AMALIA.

28 de abril de 2032 (Actualidad).

Veo por la ventana mientras la modista arregla la falda del vestido que tengo puesto.

—Amalia.

Miro hacia abajo y veo a la modista mirarme un poco mal.

—Perdón —le digo en voz baja.

Me vuelvo a poner recta y ella sigue arreglando la falda, aunque siendo sincera, no sé que tanto le hace si está perfecta.

Veo hacia el otro lado de la habitación, en donde esta Yamileth, mi prima y mejor amiga, la cual está en la misma situación.

Ami (Yamileth) me ve y usa su mano para simular un arma y dispararse en la cabeza.

Me rio por lo que hizo y con mi mano finjo que me corto el cuello y ladeo la cabeza un poco sacando la lengua haciendo que ahora ella ría.

—Amalia, Yamileth —nos regaña la directora.

—Lo sentimos, madam —le decimos ambas en francés.

Benoit, la directora, solo asiente y vuelve a caminar por todos lados supervisando a las modistas y desde luego a nosotras, las "joyas" del mundo.

En 2025 el mundo entero cambio por completo gracias (o por culpa) de un video de YouTube que demostró que la existencia de los seres sobrenaturales no era una mentira y que todo lo que creíamos imposible o falso en realidad existía y era posible.

Al principio, muchos decían que ese era vídeo era real y otros decían lo contrario y aunque en ese momento el vídeo parecía lo más sorprendente del mundo, lo verdaderamente sorprendente ocurrió casi dos semanas después, cuando el monarca de todos ellos decidió que ser el líder de solamente los seres sobrenaturales (o fantásticos como se hacen llamar) no era suficiente y que también debía gobernar a los humanos, porque según él, nosotros somos un catastrófico desastre y los verdaderos monstruos de este mundo.

Lo de que somos los verdaderos monstruos de este mundo no lo discuto, porque aunque no me guste, eso es verdad, pero lo que somos un catastrófico desastre si ofende un poco, o sea, somos un completo desastre, pero tampoco a ese nivel.

Desde hace siete años los humanos también somos gobernados por Huxley, el monarca de todos y de todo.

En realidad ser gobernados por él no es tan malo, no es que sea lo más genial del mundo, pero al menos la palabra "justicia" y "paz" son las que definen al mundo. Antes de ser gobernados los asesinatos, robos, secuestros, pobreza e injusticias eran el pan de cada día, pero actualmente nada de eso existe, además de eso, desde que el mundo cambio todos los misterios sin resolver fueron resueltos, en otras palabras, arreglaron e hicieron justicia por todas las cosas malas que algunas personas provocaron.

Aunque claro que no todo es bonito, ya que ahora a lxs humanxs nos dividimos en tres grupos.

El primero grupo son los escoria, los cuales son personas que cometieron un delito o algo parecido por voluntad propia y son llevados a prisión o son ejecutados.

El segundo grupo son los normales, los cuales son comunes y corrientes como dice su nombre.

Y, por último, estamos los consortes, los cuales nos dividimos en dos grupos según nuestro sexo.

Los consortes masculinos son llamados "elegidos" mientras que las consortes femeninas somos llamadas "joyas". Los nombres y el país en donde estudiamos son lo único que nos hace diferente entre nosotros, ya que ambos grupos somos las almas gemelas de algún ser sobrenatural y desde los diez años hasta los veintiún años ingresamos al internado para almas gemelas en donde nos enseñan todo sobre el mundo fantástico y como ser buenas parejas para ellos o ellas. Pero el internado para los "elegidos" se encuentra en Inglaterra mientras que el de las "joyas" se encuentra en Francia.

Lo raro o curioso no es que ambos internados estén en diferentes lugares, lo asombroso es que no necesitamos vivir en el país o cerca del internado porque todos los días, ya sea de ida o de regreso, nuestros chóferes personales nos teletransportan de un lugar a otro por medio de portales que ellos mismos abren.

Para muchas personas es una bendición ser un o una consorte o tener un hijo o hija de esta categoría, ya que las familias que tiene a alguien de este grupo inmediatamente tienen una mejor calidad de vida (por no decir lujosa) que los demás y son trasladas a una parte de sus ciudades en donde se encuentran todos los consortes viviendo con sus familias, si es que la familia es sana y no le hace ningún daño o quieren sacar provecho de su familiar consorte, porque si eso es así entonces separan al consorte de esa familia y él o ella vive solo en su propia casa hasta que encuentra a su pareja.

Pero no todo es bueno si eres un o una consorte porque a comparación de los normales o las escorias, nosotrxs vivimos bajo más reglas que las que ellos tienen y que hacen que vivamos limitados, ya que se nos prohíbe tener parejas sentimentales o intereses amorosos, no podemos tener sexo (hasta encontrar a nuestras parejas), siempre tenemos que vernos bien, a veces no podemos decidir nuestro propio aspecto, tenemos una dieta especial que no podemos romper, tenemos una rutina de ejercicio que SIEMPRE debemos cumplir, ni las mujeres ni los hombres podemos hablar con groserías (o por lo menos no en público), no podemos ser unos irresponsables en ningún aspecto, tenemos prohibido mentir, no podemos fumar, no podemos tomar tanto alcohol, entre más cosas que ya no voy a decir por qué si no nunca voy a terminar.

La modista se levanta del suelo y arregla las mangas de mi vestido para después alejarse y admirarme.

—Estás perfecta —me dice sonriendo—. Ahora vamos a quitarte el vestido.

Asiento y me bajo de la plataforma para seguir a la modista a los probadores, en donde me ayuda a quitarme el vestido con cuidado para que no se arruine y usarlo nuevamente el "gran" día.

🍋🍋🍋🍋🍋

—Odio esto —le digo a Ami mientras juego con el popote de mi malteada—. Ojalá no fuera una joya.

Mi prima deja de beber su malteada.

—No te entiendo —me dice mirándome confundida—. El otro día estabas agradecida de ser una joya.

—Sí, lo sé.

—¿Entonces qué cambio?

Suspiro y la miro a los ojos.

—La fiesta está muy cerca —le digo—. Y siendo sincera, no quiero encontrar a mi alma gemela o por lo menos, no ahora.

—¿En serio? —asiento—. Eso no me lo esperaba, no es que a mí me haga mucha ilusión volverme la propiedad de alguien que no conozco, pero tú siempre has sido fan...

—Era fan —la corrijo.

—Bueno, eras fan de lo sobrenatural —me dice—. ¿O acaso no recuerdas todas las veces que dijiste que sería genial tener un soulmate o encontrar a tu alma gemela tan fácilmente?

—Eso fue antes de... todo esto —con mi dedo señalo todo a mi alrededor—. Nada es como me lo imaginaba.

—Si todo fuera como te lo imaginabas, entonces habría canguros rosados entregando pasteles a todo el mundo mientras cantan happy birthday —me rio por lo que dijo—. O bad boys enamorándose de las nerds del instituto.

—Ojalá eso me sucediera a mí.

Ami me ve confundida y graciosa.

—¿Quieres ser un canguro rosado que canta happy birthday mientras le entrega pasteles a todo el mundo?

La veo sorprendida.

—¿Qué? ¡No! —ella se burla de mi reacción—. Anda, búrlate de mí, para algo soy tu payasa personal.

—Conste que tú lo dijiste, no yo.

Ami se sigue riendo y yo saco el popote de mi malteada y lo muevo un poco haciendo que le salpique un poco a ella.

—Vaya, vaya, vaya —Pato llega a nuestra mesa y yo me recorro en el asiento para que él se siente a mi lado—. Veo que se divierten sin mí.

—Todo es divertido sin ti.

Pato le saca la lengua a Ami antes de pasar un brazo por mis hombros.

—¿De qué hablaban? —nos cuestiona.

—De nada —le contesto.

—Solo de que Mia quiere ser un canguro rosado que le entrega pasteles a todo el mundo mientras canta happy birthday.

Veo un poco mal a Ami mientras ella se sigue riendo.

—Creí que eso había quedado atrás —me dice Pato— ¿O acaso has estado mintiendo por años?

—Por supuesto que no —le digo—. Lo que pasa es que... ag, ¿saben qué? Mejor cambiemos de tema.

—Ok —habla Pato—. ¿Listas para el gran día?

Me quejo mientras recargo mi cabeza en la mesa y Ami se ríe más dejando confundido a Pato.

¿Por qué de todas las cosas en el mundo pregunto eso? ¿Por qué?

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Agarro un mechón de mi cabello y lo miro un poco triste.

¿Recuerdan cuando les conté que hay veces en las que no podemos decidir nuestro propio aspecto? 

¿Sí?

Pues esta es una de esas veces.

—No pongas esa cara —me dice la estilista alegremente—. Te ves muy bien.

—Lo sé —le digo—. Pero me hubiera gustado haber escogido mi nuevo color de pelo.

—Ya tendrás tiempo de eso —me dice intentando animarme—. Mientras tanto, tienes que verte espectacular para el gran día.

O la gran pesadilla.

—Tiene razón —le digo sonriéndole por el espejo—. ¿Qué sigue?

—Las pruebas de maquillaje —me dice—. Según el informe que me pasaron, tu vestido es rojo con detalles dorados, ¿verdad?

Asiento.

—Bien, entonces vamos a poner manos a la obra para que cuando tu destinado te encuentre se quede petrificado por tu belleza y por esas dos esmeraldas que tienes como ojos, ¿ok?

Asiento alegremente por el entusiasmo de la estilista.

—Entonces —abre su gran estuche de maquillaje—. Manos a la obra.