AMALIA.
3 de mayo de 2032.
—¡Moisés, apurate!
—¡Voy, mamá!
Las puertas de la cocina se abren y por ella entra mi mamá, la cual me ve un poco confundida.
—¿No tendrias que estar en el internado?
Se acerca al refrigerador después de dejar su bolso sobre la encimera que esta en medio de la cocina.
—No hay clases hoy —llevo una cucharada de cereal con yoghurt a mi boca—. Hoy solo tengo clases en la universidad.
—¿Hoy vas a salir con tus primos después de las clases, verdad? —asiento mientras ella guarda una botella de agua en su bolso—. Entonces Moisés va a ir a la casa de Ernesto después de salir de la escuela, ve por él cuando regreses a la casa, ¿entendido?
—Claro —le contesto.
—¡Mamá, ya estoy listo!
—¡Voy! —mamá deja un beso en mi mejilla antes de salir de la cocina rápidamente— ¡Feliz cumpleaños atrasado!
Sip, ayer fue mi cumpleaños.
—¡Gracias!
Escucho como una puerta es cerrada antes de oir el motor del vehiculo de mi progenitora.
Alex, la cocinera que viene tres veces a la semana para asegurarse de que no rompa la dieta, agarra mi plato después de que haya terminado de desayunar.
—Alex —le hablo y ella responde con un "¿sí?"— ¿Te puedo preguntar algo, por favor?
—Ya lo hiciste.
Ruedo los ojos mientras ella ríe.
—Esa no era la pregunta —le digo.
—Bueno, entonces dime cuál es.
—¿Cuánto tiempo tardan los hombres en reclamar a su pareja y llevarselas? —le cuestiono.
—No mucho —me responde lavando mi plato—. De hecho, ellos intentan hacerlo lo más rápido posible, pero entre mayor sea el rango menor tiempo se tardan.
—Ah, ya veo —le digo—. Gracias.
—No hay de que.
Salgo de la cocina y me dirijo a mi habitación, en donde me acuesto en la cama boca arriba.
—No mucho —recuerdo las palabras de Alex—. De hecho, ellos intentan hacerlo lo más rápido posible, pero entre mayor sea el rango menor tiempo se tardan.
Volteo y veo la fecha tachada en el calendario que hay en mi escritorio.
Solo ha pasado un día y no sé nada de él, lo cual es bueno por una parte y mala por la otra, ya que no sé si él en realidad me quiere o si solo fingio hacerlo o que va a ocurrir ahora.
Aunque pensandolo bien, es más probable la segunda opción, después de todo a las personas con poder solo les importan los negocios, el dinero, el poder y dejar descendencia, ¿no?
Mi celular suena y veo el identificador de llamadas antes de contestar.
—Hola, Ami —le digo a mi prima— ¿Qué hiciste esta vez?
—¿Tan poca fé me tienes que crees que te llamo solo porque me meti en un nuevo problema? —me cuestiona "ofendida".
—¿Acaso no es así? —ella no contesta y yo suspiro— ¿Qué hiciste esta vez?
—Yo, nada —me responde riendo—. Él que tiene un problema es Pato.
Me rio por lo que dijo.
—¿Pato? ¿En serio? —le inquiero incredula mientras me rio—. Inventate otra cosa, esa no te la cree nadie.
—Oh, creeme, no estoy inventando nada —me comenta riendo levemente— ¿Estás ocupada? —le contesto que no—. Entonces te espero en la casa de Pato, ¡no tardes!
Cuelga y yo tiro el celular a mi lado mientras pienso en el problema que puede tener mi primo, el cual siempre huye de los problemas a comparación de Ami que siempre va tras ellos.
Yo, por otro lado, no soy como los locos de mis primos.
Suena mal, pero es la verdad.
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Veo sorprendida y con la boca abierta a Pato, el cual esta sentado en una silla de ruedas y mira molesto a Ami –la cual se ríe de él– mientras hace muecas de dolor al intentar levantarse.
—¡Deja de reírte! —le dice Pato a Ami con la voz ronca y con muecas de dolor— ¡No es gracioso!
Ami, por supuesto, no le hace caso y sigue riéndose.
—¿Pero qué te paso? —le cuestiono sorprendida.
Ami empieza a reírse más fuerte mientras que nuestro primo la ve mal y yo los veo totalmente confundida.
—Eh... ¿chicos? —les hablo llamando su atención— ¿Me van explicar que es lo que sucede aquí?
Ambos intercambian miradas antes de volver a reír y molestarse respectivamente.
—Oigan, ya, en serio, díganme que es lo sucede, no entiendo nada de nada —les digo.
—Su mate —Ami señala a Pato sin dejar de reírse—. Lo dejo así.
Veo sorprendida a Pato.
—¿Es en serio? —Pato asiente— ¿Pero por qué?
—Apareamiento, Mia, apareamiento —me contesta Pato— ¡Ay! ¡Duele bastante!
Ante las palabras de nuestro primo Ami se rie aún más.
—Sí, claro, sigue burlándote de mí —le dice Pato a Ami de un modo molesto y sarcástico—. Pero al menos yo no estoy vestido como si fuera pleno invierno solo para cubrir los chupetones y las marcas que me dejaron.
En ese momento me percato de que Ami viste un sueter marrón con cuello de tortuga, unos jeans y unas botas marrón con un poco de tacon, pero lo gracioso no es eso, si no que esta sudando mucho.
—Al menos yo si me molesto en cubrirmelas no como OTROS —le dice Ami a Pato.
—¿Ah, sí? Pues al menos yo no me muero de calor —le dice Pato a Ami.
—Al menos a mí no me duele nada —le dice Ami a Pato y este la ve con una ceja alzada—. Bueno, casi nada.
Veo a Ami sorprendida.
¡Esas fueron fuertes declaraciones, señoras y señores!
—Al menos yo no parezco una cascada de sudor —habla Pato.
—Al menos yo no tengo una pareja que con sola una noche me deja sin poder caminar.
—Al menos yo... eh... yo... —Ami y yo lo vemos expectantes— ¡Agg! ¡Tú ganas esta vez!
Ami celebra mientras yo los veo con una ceja alzada.
—¿En serio me llamaron para esto? —ambos asienten—. Mejor me voy.
Ami me lanza una almohada, la cual choca contra mi rostro.
—¡Ey! —me quejo.
—Nada de "¡hey!" —me dice mi prima—. Tú no te vas de aquí hasta que no hablemos.
—¿Hablar sobre qué o qué? —le cuestiono.
Mis primos me ven con cara de "really?".
—¡Pues de tu mate, tonta! —me lanza otra almohada—¿¡De qué más hablariamos!?
—De muchas cosas, por ejemplo, —le lanzo la almohada— del porque esta mal lanzar almohadas.
Ami solo rueda los ojos.
—Sí, sí, como usted diga, majestad —me dice mi prima burlona—. Ya, dinos, ¿cómo te la pasaste esa noche?
Abro la boca sorprendida y siento las mejillas un poco calientes cuando veo como alza y baja las cejas pervertidamente.
—No ocurrio nada —Ami dice "aja"—. En serio, no ocurrio nada, se los juro.
—Esa no se la cree nadie, Amalia Natalia Lennon Sánchez —me dice Ami—. O sea, tu pareja resulto ser nada más ni nada menos que el rey, el cual es el ser más PODEROSO del mundo y por lo tanto, más posesivo, y no creo un dragon y una... —Ami voltea a ver a Pato—. Ahora que lo pienso, ¿qué es tu pareja?
Ambas vemos a nuestro primo, el cual dice algo en voz baja que no logramos entender.
—¿Qué dijiste? —le inquiero a Pato.
—Que mi mate es un anndhf —contesta bajando la voz en la última palabra.
Ami y yo lo vemos confundidas.
—¿Qué? —le cuestiona Ami.
—Que mi mate es un andnnd.
Lo vemos más confundidas y entonces yo decido hablar y decirle:
—Pato, no se te entiende na...
—¡Que mi mate es un angel!
Ambas lo vemos sorprendidas.
—¿Un angel? —Pato asiente ante la pregunta de nuestra prima— ¿Tu mate es un angel? —Pato vuelve a asentir— ¿Y ella te dejo... así? —lo señala de pies a cabeza y Pato vuelve a asentir— ¡No te pases!
Ami se acuesta en la cama de Pato y empieza a reirse a carcajadas mientras se agarra el estomágo y no mucho después yo también empiezo a reirme.
—No es gracioso, tontas —nos dice Pato a las dos—. Por cierto, ¿qué es lo que leen en w*****d?
—¿Por qué preguntas eso? —le cuestiono confundida.
—Porque Micaela me dijo que por fin iba a poner en práctica todo lo que habia leido ahí y termine así.
Ami y yo nos vemos sorprendidas.
—Mejor pregunta que no leemos en w*****d porque si preguntas que es lo que leemos, nunca terminaremos de contestarte —le dice Ami.
Pato nos mira confundidas y ambas lo vemos con sonrisas nerviosas.
—Pervertidas —nos dice Pato a Ambas.
—Lo dice el que tuvo una noche loca y ahora no puede levantarse ni mover las piernas además de que tiene un montón de chupetones en el cuello—le dice Ami.
Pato le saca la lengua molesto mientras Ami se sigue burlando de él.
🍋🍋🍋🍋🍋
—¿Y bien? —Moisés me ve con una sonrisa muy grande— ¿Cómo te fue ayer?
—Eso deberia de preguntarlo yo —le contesto— ¿Qué tal se la pasaron en la feria?
—Bien, pero eso no importa —me dice mi hermano—. Dime, ¿voy a tener a alguien a quien pedirle dinero para unos cheetos?
Lo veo con una ceja alzada y una sonrisa un poco divertida.
—¿Qué? —le cuestiono intentando no reirme.
—Nada de "¿qué?" —intenta imitar mi voz en la última palabra—. Solo dime si encontraste a tu pareja, necesito saber si voy a tener a alguien nuevo para sobornarlo para obtener cheetos.
—Que triste que solo quieras que tus hermanos tengan parejas para tener cheetos —le digo.
—¿Triste? —me inquiere Moisés—. Eso no es triste, es inteligencia. Algo realmente triste es que nos apedillemos Lennon que suena como lemon y no en el sentido sano o normal.
Lo pienso y le doy la razón.
No sé si odiar mi apellido o a la persona que se le ocurrio ponerle doble sentido a la palabra "lemon".
Un momento...
Volteo a ver a mi hermano confundida y con los brazos cruzados.
—¿Y tú como sabes que "lemon" tiene doble sentido, señorito? —le inquiero.
Él solo sonrie antes de decir:
—Tengo 12 años, Mia —saca su celular su mochila junto con los auriculares—. No esperes que siga siendo tan inocente como antes.
Lo veo sorprendida y con la boca abierta antes de que él me guiñe un ojo y se voltee para dedicarse a escuchar musica y usar su movil.
No sé en que momento mi hermanito cambio, pero lo que sí sé ahora es a lo que se refiere mamá cuando dice que los hijos crecen muy rápido.
O sea, hace doce años Moisés apenas era un bebé y ahora está por terminar la primaria y ya se sabe el doble de nuestro apellido, lo cual no sé si deba preocuparme.
El auto se estaciona dentro de la cochera y el primero en bajar es Moisés con su mochila.
Ruedo los ojos , agarro mis cosas y le doy las gracias al chofer antes de bajar también del vehiculo y entrar a la casa.
Paso la puerta que conduce la cochera hacia un pequeño pasillo que esta entre la cocina y la sala de estar.
—Moisés —le hablo con tono de regaño cuando lo veo parado en una parte del pasillo—. Ya hemos hablado sobre...
—Buenas noches, mi chocolatina —veo al rey sentando en uno de los sofás de la sala— ¿Cómo estás?
Lo veo sorprendida mientras mi familia me ve sorprendida a mí.
AMALIA.Veo al rey sorprendida mientras él me mira con una sonrisa y mi familia me mira sorprendida.—¿Mi chocolatina?Regreso a la realidad y parpadeo antes de contestar:—Yo... eh... —trago saliva nerviosa —¿Ho...la?Moisés, quien está a mi lado, se da un facepalm.—Hola —me dice el rey sonriente— ¿No tienes frío? Está fresco afuera.Inconscientemente veo mi vestimenta que consta de una falda blanca con algunos vuelos, un top corto sin mangas colo rosa claro con motas rojas y unos converse blancos.—¿No? ¿Sí? Digo —cierro los ojos y aprieto los labios antes de abrirlos y preguntar:— ¿Qué hace aquí?—Vine a pedirles permiso a tus papás para llevarte a vivir conmigo —me contesta—. Si es que tú quieres y aceptas, claro.Mis padres me ven esperando que diga algo.—Mia —me habla Moisés—. Di algo.Veo a todos sin saber que decir o hacer.—Disculpe a mi atolondrada e inocente hermana —le dice Moisés al rey mientras me agarra de los brazos—. Lo que sucede es que cuando se pone nerviosa se l
AMALIA.Ami y yo cerramos con esfuerzo la maleta.—Creo que eso fue todo —me dice mi prima volteandome a ver—. Gracias por ayudarme a empacar.—No hay de...Ambas gritamos y perdemos el equilibrio cayendo al suelo luego de que la maleta se abriera al romperse el cierre.Ambas intercambiamos miradas tiradas en el suelo antes de empezar a reír.—¿¡Qué sucede a... —el tío Enrique nos ve riéndonos en el suelo—. Olvidenlo.Se aleja de la habitación haciendo que nos riamos más por su reacción.—¡Yo también te amo, papá! —le dice Ami al tío Enrique.—¡Están locas! —nos dice el tío Enrique— ¡Limpien su desastre rápido, la comida ya va a estar lista!—¡Ok!Ami y yo nos levantamos del suelo y empezamos a poner toda la ropa que se salio de la maleta en la cama.El celular de Ami empieza a sonar y la veo agarrarlo y sonreír cuando ve la pantalla antes de contestar.—Hola, amor —la veo sentarse en la cama mientras yo sigo recogiendo la ropa—. No, nada, ¿y tú?La veo con una ceja alzada porque esto
AMALIA.Veo por la ventana mientras el rey conduce hacia su casa.—Si quieres puedes poner música —me dice el rey rompiendo el silencio.—No, gracias —le digo—. Así estoy bien.—Ah, ok.Nos volvemos a quedar en silencio.—Por cierto, —me habla y lo volteo a ver— no te lo he dicho, pero te ves muy bien.—Gracias.—¿Cómo estuvo tu semana?—Bien, ¿y la tuya? —le pregunto.—Bien, aunque siendo sincero, mis días, semanas, meses y años acaban de mejorar mucho ahora que te conocí —lo miro sorprendida—. Por cierto, ¿tienes un diccionario? —lo miro confundida—. Porque desde que te vi me quede sin palabras.Lo miro sorprendida y volteo para ver por la ventana antes de que el rey pueda ver como me sonroje.Siento como me pongo cada vez más roja y me tapo el rostro con las manos mientras escucho como el rey suelta una pequeña risa.Ninguno de los dos vuelve a hablar, hasta que el rey se estaciona delante del castillo y me dice que no me baje hasta que él me abra la puerta.Lo obedezco y bajo del
HUXLEY.—¡Vamos, Chispa, vamos! Chispa ladra y corre detrás mio.Son alrededor de las 4:12 de la madrugada y como siempre, me encuentro corriendo por la manada por dos razones:La primera, es porque es parte de mi entrenamiento.La segunda, es porque mientras corro superviso que todo este en orden.Además de eso, quiero comprarle un ramo de tulipanes y rosas rojas a mi chocolatina, ya que ese tipo de flores de ese color en especifico significa amor verdadero o eso he leído en un libro.Me detengo delante de una de florería y después de decirle a Chispa que me espere afuera entro para encontrarme con una pareja hablando cariñosamente detrás del mostrador.—Buenos días. Las chicas me voltean a ver y se sorprenden un poco al verme antes de hacer una reverencia.—Buenos días, rey —me saluda alegremente la de cabello castaño—. Bienvenido a la florería "dream", ¿qué se le ofrece?Volteo a ver a su compañera, la cual se esconde detrás de ella mientras tiembla de miedo ante mi presencia.—Q
AMALIA.El rey se estaciona delante de la universidad.—Gracias por traerme —le digo agarrando mis cosas.—Es un gusto —me dice—. Que te vaya bien.Asiento y salgo del auto, el cual se va apenas cierro la puerta.Cuelgo bien la correa de la mochila en mi hombro antes de dirigirme a la facultad mientras unas personas me ven, lo cual ya no me sorprende, y ya que todos saben quien es mi alma gemela, además de eso, hay que agregar el hecho de que tengo a dos mujeres detrás mio siguiéndome para asegurarse de que nada malo me suceda.Por otro lado, desde hace años me empece a acostumbrar a que los normales me vieran más de lo normal cuando se daban cuenta de que era una joya, lo cual me molestaba y me sigue molestando, pero nada de esas miradas se comparan con las que recibo ahora, pero ese no es gran problema, el gran problema (además de los reporteros) es que ahora todos me tratan diferente lo cual realmente me llega a molestar un poco y lo peor no eso, lo peor es que alguien en la facult
AMALIA.—¿Entonces cuando nos reunimos? —nos cuestiona Amy.—Yo no puedo mañana porque voy a acompañar a Micaela al ginecólogo —comenta Pato— ¿Nos reunimos pasado mañana?—Yo no puedo, pasado mañana voy a ir a ver a mis suegros —responde Amy— ¿Y tú, Mia?Reacciono y agarro mejor mi celular mientras con la otra mano agarro mi libreta de apuntes.—Yo tengo muchos trabajos de la universidad, no voy a tener tiempo para reunirnos hasta dentro de dos semanas, si es que tengo suerte.—¿Segura de que no vas a tener tiempo por la universidad? —me cuestiona Amy usando ese tono que indica que lo dice con doble sentido.Ruedo los ojos.—Sí, no voy a tener tiempo por la universidad —le contesto—. Y antes de que vuelvas a hacer otro de tus miles de comentarios con doble sentido, te recuerdo que ahora estoy completamente sola en todos los proyectos.—Oh, cierto —me dice Amy—. Me alegra no ser tú.—Gracias por el ánimo —le ironicamente.—Pero espero que el karma realmente exista y que esos fetos malh
AMALIA.—Te ves mal, ¿te sientes bien?Asiento mientras bostezo.—¿Estás segura? —vuelvo a asentir—. Podemos llamar al médico para qué...—Estoy bien —lo interrumpo—. Lo único que tengo es un poco de cansancio, como el semestre está por acabar todo es más complicado.—Tu cara dice otra cosa —me dice—. No es normal que estés tan pálida.—Así me pongo cuando estoy a finales del semestre —le revelo—. En cuanto pueda dormir o tenga menos estrés voy a mejorar y mi color de piel va a regresar.—No me convences —me dice—. Pero lo bueno es que después de los exámenes médicos vamos a saber si estás bien.Levanto la mirada confundida.—¿Qué exámenes médicos? —le cuestiono.—Los exámenes que te vas a hacer hoy —me responde.Ruedo los ojos antes de verlo.—Ya te dije que estoy perfectamente bien —le recuerdo—. No es necesario hacerme unos exámenes médicos.Ahora él me mira confundido y con una sonrisa ¿burlona?—Mi chocolatina —me habla— ¿Acaso no recuerdas que hoy vamos a ir al internado para qu
HUXLEY. Veo como mi chocolatina juega con sus manos nerviosamente mientras esperamos su turno para que le saquen sangre. —¿Estás nerviosa? —asiente— ¿Por qué? —No sabía que me van a sacar sangre —me responde. Arrugo las cejas confundido. —¿Te da miedo la sangre? —niega— ¿Las inyecciones? —asiente— ¿Cómo es que estudias criminología? —En criminología no tengo que usar inyecciones, y aunque las usara, no las usaría en mí —me explica—. Puedo ver las inyecciones sin ningún problema, pero... —Te dan miedo cuando tienen que usarlas en ti —asiente—. Mmm... Interesante. Mi chocolatina me voltea a ver nerviosa y con cara de "¿qué es lo interesante?" Antes de poner una expresión de miedo total cuando escucha: —La siguiente es Amalia Lennon. Aprieto los labios para no soltar una carcajada cuando veo como mi chocolatina gira lentamente su cabeza para ver a la persona que ha dicho eso. Esto es tan divertido. Me levanto del asiento y agarro de la mano a mi reina para que ella también se