HUXLEY.
29 de abril de 2032.
A veces la vida es... ¿Cómo decirlo?
¡Ah, ya sé!
A veces la vida es... UNA M****A.
SOBRE TODO SI SE TRATA DE LA MÍA.
Tengo tanto tiempo en este mundo solo que no dudo que si pudiera morir mi lápida diría "la soledad fue su mejor amigo" o "ahora descansa en paz con la soledad" o algo parecido.
—Señor —me habla Bob, mi mayordomo— ¿Va a almorzar?
—No —le contesto viendo unos documentos.
Bob hace una reverencia antes de salir de mi oficina dejándome solo nuevamente con los malditos documentos que tratan sobre los posibles castigos que deberían de recibir las escorias por sus crímenes según el acto que cometieron.
Para las escorias que cometieron abuso sexual está la posibilidad de quitarles sus aparatos reproductivos y sus brazos para que nunca puedan volver a cometer este crimen (lo cual es imposible porque todos ellos tienen cadena perpetua) pero creo que esto no es justo, ya que todos ellos merecen algo mucho peor que no sea la muerte, porque la muerte para ellos sería más un regalo que un castigo. Así que lo que voy a hacer –además de apuntarles esas partes del cuerpo– es a hacer que sufran cada día de sus vidas por medios de torturas diarias a tal grado que su sueño más grande sea la muerte, pero también voy a hacer que en ese momento ellos sigan sufriendo a pesar de que saben que se están muriendo.
A los que cometieron asesinato voy a hacer que unas brujas les pongan un hechizo en donde ellos y ellas crean ver a sus víctimas de una forma macabra para que se vuelvan locos a tal punto que quieran intenten terminar con su vida –lo cual no voy a permitir– hasta el día que den su último suspiro.
A los ladrones... bueno, ellos son muy pocos y son lo únicos que algún día podrán salir de la cárcel, así que solo voy a seguir haciendo lo mismo, lo cual es enseñarles otras maneras de vida y ayudarlos a salir adelante dejando el pasado atrás, ya que me encargue de que todo lo que robaron fuera devuelto, además de que ellos no cometieron algo tan grave como asesinar o violar. Aunque claro que dependerá de ellos salir de prisión porque no soy tan estúpido como para dejar que personas que no han cambiado o que no se lo merezcan salgan nuevamente al mundo.
La puerta de mi oficina es rascada varias veces antes de que Chispa entre a mi oficina moviendo su cola muy alegremente.
—¿Qué tal el paseo? —ella se sienta enfrente de mí y ladra alegremente—. Me alegro.
Acaricio su cabeza antes de volver a leer los documentos que tengo en mis manos.
Siento unos brazos abrazarme por detrás y no me hace falta girar ni escuchar los ladridos de Chispa para saber de quién se trata.
—Ahora no, Angela —le pido.
—Pero, amor...
—No me digas "amor", por favor —la interrumpo—. Tú y yo no somos nada.
Ella se aleja y se pone adelante mío.
—Claro que somos al... —voltea a ver a Chispa molesta por sus ladridos— ¡Deja de ladrar, pulgosa!
La veo un poco molesto.
—A Chispa no le hablas así —la regaño y hago una seña con mi mano para que mi amiga se siente tranquila a mi lado—. Si vienes a molestarme a mí o a ella lárgate de una vez.
Angela se cruza de brazos y hace un puchero.
—Pero ella empezó —la veo mal y ella suspira—. Bien, perdón, pulgosa.
—Se llama Chispa.
—Ok —me dice de mala gana y ve a mi perra—. Lo siento, Chispa, no debí de ofenderte.
—Mucho mejor —la felicito y voy a sentarme en la silla de mi escritorio— ¿Qué se te ofrece?
—Nada, solo quería venir a ver a mi amor —se sienta en mi escritorio—. Y también a pasar un momento romántico con él.
Suspiro y la veo cansado.
—Angela, ya te he dicho una infinidad de veces que tú y yo no somos, ni fuimos, ni seremos nada —le recuerdo— ¿Cuándo lo entenderás?
—Nunca —me contesta—. Anda, vamos a una cita.
—No.
—Entonces nos quedamos aquí juntitos dándonos a... —se intenta sentar en mis piernas, pero yo me alejo—. No te alejes.
—Bien.
Me levanto de la silla y me alejo de ella para que Angela pueda tomar asiento, pero en vez de sentarse la pelinegra se acerca a mí y me abraza.
Quito sus brazos de mi cuerpo y me alejo de ella, causando que me vea triste.
—No te cuesta nada demostrarme un poco de amor, ¿sabes?
—No te puedo demostrar algo que no siento —le digo.
—¿Pero por qué? —me cuestiona— ¿Acaso no soy lo suficiente buena para ti?
—No es eso —le respondo.
—¿Entonces qué es?
Suspiro y la veo cansado,
—Yo no te amo o siento algún interés por ti —ella me mira más triste—. Y estoy completamente seguro de que eso nunca cambiara no importa si eres la última mujer de la tierra o si estamos en cualquier otra circunstancia. A la única o único que voy a poder a amar en este mundo es a...
—Déjame adivinar ¿a tu alma gemela, verdad? —me interrumpe
—Sí —le contesto decidido.
—Pero nunca la vas a encontrar.
—Lo sé.
—¿¡Entonces por qué no me das una oportunidad a mí!? —me cuestiona llorando furiosamente— ¿¡Qué más tengo que hacer para que te des cuenta de que te AMO con todo mi ser y que te puedo hacer el hombre más feliz del mundo!?
—No tienes que hacer absolutamente nada —le digo—. Puedes hacer hechizos, amarres, pociones y todo lo que quieras, pero nunca te voy a llegar a amar.
—No, eso es mentira —me dice llorando—. Y te lo voy a demostrar.
Lleva sus manos al moño de su vestido y lo estira para quedar totalmente desnuda enfrente mío.
Se acerca a mí e intenta tocarme, pero yo la esquivo y voy por su prenda tirada en el suelo.
—No vuelvas a hacer eso, por favor —le pido.
Le doy su vestido e ignoro el hecho de que está desnuda.
—No me importa hacerlo si es por ti.
—Ese es el problema —le digo.
—¿Quieres que hagas más que esto?
—No.
—¿Entonces cuál es el problema?
—Nunca debes hacer este tipo de cosas por nada y mucho menos por alguien —le digo—. Por la única razón por las que debes hacer estas cosas es por ti.
—Entonces no hay problema porque tú eres el amor de mi vida y, por lo tanto, parte de mí.
Suspiro frustrado.
—Angela, ya te he dicho que nunca voy a sentir algo por ti por más que te esfuerces, por favor, entiéndelo de una buena vez.
—No, no lo voy a entender —me dice y yo suspiro—. Sé que nunca me vas a amar como yo te amo a ti, pero no me importa, porque nunca vas a encontrar a tu destinada y estoy completamente segura de que en algún momento vas a buscar a alguien para llenar ese hueco sin importar nada.
—Eso nunca va a suceder —le digo firme.
—Oh, claro que va a suceder —me dice segura.
—No, no va a suceder —le digo un poco cabreado—. Porque nunca voy a utilizar a alguien para eso.
—Solo a mí, ¿no? —me cuestiona molesta.
—Nunca te he usado de ningún modo y lo sabes perfectamente.
—¿Y la vez que nos íbamos a besar?
—Hasta donde recuerdo, tú me ibas a besar a mí, no yo a ti —le digo—. Así que no inventes tonterías.
—¿Tonterías? —me pregunta en un tono sarcástico— ¿Sabes lo que realmente es una "tontería"? Es que no quieras a amar a nadie más que un ser que NUNCA va a existir o vas a encontrar.
—Ese es mi problema, no el tuyo —le digo molesto—. Ahora vete que estoy ocupado.
—¿Con qué? ¿Esperando un amor imposible?
—Angela...
—Ok, ok —se pone el vestido rápidamente—. Ya me voy, pero recuerda que tengo razón y aunque no la tuviera, a NADIE que no sea yo le gustaría ser la pareja de un MONSTRUO como tú.
Sale de la oficina cerrando la puerta enojada.
Agarro un lapicero del escritorio y lo lanzo furiosamente al suelo asustando a Chispa.
—Lo siento —me disculpo—. Me dejé llevar.
Ella solo ladra y se acerca a mí para que la acaricie.
Sé que nunca voy a encontrar a mi alma gemela, pero nunca voy a usar a alguien más para llenar ese hueco, ya que no sería justo para ninguno de los dos.
AMALIA.30 de abril de 2032.—Recuerden que...—Siempre tenemos que ser respetuosas y obedientes con nuestras parejas —terminamos la frase de la profesora.—¡Muy bien! —nos felicita—. Estoy segura de que sus parejas estarán encantados con ustedes, pero quedaran aún más encantados si ustedes en la época de celo...Mueve la mano para que completemos la frase.—Nos apareamos con ellos o ellas —decimos todas al unísono.La campana suena y todas en el aula empezamos a recoger nuestras cosas y guardarlas en nuestros bolsos.Salgo del aula y no pasan ni cinco segundos cuando tengo a Ami caminando a mi lado con su brazo alrededor de mis hombros.—Lo bueno de encontrar a nuestras parejas es que nunca vamos a volver a tener que ir a este tipo de clases —me dice Ami refiriéndose a la clase que acabamos de tener—. Dime, Mia Mia, ¿estás lista para que alguien te diga "eres mía"?Ruedo los ojos divertida por su ocurrencia.—Creo que sí —le contesto—. Pero dime, Ami Ami, ¿tú estás lista para que te
HUXLEY.1 de mayo del 2032.Esto no puede estar pasando.Me acerco a Angela y la agarro del antebrazo haciendo que me voltee a ver y deje de gritarle a mis empleadas.—¡Amor! —me abraza efusivamente— ¡Estas estúpidas no me quieren obedecer!Ruedo los ojos frustrado y la aparto de mí.—No me digas "amor" —le recuerdo—. Y "esas estúpidas" tienen nombre, así que respétalas y no vuelvas a llamarlas así, por favor.Loren y Paula me ven y yo les hago una seña con mi mano para que se retiren, lo cual hacen después de hacer una reverencia.—No puedo creer que me pusieras en ridículo enfrente de unas Don Nadie —me reclama Angela— ¡Así nunca me van a respetar!—El respeto se gana, así que si tú quieres que te respeten, entonces respeta primero.Me doy la vuelta después de decirle eso y me dirijo a mi oficina con Angela detrás de mí para mi mala suerte.—¿Qué quieres? —le cuestiono una vez que llego a mi escritorio.—Nada.—¿Entonces que haces aquí? —le pregunto confundido viendo unos documentos
AMALIA.Veo al rey con una mezcla de miedo, sorpresa, confusión y nervios, mientras él solo me ve con una leve sonrisa -que parece falsa- en su rostro.Me sobresalto un poco y vuelvo a la realidad cuando de repente todos los que nos rodean empiezan a aplaudir haciendo que vea todo nerviosa.¿¡Por qué aplauden!?Busco a mis primos con la mirada y cuando doy con ellos los veo aplaudir al igual que los demás, solo que Ami alza los hombros y Pato me sonríe con una expresión de "no sé qué decirte".Siento como el monarca me acerca aún más a él, lo que provoca que lo voltee a ver y él se inclina un poco para cuestionarme en el oído seriamente y en voz baja:—¿Quiénes son ellos?Mi piel se eriza y con muchos nervios le contesto:—M-M-Mis pr-primos.Él solo murmura un "bien" antes de alejarse y, para mi alivio, dejar de apretarme a su cuerpo.Suspiro aliviada y llevo una mano en mi pecho para sentir como mi pobre corazón late como loco.No sé como es que todavía sigo viva.—VUELVAN A SUS ASUN
HUXLEY.2 de mayo de 2032.Veo el techo aburrido acostado en el sofá mientras escucho la respiración tranquila de mi chocolatina al dormir.Sonrío cuando escucho como se mueve en la cama y entre sueños murmura –idiota–.Me siento en el sofá y miro la cama, en donde esta mi chocolatina durmiendo tranquilamente abrazando una almohada (que desearia ser yo) y con las sabanas cubriendola solo de una pierna, ya que la otra la tiene totalmente al descubierto al igual que todo su cuerpo.En otras noticias, me gustan sus piernas y su trasero, pero no creo que este bien verlos en contra de su voluntad, asi que me levanto del sofá, me acerco a la cama y con mucho cuidado de no despertarla, muevo las sabanas para arroparla correctamente.Quito el cabello que cubre el rostro de mi chocolatina para dejar su hermosa cara al descubierto.Sí, definitivamente esta mujer me tiene como un loco enamorado y eso que solo llevamos unas horas de conocernos.Por otro lado, no me gusta que se sienta incomoda a
AMALIA.3 de mayo de 2032.—¡Moisés, apurate!—¡Voy, mamá!Las puertas de la cocina se abren y por ella entra mi mamá, la cual me ve un poco confundida.—¿No tendrias que estar en el internado?Se acerca al refrigerador después de dejar su bolso sobre la encimera que esta en medio de la cocina.—No hay clases hoy —llevo una cucharada de cereal con yoghurt a mi boca—. Hoy solo tengo clases en la universidad.—¿Hoy vas a salir con tus primos después de las clases, verdad? —asiento mientras ella guarda una botella de agua en su bolso—. Entonces Moisés va a ir a la casa de Ernesto después de salir de la escuela, ve por él cuando regreses a la casa, ¿entendido?—Claro —le contesto.—¡Mamá, ya estoy listo!—¡Voy! —mamá deja un beso en mi mejilla antes de salir de la cocina rápidamente— ¡Feliz cumpleaños atrasado!Sip, ayer fue mi cumpleaños.—¡Gracias!Escucho como una puerta es cerrada antes de oir el motor del vehiculo de mi progenitora.Alex, la cocinera que viene tres veces a la semana
AMALIA.Veo al rey sorprendida mientras él me mira con una sonrisa y mi familia me mira sorprendida.—¿Mi chocolatina?Regreso a la realidad y parpadeo antes de contestar:—Yo... eh... —trago saliva nerviosa —¿Ho...la?Moisés, quien está a mi lado, se da un facepalm.—Hola —me dice el rey sonriente— ¿No tienes frío? Está fresco afuera.Inconscientemente veo mi vestimenta que consta de una falda blanca con algunos vuelos, un top corto sin mangas colo rosa claro con motas rojas y unos converse blancos.—¿No? ¿Sí? Digo —cierro los ojos y aprieto los labios antes de abrirlos y preguntar:— ¿Qué hace aquí?—Vine a pedirles permiso a tus papás para llevarte a vivir conmigo —me contesta—. Si es que tú quieres y aceptas, claro.Mis padres me ven esperando que diga algo.—Mia —me habla Moisés—. Di algo.Veo a todos sin saber que decir o hacer.—Disculpe a mi atolondrada e inocente hermana —le dice Moisés al rey mientras me agarra de los brazos—. Lo que sucede es que cuando se pone nerviosa se l
AMALIA.Ami y yo cerramos con esfuerzo la maleta.—Creo que eso fue todo —me dice mi prima volteandome a ver—. Gracias por ayudarme a empacar.—No hay de...Ambas gritamos y perdemos el equilibrio cayendo al suelo luego de que la maleta se abriera al romperse el cierre.Ambas intercambiamos miradas tiradas en el suelo antes de empezar a reír.—¿¡Qué sucede a... —el tío Enrique nos ve riéndonos en el suelo—. Olvidenlo.Se aleja de la habitación haciendo que nos riamos más por su reacción.—¡Yo también te amo, papá! —le dice Ami al tío Enrique.—¡Están locas! —nos dice el tío Enrique— ¡Limpien su desastre rápido, la comida ya va a estar lista!—¡Ok!Ami y yo nos levantamos del suelo y empezamos a poner toda la ropa que se salio de la maleta en la cama.El celular de Ami empieza a sonar y la veo agarrarlo y sonreír cuando ve la pantalla antes de contestar.—Hola, amor —la veo sentarse en la cama mientras yo sigo recogiendo la ropa—. No, nada, ¿y tú?La veo con una ceja alzada porque esto
AMALIA.Veo por la ventana mientras el rey conduce hacia su casa.—Si quieres puedes poner música —me dice el rey rompiendo el silencio.—No, gracias —le digo—. Así estoy bien.—Ah, ok.Nos volvemos a quedar en silencio.—Por cierto, —me habla y lo volteo a ver— no te lo he dicho, pero te ves muy bien.—Gracias.—¿Cómo estuvo tu semana?—Bien, ¿y la tuya? —le pregunto.—Bien, aunque siendo sincero, mis días, semanas, meses y años acaban de mejorar mucho ahora que te conocí —lo miro sorprendida—. Por cierto, ¿tienes un diccionario? —lo miro confundida—. Porque desde que te vi me quede sin palabras.Lo miro sorprendida y volteo para ver por la ventana antes de que el rey pueda ver como me sonroje.Siento como me pongo cada vez más roja y me tapo el rostro con las manos mientras escucho como el rey suelta una pequeña risa.Ninguno de los dos vuelve a hablar, hasta que el rey se estaciona delante del castillo y me dice que no me baje hasta que él me abra la puerta.Lo obedezco y bajo del