VII.

AMALIA.

3 de mayo de 2032.

—¡Moisés, apurate!

—¡Voy, mamá!

Las puertas de la cocina se abren y por ella entra mi mamá, la cual me ve un poco confundida.

—¿No tendrias que estar en el internado?

Se acerca al refrigerador después de dejar su bolso sobre la encimera que esta en medio de la cocina.

—No hay clases hoy —llevo una cucharada de cereal con yoghurt a mi boca—. Hoy solo tengo clases en la universidad.

—¿Hoy vas a salir con tus primos después de las clases, verdad? —asiento mientras ella guarda una botella de agua en su bolso—. Entonces Moisés va a ir a la casa de Ernesto después de salir de la escuela, ve por él cuando regreses a la casa, ¿entendido?

—Claro —le contesto.

—¡Mamá, ya estoy listo!

—¡Voy! —mamá deja un beso en mi mejilla antes de salir de la cocina rápidamente— ¡Feliz cumpleaños atrasado!

Sip, ayer fue mi cumpleaños.

—¡Gracias!

Escucho como una puerta es cerrada antes de oir el motor del vehiculo de mi progenitora.

Alex, la cocinera que viene tres veces a la semana para asegurarse de que no rompa la dieta, agarra mi plato después de que haya terminado de desayunar.

—Alex —le hablo y ella responde con un "¿sí?"— ¿Te puedo preguntar algo, por favor?

—Ya lo hiciste.

Ruedo los ojos mientras ella ríe.

—Esa no era la pregunta —le digo.

—Bueno, entonces dime cuál es.

—¿Cuánto tiempo tardan los hombres en reclamar a su pareja y llevarselas? —le cuestiono.

—No mucho —me responde lavando mi plato—. De hecho, ellos intentan hacerlo lo más rápido posible, pero entre mayor sea el rango menor tiempo se tardan.

—Ah, ya veo —le digo—. Gracias.

—No hay de que.

Salgo de la cocina y me dirijo a mi habitación, en donde me acuesto en la cama boca arriba.

—No mucho —recuerdo las palabras de Alex—. De hecho, ellos intentan hacerlo lo más rápido posiblepero entre mayor sea el rango menor tiempo se tardan.

Volteo y veo la fecha tachada en el calendario que hay en mi escritorio.

Solo ha pasado un día y no sé nada de él, lo cual es bueno por una parte y mala por la otra, ya que no sé si él en realidad me quiere o si solo fingio hacerlo o que va a ocurrir ahora.

Aunque pensandolo bien, es más probable la segunda opción, después de todo a las personas con poder solo les importan los negocios, el dinero, el poder y dejar descendencia, ¿no?

Mi celular suena y veo el identificador de llamadas antes de contestar.

—Hola, Ami —le digo a mi prima— ¿Qué hiciste esta vez?

—¿Tan poca fé me tienes que crees que te llamo solo porque me meti en un nuevo problema? —me cuestiona "ofendida".

—¿Acaso no es así? —ella no contesta y yo suspiro— ¿Qué hiciste esta vez?

—Yo, nada —me responde riendo—. Él que tiene un problema es Pato.

Me rio por lo que dijo.

—¿Pato? ¿En serio? —le inquiero incredula mientras me rio—. Inventate otra cosa, esa no te la cree nadie.

—Oh, creeme, no estoy inventando nada —me comenta riendo levemente— ¿Estás ocupada? —le contesto que no—. Entonces te espero en la casa de Pato, ¡no tardes!

Cuelga y yo tiro el celular a mi lado mientras pienso en el problema que puede tener mi primo, el cual siempre huye de los problemas a comparación de Ami que siempre va tras ellos.

Yo, por otro lado, no soy como los locos de mis primos.

Suena mal, pero es la verdad.

🍋🍋🍋🍋🍋

Veo sorprendida y con la boca abierta a Pato, el cual esta sentado en una silla de ruedas y mira molesto a Ami –la cual se ríe de él– mientras hace muecas de dolor al intentar levantarse.

—¡Deja de reírte! —le dice Pato a Ami con la voz ronca y con muecas de dolor— ¡No es gracioso!

Ami, por supuesto, no le hace caso y sigue riéndose.

—¿Pero qué te paso? —le cuestiono sorprendida.

Ami empieza a reírse más fuerte mientras que nuestro primo la ve mal y yo los veo totalmente confundida.

—Eh... ¿chicos? —les hablo llamando su atención— ¿Me van explicar que es lo que sucede aquí?

Ambos intercambian miradas antes de volver a reír y molestarse respectivamente.

—Oigan, ya, en serio, díganme que es lo sucede, no entiendo nada de nada —les digo.

—Su mate —Ami señala a Pato sin dejar de reírse—. Lo dejo así.

Veo sorprendida a Pato.

—¿Es en serio? —Pato asiente— ¿Pero por qué?

—Apareamiento, Mia, apareamiento —me contesta Pato— ¡Ay! ¡Duele bastante!

Ante las palabras de nuestro primo Ami se rie aún más.

—Sí, claro, sigue burlándote de mí —le dice Pato a Ami de un modo molesto y sarcástico—. Pero al menos yo no estoy vestido como si fuera pleno invierno solo para cubrir los chupetones  y las marcas que me dejaron.

En ese momento me percato de que Ami viste un sueter marrón con cuello de tortuga, unos jeans y unas botas marrón con un poco de tacon, pero lo gracioso no es eso, si no que esta sudando mucho.

—Al menos yo si me molesto en cubrirmelas no como OTROS —le dice Ami a Pato.

—¿Ah, sí? Pues al menos yo no me muero de calor —le dice Pato a Ami.

—Al menos a mí no me duele nada —le dice Ami a Pato y este la ve con una ceja alzada—. Bueno, casi nada.

Veo a Ami sorprendida.

¡Esas fueron fuertes declaraciones, señoras y señores!

—Al menos yo no parezco una cascada de sudor —habla Pato.

—Al menos yo no tengo una pareja que con sola una noche me deja sin poder caminar.

—Al menos yo... eh... yo... —Ami y yo lo vemos expectantes— ¡Agg! ¡Tú ganas esta vez!

Ami celebra mientras yo los veo con una ceja alzada.

—¿En serio me llamaron para esto? —ambos asienten—. Mejor me voy.

Ami me lanza una almohada, la cual choca contra mi rostro.

—¡Ey! —me quejo.

—Nada de "¡hey!" —me dice mi prima—. Tú no te vas de aquí hasta que no hablemos.

—¿Hablar sobre qué o qué? —le cuestiono.

Mis primos me ven con cara de "really?".

—¡Pues de tu mate, tonta! —me lanza otra almohada—¿¡De qué más hablariamos!?

—De muchas cosas, por ejemplo, —le lanzo la almohada— del porque esta mal lanzar almohadas.

Ami solo rueda los ojos.

—Sí, sí, como usted diga, majestad —me dice mi prima burlona—. Ya, dinos, ¿cómo te la pasaste esa noche?

Abro la boca sorprendida y siento las mejillas un poco calientes cuando veo como alza y baja las cejas pervertidamente.

—No ocurrio nada —Ami dice "aja"—. En serio, no ocurrio nada, se los juro.

—Esa no se la cree nadie, Amalia Natalia Lennon Sánchez —me dice Ami—. O sea, tu pareja resulto ser nada más ni nada menos que el rey, el cual es el ser más PODEROSO del mundo y por lo tanto, más posesivo, y no creo un dragon y una... —Ami voltea a ver a Pato—. Ahora que lo pienso, ¿qué es tu pareja?

Ambas vemos a nuestro primo, el cual dice algo en voz baja que no logramos entender.

—¿Qué dijiste? —le inquiero a Pato.

—Que mi mate es un anndhf —contesta bajando la voz en la última palabra.

Ami y yo lo vemos confundidas.

—¿Qué? —le cuestiona Ami.

—Que mi mate es un andnnd.

Lo vemos más confundidas y entonces yo decido hablar y decirle:

—Pato, no se te entiende na...

—¡Que mi mate es un angel!

Ambas lo vemos sorprendidas.

—¿Un angel? —Pato asiente ante la pregunta de nuestra prima— ¿Tu mate es un angel? —Pato vuelve a asentir— ¿Y ella te dejo... así? —lo señala de pies a cabeza y Pato vuelve a asentir— ¡No te pases!

Ami se acuesta en la cama de Pato y empieza a reirse a carcajadas mientras se agarra el estomágo y no mucho después yo también empiezo a reirme.

—No es gracioso, tontas —nos dice Pato a las dos—. Por cierto, ¿qué es lo que leen en w*****d?

—¿Por qué preguntas eso? —le cuestiono confundida.

—Porque Micaela me dijo que por fin iba a poner en práctica todo lo que habia leido ahí y termine así.

Ami y yo nos vemos sorprendidas.

—Mejor pregunta que no leemos en w*****d porque si preguntas que es lo que leemos, nunca terminaremos de contestarte —le dice Ami.

Pato nos mira confundidas y ambas lo vemos con sonrisas nerviosas.

—Pervertidas —nos dice Pato a Ambas.

—Lo dice el que tuvo una noche loca y ahora no puede levantarse ni mover las piernas además de que tiene un montón de chupetones en el cuello—le dice Ami.

Pato le saca la lengua molesto mientras Ami se sigue burlando de él.

🍋🍋🍋🍋🍋

—¿Y bien? —Moisés me ve con una sonrisa muy grande— ¿Cómo te fue ayer?

—Eso deberia de preguntarlo yo —le contesto— ¿Qué tal se la pasaron en la feria?

—Bien, pero eso no importa —me dice mi hermano—. Dime, ¿voy a tener a alguien a quien pedirle dinero para unos cheetos?

Lo veo con una ceja alzada y una sonrisa un poco divertida.

—¿Qué? —le cuestiono intentando no reirme.

—Nada de "¿qué?" —intenta imitar mi voz en la última palabra—. Solo dime si encontraste a tu pareja, necesito saber si voy a tener a alguien nuevo para sobornarlo para obtener cheetos.

—Que triste que solo quieras que tus hermanos tengan parejas para tener cheetos —le digo.

—¿Triste? —me inquiere Moisés—. Eso no es triste, es inteligencia. Algo realmente triste es que nos apedillemos  Lennon que suena como lemon y no en el sentido sano o normal.

Lo pienso y le doy la razón.

No sé si odiar mi apellido o a la persona que se le ocurrio ponerle doble sentido a la palabra "lemon".

Un momento...

Volteo a ver a mi hermano confundida y con los brazos cruzados.

—¿Y tú como sabes que "lemon" tiene doble sentido, señorito? —le inquiero.

Él solo sonrie antes de decir:

—Tengo 12 años, Mia —saca su celular su mochila junto con los auriculares—. No esperes que siga siendo tan inocente  como antes.

Lo veo sorprendida y con la boca abierta antes de que él me guiñe un ojo y se voltee para dedicarse a escuchar musica y usar su movil.

No sé en que momento mi hermanito cambio, pero lo que sí sé ahora es a lo que se refiere mamá cuando dice que los hijos crecen muy rápido.

O sea, hace doce años Moisés apenas era un bebé y ahora está por terminar la primaria y ya se sabe el doble de nuestro apellido, lo cual no sé si deba preocuparme.

El auto se estaciona dentro de la cochera y el primero en bajar es Moisés con su mochila.

Ruedo los ojos , agarro mis cosas y le doy las gracias al chofer antes de bajar también del vehiculo y entrar a la casa.

Paso la puerta que conduce la cochera hacia un pequeño pasillo que esta entre la cocina y la sala de estar.

—Moisés —le hablo con tono de regaño cuando lo veo parado en una parte del pasillo—. Ya hemos hablado sobre...

—Buenas noches, mi chocolatina —veo al rey sentando en uno de los sofás de la sala— ¿Cómo estás?

Lo veo sorprendida mientras mi familia me ve sorprendida a mí.

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