Kalila despertó en una de las habitaciones, y cuando vio la altura del techo, supo a quien le pertenecía.— Nuriel. — susurro no muy convencida si los recuerdos que su mente le mostraba realmente sucedieron o si solo enloqueció, pero para su tranquilidad, allí a su lado estaba él. — Nuriel. — repitió con asombro y porque no, alegría, ¿Cuánto tiempo había soñado con él? Desde mucho antes de aquel día que lo vio en el prado. — Realmente estas aquí. — toco su rostro tan bello e imponente como lo es el único Fénix, su piel era suave, cálida, de un color, muy parecido al café con leche, le gustaba, le encantaba tanto como el alvino rostro de Ikigaí.— Mi hermoso fuego eterno. — dijo viéndola a la cara, su voz era áspera, dejando en claro lo que la joven le producía con solo una caricia. — No sabes cuanto anhelaba el tenerte en mis manos, en poseer tu cuerpo, y alimentarme de tu alma. — debería estar asustada, más que el hijo de un dios sonaba a demonio, pero no le importaba, solo queria un
Lo que decía Declan tenía sentido, salvo por una cosa, el lobo de Tahiel deseaba el alma de la cazadora, aun sabiendo que era Kiriko, mientras el humano, no podía negar que Kalila despertaba muchas cosas en él.Al cabo de unas horas, el lobo decidió hacer su recorrido habitual, necesitaba pensar y con sus amigos cerca no podía, no sabía cómo explicar que cada vez que se nombraba a Kalila él gruñera de forma involuntaria, definitivamente su lobo se saldría de control y ahora estaba aún más ansioso que antes, pues en el pasado, al menos tenía a su padre o incluso los lideres para que sometieran a su lobo si este desidia ignorar la voluntad de su lado humano, pero ahora… ni Declan, y mucho menos Ukara podrían ayudarlo, si perdía el control, sabía que atacaría a todos, sin importar nada, solo la voz de un Alpha lo podría someter.— Diosa Luna, ¿acaso mi lobo también esta maldito? — se lamentó viendo al cielo, que poco a poco comenzaba a oscurecer y en él la luna se dejaba ver. — Sé que lo
Declan.Esto era una tortura, ya lo había aceptado, lo merecía; pero entonces la furia me recorría aun con más fuerza, acepto mi castigo ahora, pero ¿antes? ¿a quién dañe antes? ¿Por qué la diosa luna me hace esto? ¿Por qué debía existir Kalila?Trato de mantener mi falsa calma, la máscara que he perfeccionado a lo largo de los años, pero la mirada de Ikigaí me crespa los vellos.Intento escapar de la quimera y es cuando solo me choco con el mastodonte que tiene de compañero Kalila y quien la tomo sin pudor alguno frente a nosotros.— Vampiro. — dice con cierta diversión y estoy seguro de que mis ojos están rojos. — ¿Tu pensando en el pudor y la forma en la que he reclamado a mi compañera? — niega con diversión y solo me queda apretar mis dientes, ¿Cómo puede ser que vean en mi mente? — Tú que fuiste el primero en hundirse en ella. — el cabello de Nuriel se convierte en fuego y es cuando la quimera lo llama.Aprovecho la distracción para salir de su escrutinio, él no lo comprende, nad
Kalila no sabía que pensar o decir, era vergonzoso que cada vez que veía a Nuriel su centro se humedeciera, más porque a cada momento recuerdos de su encuentro atacaban su mente, dejándola en una nebulosa de placer, aun mas incomodó era sentir la humedad en el aire cernirse sobre ella, y ni hablar de lo que había sucedido en el bosque, ¿debía decirle eso a Ikigaí? No lo sabía, todo era tan confuso, más al encontrarse cocinando junto a Ukara, como si fuesen grandes amigos ¿Qué estaba mal con ella? ¿Qué estaba mal con ellos? No lo sabía no lo comprendía.— Mi destino, esto esta delicioso. — felicito Nuriel masticando un trozo de carne asada, pero lo que llamó la atención de Kalila fue que parte del tenedor también había desaparecido.— Eso… — sentía vergüenza de solo querer preguntar, más que nada se sentía mal, no había reparado en preguntarle a su fénix cuál era su dieta, aun no comprendía a base de que vivía Ikigaí.— ¿Te acabas de comer el cubierto? — preguntó casi incrédulo Declan,
Kalila abrió sus ojos, el cielo nocturno ya no estaba, ahora, nuevamente el techo del cuarto los cubría, aunque la cascada seguía allí, no pudo evitar maravillarse y sentir celos.— Buenos días, Kiriko. — la joven giro su rostro solo para encontrar a Ikigaí parado a su lado.— Quimera. — dijo con desagrado. — ¿Cómo puede ser que no necesites dormir luego de lo que hicieron anoche? — no, Kiriko y Kalila aun no eran una, y la quimera suspiro con frustración.— No podria agotarme, ya que tú me mantienes vivo, lo sabes, ¿verdad? tu eres mi debilidad. — reconoció sin pena, porque al menos hasta que Kalila y Kiriko lograran ser un solo ser y unir sus alma y por ende sus destinos, no lo mataría, ni a Nuriel, pues para hacer eso, debía suicidarse. — Eres mi lago de vida. — la quimera tomo sus labios, de una forma tan humana que a Kiriko le fue imposible no responder el beso.Kiriko era un alma condenada, una que no tenía cuerpo más que el que Kalila le prestaba, pero eso no queria decir que n
Tahiel sintió la mirada de Kiriko, y como acto reflejo dejo de ver el bosque para observar a la cazadora, su tristeza y molestia lo sorprendió, jamás había visto esa mirada en ella, al menos desde que habían llegado al bosque de la quimera, mejor aún, Kiriko se había mostrado desdeñosa y altanera hasta ese momento, por lo que el lobo se puso en alerta y no era el único.— Kiriko. — la voz de Asher, les dejó en claro quien o quienes eran los intrusos, ya que tras él dos cazadores más aparecieron.— Padre. — la voz de Kiriko, su postura, y la forma en la que hizo una reverencia, todo ella gritaba que no había afecto familiar en su ser o acciones, si no más bien un mero respeto.— Kiriko. — la llamo una vez más Asher, con un poco de pena en la voz e Ikigaí intercambio miradas con Nuriel.— Lo soy padre, en este momento soy Kiriko. — aseguro viendo a su padre, pero manteniendo la distancia y Ukara vio lo que sucedía, no había cariño, no como el que Kalila le había demostrado días antes a
Ikigaí vio a Nuriel, como si se comunicaran telepáticamente, aunque solo era el entendimiento, pues ambos se habían vinculado a Kalila, además de poseer su cuerpo, ella ahora los unía, como si de un puente se tratará, entonces, no necesitaban palabras, fue por ello, que el fénix movió sus manos y la gran cabaña, quedo cubierta por lo que parecía ser una cúpula, rojiza.— ¿Qué? — la inquietud de Declan hacia el bienestar de Kalila, era cada vez más difícil de ocultar, eso estaba más que claro.— Es necesario. — explico Ikigaí.— Aun no es tiempo que nuestro destino sepa todo lo que puede ser, porque aún puede que el futuro se tuerza. —la grandeza del fénix ya no era tal, aunque mantenía su gran tamaño, todos podían ver el miedo y la incertidumbre en sus ojos.— ¿A qué te refieres? Y se claro por favor. — no estaba en su vocabulario el pedir las cosas, mucho menos el rogar por ellas, pero Declan ya no se sentía igual, ya nadie lo era en ese bosque.— Me refiero a que Kiriko aun pude com
Kalila caminaba de la mano de su madre, Chloe, conocida como la luna única, ya que era la primer luna que tenía tres compañeros destinados, Vito un vampiro, Dante un brujo y Kek el Alpha, los tres eran primos y descendientes de la luna cambiante Aysel, por lo que eran los lideres del pueblo, uno de los tantos que existía oculto aun a los ojos de los humanos, aunque en sus tierras si había humanos, como Chloe y otros que tenían a sus compañeros destinados allí.— Mami, ¿Por qué no tengo colmillos? — pregunto la niña al tiempo que ingresaban en su hogar, la gran casa del Alpha.— Porque no eres un vampiro.— Mi cabello es negro, eso quiere decir que no soy bruja. — dedujo la pequeña que sabía que todo aquel que tuviera su cabello blanco era un brujo.— Así es. — respondió su madre comprendiendo a lo que venía las preguntas de la niña que estaba a punto de comenzar el kínder. — Ven tomemos un poco de té. — le pidió, pero solo para ganar tiempo, debía ser honesta con la pequeña, no quería