15 Jugar con fuego.

Como cada noche Ikigaí ayudo a Kalila a dormir, y es que, desde el día del incidente, Kalila solo podía dormir si Ikigaí, la ayudaba, con su sola presencia y los ojos violetas de la quimera viéndola, la joven caía en un sueño profundo, hasta la mañana siguiente.

— No puedo creer que hicieras eso. — lo increpo Ukara apenas Iki cerró la puerta del cuarto de Kalila donde solo él ingresaba.

— Tú te estas aprovechando de ella, de su inocencia. — era la primera vez que Declan nombraba la palabra inocencia, haciendo referencia a Kalila y es que era inevitable, pues la quimera se alimentaba de Kalila, si, su elixir más preciado, los jugos del orgasmo de Kalila mantenían vivo a la quimera.

— ¿Cómo consigues eso? ¿Qué es lo que le haces? — Tahiel temblaba y no era de miedo, ni ira, era él luchando con su lobo que le suplicaba dejarlo libre y arrancar la cabeza de la quimera, o, mejor dicho, las cabezas.

— ¿Qué parte de que ella es mi lago de vida no comprenden? — su actitud, su voz, todo en Iki
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