HUXLEY.
1 de mayo del 2032.
Esto no puede estar pasando.
Me acerco a Angela y la agarro del antebrazo haciendo que me voltee a ver y deje de gritarle a mis empleadas.
—¡Amor! —me abraza efusivamente— ¡Estas estúpidas no me quieren obedecer!
Ruedo los ojos frustrado y la aparto de mí.
—No me digas "amor" —le recuerdo—. Y "esas estúpidas" tienen nombre, así que respétalas y no vuelvas a llamarlas así, por favor.
Loren y Paula me ven y yo les hago una seña con mi mano para que se retiren, lo cual hacen después de hacer una reverencia.
—No puedo creer que me pusieras en ridículo enfrente de unas Don Nadie —me reclama Angela— ¡Así nunca me van a respetar!
—El respeto se gana, así que si tú quieres que te respeten, entonces respeta primero.
Me doy la vuelta después de decirle eso y me dirijo a mi oficina con Angela detrás de mí para mi mala suerte.
—¿Qué quieres? —le cuestiono una vez que llego a mi escritorio.
—Nada.
—¿Entonces que haces aquí? —le pregunto confundido viendo unos documentos.
—Estoy aquí para ir contigo a la fiesta de los asquero... —la veo mal—. De los humanos.
—Mucho mejor —le digo—. Ahora vete a tu casa.
—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?
—No te voy a llevar conmigo, Angela, y lo sabes muy bien —le contesto—. De hecho, ni siquiera sé por qué viniste en primer lugar si todos los años te digo lo mismo.
—La perseverancia es una de las cualidades más importantes de las lunas, pero sobre todo, tiene que ser la cualidad principal de la próxima reina, o sea yo.
—Tienes razón sobre que la perseverancia es una cualidad muy importante —le digo—. Pero te equivocas al decir que serás la próxima reina.
—Solo es cuestión de tiempo para... —me intenta tocar, pero me alejo—. Ok, no toco, pero llévame contigo.
—No.
—Pero ya tengo listo mi vestido —se queja—. No me puedes dejar así.
—De hecho, si puedo dejarte así —le contesto—. Mejor vete antes de que mi mal humor empeore y te termine diciendo algo que no te guste.
—Siempre eres un estúpido conmigo —me dice—. Si no te conociera, no estaría enamorada de ti.
Ojalá.
—Si no me conocieras, yo tendría paz —me mira mal—. Yo te advertí de mi mal humor y tú decidiste quedarte.
—Todos los años es lo mismo —me dice—. Realmente no entiendo como es que no tienes humor para mí, pero si para ir a esa horrenda fiesta, o sea, ni que ver como los humanos encuentran a sus parejas fuera algo importante o interesante.
—Angela —le hablo—. Ya cállate, por favor, y vete de mi casa.
—No me puedes obli... —la miro seriamente y un poco molesto—. Agg, bien, tú ganas, ¡me voy!
Se da la vuelta y sale de mi oficina azotando la puerta.
Por la diosa luna, ¿por qué Angela sigue sin entender que no quiero nada con ella? Llevamos casi toda la vida así y por más que le diga o le demuestre que no me interesa de esa manera, ella no lo entiende, o mejor dicho, finge no entenderlo y prefiere que siga diciéndole que nunca me voy a fijar en ella.
AMALIA.
—Agg —dice Ami con desagrado—. Que asco.
Veo como mi prima quita el tomate de su ensalada intentando no tocarlo mucho.
—Deja de perder el tiempo quitándole los tomatitos a tu ensalada y mejor come, no nos queda mucho tiempo.
—¿Comer con esto? —me pregunta con asco mientras agarra un tomatito—. Gracias, pero no gracias.
Deja la verdura arriba de una servilleta mientras yo pongo los ojos en blanco y me dedico a seguir comiendo.
Hoy es el "gran" día y desde las seis de la mañana todas las que tenemos 21 años (o que los vamos a cumplir este año) o más estamos en el internado arreglándonos para la ceremonia.
—Ey, doña Florinda —Ami me ve mal—. En serio empieza a comer, no nos queda mucho tiempo.
Señalo el gran televisor que hay en la cafetería -el cual indica que solo quedan tres minutos- para que mi prima lo vea.
Veo como Ami abre los ojos y empieza a comer apresuradamente mientras yo bebo agua.
—¿Terminaste?
Asiento y la señora agarra mi bandeja para llevársela.
Veo como Ami sigue comiendo lo más rápido posible mientras yo la veo un poco graciosa, digo, no todos los días ves a tu prima con muchos tubos en la cabeza mientras come como si estuviera en una carrera.
La pantalla de la cafetería empieza a emitir un sonido cuando el temporizador llega a cero.
—¡Termine!
Ami alza los brazos feliz y ambas nos levantamos de la mesa para hacer una fila con las demás.
—Apellidos de la A a la M van peinados y apellidos de la N a la Z a maquillaje —nos dice la directora—. Ahora de mi lado derecho hagan una fila quienes van a peinarse y del otro, hagan una fila las demás.
Todas obedecemos y poco después salimos de la cafetería.
🍋🍋🍋🍋🍋
—Doscientos elefantes se columpiaban sobre la tela de una araña, cuando veían que resistían fuera a llamar a otro elefante...
Veo como algunas chicas cantan esa canción infantil al igual que yo mientras intentamos calmar nuestros nervios lo más posible, lo cual no está funcionando muy bien que digamos.
En este momento todas nos estamos dirigiendo al edificio en donde será la gran fiesta, la cual empezara en unas horas.
Ami me toma de la mano y la aprieta y yo hago lo mismo.
—¡Chicas, ya casi llegamos!
Ami y yo nos volteamos a ver nerviosas ante las palabras alegres de la directora.
El bus se detiene y por la ventana que está detrás de mí veo el gran edificio antiguo y elegante que está delante del bus.
—Wow —murmura Ami a mi lado—. Es impresionante.
Asiento atónita dándole la razón.
—¡Es hora de bajar! —nos dice la directora.
Unas personas abren las puertas del bus desde afuera y de una en una empezamos a bajar del vehículo.
Un señor vestido totalmente de negro y con lentes oscuros, me ayuda a bajar del bus y yo le doy las gracias, por lo cual él solo asiente y yo me acerco a donde están las demás.
—Ya estamos aquí —habla Ami y me mira—. Dime que no soy la única que tiene ganas de llorar y salir corriendo de aquí.
—No eres la ú...
—¡MÍA!
Todas volteamos a ver el bus y vemos como un hombre vestido totalmente de negro agarra con posesividad al mismo tiempo que mira con adoración a una chica con vestido negro.
¿Qué? Es cierto que he estudiado por años en un internado en donde exclusivamente entran mujeres que tengan como alma gemela a un ser sobrenatural, pero eso no significa que me sé el nombre o que conozca a todas.
—Eso fue rápido —habla Ami mientras vemos a la pareja al igual que las demás—. Demasiado rápido.
—Al menos no la ha besado a... —veo como el hombre empieza a besar a la chica—. No, ya la beso.
—Y vaya que la beso —dice Ami mientras vemos como el beso se intensifica cada vez más—. Creo que...
—¡Chicas, caminen! —habla la directora— ¡Todavía hay mucho por hacer!
Ami bufa a mi lado y todas volvemos a ponernos correctamente en la fila.
Antes de entrar, veo la gran pancarta dorada –la cual tiene las reglas de la fiesta– que cuelga del edificio.
Hoy no va a ser un buen día.
🍋🍋🍋🍋🍋
Estoy nerviosa, MUY nerviosa.
Me tiemblan las manos, tengo la garganta seca y unas intensas ganas de toser, pero tengo miedo de hacerlo porque siento que si lo hago voy a vomitar o en el peor de los casos, expulsar los pulmones por la boca y terminar llena de sangre.
—Ey, tranquila —me dice una de las mujeres que forma parte de la organización del evento cuando pasa a mi lado—. Todo va a salir bien.
Ella se va después de decirme eso.
No sé ustedes, pero yo opino que esa mujer no es muy buena que digamos para calmar a las personas.
Ami –que está delante de mí– me voltea a ver y abre los ojos sorprendida.
—Mia, respira —me dice la pelirroja teñida—. Estás demasiado pálida.
La veo nerviosa y tartamudeo al decir:
—O-O-Olv-vide c-c-como r-r-respi-pirar.
Ami niega con la cabeza y rueda los ojos antes de darse la vuelta y poner sus manos en mis hombros para decirme que haga una serie de ejercicios de respiración para tranquilizarme un poco.
—¡Prepárense, en poco tiempo se van a abrir las puertas!
Mis nervios aumentan y mi prima intenta calmarme al mismo tiempo que ve a Pato –el cual está al otro lado del pasillo haciendo fila– y le hace señas para que él se tranquilice, ya que él también está nervioso.
—¡Un minuto!
Ami me echa aire con sus manos mientras yo inhalo y exhalo lo más que puedo.
—¡30 segundos!
Siento un dolor en el estómago y la sensación de que me voy a desmayar, aunque sé que no va a ocurrir.
—¡15 segundos!
La pelirroja teñida me dice que me tranquilice antes de darse la vuelta y con sus manos arreglar un poco la falda de su vestido.
—¡5 segundos!
La mujer que estaba contando el tiempo ya no dice nada y en vez de eso, las puertas se abren.
Ok, es hora.
Tanto los elegidos como las joyas empezamos a avanzar en orden para entrar a un gran salón elegante y bajar las escaleras que nos lleva al centro del lugar.
Todos los consorte hacemos una reverencia hacia el balcón en donde está el rey observándonos antes de ponernos en posición y empezar a bailar entre nosotros.
En este baile hay cinco reglas, las cuales son muy fáciles y son:
1.‐ Los fantásticos llevan una máscara o antifaz puesto, a diferencia de los consorte que tienen todo el rostro descubierto.
2-. Los consortes bailan entre sí mismos.
3-. Los fantásticos se pueden unir al baile solo si detectan a su alma gemela entre las joyas o elegidos.
4.- Una vez que las almas gemelas están bailando juntas, ya no se pueden separar y dejan de bailar.
5.- Al final del baile, los consorte que no encontraron a su pareja son llevados a otro sitio a diferencia de los que si la encontraron, los cuales se quedan en la fiesta.
Doy vuelta, cambio de posición y de pareja constantemente mientras escucho como a mi alrededor varias voces dicen cosas como "¡mía!", "¡mío!", "¡te encontré!", entre más cosas.
El hombre enmascarado con el que estoy bailando hace que gire y cambie de pareja con Pato.
—Hola —me dice él con una sonrisa un poco nerviosa.
—¿Qué tal todo? —le inquiero del mismo modo que él.
Mi primo solo se alza de brazos antes de hacerme girar para hacernos cambiar de pareja.
El baile sigue y cada vez me tranquilizo más cuando veo como los no humanos que se unieron al baile van disminuyendo.
Cuando el último enmascarado sale del baile con su pareja, suspiro aliviada al igual que el chico con el que bailo.
Decido buscar a Ami y Pato con la mirada y para mi sorpresa, veo que ya no están bailando y están acompañados de un hombre y una mujer respectivamente.
El lado bueno de todo esto, es que no he encontrado (o mejor dicho no me ha encontrado) mi pareja.
El lado malo es que mis primos no tuvieron la misma suerte que su servidora.
Pero, bueno, después de todo al menos uno de los tres tenía que seguir soltero, ¿no?
Digo, ¿cuál es la probabilidad de que los tres encontráramos a nuestras parejas el mismo día del mismo año y en nuestro primer baile? Exacto, casi nulas.
Aunque no voy a negar que me sorprende que Ami y Pato ya hayan encontrado a sus parejas, ya que creí que con suerte solo uno de los tres la encontraría esta noche.
El baile termina y antes de que todos los consorte que no encontramos a nuestra pareja hiciéramos una reverencia para cerrar por completo el baile, la orquesta vuelve a tocar y los directores de los internados nos indican que sigamos bailando.
Todos obedecemos a pesar de estar confundidos y cansados, sobre todo las joyas, ya que nosotras utilizamos tacones.
Mientras bailo, empiezo a sentir como todo el lugar empieza a ser rodeado por un ambiente cada vez más y más tenso.
No entiendo nada, así que decido empezar a observar hacia los lados para ver que es lo que provoca eso.
Tiene que ser una broma.
Giramos y cambiamos de pareja, solo que esta vez las joyas nos encontramos asustadas y nerviosas, ya que el rey se encuentra bailando y se enfoca más en nosotras que en los elegidos, los cuales no están tan nerviosos por esto, aunque eso no quita el hecho de que tanto ellos como nosotras ahora bailamos un poco mal.
Cambio de pareja y me doy cuenta de que si la joya del rey no está entre las chicas que nos separan, tendré que bailar con él.
¡Por favor, que sea una de esas chicas que no quiero bailar con él!
Sigo bailando, girando y cambiando de pareja hasta que sucede lo que más temía.
El rey me agarra de una mano mientras pone otra en mi cintura para bailar mientras yo tengo la cabeza agachada –por respeto– e intento concentrarme más en mis torpes pasos (provocados por los nervios) que en el hecho de que me encuentro bailando con el ser más poderoso, temido, respetado, peligroso, justo e importante de este universo.
La cercanía del monarca me pone cada vez más nerviosa, tanto que siento que voy a caer inconsciente en cualquier momento, pero por suerte, llega el momento de girar y cambiar de pareja.
Giro y el rey me suelta y siento un gran alivio cuando eso sucede.
Pero... algo sucede y de un momento a otro término girando hacia atrás, quedando enfrente del rey con él rodeándome la cintura por completo con un brazo pegándome lo más posible a su cuerpo, mientras que con su otra mano me agarra de la barbilla y hace que nuestras miradas se crucen.
Mis nervios aumentan al igual que mi confusión, miedo y ganas de vomitar (por los nervios), pero nada de eso se compara cuando el rey por fin habla y con una leve sonrisa en su rostro me dice:
—Al fin nos conocemos, mi chocolatina.
Ay..., caramba.
Ya me jodí.
AMALIA.Veo al rey con una mezcla de miedo, sorpresa, confusión y nervios, mientras él solo me ve con una leve sonrisa -que parece falsa- en su rostro.Me sobresalto un poco y vuelvo a la realidad cuando de repente todos los que nos rodean empiezan a aplaudir haciendo que vea todo nerviosa.¿¡Por qué aplauden!?Busco a mis primos con la mirada y cuando doy con ellos los veo aplaudir al igual que los demás, solo que Ami alza los hombros y Pato me sonríe con una expresión de "no sé qué decirte".Siento como el monarca me acerca aún más a él, lo que provoca que lo voltee a ver y él se inclina un poco para cuestionarme en el oído seriamente y en voz baja:—¿Quiénes son ellos?Mi piel se eriza y con muchos nervios le contesto:—M-M-Mis pr-primos.Él solo murmura un "bien" antes de alejarse y, para mi alivio, dejar de apretarme a su cuerpo.Suspiro aliviada y llevo una mano en mi pecho para sentir como mi pobre corazón late como loco.No sé como es que todavía sigo viva.—VUELVAN A SUS ASUN
HUXLEY.2 de mayo de 2032.Veo el techo aburrido acostado en el sofá mientras escucho la respiración tranquila de mi chocolatina al dormir.Sonrío cuando escucho como se mueve en la cama y entre sueños murmura –idiota–.Me siento en el sofá y miro la cama, en donde esta mi chocolatina durmiendo tranquilamente abrazando una almohada (que desearia ser yo) y con las sabanas cubriendola solo de una pierna, ya que la otra la tiene totalmente al descubierto al igual que todo su cuerpo.En otras noticias, me gustan sus piernas y su trasero, pero no creo que este bien verlos en contra de su voluntad, asi que me levanto del sofá, me acerco a la cama y con mucho cuidado de no despertarla, muevo las sabanas para arroparla correctamente.Quito el cabello que cubre el rostro de mi chocolatina para dejar su hermosa cara al descubierto.Sí, definitivamente esta mujer me tiene como un loco enamorado y eso que solo llevamos unas horas de conocernos.Por otro lado, no me gusta que se sienta incomoda a
AMALIA.3 de mayo de 2032.—¡Moisés, apurate!—¡Voy, mamá!Las puertas de la cocina se abren y por ella entra mi mamá, la cual me ve un poco confundida.—¿No tendrias que estar en el internado?Se acerca al refrigerador después de dejar su bolso sobre la encimera que esta en medio de la cocina.—No hay clases hoy —llevo una cucharada de cereal con yoghurt a mi boca—. Hoy solo tengo clases en la universidad.—¿Hoy vas a salir con tus primos después de las clases, verdad? —asiento mientras ella guarda una botella de agua en su bolso—. Entonces Moisés va a ir a la casa de Ernesto después de salir de la escuela, ve por él cuando regreses a la casa, ¿entendido?—Claro —le contesto.—¡Mamá, ya estoy listo!—¡Voy! —mamá deja un beso en mi mejilla antes de salir de la cocina rápidamente— ¡Feliz cumpleaños atrasado!Sip, ayer fue mi cumpleaños.—¡Gracias!Escucho como una puerta es cerrada antes de oir el motor del vehiculo de mi progenitora.Alex, la cocinera que viene tres veces a la semana
AMALIA.Veo al rey sorprendida mientras él me mira con una sonrisa y mi familia me mira sorprendida.—¿Mi chocolatina?Regreso a la realidad y parpadeo antes de contestar:—Yo... eh... —trago saliva nerviosa —¿Ho...la?Moisés, quien está a mi lado, se da un facepalm.—Hola —me dice el rey sonriente— ¿No tienes frío? Está fresco afuera.Inconscientemente veo mi vestimenta que consta de una falda blanca con algunos vuelos, un top corto sin mangas colo rosa claro con motas rojas y unos converse blancos.—¿No? ¿Sí? Digo —cierro los ojos y aprieto los labios antes de abrirlos y preguntar:— ¿Qué hace aquí?—Vine a pedirles permiso a tus papás para llevarte a vivir conmigo —me contesta—. Si es que tú quieres y aceptas, claro.Mis padres me ven esperando que diga algo.—Mia —me habla Moisés—. Di algo.Veo a todos sin saber que decir o hacer.—Disculpe a mi atolondrada e inocente hermana —le dice Moisés al rey mientras me agarra de los brazos—. Lo que sucede es que cuando se pone nerviosa se l
AMALIA.Ami y yo cerramos con esfuerzo la maleta.—Creo que eso fue todo —me dice mi prima volteandome a ver—. Gracias por ayudarme a empacar.—No hay de...Ambas gritamos y perdemos el equilibrio cayendo al suelo luego de que la maleta se abriera al romperse el cierre.Ambas intercambiamos miradas tiradas en el suelo antes de empezar a reír.—¿¡Qué sucede a... —el tío Enrique nos ve riéndonos en el suelo—. Olvidenlo.Se aleja de la habitación haciendo que nos riamos más por su reacción.—¡Yo también te amo, papá! —le dice Ami al tío Enrique.—¡Están locas! —nos dice el tío Enrique— ¡Limpien su desastre rápido, la comida ya va a estar lista!—¡Ok!Ami y yo nos levantamos del suelo y empezamos a poner toda la ropa que se salio de la maleta en la cama.El celular de Ami empieza a sonar y la veo agarrarlo y sonreír cuando ve la pantalla antes de contestar.—Hola, amor —la veo sentarse en la cama mientras yo sigo recogiendo la ropa—. No, nada, ¿y tú?La veo con una ceja alzada porque esto
AMALIA.Veo por la ventana mientras el rey conduce hacia su casa.—Si quieres puedes poner música —me dice el rey rompiendo el silencio.—No, gracias —le digo—. Así estoy bien.—Ah, ok.Nos volvemos a quedar en silencio.—Por cierto, —me habla y lo volteo a ver— no te lo he dicho, pero te ves muy bien.—Gracias.—¿Cómo estuvo tu semana?—Bien, ¿y la tuya? —le pregunto.—Bien, aunque siendo sincero, mis días, semanas, meses y años acaban de mejorar mucho ahora que te conocí —lo miro sorprendida—. Por cierto, ¿tienes un diccionario? —lo miro confundida—. Porque desde que te vi me quede sin palabras.Lo miro sorprendida y volteo para ver por la ventana antes de que el rey pueda ver como me sonroje.Siento como me pongo cada vez más roja y me tapo el rostro con las manos mientras escucho como el rey suelta una pequeña risa.Ninguno de los dos vuelve a hablar, hasta que el rey se estaciona delante del castillo y me dice que no me baje hasta que él me abra la puerta.Lo obedezco y bajo del
HUXLEY.—¡Vamos, Chispa, vamos! Chispa ladra y corre detrás mio.Son alrededor de las 4:12 de la madrugada y como siempre, me encuentro corriendo por la manada por dos razones:La primera, es porque es parte de mi entrenamiento.La segunda, es porque mientras corro superviso que todo este en orden.Además de eso, quiero comprarle un ramo de tulipanes y rosas rojas a mi chocolatina, ya que ese tipo de flores de ese color en especifico significa amor verdadero o eso he leído en un libro.Me detengo delante de una de florería y después de decirle a Chispa que me espere afuera entro para encontrarme con una pareja hablando cariñosamente detrás del mostrador.—Buenos días. Las chicas me voltean a ver y se sorprenden un poco al verme antes de hacer una reverencia.—Buenos días, rey —me saluda alegremente la de cabello castaño—. Bienvenido a la florería "dream", ¿qué se le ofrece?Volteo a ver a su compañera, la cual se esconde detrás de ella mientras tiembla de miedo ante mi presencia.—Q
AMALIA.El rey se estaciona delante de la universidad.—Gracias por traerme —le digo agarrando mis cosas.—Es un gusto —me dice—. Que te vaya bien.Asiento y salgo del auto, el cual se va apenas cierro la puerta.Cuelgo bien la correa de la mochila en mi hombro antes de dirigirme a la facultad mientras unas personas me ven, lo cual ya no me sorprende, y ya que todos saben quien es mi alma gemela, además de eso, hay que agregar el hecho de que tengo a dos mujeres detrás mio siguiéndome para asegurarse de que nada malo me suceda.Por otro lado, desde hace años me empece a acostumbrar a que los normales me vieran más de lo normal cuando se daban cuenta de que era una joya, lo cual me molestaba y me sigue molestando, pero nada de esas miradas se comparan con las que recibo ahora, pero ese no es gran problema, el gran problema (además de los reporteros) es que ahora todos me tratan diferente lo cual realmente me llega a molestar un poco y lo peor no eso, lo peor es que alguien en la facult