Las cámaras se pagaron y toda la familia bajó los hombros ante una tensión que no era nada ligera. Kereem se levantó con cuidado, aun teniendo un dolor en la cabeza, y luego caminó hacia delante para salir con Asad.—Señor, su primo Emré viene en camino… —eso definitivamente lo detuvo.—¿Ahora mismo? —Asad asintió.—En cinco minutos me muestra su ubicación que estará aquí.Kereem sintió un fuerte calor en su cara y siguió el camino.La puesta del sol estaba terminando y se detuvo de nuevo para decirle a Asad.—Cuando llegue, dile que vaya directamente a la terraza principal del palacio, él lo sabe.Asad asintió rápidamente separándose de él, mientras Kereem continuó caminando, y subiendo todas las escaleras posibles.En el momento en que llegó arriba abrió las puertas para ver que la noche apenas comenzaba.Había unos sofás con bebidas. Le había pedido al servicio arreglar un poco aquí, y chasqueó la lengua cuando vio sus puros favoritos encima de la mesa.Los recuerdos lo invadieron
Zahar…El reloj resonó en toda la habitación a la misma hora de todos los días, y abrí mis ojos en el acto.Eran las cinco de la mañana.Me levanté haciendo una coleta en mi cabello y luego me puse las mayas para ir al primer piso donde estaba el gimnasio que solía frecuentar.Demoré unas dos horas y me esforcé más que todos los días en hacer mi rutina para terminar dándome un largo baño y salir nuevamente a llevar mi currículo con mi nombre falso.Ana Hamilton.Siempre me sonaba chistoso, pero no había podido sonreír en estos tres meses, aunque realmente nunca me había gustado hacerlo. Al menos podía respirar completo, aun cuando nunca dejaba nada a la imaginación, y nunca dejaba de estar prevenida.Mientras el Uber me llevaba a la dirección, revisé mi teléfono y entré a revisar la cuenta que había cerrado desde que pasó el primer mes. Allí seguía llegando el dinero, pero era una cuenta en el aire, porque solo había sacado el dinero de la renta para un año, y algo de dinero para vivi
Bajo una identidad falsa, un nuevo intento de vida, y un comienzo que no pinta un mal panorama, Zahar ansía crearse un mundo muy paralelo a la oscuridad que tiene y siente en su alma. A medida que se adentra en su nuevo entorno, descubre que escapar del pasado es más difícil de lo que pensaba. Las heridas emocionales y los recuerdos persistentes son el pan de su día, sobre todo cuando conoce a un nuevo hombre que le mostrará que puede darse una oportunidad y ver la vida de otra manera.Sin embargo, esto enviará una alerta grande y roja, a más de un par de ojos que la observan desde las sombras.Mientras en el gobierno de Kereem se muestra una disfrazada estabilidad, los problemas internos se profundizan, y una familia que parecía unida en todos sus ámbitos, está a punto de estallar para mostrarle al mundo su mejor cara.Los enemigos emergen y se hacen más fuertes, sobre todo porque otro triángulo está a punto de formarse, uno que desatará el amor, los celos, y la venganza, cayendo en u
ZaharMe puse delante del espejo colocando toda la ropa que había comprado para mi nuevo comienzo. Desde zapatos, vestidos y ropa ligera, había gastado el último ahorro para poder tener una buena fachada, y sobre todo siguiendo las etiquetas, que los libros que había leído, aconsejaban para esto.Mañana sería mi primer día de trabajo, y no podía negar que estaba ansiosa. No constaba de disparos o esquivar los mismos, tampoco de seducir a un hombre, sino de atender bien a un viejo con programas de Excel o algún tipo de solicitud, y eso me tenía un poco nerviosa.A las ocho de la noche ya estaba arropada hasta el cuello, mirando al techo, y a las cinco de la mañana estaba corriendo en la caminadora, y alzando algunas pesas como de costumbre.Me di un baño y acomodé mi cabello en la parte baja de la nuca, y esta vez me puse unos pantalones anchos, y una blusa de seda.Las gafas me hacían ver más ejecutiva, pero las tiré a la cama cuando me dolieron las orejas.Me tomó media hora en llega
Kereem—Podemos ver literalmente que están en las cenizas… —Miré a Emré que decía muy seguro, mientras un comité de Estados Unidos lo miraba con respeto.—Realmente estamos impresionados con sus estrategias. Nos preguntamos si el fuego cesará, podemos extraditar a…—No. —Lo dije seco y rotundo. Era un gran no, nadie se llevaría a los hijos de put@ que habían sido parte de este golpe. A Alí le faltaba mucha vida por sufrir, así invirtiera dinero inyectándole suero y sangre de cualquier animal para que sobreviviera a mis descargas.El agente Smith, que era el jefe de la inteligencia en esta zona, me miró y asintió con respeto, pero agregó algo.—Solo no dejemos secuelas, estoy seguro de que si dejamos que ellos agarraren fuerzas, el asunto se complicaría.—Las secuelas las hay —intervení de nuevo—. Aún vamos detrás de la mente de todo esto.—Eso sin mencionar que ya tenemos informes de algunos cursos financieros. Nuestro enemigo es inteligente. Siempre utiliza señuelos, pero para ser má
Zahar.Tuve que pagar un taxi para el evento, y cuando llegué, tomé el aire ante lo bello que se veía el paisaje en Londres por la noche.El museo era esplendoroso, su arquitectura exquisita, y sí, como había dicho Morrison, había un protocolo preparado, y estaban pidiendo la tarjeta de invitación a la entrada.—¿Es empleada? —la mujer revisó mi tarjeta cuando se la di, y luego escaneó mi imagen deteniéndose por un momento.—Soy la asistente del señor Morrison —ella arrugó la cara, como si no lo conocieran, pero luego escaneó la tarjeta en un aparato, y dijo:—Los empleados, o asistente, o como quieres llamarlo, no pueden entrar a la zona VIP de la gala, así que espera a tu jefe donde puedas. Tal vez allí… —ella apuntó un rincón de la sala que decía recepción del evento, y luego solté el aliento para mirarla directamente.—Está bien.Entré con confianza mirando por doquier y me quedé embelesada en algunas figuras y cuadros que había en el comienzo y luego mi teléfono vibró.Era el señ
Zahar.Si alguien pensaba que era una perr@ despiadada por pensar como zafarme del viejo Morrison, y buscar otro horizonte, le tenía una respuesta contundente; si lo era.No sé si sentía pena ajena por él, pero ya no era normal que la gente lo mirara como si se había equivocado de sitio y yo ya estaba ansiosa de saber que esta noche, a diferencia de lo que pensaba, no iba a poder conseguir nada a su lado.El tal Víctor Branson, se había extinguido en medio de adulaciones, presentaciones, y gente felicitándolo por todo y por nada. Desde hace más de una hora que no lo veía por ninguna parte, y el viejo Morrison no me dejaba respirar tratando de hacerme saber cuánto dinero ganaba cada hombre de la sala.Una lástima esta noche, y el tiempo desperdiciado.—Ha sido una noche fabulosa —parpadeé incrédula y solo vi una lista de empresarios en mi pantalla, que él me dijo que anotara, para crear un esquema de todos los teléfonos que debía llamar el lunes por la mañana—. Creo que hemos terminado
Zahar.No recorrimos mucho dentro del auto, este hombre dio instrucciones precisas, y luego noté que nos detuvimos en un tipo de restaurante en forma de bohío, pero muy elegante.—Me gustaría discutir esto en la oficina, pero, podemos desayunar algo.Asentí sin complicarme mucho, y él abrió la puerta.Extendió su mano para ayudarme a salir, y la acepté a medias.Sentí cómo posicionó su mano en mi espalda para dirigirme, pero fui muy rápida en quitarme de su toque caminando rápido, y uno de sus hombres nos apuntó un lugar.Desde esta gran ventana podía verse el puente. El lugar era surrealista.—Puedes pedir lo que quieras —asentí sin sentirme amedrentada por su riqueza, e hice la petición a una mujer elegante que nos atendió.Después de eso, nos sirvieron té, chocolate, y algunas entradas, mientras esperábamos nuestro desayuno.La sonrisa de Víctor me causó extrañeza, y aunque no era una tonta, sabía que el 90 % de esta reunión, era porque estaba concentrado en mi apariencia.—¿Qué ti