—Aziz ha soportado la cirugía, está en recuperación, en el piso de la celda, viendo como sus amigos, gotean minuto a minuto.—Espero que se mejore pronto, porque esto de no hacerle visitas, me está sofocando… —Asad tomó el aire.—Sí, señor… ahora, quería informarle que hemos desmantelado casi el 90 % de sus huecos. Ahora mismo tienen muy poca fuerza, y su líder, aunque sea su última escapatoria, no saldrá ahora. Y nadie hablará de quién está detrás. Yo le aconsejo que…Kereem alzó la palma mirando hacia arriba y Asad quiso buscar que miraba, pero solo veía estrellas en el cielo.—Sé que ese hijo de las mil put@s no saldrá por ahora. ¿Qué podemos esperar de un cobarde? Él buscará nuevas fuerzas, e incluso pensaría que un país aliado. Pero no importa, Asad, estaré preparado, pero mientras no me voy a sentar, incluso hasta que queden todas sus guaridas expuestas, incluso declaremos que cada semana toque de queda en Riad y en otras ciudades, no habrá paz para ellos.Asad asintió ante su o
—¿Kereem? —sus ojos se abrieron de golpe, y un fuerte rayo de luz le invadió la cabeza—. ¿Cómo llegaste a esto?Sus ojos trataron de parpadear, pero luego vio de forma borrosa a su hermana Janna.Ella estaba sentada a los pies de su cama y Kereem pudo notar solo hasta ese momento que su vientre ya era una bola sobresaliente.—¿Qué te paso?Él trató de sentarse, pero todo le dio vueltas.—¿Y por qué estás en esta habitación? Tardé demasiado en encontrarte…Kereem miró a su alrededor. Era una habitación de invitados, y más precisamente la habitación que Zahar habitó cuando vivía en el palacio.—¿Cuándo dejarás de hacerme tantas preguntas?—Queremos comer juntos, y eso, esto hablando del almuerzo. Son las once de la mañana… —él se tomó la cabeza y negó.—No puedo creer que haya dormido tanto.—Y no está mal, lo necesitas. Solo no sabía que habías bebido hasta perder la conciencia.Kereem se sacudió un poco y luego restregó su rostro para volver a mirar el vientre de su hermana. E incluso
Las cámaras se pagaron y toda la familia bajó los hombros ante una tensión que no era nada ligera. Kereem se levantó con cuidado, aun teniendo un dolor en la cabeza, y luego caminó hacia delante para salir con Asad.—Señor, su primo Emré viene en camino… —eso definitivamente lo detuvo.—¿Ahora mismo? —Asad asintió.—En cinco minutos me muestra su ubicación que estará aquí.Kereem sintió un fuerte calor en su cara y siguió el camino.La puesta del sol estaba terminando y se detuvo de nuevo para decirle a Asad.—Cuando llegue, dile que vaya directamente a la terraza principal del palacio, él lo sabe.Asad asintió rápidamente separándose de él, mientras Kereem continuó caminando, y subiendo todas las escaleras posibles.En el momento en que llegó arriba abrió las puertas para ver que la noche apenas comenzaba.Había unos sofás con bebidas. Le había pedido al servicio arreglar un poco aquí, y chasqueó la lengua cuando vio sus puros favoritos encima de la mesa.Los recuerdos lo invadieron
Zahar…El reloj resonó en toda la habitación a la misma hora de todos los días, y abrí mis ojos en el acto.Eran las cinco de la mañana.Me levanté haciendo una coleta en mi cabello y luego me puse las mayas para ir al primer piso donde estaba el gimnasio que solía frecuentar.Demoré unas dos horas y me esforcé más que todos los días en hacer mi rutina para terminar dándome un largo baño y salir nuevamente a llevar mi currículo con mi nombre falso.Ana Hamilton.Siempre me sonaba chistoso, pero no había podido sonreír en estos tres meses, aunque realmente nunca me había gustado hacerlo. Al menos podía respirar completo, aun cuando nunca dejaba nada a la imaginación, y nunca dejaba de estar prevenida.Mientras el Uber me llevaba a la dirección, revisé mi teléfono y entré a revisar la cuenta que había cerrado desde que pasó el primer mes. Allí seguía llegando el dinero, pero era una cuenta en el aire, porque solo había sacado el dinero de la renta para un año, y algo de dinero para vivi
Bajo una identidad falsa, un nuevo intento de vida, y un comienzo que no pinta un mal panorama, Zahar ansía crearse un mundo muy paralelo a la oscuridad que tiene y siente en su alma. A medida que se adentra en su nuevo entorno, descubre que escapar del pasado es más difícil de lo que pensaba. Las heridas emocionales y los recuerdos persistentes son el pan de su día, sobre todo cuando conoce a un nuevo hombre que le mostrará que puede darse una oportunidad y ver la vida de otra manera.Sin embargo, esto enviará una alerta grande y roja, a más de un par de ojos que la observan desde las sombras.Mientras en el gobierno de Kereem se muestra una disfrazada estabilidad, los problemas internos se profundizan, y una familia que parecía unida en todos sus ámbitos, está a punto de estallar para mostrarle al mundo su mejor cara.Los enemigos emergen y se hacen más fuertes, sobre todo porque otro triángulo está a punto de formarse, uno que desatará el amor, los celos, y la venganza, cayendo en u
ZaharMe puse delante del espejo colocando toda la ropa que había comprado para mi nuevo comienzo. Desde zapatos, vestidos y ropa ligera, había gastado el último ahorro para poder tener una buena fachada, y sobre todo siguiendo las etiquetas, que los libros que había leído, aconsejaban para esto.Mañana sería mi primer día de trabajo, y no podía negar que estaba ansiosa. No constaba de disparos o esquivar los mismos, tampoco de seducir a un hombre, sino de atender bien a un viejo con programas de Excel o algún tipo de solicitud, y eso me tenía un poco nerviosa.A las ocho de la noche ya estaba arropada hasta el cuello, mirando al techo, y a las cinco de la mañana estaba corriendo en la caminadora, y alzando algunas pesas como de costumbre.Me di un baño y acomodé mi cabello en la parte baja de la nuca, y esta vez me puse unos pantalones anchos, y una blusa de seda.Las gafas me hacían ver más ejecutiva, pero las tiré a la cama cuando me dolieron las orejas.Me tomó media hora en llega
Kereem—Podemos ver literalmente que están en las cenizas… —Miré a Emré que decía muy seguro, mientras un comité de Estados Unidos lo miraba con respeto.—Realmente estamos impresionados con sus estrategias. Nos preguntamos si el fuego cesará, podemos extraditar a…—No. —Lo dije seco y rotundo. Era un gran no, nadie se llevaría a los hijos de put@ que habían sido parte de este golpe. A Alí le faltaba mucha vida por sufrir, así invirtiera dinero inyectándole suero y sangre de cualquier animal para que sobreviviera a mis descargas.El agente Smith, que era el jefe de la inteligencia en esta zona, me miró y asintió con respeto, pero agregó algo.—Solo no dejemos secuelas, estoy seguro de que si dejamos que ellos agarraren fuerzas, el asunto se complicaría.—Las secuelas las hay —intervení de nuevo—. Aún vamos detrás de la mente de todo esto.—Eso sin mencionar que ya tenemos informes de algunos cursos financieros. Nuestro enemigo es inteligente. Siempre utiliza señuelos, pero para ser má
Zahar.Tuve que pagar un taxi para el evento, y cuando llegué, tomé el aire ante lo bello que se veía el paisaje en Londres por la noche.El museo era esplendoroso, su arquitectura exquisita, y sí, como había dicho Morrison, había un protocolo preparado, y estaban pidiendo la tarjeta de invitación a la entrada.—¿Es empleada? —la mujer revisó mi tarjeta cuando se la di, y luego escaneó mi imagen deteniéndose por un momento.—Soy la asistente del señor Morrison —ella arrugó la cara, como si no lo conocieran, pero luego escaneó la tarjeta en un aparato, y dijo:—Los empleados, o asistente, o como quieres llamarlo, no pueden entrar a la zona VIP de la gala, así que espera a tu jefe donde puedas. Tal vez allí… —ella apuntó un rincón de la sala que decía recepción del evento, y luego solté el aliento para mirarla directamente.—Está bien.Entré con confianza mirando por doquier y me quedé embelesada en algunas figuras y cuadros que había en el comienzo y luego mi teléfono vibró.Era el señ