Las manos hechas garras de Neuhen arrasaron con la ropa de la joven, mientras Kiriko se deleitaba con sus labios, sentir, esa magnifica sensación de sentir, el ser tocada, el respirar, dejar de estar en el “espacio”Casi con desespero la joven tomo el falo del aun hombre, aunque sus manos no eran las de un humano, el resto de él, si lo era.— Kiriko, mi bella Kiriko. — podía matarlo, con solo una mirada vería su debilidad y donde golpear, pero no le importaba, no si su último recuerdo o sensación sería la de la joven sobre él.— Neuhen, sabes que terminaré matándote, y, aun así, te permites ser débil. — su voz era suave, pero cargada de necesidad, a tal punto que subió sobre él a horcadas, guiando su pene grueso a su entrada húmeda.— ¿Cómo no hacerlo? Si tu permitiste que la humana sea atacada por nosotros, con tal de no lastimarnos. — cada musculo de la joven se tensó, quedando congelada sobre el lobo, quien, sin perder la calma o compostura, empujo con sus manos la cadera de la jov
Kalila despertó gracias al sofocante calor que el cuerpo de Nuriel libera, aun en la inconciencia el fénix era fuego, era pasión y, Lila, como Iki le decía, se preguntó si algún día se podria cansar del sexo, no lo creía, pero ahora no deseaba el calor de Nuriel, sino la calma y frescura de Ikigaí, por lo que de forma casi descarada salió del cuarto, media desnuda, apenas con una bata de gasa trasparente que Iki le había hecho, su intención era acudir al cuarto de la quimera, se le antojaba meterse bajo esa pequeña cascada que la quimera había creado en la pared de su cuarto, pero grande fue su sorpresa, cuando al cerrar la puerta de la habitación de Nuriel, choco con Declan, el vampiro, más que parecer tal, se asemejaba a una estatua, estaba de piedra y sus ojos clavados en los pezones rosado de la pelinegra le dejaban en claro el motivo de su aturdimiento.— Buen día, para ti también Declan. — ¿se estaba burlando? Si, lo estaba haciendo y por un segundo el vampiro creyó que la cazad
El primero en moverse fue Nuriel, pero Declan lo detuvo rápidamente, recordando como el cuerpo de Kalila había sufrido la vez que el fénix ataco a Ukara, bajo ningún concepto, dejaría que ese ser sufriera algún tipo de daño que pudiera repercutir en la humana.— ¿Qué haces? — gruño el pelirrojo, zafándose del agarre del vampiro.— Tu cuida de Kalila, yo me ocupare. — rebatió el rubio dando un paso en dirección a la puerta.— Espera, iremos contigo, creo que son más de uno. — aviso Tahiel, sintiendo a su lobo incomodo, pues algo estaba nublando sus sentidos, ya no estaba seguro de lo que olfateaba.— No, ustedes… — Declan vio por medio segundo a Kalila y Nuriel lo comprendió, por lo que la distrajo besándola. — Estan vinculados a ella, si algo les sucede, Kalila sufrirá. — Y dicho eso, Declan al fin salió.El vampiro a pocas cosas le temía o a ninguna, más que a su corazón, pero solo le bastó con poner un pie fuera de la gran cabaña, para descubrir que incluso el humano, tenía trucos.
Declan corrió por el bosque que lo había visto crecer, ese mismo que tantas veces había recorrido junto a sus amigos, sin embargo, algo era distinto, no solo la vegetación, estaba tan aturdido cuando al fin la niebla espesa desapareció, que poco había reparado en la humana con la que hablo, pero ahora, que estaba en lo que debería ser su pueblo, con espanto, descubrió que no lo era, aunque era el mismo bosque, no habían cabañas, y el olor a brujos era el que más predominaba, aun así, trato de conservar la calma, mientras sus pasos fueron tomando un ritmo más calmo, aunque no era lo que sentía.— Humano, dime que es lo que deseas y te diré el precio a pagar. — la voz era suave, pero profunda, y por instinto, Declan salto a la copa de un árbol, donde con sorpresa vio a Travos, el gran brujo.— Mi nombre es Bairon Bach, soy el mayor comerciante de este pueblo y pronto lo seré de todo el estado, aunque no pienso detenerme solo allí, deseo que mi apellido perduré a través del tiempo, que m
Tahiel no solo había sido capturado, él ni siquiera podía transformarse en humano, aunque su conciencia estaba allí, pues luego de que le colocaran un bozal de plata, también le colocaron una correa con púas del mismo material, el cual con cada movimiento se enterraba en su piel y la quemaba al contacto con el maldito metal que era su debilidad, y entonces, sufrió la peor humillación para alguien de su especie, los cazadores lo llevaron cual perro, hasta lo que parecía ser una especie de establo, el lugar se notaba lujoso, incluso en el exterior, y apenas ingreso se sorprendió de ver a Dilan, y su familia, ese hombre lobo era el beta de Kek, aun así, su hijo se veía muy niño y no el hombre que debería ser, por lo que rápidamente comprendió que había viajado al pasado.Trato de llamar la atención del beta, pero este solo veía a su esposa Malaly y a su pequeño hijo, además que, gracias al bozal y correa, casi no podía ni gemir para atraer su atención, peor aún, es que lo habían dejado
Ukara camino solo unos segundos, siguiendo la energía concentrada de brujos que cerca suyo había, hasta que al fin diviso lo que parecía ser un grupo de acampe.— Brujo. — un hombre de clara apariencia oriental lo llamo y a Ukara solo le basto con tenerlo cerca para saber que era un cazador.— ¿Sí? — indago sorprendido que no quisiera atacarlo.— No te había visto con los otros, es más, creo no haberte visto nunca. — Ukara no sabía que hacer o decir, estaba perdido, no era débil, pero con lo referente a pensar rápido, no se le daba bien, además que era un pésimo mentiroso.— Yo…— ¿Sabes que los cazadores tenemos poderes? — dijo casi en un susurro el hombre.— Sí, claro que lo se. — de manera inconsciente Ukara dio un paso atrás, y el cazador dio dos, antes de tomarlo del cuello.— ¿Sabes quién soy? — murmuro a un palmo de distancia de su rostro y haciendo que la espalda del brujo chocara con el tronco de un árbol.— Un cazador. — el cazador lo vio casi con pena, antes de liberarlo.—
Nuriel sentía la desesperación de Kalila como propia y como no hacerlo si era su compañera la que estaba petrificada por el miedo que la recorría. Fue por ello que sin pensarlo dejo salir su poder, casi al completo, como una extensión del mismo sol, abrió sus alas mientras se dejaba ver en el cielo azul, el fuego broto de él, más que haciendo retroceder a la niebla purpura que había en el prado, parecía que la consumía, como si esa niebla fuera algun tipo de gas, entonces, sus ojos siempre agudos, divisaron a los tres descendientes de la luna, los cuales simplemente se materializaron en mitad del prado, dejando en claro que pronto serian consumidos por su gran poder, algo que lo aturdió, de tal forma que solo pudo ver con horror sus figuras, a sabiendas que cuando ellos perecieran, su destino también lo haría, pero nada podía hacer, el fuego ya había sido liberado, pero entonces, un milagro se materializó, una gran pared de agua que pronto se convirtió en hielo, se interpuso en el cami
El nerviosismo en el rostro de Ikigaí era claro, más aun cuando luego de ingresar en su hogar este fue cubierto por un abola de fuego, creada por Nuriel, una medida de fuerza que no pasaba desapercibida para nadie.— ¿Qué es lo que está sucediendo? — el nerviosismo de Kalila era claro, y Ukara fue a su lado, abrazándola desde la cintura, mientras Ikigaí y Nuriel, se encaraban en silencio en mitad de la sala.— ¿Qué es lo que sabes quimera? — indago molesto Declan y el peli azul, que ahora ya no era pequeño, dejo salir un bufido.— Es lo que trato de entender, por lo que será mejor que me cuenten que fue lo que sucedió.— Eso es fácil. — soltó el vampiro. — Luego de que te fueras, una niebla espesa de color purpura se esparció por todo el lugar, algo que no nos dimos cuenta hasta luego de que saliera, ya que Tahiel olía a cazador, esa cosa purpura me llevo a nuestro bosque. — informo viendo a Kalila. — Pero no en este tiempo, sino mucho antes de que nuestro pueblo se estableciera, cuan