HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 63. Algo circular, bonito y caroEl sol comenzaba a esconderse en el puerto de Varna cuando Mikhail entró en la sala donde Karina estaba sentada junto a una de las grandes ventanas, disfrutando del paisaje de la mansión Angelov. Venía con una sonrisa misteriosa en el rostro, y Karina, que ya lo conocía bastante bien, alzó una ceja, divertida.—¿Qué hiciste ahora? —preguntó, dejando su taza de té sobre la mesita más cercana.—Nada. Bueno, no exactamente "nada" —respondió él, metiendo las manos en los bolsillos y acercándose con aire casual—. Tengo una sorpresa para ti.Karina lo miró con curiosidad, ladeando la cabeza.—¿Qué tipo de sorpresa?—Del tipo que está esperando en el comedor.—¿El comedor? —repitió ella con tono coqueto—. ¿Entonces se come?Mikhail la envolvió en sus brazos porque no podía ser más sexi la condenada, pero negó.—La “comida” que te gusta viene después. Ahora ven, no quiero arruinarte el momento explicándotelo.Obviamente intrigada, K
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 64. ¡Diablos, no!El sol brillaba con intensidad sobre los jardines de la mansión Angelov, donde se había instalado una elegante carpa blanca para la boda de Karina y Mikhail. Desde las primeras horas de la mañana, el lugar estaba lleno de actividad: arreglos florales, mesas llenas de delicados detalles dorados y blancos, y una pequeña orquesta ensayando suavemente en el fondo.Dentro de la mansión, Karina estaba terminando de prepararse en una de las habitaciones más amplias, rodeada de espejos y luces cálidas. Irina estaba con ella, asegurándose de que todo estuviera perfecto.—Bueno… —comenzó Irina, cruzándose de brazos mientras miraba a su cuñada con un brillo burlón en los ojos—. ¿Lista para convertirte oficialmente en la señora de "mi vida es perfecta"?Karina se giró hacia ella con una risa suave mientras ajustaba la caída de su vestido de novia en el espejo. El diseño era sencillo pero deslumbrante, con encaje delicado y una larga cola que parecía e
UN ESPOSO DE REEMPLAZO. CAPÍTULO 1. Palabra de honorSINOPSISIrina Angelov estaba a menos de diez minutos de dar el sí en el altar cuando escuchó lo peor que una novia podía oír: que el hombre con el que se iba a casar ya no la amaba. Su orgullo le alcanzaba para cancelar la boda de inmediato, pero enfrentarse a los cientos de invitados era una humillación que definitivamente no se merecía.En medio del caos y el shock, sin embargo, la situación dará un giro que ni siquiera ella espera, uno que no solo la salvará de los peores rumores, sino que convertirá su vida en todo lo que no había imaginado hasta ese momento. ¿El problema? Que su nuevo esposo de reemplazo la respeta tanto como la desea, y después de irse a vivir con él, ella no sabe si desearlo o faltarle al respeto… y a todo lo demás.¿Cuál de los dos tiene las intenciones más nobles… o las más perversas?UN ESPOSO DE REEMPLAZO. CAPÍTULO 1. Palabra de honorIrina estaba sentada frente al espejo, con una sonrisa tranquila que a
CAPÍTULO 1. La amante perfectaLa mujer apretó desesperadamente el botón del ascensor; su cara mostraba odio, miedo y frustración... y algo más, otras emociones que quizás no deberían estar ahí. Finalmente, la impaciencia pudo más que ella y terminó corriendo escaleras arriba, entre tropezones y jadeos ahogados.Alguien le había mandado una foto de su esposo, el hombre al que había amado con locura durante los últimos cuatro años, ¡siéndole infiel con su mejor amiga! ¡En aquel hotel!¡No podía creerlo! ¡Todo en sus movimientos era un caos, y cada lágrima que salía de sus ojos lo demostraba! Pero todo fue mucho peor cuando empujó la puerta de aquella habitación que alguien había dejado entreabierta y vio a su marido tirado en la cama, con aquella mujer encima, con la ropa a medio quitar y besándolo con pasión.—¡Randall! —gritó desesperada y la mujer sobre él se apartó de inmediato, tratando de subir su ropa con expresión sonrojada y nerviosa—. ¡Eres un maldito infiel! ¡Y tú eres una m
CAPÍTULO 2. Un hombre sin corazón.Uno noventa de estatura, ciento cuatro kilos, con el cuerpo trabajado como un maldito gladiador y enfundado en un traje sastre hecho a medida de diez mil dólares.Las mujeres se derretían por verlo sin ropa, pero la verdad era que quien quisiera salir beneficiada rara vez tendría el gusto, porque Grayson Blackwell no le ofrecía el frente a las mujeres que se follaba. Veinte minutos siendo destrozadas con la cara pegada al escritorio era lo más que podían obtener, eso y algún papel en cualquiera de las producciones que en ese momento estuvieran activas, pero nada más.No le importaba su placer y ellas le importaban menos. No las buscaba, pero muy estúpido tenía que ser el depredador que rechazara la comida que se le ofrecía voluntariamente.Así que esta vez fue Beatrice Harrison la que se levantó del escritorio con la mejilla enrojecida mientras Grayson se guardaba a su segundo mejor amigo y se cerraba el cinturón con un gesto de fastidio.—Listo, ser
CAPÍTULO 3. Un infierno Grayson Blackwell no tenía idea de que el corazón de Serena Radcliffe estaba destrozado en serio, pero que se aliviaba solo un poquito cuando en las tardes pasaba por aquella guardería. Una hermosa niña de tres años salió corriendo a recibirla y se colgó de su cuello, y Serena la estrechó con fuerza, como si el amor de la pequeña pudiera cicatrizarle cada herida.—¡Mami! —exclamó la nena y Serena la levantó contra su pecho.—¡Mi amor! ¿¡Pero cómo sales así?! ¿¡Y tu abrigo?! —le preguntó y detrás de ella vio a la maestra con una expresión de disculpa.—Lo siento, otro niño manchó su abrigo de jugo.Serena lo alcanzó y apretó los labios.—Esto no está manchado, está empapado —murmuró a la maestra, pero no tuvo más remedio que respirar profundo—. Por favor, asegúrese de que no vuelva a suceder. Es el tercer abrigo que le ensucian esta semana y está haciendo mucho frío —pidió con suavidad, quitándose su propio suéter para ponérselo a la niña y luego la cargó para
CAPÍTULO 4. Una humillación másLa sopa fue de letras ese día, y por suerte a Melisa le gustaba el huevo cocido porque esta vez a Serena no le había alcanzado ni para un pedazo pequeño de pollo.Estaba en el borde mismo de la desesperación cuando Karina entró, poniendo en las manos de la pequeña un pequeño bote con tiramisú, y su consabido beso, mandándola al saloncito antes de girarse hacia su amiga.—¿Tan mal están las cosas? —le preguntó y Serena se cubrió la boca con una mano para no llorar—. Escucha, vengo a contarte algo, pero tienes que prometerme que vas a poner tus huevos bien puestos en esta canasta —le dijo sacando un pequeño volante de su bolsillo y extendiéndolo hacia ella—. Esta compañía productora viene de Inglaterra, van a filmar una serie ambientada en Estados Unidos así que quieren que los actores sean americanos. A mí me contrataron esta mañana como parte del equipo de maquillaje, y mañana van a hacer el casting para el papel protagónico.Serena apretó los dientes,
CAPÍTULO 5. Una mujer rotaDaba miedo y eso nadie podía discutirlo. Grayson Blackwell daba miedo en situaciones normales, pero cuando estaba satisfecho parecía aun más terrible. Y esa fue exactamente la cara que tenía cuando Kenneth atravesó al puerta de su oficina y lo vio asomado a aquel ventanal, presenciando la forma en que el resto de las actrices que se habían presentado al casting humillaban a Serena.Grayson sabía que Beatrice Harrison era una perra con una presa, pero no había esperado que fuera tan buena manipulando a las otras como para que hicieran su trabajo sucio. Sin embargo no podía negarlo, toda su sed de venganza se apaciguaba un poco cuando veía la expresión llorosa de Serena Radcliffe.—Ya estamos listos —le avisó Kenneth—. ¿Qué quieres hacer?—Déjala para la última. Que no la llamen a audicionar. Cuando llegue el momento quiero que esté tan desesperada que no le quede más remedio que aceptar lo que sea —espetó entre dientes y Kenneth respiró profundo, porque ya ha