Esta vez Alexander reaccionó rápido y la tomo en brazos pero Dayana dio un brinco para apartarse de su cercanía.
— Lo lamento tanto, había olvidado que ese escalón estaba ahíPara Dayana esto era lo más vergonzoso que había experimentado en su vida, su rostro ardía de la vergüenza, era incapaz de ver a Alexander a la cara.— Descuida... tu habitación es la última del pasillo... permiso tengo algo que hacer...Alexander salió huyendo del lugar, Dayana cerro los ojos con fuerza, su idea de tener una buena impresión ante ese hombre estaba echa añicos, temía que lo abría echo enojar por la manera tan tosca y rápida en que le respondió, así que se dio la vuelta para irse a su habitación.Pero todo lo contrario a lo que Dayana pensaba, Alexander entró a su habitación que era la única del otro lado al frente de la sala, su corazón palpitaba de un manera tan acelerada que empezó a temer que le diera un paro cardíaco, desabotono algunos botones de su camisa por la parte del pecho ya que sentía un calor sofocante.La imagen de esa chica de rodillas ante el y esos ojos verdes avergonzados llenaba su cabeza cada vez que cerraba los ojos, haciendo que nuevamente su temperatura corporal se elevara y su ritmo cardíaco subiera hasta las nubes; rápidamente empezó a deshacerse de su ropa que la sentía como un gran estorbo asfixiante para después entrar al baño y tomar una ducha de agua fría.Dayana también pensaba mucho en la anterior situación y al igual que Alexander experimentaba calor y latidos acelerados, pero era por la creciente y agobiante vergüenza que se negaba a desaparecer.— Rayos, como volveré a ver a ese hombre a la cara...Se frotó el rostro con ambas manos, y se dio unas ligeras bofetadas ya que empezaba a tener bastante sueño, se levantó para ir al baño que estaba en la habitación para mojarse la cara.De repente se escuchó el sonido del timbre de la casa, el corazón de Dayana latio acelerado al salir de la habitación corriendo, ella no estaba segura si era por ver a Edgar o la vergüenza que tendria que toparse con Alexander de nuevo.Fue directo a ver por un extremo de las cortinas de la sala, se miraba hacia la parte de abajo donde estaba estacionado el auto de Alexander, afuera en el portón se lograba apreciar la camisa roja que llevaba Edgar.Dayana se fue a la puerta con todas las intenciones de abrir pero se detuvo antes de salir, pensó que sería bueno darle la sorpresa a Edgar de que ella estaba ahí, así que con vergüenza aún, decidió ir a llamar a Alexander para que el abriera la puerta.En cuanto bajo el escalón para ir a la sala, por el otro pasillo Alexander también había escuchado el timbre así que ya iba para allá, se toparon frente a frente y fue inevitable chocar entre ellos.Alexander no se movió ni un centímetro, pero Dayana rebotó contra su pecho, casi caía hacia atrás pero el la atrapó en sus brazos; ambos estaban muy inclinados, sus rostros estaban tan cercas que podían sentir el aliento del otro.El se perdió en su mirada, esos ojos verdes resplandecientes eran los más hermosos que había contemplado, ella emanaba un aroma dulce que le resultaba embriagador.Las manos de Dayana estaban sobre el fuerte y firme pecho desnudo de Alexander, al echarle un vistazo Dayana se dio cuenta que el estaba envuelto solo con una toalla en su cintura, acababa de salir de la ducha hace poco así que tenía la piel humedecida al igual que el cabello.Una gota de agua cayó sobre la frente de Dayana, esto la hizo volver en si y apartarse del cuerpo de Alexander; apenada empezó a rascar su cabeza, pero antes de que cualquiera de ellos dijera una palabra el timbre volvió a sonar.Alexander se apartó de ella para caminar a la puerta, presionó un botón del panel de seguridad que tenían al lado para abrir la puerta exterior en la que estaba Edgar esperando.De repente Dayana empezó a sentir pánico¡¿Que pensara Edgar cuando me mire aquí y a su padre asi?!Ella prefirió quedarse donde estaba en la sala, con sus manos al filo del respaldo del sofá, su lado frío e indiferente se apoderó de ella calmando sus nervios de inmediato y controlandola.De repente empezaron a golpear la puerta de la casa, Edgar ya estaba ahí, en cuanto Alexander abrió la puerta apareció Edgar, con la ropa toda desaliñada el pelo revuelto y una sonrisa de idiota; pero... no venía solo, una chica entró detrás de el, Edgar se giró hacia ella, la tomó de la cintura y le dio un ferviente beso.Tanto Dayana como Alexander se quedaron perplejos ante la escena que se llevaba acabo frente a sus ojos, Edgar no era consiente de la presencia de Dayana, Alexander volteo disimuladamente a donde estaba ella pero encontró ese lugar vacío.— Mi habitación es la primera de este pasillo, vamos...Edgar le dijo a la chica al separarse de su pasional beso, ella al mirar a Alexander se quedó hipnotizada, y no era para menos, el físico de ese hombre era de admirarse, a eso sumándole que estaba desnudo y solo una toalla cubría lo más importante es imposible no verlo.Edgar molesto e incómodo por la actitud de la mujer le dio una palmada en el tracero para que avanzara, se disponía a ir tras ella, cuando de repente la mano de Alexander cayo sobre su hombro y lo detuvo...— ¿Que significa esto Edgar? Ella no es tu novia...— Ahora no Alex, no me hagas drama, no te metas en mis asuntos.Sin más Edgar se dio la vuelta, sin darle importancia a las palabras de Alexander, el clavo su mirada filosa como navajas en la espalda de ese chico, estaba muy enojado con el, le molestaba el comportamiento y la actitud que siempre tenía; su mirada se suavizó al recordar la presencia de alguien más en el lugar, su mirada voló hacia el sillón de la sala de estar.Dayana estaba en el suelo sentada abrazando sus piernas, tenía la mirada fija en la pared, de al frente, tenía una mirada tranquila y una actitud serena. Alexander sintió pena por ella y se preocupó ya que esa actitud de ella no la esperaba, así que asumió que solo trataba de reprimir la tormenta que se estaba desatando en su interior.— Yo.. lo siento mucho, si quieres ir y encarar a ese desgraciado yo...— No se preocupe, no es necesario llamare a un taxi para que venga por mi.— No, espera deja me cambio rápido yo te llevaré a tu casa no me tardoAlexander camino rápidamente hacía su habitación, Dayana seguía estática sin moverse, su cuerpo se sentía pesado, decir que dentro de ella se desataba una tormenta era poco, en su interior había todo tipo de desastres naturales azotando todo su ser. Con pesar se levantó del suelo, tomo su pequeño bolso que había dejado en el sillón, risas provenientes del pasillo por el que Edgar acababa de desaparecer la hicieron voltear, sonrió con amar
Alexander negó con la cabeza al darse la vuelta hacia el pequeño cañonero al lado de su cama; abrió el cajón y sacó un preservativo que le arrojó al piso a los pies de Edgar. — Eses un bastardo sinvergüenza lo sabías...Alexander lo miraba mal, pero Edgar lo ignora simplemente, con una sonrisa de tonto de agacho para tomarlos.— Porfavor... como si tu no te metieras con varias mujeres. — No teniendo novia idiota, en que comparas. — Nunca has tenido una novia.. por favor no descargues tus frustraciones contra mi, no es mi culpa que te tuvieras que casar joven con mi madre y no pudieras disfrutar de tu juventud como se debe. Gracias y adiós Edgar salió de la habitación aparentemente molesto; Alexander lo miró mal en todo momento hasta que desapareció cerrando la puerta. Su mal humor se disipó rápidamente al escuchar el sonido de una puerta de madera abrirse, era Dayana quién estaba saliendo del armario con la mirada agachada; para Alexander engañar a un mujer era la peor de las baj
Alexander le impresionó ver que ella se levantó de repente ni siquiera le dio tiempo de reaccionar cuando Dayana lo tomó del cuello para hacerlo inclinarse y besarlo. Tal acción lo tomó por sorpresa, el tenia los ojos abiertos miro a Dayana, ella tenía los ojos cerrados así que se dejo llevar, los labios de ella eran suaves y delicados; su beso empezó a hacerse más profundo, más ansioso, Alexander bajo sus manos hacía su diminuta cintura, ella quitó sus manos de su cuello y empezó a desabonotar su camiseta sin separar sus labios, justo cuando Dayana puso sus manos sobre su pecho una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de Alexander, enviándole una señal de alerta, ante eso el se separó de ella. Dejo una distancia algo corta entre ellos, ambos respiraban con dificultad; apesar de acabar de salir de la ducha Alexander empezó a experimentar ese calor de nuevo, pero antes de que el deceo lo cegara hizo uso de la poca cordura que le quedaba. — ¿Qué haces? Tu.. eres la novia de mi hijo
Era muy temprano en la madrugada cuando Dayana se despertó, a su lado estaba Alexander profundamente dormido boca abajo, ella abrió mucho los ojos al mirar las marcas rojizas que sus uñas habían dejado en la espalda de el; se sintió culpable pero no era momento de disculparse con el, se levantó de la cama para cambiarse, tomo sus cosas y se fue. ...Cuando Alexander despertó ya era muy tarde, el sol se había colado por un extremo de la cortina y este le estaba dando en la cara solo por esa razón se desperto; se sentó en la cama, sentía su cuerpo algo adolorido, recordó rápidamente la noche anterior así que se giró en busca de Dayana, pero a su lado solo estaban sabanas vacías. Se empezó a tallar la frente cuando de repente, su celular empezó a sonar, lo agarró de al lado de la mesita de noche y se lo llevó al oído. — ¿Diga?— Alex querido ¿Como estas? ¿Vaz despertando apenas? .– la voz suave de una mujer mayor se escuchó al otro lado de la línea, Alexander se recompuso de inmediato
Por un segundo la mente de Alexander empezó a reproducir las escenas guardadas en su mente de la noche anterior, al revivir dentro de su cabeza todo su piel de erizo totalmente. — ¿Y bien... que era eso que querías decirme? .– Al hablar Edgar hizo caer de nuevo en la realidad a Alexander quién sacudió la cabeza y bebió de su vino.— Mi madre habló esta mañana para invitarnos a una reunión que dará este sábado por su cumpleaños, eres bien venido si gustas ir— Claro que iré, esa mujer da buenas fiestas y sirve alcohol de primera tendré que llevar a una chica muy bonita para impresionar a los primos.— Olvidate de llevar a alguna de tus amantes, la única mujer que permito que se integre a la fiesta es tu novia nada más... Referirse a esa chica como la novia de Edgar le dejaba a Alexander un mal sabor de boca, pensó que verla en la fiesta era una buena opción para ver con sus propios ojos y cerciorarse si ella estaba bien ya que no podía estar llendo todos los días a la universidad, an
Edgar no podía creer que Dayana le había dicho que si iría con el, y estaba lejos de estar contento. La última vez que invito a Dayana a un restaurante a comer dejo mucho que decear en tanto su aspecto, estaba seguro que sería la brula de sus familiares si llegaba con Dayana de la mano, podía asegurar que la mujer era capaz de irse en pantalones de dormir y tenis con tal de molestarlo, giro los ojos y se fue molesto a su auto. ... Al llegar Dayana a su casa no tardo en llegar un mensaje su celular con la hora y dirección de la fiesta seguido de un largo mensaje de Edgar diciéndole que lo lamentaba pero no podía pasar por ella, pero la esperaba en el lugar; Ella sonrió divertida ya que esperaba eso de el. La fiesta daría inicio a las tres de la tarde, así que tenía el resto de ese día para ir a comprar vestido, zapatos, accesorios, contratar maquillista quien la peinara y reservar un auto de lujo que la llevara, la familia Escalante eran un grupo muy adinerado de la cuidad todo mund
Al llegar a ella la tomo de el brazo haciéndola caminar más despacio, Leonel era un hombre alto de complexión ejercitada, Dayana llevaba botas de tacón así que estaban al mismo nivel, el se acercó a su oído. — ¡¿Que demonios hiciste hermana?!El le hablo muy bajo con los dientes apretados, Dayana se liberó de su agarre, acomodo su ropa y entro a una tienda de vestidos. — Estaba enojada, quizás me dejé llevar solo un poco, después me sentí un poco mal por lo que hize pero lo pensé bien y Edgar se lo merecía ¿O que? te pondrás de su lado...— Claro que no pero Dayana... te metiste con su padre, ¡Su padre!... yo podía molerlo a golpes si querías pero tu no tenías porque entregarte a alguien así...Leonel se sentía el peor hermano del mundo, no podía creer que el dolor y desesperación de su hermana en verdad era tanto que la llevó a hacer algo que ella en sus 5 sentidos jamás hubiera echo, el sabía perfectamente que Dayana era una mujer reservada, no criticaba su manera fría y dura de s
Por su parte Dayana estaba viendo por las tiendas en las que pasaban cuando de repente Leonel la tomó de la mano, le pareció extraño y empezó a caminar más lento ya que pensó que el quería decirle algo y esa era la razón por la que lo hizo, pero el empezó a apretar con fuerza su mano.— Leo ¡Que traes tonto! Me lastimas.– Ella se detuvo de golpe y volteo a ver molesta a Leonel.— Hay un hombre en una tienda al frente del otro lado que te estaba viendo.Dayana estaba mirando fijamente a Leonel, como llevaba las gafas solo levantó la mirada para que ese hombre del que hablaba su hermano no se fuera a dar cuenta que levantó el rostro y lo miró, Dayana se puso algo tensa y su corazón empezó a latir con fuerza cuando lo vio.— Si te refieres a el que está frente a la joyería es el padre de Edgar...— ¿¡Que?! Pero acaso lo tuvo a los 10 años... ¡No es un viejo! Ese hombre está muy joven, ya veo porque andas tan sacada de la pena... — Ooo ya cállate... Dayana le dio un tirón al cabello reb