban paseando cogidos de la mano y Esperanza le comentó que la apetecía dar un paseo en una calesa. Él le condujo hasta un parque donde les estaba esperando un coche de caballos, se montaron y taparon con la manta.La mujer fue todo el tiempo con la cabeza apoyada sobre el hombro del hombre y se dieron un montón de muestras de cariño y amor.No entendía porque tenía ese tipo de sueños, pero le hacían sentirse bien. Era todo lo que le gustaba o le encantaría hacer con
Esperanza se sentía rara después de esa declaración que había hecho a Deseo y como le había respondido de una forma tan sincera, pero esas palabras le hicieron sentirse más segura de sí misma. A lo mejor, era muy tonta, pues, aunque en su situación no era lo más adecuado decir eso, se sintió liberada, ya que había sacado lo que llevaba guardado en el alma.Por fin notaba que cuando alguien decía que le amaba sentía en lo más profundo de su ser que era cierto, pero porque antes de esas palabras su amigo se lo había demostrado de mil formas distintas.Cuando estaba desayunando, les contó a sus padres el pastel que había pensado con forma de ángel y lo iba a llamar: "El ángel de la Navidad". Al padre le pareció una buenísima idea y esa mezcla de sabores era la perfecta.El bizcocho iba a ser tipo bollo suizo, pero de chocolate. Los rellenos iban a ser de crema de turrón, café irlandés y un baño con almíbar de ron. Para la cobertura había pensado una crema d