Despues de dejar a las gemelas en la escuela Alexander y Dayana se dirigieron con Luis a consulta prenatal y realizar la primer ecografía de su segundo embarazo, ambos estaban sumamente nerviosos, las probabilidades de que fuera premio doble de nuevo eran altas ambos podían juntos pero eso no le quitaba que era sumamente difícil y agotador cuidar de dos bebés pequeños que conforme crecían en vez de hermanos parecían contrincantes de pelea. El día está muy tranquilo, en el hospital no había casi gente Luis estaba en el consultorio esperando por ellos, en cuanto entraron Luis sentía ganas de reír al ver sus rostros tensos, había llegado el gran momento empezó a aplicar gel en el vientre de Dayana. - Ya tengo lista una enfermera para entrar a atenderte a mi señal por si te desmayas Alexander.Él fulminó con la mirada a Luis mientras Dayana reía tomada de su mano; Luis comenzó a revisar y en cuestión de segundos encontró la pequeña mancha oscura que era el bebé, a todos incluso a Luis l
Las luces de muchos colores del lugar son suficientes para desorientarte y aturdirte, se mueven de un lado a otro sin posarse en el mismo sitio tan siquiera por un segundo, la música es tan fuerte y ensordecedora que para hablarle a la persona que está a escasos centímetros de ti necesitas gritarle con una fuerza considerable, si no estás mezclado en el ambiente fácilmente terminarás con un dolor de cabeza. Los clubes nocturnos eran así después de todo, en una mesa del lugar se encuentra Dayana, esta sentada con los brazos cruzados, sumamente aburrida y con algo de sueño, observa con desinterés a su novio Edgar.Al contrario de ella él esta de lo más divertido bailando con otra mujer en la pista de baile, una mano de él esta posada sobre la diminuta cintura de la mujer, mientras en la otra mano sostiene su bebida, ambos frotan sus cuerpos al ritmo de la música en un intento de baile. A Dayana parece no importarle ni afectarle, está esperando que Edgar termine su bebida para irse a ca
Las luces y sonidos de las sirenas llenaban toda la calle, ya se le hacía mucha belleza a Dayana que simplemente le dieran una patada en el tracero a Edgar para sacarlo como las veces anteriores. Un oficial tenía sometido a Edgar mientras lo revisaban, ella tenía unas enormes ganas de ir a bofeterlo una y otra vez por su comportamiento impulsivo e idiota.— ¡Sueltenme! ¡Ese tipo empezó! Edgar arrastraba un poco las palabras mientras gritaba como un completo loco, el exceso de alcohol en el era evidente en su voz. En cuánto terminaron de revisarlo el oficial le puso las esposas, cuando lo levantó para meterlo a la patrulla el miro a Dayana, ellantenía sus brazos cruzados sobre su pecho mientras lo miraba molesta, pero el ya estaba acostumbrado a eso. — ¡No te preocupes por mi hermosa! ¡Mi padre me sacará de aquí como por arte de magia! ¡Tu ve a descansar nos vemos mañana en clases!Edgar le dedido una sonrisa pícara a Dayana antes de ser metido en la patrulla, el cabello rubio y lac
Dayana estrechó la mano del hombre al poco tiempo que fue consiente que ya había pasado tiempo de más mirándolo algo extraño, el ambiente entre ellos empezó a sentirse pesado e incómodo así que ella habló sin pensarlo. — ¿Donde esta Edgar? Aunque no lo noto, la pregunta le salió con un toque de preocupación, cosa que curiosamente incomodo un poco a Alexander, éste se aclaró la garganta y volteo a otro lado. — Se quedará dos horas más aquí encerrado como castigo de mi parte por su comportamiento indebido, espero no te moleste — No... para nada.Ahora Dayana habló de una manera tan distante e insensible que Alexander volteo a verla confundido, en un principio parecía preocupada por su hijo, pero ahora parecía que no le interesaba. — Me imagino que querías verlo, si quieres vamos a casa, puedes esperarlo ahí si gustas— No debería, es demaciado tarde ya— Te puedes quedar en la habitación de invitados, así se pueden ir juntos mañana a clases. El estaba tratando de ver hasta donde l
Esta vez Alexander reaccionó rápido y la tomo en brazos pero Dayana dio un brinco para apartarse de su cercanía.— Lo lamento tanto, había olvidado que ese escalón estaba ahíPara Dayana esto era lo más vergonzoso que había experimentado en su vida, su rostro ardía de la vergüenza, era incapaz de ver a Alexander a la cara.— Descuida... tu habitación es la última del pasillo... permiso tengo algo que hacer... Alexander salió huyendo del lugar, Dayana cerro los ojos con fuerza, su idea de tener una buena impresión ante ese hombre estaba echa añicos, temía que lo abría echo enojar por la manera tan tosca y rápida en que le respondió, así que se dio la vuelta para irse a su habitación.Pero todo lo contrario a lo que Dayana pensaba, Alexander entró a su habitación que era la única del otro lado al frente de la sala, su corazón palpitaba de un manera tan acelerada que empezó a temer que le diera un paro cardíaco, desabotono algunos botones de su camisa por la parte del pecho ya que sentí
Dayana estaba en el suelo sentada abrazando sus piernas, tenía la mirada fija en la pared, de al frente, tenía una mirada tranquila y una actitud serena. Alexander sintió pena por ella y se preocupó ya que esa actitud de ella no la esperaba, así que asumió que solo trataba de reprimir la tormenta que se estaba desatando en su interior.— Yo.. lo siento mucho, si quieres ir y encarar a ese desgraciado yo...— No se preocupe, no es necesario llamare a un taxi para que venga por mi.— No, espera deja me cambio rápido yo te llevaré a tu casa no me tardoAlexander camino rápidamente hacía su habitación, Dayana seguía estática sin moverse, su cuerpo se sentía pesado, decir que dentro de ella se desataba una tormenta era poco, en su interior había todo tipo de desastres naturales azotando todo su ser. Con pesar se levantó del suelo, tomo su pequeño bolso que había dejado en el sillón, risas provenientes del pasillo por el que Edgar acababa de desaparecer la hicieron voltear, sonrió con amar
Alexander negó con la cabeza al darse la vuelta hacia el pequeño cañonero al lado de su cama; abrió el cajón y sacó un preservativo que le arrojó al piso a los pies de Edgar. — Eses un bastardo sinvergüenza lo sabías...Alexander lo miraba mal, pero Edgar lo ignora simplemente, con una sonrisa de tonto de agacho para tomarlos.— Porfavor... como si tu no te metieras con varias mujeres. — No teniendo novia idiota, en que comparas. — Nunca has tenido una novia.. por favor no descargues tus frustraciones contra mi, no es mi culpa que te tuvieras que casar joven con mi madre y no pudieras disfrutar de tu juventud como se debe. Gracias y adiós Edgar salió de la habitación aparentemente molesto; Alexander lo miró mal en todo momento hasta que desapareció cerrando la puerta. Su mal humor se disipó rápidamente al escuchar el sonido de una puerta de madera abrirse, era Dayana quién estaba saliendo del armario con la mirada agachada; para Alexander engañar a un mujer era la peor de las baj
Alexander le impresionó ver que ella se levantó de repente ni siquiera le dio tiempo de reaccionar cuando Dayana lo tomó del cuello para hacerlo inclinarse y besarlo. Tal acción lo tomó por sorpresa, el tenia los ojos abiertos miro a Dayana, ella tenía los ojos cerrados así que se dejo llevar, los labios de ella eran suaves y delicados; su beso empezó a hacerse más profundo, más ansioso, Alexander bajo sus manos hacía su diminuta cintura, ella quitó sus manos de su cuello y empezó a desabonotar su camiseta sin separar sus labios, justo cuando Dayana puso sus manos sobre su pecho una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de Alexander, enviándole una señal de alerta, ante eso el se separó de ella. Dejo una distancia algo corta entre ellos, ambos respiraban con dificultad; apesar de acabar de salir de la ducha Alexander empezó a experimentar ese calor de nuevo, pero antes de que el deceo lo cegara hizo uso de la poca cordura que le quedaba. — ¿Qué haces? Tu.. eres la novia de mi hijo