Ashley Williams (Aline) La maquillista terminó de dar los últimos toques, el peinador profesional que Clyde había contratado había dejado perfecto mi recogido. Observé mi reflejo en el espejo, pocas veces había ido a fiestas en Europa, usaba vestidos y joyería de millones de euros, Clyde me presumía ante el mundo, se regodeaba por ser parte de una empresa que empezaba a salir de las cenizas. — ¿Estás lista? —escuché la voz de Clyde. Lo miré a través del espejo, estaba vestido elegantemente en un esmoquin, su cabello peinado a la perfección hacia atrás ajustaba sus gemelos detenidamente por un momento. —Sí. Sabía Clyde que estaba yendo a la fiesta muy obligada, pero me había amenazado en hablar con mi padre y ponerme en mal con él. Esta noche sería un total infierno, Clyde se vengaría por lo de anoche. Sé que así sería y estoy amarrada de manos. —Estás hermosa—dijo Clyde desde el marco de la puerta mientras me observaba en silencio. Me incomodaba en la mane
Ashley (Aline) — ¿De qué hablaban? —dijo Clyde al mismo tiempo que tronaba sus dedos para llamar a su guardaespaldas. Nos detuvimos a medio pasillo y tomó mi brazo con fuerza y me volvió hacia él para enfrentarlo. — ¿Qué es de lo que hablaban? ¿Por qué estaba tocándote? —sus ojos brillaban por la rabia. —Ha entrado sin darme cuenta, me ha enfrentado preguntándome si tengo que ver algo con lo que pasa actualmente a Industrias Black—Clyde claramente se sorprende y con ello confirmo que me ha creído. — ¿Y por qué te tenía rodeada de la cintura cuándo he entrado? —arqueó una ceja, pero no mostré nada que lo hiciera sospechar. —Ha intentado ayudarme a no caer con el vestido mientras me reclamaba, después has entrado y ya sabes el resto. ¿Nos podemos ir? —No. —Pues tú te quedas, yo no quiero estar aquí y lo sabes. — ¿Es por la mujer que tiene… ahora, Black? —le lanzo una mirada de ira. —Me ha quedado claro la situación, Clyde. No dice nad
Ashley (Aline) Frente a mí, estaba una mujer mayor y cerca de la chimenea estaba Joe con un vaso de cristal en sus manos, nuestras miradas se cruzaron y me quedé sin palabras, sin pensamiento alguno. ¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Por qué actuar de esa manera? ¿Acaso…? No, no, no. — ¿Nos has secuestrado? —fueron mis primeras palabras hacia Joe. Él dejó su vaso de cristal sobre la mesa que se encontraba en medio de la sala, caminó lentamente hacia mí, podía ver un poco de temor, pero con una verdad en sus manos. Josh era su hijo, el hijo de los dos. Fruto de un amor y alejados por secretos, intrigas y mentiras. —Ashley…—susurró mi nombre. —Soy Aline. —intenté tragar saliva—Contesta, Joe. —Hija…—la mujer no pudo evitar meterse, dirigí mi mirada hacia la mujer, no entendía nada y esperaba respuestas. —No me diga hija, no sabe quién soy yo señora, su hijo me ha traído de una manera…—soy interrumpida por Joe que se pone frente a la mujer como escudo par
FLASHBACK● Ashley Williams (Aline) Un mes después del campo de futbol. — ¿No has tirado la toalla? — Pregunto Otto a mi lado, negué en silencio mientras observaba a Ashley comer con su amiga la rubia y hermana de mi amigo. Otto hablaba de algo de lo cual no había prestado atención, la mirada de Ashley de vez en cuando se cruzaba con la mía y eso me hacía sentir un nudo en el centro de mi estómago. ¿Acaso habrá pensado lo de la última vez? — ¿A qué horas es la fiesta de hoy? —Otto me miro extrañado. — ¿Piensas ir? Si es así puedo conseguir un poco de alcohol. —Averigua—arrastré la silla a mis espaldas y me incorporé sin dejar la mirada en Ashley, esa mujer me estaba haciendo inservible para el resto de las mujeres del colegio, Britania la alumna estrella intentó tocarme, pero me alejé mientras avanzaba hacia Ashley. La rubia le murmuró algo, sin duda alertándola de mi presencia en la mesa. — ¿Ashley, puedo hablar contigo? Ella levantó la mirada irr
FLASHBACK● Joe Black —Dios mío. Escucho que maldice entre dientes, detengo el camino de mis labios sobre su piel, se baja de encima de mí y no entiendo que es lo que sucede. —Levántate, tienes que irte ahora. — ¿Qué pasa? ¿Vamos muy rápido? —No, no, no, no. Es solo que… tienes que irte—intentó levantarme del sillón, pero lo hice por voluntad propia, podía ver que palidecía más de lo que estaba. — ¿Entonces? Creí que estábamos en algo…—me empujó hacia la salida con ambas manos en mi espalda. No me quedó de otra que salir cuando me volví hacia ella la puerta fue cerrada en mis narices. Me quedé de pie frente a su puerta con una erección en gran potencia, con el ceño arrugado, y sorprendido por lo que acababa de pasar. Me acomodé mi erección y empecé a caminar hacia el elevador que se encontraba al final del piso. Esperé a que las puertas se abrieran y cuando lo hizo casi tropiezo con un señor vestido en un traje elegante y con algunas canas, tení
AshleySe puso frente a mí y acarició con la mano sana mi mejilla, sentí como el calor que emanaba aumentaba junto con el mío. —Tienes que irte. — ¿Acaso te vigilan o qué? —Sí. Y no quiero meterte en problemas ni yo meterme. —No importa meterme en problemas por ti. Sonreí. Me había defendido y no sabía cómo darle las gracias. —Gracias por defenderme, no tenías por qué. —Si tan solo me hubieses dejado entrar en tu vida…Sentí una opresión en mi pecho, mi cuerpo perdió el control y me lancé a sus brazos, él respondió sorprendido.Entramos con dificultad al departamento, lo llevé a mi cama y cuando estaba desnuda ante él, decidí que la vida es demasiado corta para no disfrutarlo, por primera vez me había entregado a él y lo supo; me llenó de besos, caricias, me colmó de ternura, de pasión. Él había esperado por este momento por dos años…Al fin… éramos uno solo en mi cama… Sus labios recorrieron cada centímetro de mi piel, exploró cada rincón sin pe
FLASHBACK● Ashley Williams. Dos meses después… Australia — ¿Dos rayas? —bajé la mirada hacia la caja de instrucciones «Dos rayas=Positivo»—Maldición, ¿Esto es real? ¿Estoy…? La rodilla se movía de arriba hacia abajo a una gran velocidad, el corazón gritaba histérico y amenazaba con salirse de mi pecho. La garganta se me secó en segundos y todo alrededor comenzó a desmoronarse. Cerré los ojos y me aferré a la prueba contra mi pecho. —Esto no puede estar pasándome, no, no, no, no. Por favor, mi vista está cansada y ha visto doble. Abrí los ojos de nuevo y me concentré en el resultado y efectivamente eran dos rayas. Las lágrimas caían por mis mejillas, el corazón se agitaba de una manera preocupante, el pulso lo escuchaba en un alto volumen dentro de mi cabeza. —Oh Joe… Por fin tenía autorizado hacer una llamada y lo hice a Lennia explicando una mentira por el cual me había marchado, estuve a punto de romperme y contarle lo del embarazo, pero C
Ashley (Aun en el flashblack de los recuerdos) —No puedo ayudarla, señorita Williams, el señor Black dio órdenes estrictas de... — ¡No me importa! ¡Joe! ¡Sal de donde te estés escondiendo! ¡Dame la cara! ¡No seas un cobarde! Cuando me volví hacia la mujer, Joe apareció cerca de las puertas del elevador. Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano, la ira empezaba a correr por mis venas. —Se puede retirar, señora Scott. Joe tenía un porte diferente al hombre que había estado en su propia cama, dentro de mí. Intenté controlar mis lágrimas y sin bajar la mirada lo enfrenté. — ¿Por qué haces esto? —No estoy de humor para dramas, Ashley. Solo vete. Abrí los ojos como plato, ¿Había escuchado bien? — ¿Me...me estás corriendo? —balbuceé. Se cruzó de brazos. Su mirada era intimidante. —No te pedí que vinieras. Te di lo que buscabas y no es necesario que te quedes más tiempo. Agité el sobre en el aire. — ¿Por qué m